guilas Negras -62- (Novela y Guin para Cine)
Publicado en May 06, 2013
- ¡Hola! ¡Aquí la Dirección General de Seguridad de la Policía de Madrid! ¿Quién es usted y qué desea?
- ¡Soy el Jefe Superior de la Policía, Diego Castillejo Ríos, y quiero hablar urgentemente con el teniente Antonio Muros Caramillo! - ¡Hola, Jefe! ¡Soy el teniente Antonio Muros Caramillo! - ¡Quiero darte una orden y que la cumpláis en media hora! ¡Vete con todos los hombres que tengas disponibles a la Casa Mayor de la calle Narváez, en lo números pares entre las de Ibiza y Doctor Castelo, junto a la tienda de ultramarinos "Yébenes"! ¿La conoces? - ¡Por supuesto que la conozco al dedillo! ¡Me la sé de memoria! ¡Es como si yo hubiese nacido allí! Es muy famosa en todo el Barrio de Retiro-Mediodía. - ¡Entrad allí, bajad al sótano, buscad una puerta que tenga como símbolo un águila bicéfala, derribad la puerta y recoged todos los documentos que encontréis! ¡Detened inmediatamente a todos los que estén dentro y, según sus documentos, buscad uno por uno a todos los Águilas Negras y, después, id a la oficina de un detective de Madrid que se hace llamar Roberto Alcázar y detenedlo junto con su ayudante que se hace llamar Pedrín. Detenedlos a los dos. Encerrad a todos los Águilas Negras, junto con estos dos sujetos, en los calabozos de la DGS! ¡¡Rápido!! ¡¡Quiero que toda la operación relámpago la hagáis en tan solo media hora!! ¡¡Utiliza a todos los hombres disponibles y dirige toda la operación sin un solo fallo!! ¿Entendido? - ¡Cumpliré perfectamente todas sus órdenes, Jefe! ¡¡En menos de media hora estarán todos en prisión!! - ¡¡Pues que sea verdad o vete despidiendo de formar parte de la Policía madrileña o de cualquier otro lugar de España o del Mundo entero!! - ¡¡Le aseguro, Jefe, que serán cumplidas todas sus órdenes sin ninguna clase de error!! ¡¡Le prometo y le juro, Jefe, que será la redada más recordada en toda la historia de la policía madrileña!! Diego Castillejo Ríos cortó la comunicación, sacó un puro habano que llevaba dentro del interior de su chaqueta de uniforme y lo encendió. Se puso a fumar asomado a la ventana para descansar su mente mientras por las calles madrileñas decenas de coches de las patrullas de la Policía hacian sonar sus sirenas mientras iniciaban la "Operación Relámpago".
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