Oct 16, 2010 Dec 15, 2009 Jun 09, 2009 |
SABÍA USTED QUE... Autor: José de Cádiz Molina Ubaldo 12 RAZONES PARA ESCRIBIR: 1.- El 90 por ciento de gente dedicada a las letras es porque hemos sido decepcionados en algún aspecto de la vida. Nos sentimos frustrados e impotentes, y escribir es una forma segura de ganar identidad, y ser alguien en el rebaño humano. 2.- Que el 90 por ciento de autores jamás llegarán a ser célebres, ni sus obras alcanzar la trascendencia. Sus letras engrosarán el polvo de los libros olvidados. Sólo un diez por ciento se atreverán a editar sus libros, y de cada diez mil escritores, solo uno alcanzará la tan anhelada fama. 3.- Que el 90 por ciento de autores somos gente improvisada y autodidácta. Solo un diez por ciento le da la debida importancia a la ortografía y preparación técnica. Y somos personas, tan engreidas e inseguras, que pensamos que el talento, si lo hay, lo arregla todo. 4.- Que escribir es una forma de escapar de la soledad o decepción en cualquier aspecto. UNa forma inteligente de llamar la atención, y decir: "mírenme aquí estoy". La infelicidad genera adicción a la pluma, y sufrimos mucho cuando nuestras letras (de la índole que sean), no logran ganarnos la admiración ni el cariño del prójimo. 5.- La internet y páginas como ficticia.com, entre otras, son un refugio de gente aislada, con graves problemas emocionales. Entre más adictos a la red, cuanto más desolados e impotentes. Lo peor es que llega un momento en que hacen de la web su única ilusión y esperanzas de vida. 6.- No hay personas realizadas o felices, en todos los aspectos de la vida, como el amor, la familia, o el éxito empresarial, que se dediquen a la pluma. Las personas encumbradas y éxitosas, no tienen tiempo de dedicarse a un oficio tan árido, y poco prometedor. 7.- Que el 60 por ciento de autores terminan dedicándose a la copa, o a las drogas, única forma de escapar de la terrible frustración del anonimato y el fracaso. Son bien pocos, los que alternan está afición con un trabajo decente, y bien remunerado, que les brinde nuevas esperanzas de vida. 8.- El 90 por ciento de autores fracasa, porque no le dan la debida importancia a las letras, ni pulen sus obras, de tal manera, que no pueda aguardarles el olvido, sino el éxito. La mayoría carece del talento para hacer de sus libros una obra de arte. ¿Que ironía no? "En casa de herrero asador de palo". 9.- Que los aditores, se aprovechan de los autores noveles, poniéndoles condiciones esclavizantes, como el de la exclusividad (si tienen éxito), con unas regalías más propias de un cargador de cualquier mercado. 10.- La mayoría de escritores, FRACASA en la edición de su primer libro, tan es así, que empiezan autopublicándose, y porque la obra jamás recibe la debida publicidad. Tampoco los escritores se ocupan de lo que quiere leer el gran público. Así tenemos: a un público que no lee, y una pléyade de autores que no escriben obras interesantes, que a más de divertir ilustren. 11.- los editores lo saben, de ahí que en el lanzamiento de un autor novel, un libro nunca rebase los quinientos o mil ejemplares. Pero un libro que tienen la certeza del éxito, se le abren todas las puertas. Saben que ahí hay un negocio seguro. 12.- Como cualquier editorial no deja de ser una empresa comercial, ahí no hay samaritanos, sino gente con un agudo olfato para los negocios. De ahí que los libros de gente famosa, como actores, políticos, o sicarios, los publiquen inmediatamente, aún cualquier basura que carezca de valor literario. Bisnes son bisnes. CONTINUAMOS CON NUESTRA INVESTIGACIÓN MUCHOS SALUDOS MI SUBCONSCIENTE José de Cádiz Me sumerjo lentamente en las profundidades de mi psiquis Pretendo olvidarme completamente del mundo que me rodea Una parte de mi se rebela y exige mantenerme en la superficie A veces decido sambullirme plenamente en la inconciencia Cuando duermo aflora completamente la cara oculta de mi personalidad Me sorprende descubrir mis emociones y verdaderos sentimientos Durante el día descubro que sigo estando