love song - escuchando
Publicado en May 09, 2013
Capitulo 7
“Escuchando” (Liam) Spencer me tiró una almohada para despertarme, claro que se necesitaban más de una para hacer que me levantara. Esa mañana fue pesada, ya que Spencer y Kevin se unieron para dar vuelta mi cama, para despertarme contra el duro piso. Claro que funcionó, me golpeé con el duro piso, frío, tanto que al pequeño tacto con él me desperté y di un salto. Hacía frio, claro, pero ni nevaba ni hacía menos de ocho grados. Pero para mí sí que hacia frio. Lo primero que hicimos fue ver que hacía Gwen. Nuestra mejor amiga desde que éramos pequeños. Claro que lo único que yo quería hacer primero es visitar a Tyler, mi hermano, que no hacía más que estar en su habitación, seguro estudiando. Mi hermano tenía doce años. Habitación 98, en la que estaban Gwen, Charlie, y su nueva compañera, Stella. A Gwen la conocí cuando era pequeño. Charlie… en realidad no es que la conozca, pero a Spencer parece agradarle, cree que sus anteojos son… divertidos. Y, bueno, Stella. No hay mucho que decir. Nueva. Rica, con muchísimo dinero como me dijo Gwen, según Gwen, es egoísta, egocéntrica, o todo eso. Pero, según yo (o sea, como la vi) no parece tantas de esas cosas. Claro que no hablo mucho con tanta gente. Por eso tal vez ni sepa que tal vez hablo. A la tarde, fuimos a buscar a Gwen, tal parece, la buscamos en un inconveniente, en realidad, un inconveniente de Stella, tal parece, estaba al teléfono con su hermano. Y algo no iba muy bien. Gwen salió de la habitación. Estamos afuera todos menos Charlie y Stella. -¿Qué pasa, Gwen? – le preguntó Spencer. No parecía del todo preocupado, pero Gwen sí que lo estaba. -Nada, no pasa nada. Solo un asunto familiar. Eso creo, yo entiendo tanto como ustedes. -Eh, Gwen ¿quieres hacerle una broma a la loca de Stevie? – preguntó Spencer. Ya nos lo había preguntado a Kevin y a mí pero habíamos rechazado la oferta, ya que Stevie no nos había hecho una broma nunca, no queríamos sufrir las consecuencias, aparte, nos caía bien esa chica, por lo menos a mí. Gwen negó con la cabeza, al parecer, tampoco quería meterse. Ya se lo había propuesto a otros amigos, algunos rechazaron, pero algunos otros no. -¡Stella! – gritó Charlie. Esa fue la señal para entrar. -¿Qué pasó ahora? – preguntó Kevin. -No lo sé, se desmayó. – dijo Charlie como respuesta. Minutos después de esperar a que Stella despertara, Spencer fue a hacerle la broma a Stevie, volvió en un segundo, justo cuando Stella se despertó. Ya era algo tarde. Nos retiramos, Gwen y Charlie se quedaron con ella. Todos volvimos a nuestras habitaciones. Yo saqué el tema. -¿Qué le habrá pasado a Stella? – dije ignorando que ellos dos estaban peleando. -¿a quién le importa? – dijo Spencer. Luego siguió peleando con Kevin. -A mí – realmente no sabía porque. -¿Porque? Ni la conoces. Ni siquiera es muy importante. – dijo Spencer, esta vez dejó de pelear con Kevin para mirarme. -No sé. Porque sí. ¿no te preocupas por nadie que no seas tú? – no alcanzó a responder cuando abrí la puerta y me largué de ahí. Bajé un piso. Fui al baño. Luego caminé un poco por el pasillo, cuando vi a Michelle y a Stella. Recordé que se había desmayado, así que caminé hasta ellas dos. Michelle se levantó, e izo levantar a Stella con ella, mientras yo pasaba. -Hola, Li-Liam. – saludó Michelle, aunque no estoy del todo seguro de que fuera un saludo. - Hola, Michelle. Y… Stella. ¿estás bien? – pregunté, Michelle me miraba de tal forma que me puse un tanto incómodo. -Si, solo… estoy bien. -Pero… te desmayaste. Espero que no te haya pasado nada – dije, algo tranquilo, pero no pretendía ser insensible. - Si, nada – luego seguí caminado. Subí las escaleras. Llegué a la habitación, Spencer no estaba, Kevin estaba durmiendo, era algo tarde. Me dirigí a mi cama, al lado, en la mesita, había un lápiz, varias hojas de papel con letras de canciones incompletas, y algunas que otras semillas de manzana. -Eh, ¿y Spencer? – le pregunté a Kevin, que estaba ocupado en otra cosa. -No lo sé, se acaba de ir. No dijo a donde iba, ni cuando regresa. Solo abrió la puerta, dijo: vuelvo al rato. Y se fue. Es todo lo que sé. -Está bien – me senté en la cama y comencé a mirar fijamente las semillas de manzana, perdido. -Eh, ¿me haces un favor? Podrías darle esto – sacó de su bolsillo una bolsita, pequeña – a Gwen. ¿sí? Gracias, amigo. – yo no contesté nada, pero Kevin se lo había tomado como un sí. Me dirigí rápido a la puerta, la habitación no estaba tan lejos, pero tardé un rato en seguir caminando. Avancé por el pasillo y subí las escaleras. Camino a la habitación de Gwen, escuché algunos susurros y risitas. -… es tan lindo, sabes, él y sus amigos tienen un grupo en donde él canta, tiene