guilas Negras -64- (Novela y Guin para Cine)
Publicado en May 08, 2013
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Con Próculo José García y Cía y Miguel Monge Monjas bien amarrados de pies y manos, dentro del maletero cerrado con llave, Diego Castillejo Ríos conducía su lujoso automóvil Mercedes Benz mientras, a su lado, como copiloto, viajaba Juan Bautista Orús de Giuliani.

- Diego... hemos descubierto que los Águilas Negras tienen, como símbolo identificativo, un águila bicéfala y esto quiere decir que hay dos líderes entre ellos. Uno ya lo tienes detenido y es Juan Antonio Oviedo "El Matatías" o "Súper Star".
- ¿Quieres decir que todavía falta por detener a otro? ¡Puede ser cualquiera de los muchos que hemos detenido!
- No, Diego. El otro todavía no sabes de quién se trata; pero yo estoy seguro de que sé perfectamente quién es. El segundo líder de ellos, el más peligroso, está seguro de que se cree que no le he descubierto...
- ¿Y por qué no me dices quién es?
- Por dos razones muy lógicas, ya que tanto te gustan las razones muy lógicas: la primera es porque se trata de que él mismo se delate para que no exista ninguna duda razonable; y la segunda es porque quiero que aprendas una última lección antes de dejar de ser tu mejor capitán como dices, para que la próxima vez que te digan algo de mí sepas bien por qué te lo dice, para qué te lo dice, que busca conseguir con lo que te dice y qué oculta cuando te lo dice. 
- ¡Qué complicado es todo esto!
- Es muy sencillo. La complicación sólo proviene de la ignorancia y para ser un verdadero Jefe debes aprender a no ser ignorante en cosas tan fundamentaleas como saber distinguir entre quién es un joven honesto y quién es un anciano envidioso, por ejemplo. Debes saber que lo que nos dicen hay que confirmarlo antes de dar un paso en falso y poner tu propia vida en peligro por esa mala y fea costumbre de no confirmar lo que te dicen. 
- ¿Cómo consigues hacer tan fácil lo que en principio parece tan difícil?
- Porque una cosa que hay que saber es que lo más evidente es tan difícil de descubrir porque, precisamente, es lo más evidente y sencillo. Cuando no podemos encontrar la respuesta adecuada a un problema, muchos os preocupáis en querer encontrar soluciones antes de saber cuál es el verdadero problema. Posiblemente lo más evidente es la solución exacta. ¿Me estás entendiendo?
- No del todo...
- Escucha bien lo siguiente. El verdadero enemigo nunca está muy lejos de ti sino muy cerca de ti. Los que están muy lejos de ti ni te conocen, luego no te tienen envidia; pero los que te engañan, los que te envidian, los que te odian y los que esperan que fracases en todos los órdenes de tu vida son, siempre, gentes... y no digo personas porque no se merecen que se les llame personas... que están muy cercanas a ti. Están incluso dentro de tu familia, en el círculo de los que consideras tus mejores amigos o entre los mismos compañeros de trabajo que siempre dicen que eres el mejor de todos para ocultar su envidia. ¿Sabes ya a quién me refiero cuando te digo que el problema se resuelve fácilmente cuando te fijas en la forma de actuar de quienes están más a tu lado y no entre los que no te conocen? Los mejores investigadores que he conocido siempre se fijan en las personas que mejor conocen porque son las más cercanas a ellos. Si no me falla esta teoría, que nunca me ha fallado hasta ahora, dentro de muy poco tiempo también tú tendrás la ocasión de verlo con tus propios ojos. Verás quién es la otra cabeza pensante de los Águilas Negras. Y te vas a llevar una gran sorpresa. Sólo voy a darte una pista: ¿de qué nacionalidad originaria es mi chavalilla?
- Ahora es española, pero su nacionalidad de origen es ecuatoriana. 
- Perfecto. Acabas de entenderlo perfectamente. 
- ¿Es algún ecuatoriano? No conozco a ningún ecuatoriano que esté cerca de mí porque conmigo no está trabajando ningún ecuatoriano. 
