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Leyendo a Cortázar me imaginélos boxedores sucios y sangrantes,con un brillo de sudor por todo el cuerpo,cual si fuera el aura de dos santos,me imaginé tu rostro en uno de ellos,golpeando y siendo golpeado,como caías al suelo, te levantabas,al otro combatiente te abrazabas,bailabáis,sobre el tapiz del ring una danza caliente los dos bailabáis, golpe a golpe,beso a beso, y tú, mi amor,eras uno de ellos. Fuga. Fuga, fuga, fuga...En el cerebro de Beethoven anida una fugaque rompe la melodía, que abre un nuevo tiempode la música vienesa... Fuga.Y el viejo músico atraparla quierecuando entra en agonía, y cuentapor minutos sus días. Luchahasta la madrugada, quiere de su mente enfermasacarla y liberarela, fuga, fuga... lo átonoha nacido: no hay movimientos, tonosni finales deslumbrantes. Es un fluircontinuo de la sangre, el viaje interminablede las nubes por el cielo. Es una fugaconcebida como el aliento de lo divino. Los dejas caídos sobre mis piernas,son aves migratorias cansadas,reposan en la suavidad de las medias,leve caricia como un rayo de solde la tarde moribunda. Siento tu regreso como algoque ha venido a hacerme daño, Laura...Laura...Que traes la daga para rosas rojasdibujar con ella en mi pielque te desea, Laura...Para hacerme daño, Laura...Has vuelto para hacerme dañoy nada más... y te abro la puertade mi habitación, te sonríocomo si fueras mi propia madrey te abrazo... hazme daño,hazme lo que quieras, Laura... -Dedicado a mi padre, acertado pero triste a partir de que perdió la Fe. La Catedraltiene un techo de cristaldonde golpean las blancas palomasal querer volar en su interior de tornasoles azulados. La Catedraltiene manchas de sangreque son el rastro imborrablede las blancas palomaspor ella degolladas. Como un romper de espejoses un cerebro que dice ya! y revienta.Saltan cristales, salta sangre.Y madera y sesos como vulvaes cuanto queda. El paso sobre la nieve de tu huída nocturna, que me deja desnuda y sin nada. Cruzas rápido el sendero de los besos azules, huyes con todas las caricias, silencioso, como un ladrón de iglesia. Has roto mi alegría, has emborronado mi mejor año, veo un herida en mi juventud que era blanca y dejo un rastro de gotas de sangre en los obsesivos viajes que hago por toda mi habitación. No puedo creer y el frío viene a por mi alma, ya sé que estoy sola.Shona Lee, 19 de diciembre de 2010. Es tu cuerpo que se quema lentamente, dejando un saborsuave en todo el recinto sacro, de cera... de cera es!De cera siempre fuiste y deseaste quemarte en una jornadacomo la de hoy, donde todos naufragamos entre tu muertey tu subida a los cielos... De cera es mi amor, mis ojos velados,de cera mis manos que al acariciarte se queman también.Nunca amé a los santos pero tú doblegaste mi voluntadácrata deseosa de lo ateo: por ti me arrodilloen el mágico altar, de luz benial, donde las espadas penetran en las llagas. Algo escribo desde las soledades de mi lecho:La flema corroe mis pulmones y hace que divague con mi casa.Mi hogar y yo vamos a la deriva entre todas las cosas apagadas.Mi habitación es una urbe en que resuenan espasmos quisquillosos.No puedo ver lo objetivo, simplemente un baile de lámparas.Las paredes son matizadas y periódicas y tienen la forma de un estigma.Todo en sí infiere sugestión y se amplifican los sonidos de mi tos.La fiebre hace de mí un ser a la deriva que se afianza a la cama como enigma.Y mientras se consumen los cirios de los días los mareos me atacan a sus anchas. Serena soledad, triste soledad, amarga,placer dulce en extremo, revive un viejo soltras las oscuras montañas que lo tragaron,llegada de un sol nuevo, barcos en el horizonte,frías gotas de primavera sobre mis hombros desnudos,caen en tierra deseosa, abro la boca, olas de tristeza surgen,escapan y me entran, las manos, la plenitud, los mejores días,el amor sabroso que se bebe... Navíos que se pierden bajo el mar,como flores ahogadas en el agua. Tú eres el alma,quien hace que en la casa nos amemos,quien nos fabrica lágrimaspara los tiempos de duelo, noches,pérdidas, soledades...Tú eres el alma, como madre es el pasillo,lo que engarza cada una de las habitaciones,cada miembro a un único cuerpo familiar,ella es la capitana, tú eres el alma papá... Shona lee. 28 de enero de 2011 La madrugada se arroja sobre mi piely la vuelve hermosa como la plata,ardiente como la cera, soy la chicade la cabaña, a los pies del profundo bosque,tú, que vienes con el cuchillo sangriento,de partir corazones en el pueblo, en el convento,te pasas por aquí y deshaces un poco másmi cama: ardes en mi cera, embelleces en mi plata,lobo siempre hambriento de besos,macho siempre necesitado de sexo,príncipe oscuro, el dueño del castillodonde nadie osa llamar... te metes en mícomo la noche misma, llueves sobre secospáramos, llenas mi dulce cañada, manchascon las yemas de tus dedos mi blanca piel de violada. 3 de enero de 2010. Cuando me dejes del todoel agujero que habráaquí dentro...será una cosa irremediable,no lo llenaré con besos,nadie que venga después de tipodrá hacer nada por míy yo seguiré tus pasosbuscando los rincones turbiosdonde te mueves.Cuando me dejes del todoyo ya no serviré para nadie,seré la mujer más desnuda,me querrán lejos mis padrespor esas sucias heridas... de ti. Tengo sangre en las manos y hay algún muerto por ahí. Lo peor de todo esto es que conozco profundamente a los cadáveres. Son ellos lo único en que me reconozco de todo lo que me está pasando. Estoy jodido, me arrastro por arena fina, busco mi camino. Pero por ahora tan solo tarnsito una senda que vete a saber de quien diablos es. Escucho el percutor de un pistola en mi nuca. Me temo que no voy a poder seguir contando lo que me pasa. Besos. Os quiero, extraños.
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Mara
Richard Albacete