una preciosa voz… Aquella voz no la conocía bien, no la podía identificar, entonces me acerqué más a la habitación. -… Oh, Liam tiene esos preciosos ojos que con solo verlos te consumen poco a poco, casi duele mirarlo, su hermoso cabello está perfectamente despeinado, y es absolutamente perfecto, no tiene ninguna imperfección… Definitivamente estaban hablando de mí, pero… ¿Quién? -…Todavía me acuerdo la primera vez que lo vi, estaba con Spencer y Kevin. Claro que soy nueva, creo que a él no le gustaré, tal vez quiera salir con alguien que conozca mejor. Al momento en que lo vi me enamoré por completo. Fue a primera vista. Creo que día a día me enamoro más. Cuando pasó por mi lado en las escaleras, sentí que no podía respirar. Quiero que algún día estemos juntos, pero creo que no soy digna de Liam… Cuando me acerqué mas, la puerta estaba entre abierta, vi perfectamente hablar a Stella. Con Gwen y Charlie. Aunque no entendía nada. No podía haber escuchado mal. No podía estar hablando de otro Liam, me acuerdo que la conocí cuando recién había llegado y se había confundido de habitación. Era nueva, era imposible confundirse, estaba hablando de mí. Me alejé de la puerta y me di cuenta de otra realidad. Miré a Stella y me di cuenta de que era muy hermosa. No veía a otra chica como estaba mirando a Stella en ese momento. Era completamente distinta a cualquier otra chica que hubiera visto, y si apenas la conocía. Dejaron de hablar. Apagaron la luz. Me alejé rápidamente y volví a mi habitación. Cerré la puerta a mis espaldas y me apoyé en ella. -¿Y a este que le sucede? – preguntó Spencer, había vuelto. Estaba sentado en su cama. -Se fue a darle una cosa a Gwen ¿se la diste verdad? – negué con la cabeza - ¿Por qué? Era importante, Liam. -Escúchame, Kevin. Pasó algo. – dije, y se alertó un poco. Spencer si apenas estaba escuchando. Me separé de la puerta y me senté en la cama. -¿de qué se trata? – preguntó Kevin. Spencer se quedó ahí mudo, pero por su mirada, no negaba que le intrigaba la respuesta. -Estaba yendo a la habitación 98, cuando escuché que estaban hablando Gwen, Stella y Charlie. – dije nervioso. Me miraron como si no les importara – de mí – ahí se pusieron a escuchar lo que les decía. Les conté toda la historia de principio a fin. Y al final se quedaron mudos, pero luego Spencer comenzó a reír. – hey, esto es enserio. Estaban hablando de mí. No es gracioso. ¿Qué te provoca risa? -Todo, no puedo creer que a una chica le gustes. Y menos a Stella. -¿Qué tiene? -Stella… una chica millonaria. Tú eres huérfano. Pobre. No puedes estar con ella. -¿Quien dijo que quería estar con ella? Yo solo dije que había hecho eso, no que me gustaba. Además, ella dijo que no era digna de mí. -Mmm… interesante… ¿seguro que no habla de otro Liam? -Completamente. Hablaba de mí. Dijo que cuando me conoció estaba con Spencer y Kevin. Ustedes. ¿Qué otro Liam puede ser? -Y… ¿ellas que dijeron? – preguntó Kevin – ya sabes. Gwen y Charlie. -Ellas no dijeron nada, solo rieron. No creo que sea nada importante. Spencer se levantó y caminó por toda la habitación, nervioso, pensativo. -Esto sí es importante. Liam. Eres el sueño de una chica, y lo mejor es que Qué chica es esa. Es millonaria, bonita. Perfecta. Yo digo que deberías lanzarte. -Pésima idea, Spencer, además ni siquiera la conozco – dije. Porque de verdad si apenas sabía su nombre. -Entonces conócela. Acércate, sé su amigo. Gánatela. – dijo Kevin. -¿En qué me ayudas Kev? – dije casi gritando. -En nada- respondió Spencer – él me apoya, debes ir por ella. -No me están escuchando. Ella no me gusta. Tan solo es una conocida, además, ¿Y si todo el mundo lo comenta y hacemos el ridículo? -¿Lo consideraste? – preguntó Kevin. Al mismo tiempo que Spencer me miraba curiosamente -Es verdad. Tal vez esté hablando de otro Liam. Es imposible que sea este Liam Pierce. -¿Qué? No. Estoy seguro de que soy yo. No es otro Liam. Yo las escuché hablar de mí. Lo probaré. -¿Cómo? ¿Les preguntarás si estuvieron hablando de que Stella está enamorada de ti? – preguntó Kevin – no creo que sea el mejor plan. -No, claro que no, ya sé que hacer, ¿y si mando algún espía para hacerse pasar por su amigo? -Eh… creo que lo mejor sería que dejes de molestar con ese tema, no creo que este enamorada de ti. Es Stella. – concluyó Spencer. -No lo creo, y mejor aun, yo voy a hacerme pasar por su amigo, así ella vendrá a decírmelo a mí. ¿no lo creen? Si, si lo creen. -Haz lo que quieras – dijo Kevin – pero… ¿y si por alguna de esas cosas de la vida terminas enamorado de ella? Estaba a punto de salir de la habitación. Tomé el picaporte y antes de salir y cerrar la puerta detrás de mí, dije: -Eso nunca podría pasar.
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