- Te equivocas, Diego. Sí hay uno y trabaja contigo. Le conoces, pero no te lo diré yo sino que te lo dirá él mismo para que me creas de verdad. Si yo te lo digo me volverías a llamar mentiroso como has dicho alguna que otra vez en que he colaborado para ti y a pesar de que lo has visto con tus propios ojos. 
- No. No volveré a dudar de ti. ¿Quién es ese traidor?
- Te equivocas, Diego. Volverías a dudar de mí si te lo digo yo; así que voy a conseguir, si Dios no me abandona y por Fe cristiana, que te lo diga él mismo. Si no me crees dame la oportunidad de la duda razonable para poder demostrártelo ya que necesitas tanto la lógica racionalista y la logística profesional. 
- Te creo. Te creo. 
- Espera a verlo con tus propios ojos para creerme de verdad y sin duda alguna. Cuando veas que él mismo lo confiesa... entonces quizás ya no vuelvas a dudar de mí, ni a llamarme loco hasta casi poner tu vida en peligro de muerte. ¿Cuándo me has visto a mí intentar ligar con la mujer de un prójimo sea este prójimo un amigo mío o un enemigo mío? ¿Cuándo me has visto tú a mí intentar engañar a mi chavalilla con otra mujer incluídas las esposas de otros? ¿Cuándo? Dime cuando...
- En la realidad, nunca. 
- Pues es la realidad lo que vale en estos asuntos de líos entre hombres y mujeres. 
- Perdona, Juan...
- No. Lo que tienes que hacer es aplicarte el cuento para que la próxima vez no te engañe. ¿Quién es el engañado de nosotros dos, Diego? Necesito solucionar ese problema antes de continuar. ¿Soy yo el engañado o eres tú?
- Pero... ¿quién me engaña?
- Desde luego yo no soy el engañado como a veces has dicho de mí. 
- Pero... ¿puedes decirme quién me está engañando?
- Te repito que si te lo digo no me creerías.
- De verdad que si me lo dices tú me lo creo; sobre todo después de haber visto todo lo que has hecho por mí. 
- En verdad te digo que si te lo digo yo no me creerías a mí sino que le creerías a él. Es la dura realidad que he tenido que soportar hasta ahora. Pero ya se acabó esto de soportar más. Para ser un verdadero creyente cristiano hay que tener verdadera fuerza de voluntad y una Fe tan verdadera que hasta lo puedas demostrar con la lógica irrebatible que tanto os gusta a los que sois tan racionalistas porque habéis estudiado Ciencias Exactas. Por eso, porque yo sólo soy de Letras, es por lo que no tienes verdadera Fe en mí y hasta a veces te atreves y osas llamarme loco. ¿Yo estoy loco, Diego? 
- No. He aprendido bien la lección. No estás para nada loco. 
- ¿Tú crees que intentar romper un teléfono ajeno a base de martillazos no es estar loco de remate?
- Perdona, Juan... sólo fue un ataque de ira...
- ¿Y tú no sabes que los iracundos están locos de verdad? Deberías haber aprendido ya que los mansos, puros de corazón, nobles y humildes jamás están locos porque se mueven y viven en base al Amor de Dios; pero que los que empiezan por tener iras se vuelven iracundos y los iracundos se convierten en violentos y los violentos terminan por estar locos de verdad. Lo vemos continuamente, a diario, en esta sociedad que nos ha tocado vivir.
- Pero... ¿quién me engaña?
- Te repito por enésima vez que si te lo digo yo no me crees. 
- De verdad que si me lo dices tú te creo.
- Si él te dijera lo contrario le creerías a él y no a mí. Pero... ¿sabes lo que te digo, Diego, para que te enteres bien enterado?... que a mí ya no me interesa para nada si me crees a mí o le crees a él. No me hace falta que me creas tú ni nadie excepto mi chavalilla... pero voy a terminar la investigación no por hacerte otro favor más, que se te quite eso de la cabeza, sino por dos razones distintas: porque quiero la Matrícula de Honor y porque mi chavalilla necesita ese cheque de una cifra con seis números. Me creas o no me creas. 
