Lagrimas con sabor a la realidad que nos empuja hacia un mismo sentido Llore sin alguna razón del pensar que tendrías que ser la fórmula que solucionen aquellos problemas; me hiciste la persona más valiente del universo, si me distes la magia, la valentía, la fe y la sencillez .como ves me hiciste un ser divino, me regalaste el espíritu que quizás en tantas noches pensaba que lo había perdido en la oscuridad de aquel insignificante inframundo; caminando como tantos vagabundos ,me miraste, me abrazaste , me alegraste , me salvaste , me sanates y sin darte cuenta me condenaste a la pasión de adorarte. Con solo una sonrisa que me decían en susurros que todo estaría bien , pero que tortura es ya pensarte con ya ni siquiera hablarte , pero mi corazón debe aceptar la culpa que mi peor tormento es cumplir esta condena de amarte en un silencio de esta eterna angustia. Quizás recuerdes estas palabras de este pobre poeta; que ya nada le pediría a Dios por qué estar contigo fue lo más maravilloso en este planeta, pero nunca supe aceptar que tenerte a mi lado fue más de lo que no tanto hubiese soñado. No me imagino un minuto sin tus besos, sin tus caricias; porque eres la esencia que respira mi carma, porque reencarnas mi ser de tantos amaneceres grises, con solo ya sentir tu presencia haces que entre en una paz inmensa que recorre en cada vena de mi corazón que hace que pierda la razón y despiertas esta grande pasión que con tanta emoción; que ya perdí la noción del tiempo. Eres mi princesa de aquel cuento donde yo simplemente era mendigo que supo que lo más valioso, no es seguir viviendo con muchas riquezas y tantas tristezas que llenan los corazones de melancolismo y así los arrastran aun abismo. Yo sé que Dios nos bendijo el camino de seguir sobreviviendo alas tornados que arrastran mentiras llenas de odio abominable de todo ser en la fase de la tierra. Ocasionando terremotos llenos de discusiones que nos llenan le mente de ficciones arrogantemente absurdas que no nos dejaban ver más allá de nuestros ojos; ocasionando tantos enojos que nos alejaba de la solución que avista no fue una premonición saber que allí estaría la gran razón por la que nunca lo tuvimos abiertos nuestros corazones de aquella nube opaca que dejaban caer lluviosas noches de desconfianza, que rompió este lazo con cada insulto de este triste impulso que ahogo nuestros corazones dejándonos sin pulso. Nos arrancó lo más valioso y no hicimos nada por impedirlo; solo mentirnos para sentirnos dichosos de los grandes destrozos