Cuando el temporal de la vida azote sin piedadlos tejados que a duras penas cubren el edificio donde habitan en precariola familia de tus sentimientos más ocultos y la impotencia ante tantas adversidades te quiten las ganas de seguir luchando...No lo dudes, la mejor solución es cortarse alegremente las venas del miedo y dejar que la cálida viscosidad del gritoconvertido en sangre bermejacorra suavemente por los canales que arañan sin piedad los tejidos de tu pielque poco a poco abren sus manos para acariciar en lo más hondo del silencioel dulce alivio que te lleva casi en volandas a la eterna locura que deja en ridículo a todos los que quieren controlar desde la inmensa soledad de un despacholas leyes naturales que emanan de los corazones generosos que cada día mueren ante tantas injusticias, guerras y hambre...