- ¿Qué clase de juego es éste, Juan?
- Te equivocas. No es un juego. Es la dura realidad. Para ser un verdadero creyente cristiano hay que tener verdadera Fe en lo que tiene, por definición propia, la Verdad. Y tú, Diego, no tienes todavía suficiente Fe en mí. Creo que sigues creyendo que estoy loco. Pero... ¿y tú?... ¿tú no estás tan loco como yo o estás, para ser más exactos, mucho más loco que yo? ¿Tú te crees el tipo más cuerdo del mundo porque has llegado a ser Jefe Superior de la Policia de Madrid? ¡Bájate de la moto, Maroto! Te fijas demasiado en lo que hacen los demás pero te fijas muy poco en lo que haces tú. ¿Sabes eso de "ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio ojo"? ¡Eso sí que es formar parte del mundo de los locos! ¡Y de eso abunda mucho la sociedad de hoy!
- Ya sé que fue un error. ¿Puedes ya perdonarme?
- Yo creo que no tengo nada que perdonarte porque nada me importó entonces como nada me importa ahora.
- De acuerdo. Yo también he sido demasiado creído de mi mismo y por eso me equivoqué varias veces contigo. Lo que sucede es que los Castillejo siempre creemos que lo sabemos todo y que siempre llevamos la razón en todo. Es defecto de familia. 
- Pues hablando de defectos de familias, a ver si resuelves este problema. Es para ver lo lúcido que estás, amigo Diego. Te cito 5 nombres propios escogidos al azar: Isabel, Emiliano, José, Bonifacio y Máximo. ¿Qué diferencias ves entre ellos?
- Yo sólo encuentro, mentalmente, 5 nombres propios escogidos al azar. 
- ¿No encuentras alguna diferencia esencial entre ellos? Supongamos, por ejemplo, que son miembros de una familia. ¿Cuántos grupos formarías tú con todos ellos ya que, al parecer, has estudiado tanto los conjuntos en Matemáticas Exactas? Supongo que como eres tan exacto no tendrás dificultad alguna en hacerlo mentalmente. ¿O necesitas un papel y un bolígrafo?
- Tengo que hacerlo mentalmente porque estoy conduciendo el automóvil. 
- Buena lógica, sí señor. Con esa misma lógica no tendrás dificultad alguna en resolver este problema. 
- Yo sólo recuerdo 1 nombre de mujer, que es Isabel, y 4 nombres de varones que son Emiliano, José, Bonifacio y Máximo. O sea que se pueden formar dos conjuntos diferentes: por un lado la mujer y por otro lado los cuatro varones. 
- ¿Y no encuentras nada más que esos 2 conjuntos? 
- No encuentro más. 
- ¿Te crees más inteligente que yo porque estudiaste Ciencias Exactas y yo me especialicé en Letras? Pues no estás tan despierto todavía. Hay otros grupos más. 
- Yo no pienso que haya otros grupos más. 
- ¿Y si usamos el abecedario español? ¿Encuentra dos conjuntos diferentes?
- ¡Claro! ¿Cómo no me había dado cuenta antes? Resulta que el nombre de Isabel comienza con I y el nombre de José comienza por J y la I y la J van seguidas y unidas en el abecedario español mientras que la E de Emiliano, la B de Bonifacio y la M de Máximo no van seguidas sino que están disgregadas en el abecedario español; luego obtengo dos conjuntos distintos, dos familias diferentes: por un lado Isabel y José unidos de forma directa y, por otro lado, Emiliano, Bonifacio y Máximo aliados de forma disgregada.
- Di mejor de forma deisgregadora; porque en efecto, son dos familias diferentes. La I de Isabel y la J de José hace que estos dos formen una familia homogénea mientras que la E de Emiliano, la B de Bonifacio y la M de Máximo rompen dicha homogeneidad. ¿Qué quiere decir esto, Diego?
- Que hay una familia desunida por la labor de Emiliano, Bonifacio y Máximo. Que esta familia de 5 personas cuyos nombres has elegido al azar está rota pero que Isabel y José siguen manteniendo la unidad familiar. 
