Encuentros (El escritor y yo)
Publicado en Aug 26, 2009
Continuación a El escritor y yo.
Para D.E. nómada y amigo de esta mente errante. Yo le conocí una noche de verano. No le había visto nunca y ya sentía quererlo. Quererlo como se quiere a un enamorado reciente, con amor puro y sincero, con esperanzas y sueños, con deseos prematuros de juvenil enamoramiento, aún a mis veintimuchos años. Yo le conocí una noche de verano, en una ciudad en la que no tengo casa, solo sueños y me enamoré más de él, que no lo sabe. Cuando le escribí que era su culpa pensé que en realidad esa culpa era toda mía, que me pertenecía por andar leyendo cosas que no debía y por ser una apasionada sin remedio de las palabras. Lo culpé a él por escribir. Y desde entonces no pude dejar de leerlo y de clavarme sus palabras en la mente. Cuando le escribí que quería hacerle el amor, no sólo me refería al modo físico, literal de estas tres palabras sino a lo que muchos antiguos literatos escribían sobre hacer el amor, o la corte, aunque nunca he sabido muy bien como enamorar a alguien. Yo le conocí. Y en vez de saciar mis sentidos me dio nuevos sentimientos. No se repitió el momento, ni se agregaron más encuentros. Y es que en el fondo sé que es como yo: huye sin siquiera proponérselo. No me gusta forzar los encuentros pero a ti no es necesario encontrarte sino buscarte.
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doris melo