Las razones para salir de la cama me han abandonado hace ya largo tiempo, la comida ya no representa placer a ninguna temperatura ni sabor. El sexo no es más que mi unión con otro solitario, ámbos buscando algo que querer, cuando nada queremos. El arte y la lectura, son dos mundos a los que me es imposible llegar; y cuando escucho la música, ya no me llena los oídos ni el corazón. Y es que mis sentimientos duermen desde que te fuiste, más uno permanece activo y amanece conmigo al abrir los ojos, la culpa. Me mata por dentro desde hace ya muchos meses, como un piojo me chupa la sangre y como un loco me trastorna la cabeza. Dime, ¿Cómo seguir cuando mía es la culpa de tu ausencia? ¿He de morir yo para enmendar el terrible error de tu partida?