- Ya. En todo eso estoy de acuerdo pero... ¿no ves otros dos conjuntos diferentes en este ejemplo? ¿Eres capaz de encontrar otras dos familias diferentes entre ellos basándose en otro principio muy evidente?
- Pues no veo nada de eso. ¿Me das un tiempo para pensar?
- De acuerdo. Piensa todo lo que quieras pero es tan evidente que no lo estás descubriendo por algo de lo que luego hablamos. ¿Puedo encender un cigarrillo mientras lo piensas?
- Sí. Pero abre la ventanilla para que salga el humo. 
- De acuerdo. Piensa en lo que te he dicho a ver si logras encontrar, racionalmente, los dos conjuntos o familias diferentes pero no con la explicación alfabética.
-Estoy pensando, Juan, estoy pensando...
 
Juan Bautista enciende uno de sus celtas con filtro, abre la ventanilla y comienza a hacer surgir interrogaciones con las volutas de humo mientras rememora para sus adentros...
 
- Fin de las vacaciones. Tarde de verano. Regreso de mi soledad y descubro que no soy como ninguno de ellos. Otra cultura. Distinta sensibilidad. Diferente corazón. Hasta mi sangre no es como sus sangres. Relegado al último lugar de las preferencias medito sobre esta sensación que tengo, que se me hace viva, que logra descubrir que no soy como ninguno de ellos. Soledad. Soledad primera de mí mismo. Mi patria no es igual que sus patrias. No soy igual que ninguno de ellos y lo he hecho público para darlo a conocer y no dejar duda alguna. Mi patria no es igual que sus patrias. Mi patria es un almendro en cuya sombra me recojo; el vuelo de un petirrojo, ese niño que despierta y el anciano de la soledad. Mi patria es un beso de mujer en un atardecer rojo; el sentido de un sollozo, un pueblo que canta y llora y el tránsito de la ciudad. Mi patria es una aldea llena de luz y sonrojo; el agua de un hondo pozo, una oda escrita en verso que se hace sinceridad. Mi patria es blanca ola que se mueve con antojo; y la idea que yo escojo dentro del vocabulario de la breve realidad. Soledad. Soledad primera de mí mismo... pero vendrá el mes de mayo y recordaré lo que dijo Arturo Borja, el poeta quiteño de la generación decapitada: "Mayo en el huerto y en el cielo; / el cielo, rosas como estrellas; / el huerto, estrellas como rosas". Y mientras ellos duermen sin ninguna clase de sueño yo camino, contigo y tu sonrisa, niña que estás dentro de mi corazón, mirando a las rosas del cielo. Estrellas como rosas y rosas para este cielo del anochecer en que mi soledad está acompañada por tu sonrisa. Cogido de tu mano paseo por la avenida de las plantas en flor.Con dirección al mundo de los sueños la avenida de las plantas en flor buscan dueños... jardineros del amanecer que rieguen ese vergel para el sol. Hay allí un farol que alumbra a las estrellas y son sus flores tan bellas que hasta el girasol se transforma en jacinto. En el recinto de las rosas y el jazmín crece el laberinto de los colores sin fin y los arbustos de plata surgen de mata en mata hasta teñirse de carmín. Otra cultura. Diferente sensibilidad. Distinto corazón. Hasta mi sangre es distinta a sus sangres. Yo soy incapaz de matar a un pequeño e inocente gorrión...
- ¿Cómo lo consigues, Juan?
- ¿Qué es lo que yo consigo, Diego?
- Aislarte tanto de todo lo demás, de forma espontánea, para penetrar en tu propio mundo.
- No soy yo quien penetra en mi propio mundo sino mi propio mundo quien penetra en mí. 
- ¿No es lo mismo?
- Deberías saber, si tan lógico pareces, que el orden de los factores sí altera el producto. 
- ¿Ley matemática, Juan?
- No. Ley de vida dictada por Dios. No es lo mismo lo que dijo Jesucristo que lo que dicen ellos. Jesucristo dijo "amaos los unos a los otros" pero ellos dicen "amaos los unos sobre los otros". ¿Descubres cómo es verdad que el orden de los factores altera el producto?
- Es cierto... no había yo pensado en eso...
- ¿Has pensado ya en la solución del problema?
- Sí. Pero no tengo ni idea de cuál puede ser dicha solución.
- ¿Y si te doy otra pista diciendo que I de Isabel es I de igualdad de género y J de José es J de justicia social?
- ¡Más complicado me lo pones!
- Te equivocas. Te lo he simplificado al máximo. Las respuesta es muy evidente y lo evidente es lo más lógico. 
- ¿Puedes darme otra pista más?
- La raíz de todos los problemas es la raíz de todos los problemas.
- ¿La raíz de todos los problemas es la raíz de todos los problemas? ¿Qué tiene que ver esa frase con nuestro caso?
- No es una frase. Es un pensamiento. Piensa. Piensa, Diego.
- No acierto a saber cuál es la respuesta. 
- Es que te vas muchas veces por las ramas, Diego... y por eso lo evidente no lo ves. Es mejor no andar perdido entre las ramas que te ponen delante para no dejarte ver la realidad. Es mejor, de vez en cuando, bajarse de las ramas y, a ras de suelo, medir bien la personalidad de quienes te rodean para encontrar a quien te está engañando y haciéndote creer otras cosas porque no le interesa que le descubras. 
- ¿Es que lo de las raíces tiene algo que ver con este asunto que investigamos?
- Es fundamental. Y todo fundamento se basa en un axioma. ¿Qué axioma propondrías tú para solucionar el problema?
- "No todo lo evidente es lo que estamos pensando".
- No está mal. Vas muy bien. Ya vas interpretando lo que te quiero demostrar. A él no le interesa otra cosa nada más que pienses lo que él quiera que pienses. Vamos a ver, Diego, observa bien esos árboles que estamos contemplando. 
- Bien fuertes que están... 
- ¿Qué es lo que hace que un árbol tenga vida y no se muera, las ramas o las raíces?
- Las raíces; porque las ramas pueden ser podadas y luego renacer pero si las raíces están podridas el árbol muere. 
- Pues esa es la respuesta...
- Sigo sin ver esta respuesta al ejemplo que has tomado por puro azar. 
- Quizás no haya sido por puro azar sino solamente por la Gracia de Dios, Diego.
- Está bien. Posiblemente haya sido la Gracia de Dios y no el puro azar pero... ¿cuál es la respuesta exacta?
- Escucha bien, amigo Diego. Lo mismo que los árboles tienen sus raíces en lo profundo de la tierra, las palabras tienen sus raíces en lo profundo de su genealogía. 
- Eso lo comprendo... pero sigo sin saber la respuesta... 
- Es muy evidente pero no la ves porque estás demasiado atrapado con eso de los números binarios y la Inteligencia Artificial. Nunca jamás una máquina puede derrotar a un ser humano, porque la máquina trabaja sin imaginacion mientras que la imaginación es un poder de los hombres y mujeres que saben imaginar. Te recomiendo que, de vez en cuando, estudies algo y aprendas mucho de Lingüistica, Lenguaje y Comunicación. Tampoco te vendría mal que buscases tiempo para estudiar y aprender Letras; por ejemplo, todo lo relacionado con las Bellas Artes que son creación y recreación de Dios puestas al servicio de la creación y recreación de los seres humanos. ¿Te digo ya la respuesta?
- Supongo que tiene algo que ver con el asunto del loco asesino en serie ya desaparecido.
- Mucho que ver. Escucha. No te has dado ni cuenta de que Isabel y José son dos nombres que tienen sus raíces hebreas; mientras que Emiliano, Bonifacio y Máximo, y si les quieres unir también el nombre de Benito para hacer más completo el grupo disgregador, tienen sus raíces romanas. ¿Quiénes fueron los que crucificaron a Jesucristo?
- Los romanos. 
- Pues ya está solucionado el problema. ¿Qué quiero decir con todo esto?
- Supongo que algo relacionado con esta investigación en que te empeñas en decir que no ha acabado todavía cuando yo creo que ya ha finalizado.
- Es que, en las investigaciones, siempre hay o bien un final corto o bien un final largo. Me parece que, por la forma que tienes de trabajar, tú eres de los que buscan siempre el final corto y yo, en ocasiones como esta, busco el final largo por razones muy obvias. 
- ¿Estás afirmando nuevamente que existe un líder de los Águilas Negras entre mis hombres?
- Ni lo dudes. Existe ese líder de los Águilas Negras entre tus hombres y la raíz de su nombre es romana. 
- ¡Imposible descubrirle! ¡Tengo muchísimos hombres a mi cargo que tienen nombres con raíces romanas!
- Entonces abre los ojos ya y no pienses más que los poetas no servimos para descubrir nada más que sentimientos románticos. También sabemos ver la realidad pero bajo la Luz del Espíritu. 
- Lo que más admiro en ti es la forma que tienes para expresarte con total libertad. 
- Eso es falso, Diego. La libertad no existe. Nadie somos libres. Yo tampoco. Mejor es que digas que admiras la forma que tengo para expresarme con total Liberación. 
- ¿Cómo se puede ser poeta, Juan?
- Diciendo cosas como... Tú, que permites que tu cuerpo / nunca sea sombra sino luz / porque tienes el alma entera / bajo el cobijo de la doncella enamorada. / Tú, serás la perfección amante / de mi prometido viento deslizado / como rápido trueno y firme rayo / penetrando en la fórmula de tu romance. / Tú serás distinta a las olas del mar / porque otra música soñada serán tus dedos / cuando señales sin negarme nada / las huellas de mis pasos por la tierra / e, inmenso abono blanco de sentires, / besaré tus flores con mis ojos / en el silencio de la tarde admirando / tu cuerpo entero y desarmado. / Tú serás la pensada enredadera / callada en la mitad de toda mi voz; / prensada en los abrazos de los cálidos / momentos estrechados y nerviosos / como perfumes latiendo en las horas / de mis caminos palpitados bajo el fuego: / beso a beso, sin prisas y sin pausas, / amándonos en las noches estrelladas. / Tú, que te insinuas en el misterio / de la presencia del tacto ardoroso, / repasarás las manos por mi frente / para yo tenerte dentro de mi memoria / y desenredada de todos los hilos / tejidos por los vientos del ayer... / tú serás una espera de pecho desguarnecido / al que cubriré con pétalos de versos. / Hecha materia cristalina / y disfrazada de sueño propio o de ficción, / en alma verdadera has de convertirte / buscando el lecho para toda tu presencia / en el constante soñar de mis visiones. / Tú serás, soñada por los cuatro lados, / la boca que beso todas las mañanas / como azul pasaporte de mi pensamiento. / En tu pecho ardiente de amapolas / el cielo de todos mis quereres / hará arder la conciencia tuya / como talle de pájaro tomado / en su vuelo circular y transparente; / y, envuelta en el amor violento, / desnuda quedarás de tus calladas / horas del reposo encantado. / Tú serás una aventura no ignorada / bajo el sol de las ondas rompiendo / el cenit esplendoroso del camino. / En las luces del poema enfebrecido / se alzará el milagro de la rosa / tomada por el clavel de mis afanes / y dócilmente en las auras del Destino. / Derechos los pasos herederos de mi voz / penetrarán en la brisa de la tarde, / en toda la suprema materia / de los bordes primaverales del susurro / y al trasluz del secreto descubierto / el atardecer calmará su pena / en la alberca de fuego de tu boca / para convencerte de que es cierta mi esperanza. / Tú ondearás en el mástil de la tarde / como siglo de poemas inflamados / en el cuerpo yaciente del esperma / acontecido en todos mis cantares. / Allí soplará el viento su aventura / de poesía rota en mil pedazos / por el cristal de la dulce agonía / del deseo, el anhelo y las caricias. / Tú serás, entonces, todavía más liberada / de la sentencia de todas las condenas / y sometida al placer de mi capricho / un nicho viviente abrirás en los surcos / de todo mi pálpito colindante. / Tú serás en ese instante, a quemarropa, / el último disparo de la tarde / que impactará en la diana de mi sueño. / Levantada de las arenas del desierto / despertará toda la explosiva energía / del momento crepuscular y anaranjado / y, en medio del violento segundo, / cercado el sollozo de los placeres, / arderás por todo el continente / de las venas y arterias del poema / convertido en beso y en tormento. / Quedarán señales de tus huellas / como pruebas del paisaje rojo / en que, convertida la tarde brumosa, / la hojarasca llevará en sus entrañas. / Y entonces tú estarás tan dentro, tan interna, / que concurrirán todos mis empeños / en la dicha entera de poseer / la carne de tu mundo alboreado. / Tú serás el infinito inacabable / del intenso empuje de mis besos / y los glóbulos sangrientos de la calma / guardarás entonces sin remedio. / Dos vidas unidas por los hilos / de un antiguo pero nuevo e indesmayable / sueño de materia por los suelos / envueltos en tus huellas ardientes. / El aire inhumano en lo alto / del mundo con flores ha de quedar / y una nueva compañía de susurros / brotará de la fuente de tus cantos / porque te tengo ahora toda entregada / a la voz de todas mis canciones / centradas en el horizonte de tu cuerpo / como dedos de hombre decisivo. / Los pájaros huirán a la floresta / para dejarnos a solas simplemente, / enhebrados en el destino de la noche / que acerca su lienzo nacarado / para convertirlo en antorcha alocada  / que prende su nueva llamarada / en todo el espacio del ambiente / incinerado de recuerdos y vivencias. / Y tú serás entonces, encantada / por el fuego de la firme recompensa, / un pétalo de viento enloquecido / que me arrastra al fondo del abismo / para hundirme en todas tus raíces  / y me emerge de repente raudamente / para siempre en el círculo concéntrico / del esplendor de tu cuerpo y tu mirada.
- ¿Y algo más sencillo? Yo no llego a tanto...
- Sí. Por ejemplo... Vivo bajo un sinfín de sueños /  con estrellas diferentes cada día... / si mañana me hundes en tu pecho / me harás simplemente poesía,  / si mañana me acaricias en tu lecho / el silencio de mis ojos te diría... / ¡déjame!, ¡déjame seguir más lejos!, ¡déjame que sueñe todavía!.
 - ¿Quién es ese Judas, Juan Bautista? ¡Dímelo ya porque me lo cargo en este mismo instante! ¡¡Vamos a por él!!
- No te preocupes tanto por eso ni te anticipes a los acontecimientos. Yo haré que caiga él solito. Vamos a la Dirección General de Seguridad de Madrid capital, Juan. 
- ¿Está allí la respuesta?
- La respuesta está allí. 
- ¿Quién es? ¡Lo voy a eliminar de un solo golpe!
- Ahora es mejor terminar nuestro trayecto en silencio. Calla y sigue conduciento tu lindo automóvil Mercedes. Te prometo que él mismo se delatará. Enciende el aparato de radio para ver si escuchamos algo divertido.
 
Juan Bautista apagó el cigarrillo y lo depositó en el cenicero, mientras Diego encendió el aparato de radio y se escuchó la voz de Nat King Cole cantando.

- Ansiedad de tenerte en mis brazos musitando... palabras de amor. Ansiedad de tener tus encantos y en la boca, volverte a besar. Tal vez estén llorando mis pensamientos. Mis lágrimas son perlas que caen al mar. Y el eco adormecido de este lamento hace que estés presente en mi soñar. Quizás estés llorando al recordarme y estreches mi retrato con frenesí. Hasta tu oido llega la melodia selvaje y el eco de la pena de estar sin ti. Ansiedad de tenerte en mis brazos musitando... palabras de amor. Ansiedad de tener tus encantos y en la boca volverte a besar.
- ¡¡Jajajajaja!! ¡Qué risa, Juan!
- ¡¡Jajajajaja!! ¡Qué sorpresa se va a llevar, Diego!
 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Novela y Guin literario para Cine al mismo tiempo.

Palabras Clave: Literatura Novela Relatos Narrativa Guin Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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