dormido y actuando por impulsos Pronto comenzará una lucha febril entre la certeza y el ensueño Frecuentemente como topo temeroso me asomo completamente a la realidad Anhelo encontrarme un cielo despejado y lleno de luz Negros nubarrones anuncian un huracán que se avecina Sé que lo convulsionará todo y la humanidad se esconde temerosa Siempre he pensado que los humanos tenemos la conciencia dormida Tal vez resulte más cómodo para nuestro bienestar y equilibrio Obviamente si fueramos conscientes seríamos más justos y sanos Hoy he decidido emerger completamente a la superficie de mi realidad Hoy enfrentaré con valor la crueldad que me rodea Ya no me esconderé más y trataré de ser feliz en medio de la tormenta Buscaré un remanso de paz dentro de mi corazón como un oásis Es tan frágil la línea divisoria entre la felicidad e indiferencia ©josedecadiz LITERARIAS.Cuentos, poemas, ensayos y novelas. Ellas son: www.lacasadeasterion.netwww.ficticia.com Búsqueda: josedecadizNicks: "huevosdeoro" y "unpenefamoso". Será un placer. José de Cádiz EROS VIAJANDO EN EL METROJosé de Cádiz Son las dos de la tarde y es una de las llamadas horas pico en El Metro. El calor es insoportable y todos vamos atiborrados como sardinas. Rostros cansados carcomidos por la rutina; miradas pícaras que se aprovechan de la situación.A través de la ventanilla veo pasar impávido las diferentes estaciones: Viaducto, Chabacano, Hidalgo, Bellas artes, Alameda, de la ciudad de México. Las puertas se abren y se cierran en forma intermitente.Oleadas de gente salen y otra muchedumbre entra. En Viaducto, aprovecho el desalojo momentáneo para refugiarme en un rincón del vagón. Me recargo de espaldas sobre el andamiaje, para no sentir el peso de aquella humanidad.Cierro los ojos y me imagino por un momento viajando en un cohete espacial a velocidades supersónicas. Me sumerjo en el tiempo. De pronto, siento una deliciosa sensación en la entrepierna. La presión de aquel promontorio voluptuoso es cada vez más insistente.Abro los ojos y descubro a una chica de espaldas frente a mí. Tiene unos 17 años y usa falda corta con una blusita apretada sin tirantes. El pelo suelto a la altura del hombro le brinda un aire sensual. Porta botas hasta las rodillas y me acuerdo que así visten las "teiboleras" de la Avenida Insurgentes, ¿será ésta una de ellas?De todos modos a esas alturas mi erección es total. No puedo sustraerme al encanto de aquella sensualidad y recargo toda mi humanidad con lascivia. La chica no se mueve y antes bien creo que coopera levantando el trasero a la altura de mi miembro que amenaza con romper el pantalón. Así permanecemos durante breves intervalos. Finjo desorientación y acerco mi aliento a la altura de su cuello que exhala un perfume selvático casi desconocido para mí. Siento como se estremece y un rubor enciende su mejilla derecha. Nunca me alegro tanto que aquel medio de transporte esté tan apretado. En cada estación temo que se desaloje lo suficiente como para terminar con aquella subyugante sensación... que aquella chica salga corriendo.Otra oleada de gente nos apretuja y aprovecho para acercar mis labios a su cuello en un audaz arrebato de pasión. Siento el estremecimiento total de los dos y le paso mis manos por su cintura. Ya no cabe duda, la chica está cooperando o sintiendo lo mismo que yo. Mis manos estrujan con fruición aquella breve cintura de piel tersa. Suben con sigilo hasta sus pechos y acarician lentamente sus pezones. Esto la pone fuera de control y súbitamente se voltea hacia mí. Yo espero una cachetada pero en lugar de eso me mira un momento y me besa con frenesí. Ahora somos una pareja más de las muchas que recorren diariamente El Metro, sólo que un poco más cachonda, más desenfrenada.La gente ni se mueve o finge no darse cuenta. En un arrebato de lujuria la chica busca ansiosa el ziper de mi pantalón. Mete la mano y estruja deliciosamente mi miembro en toda su longitud. Gotas de lava ardiente escurren por sus manos.Hay algo que nos pone a los hombres a mil por hora: que nos agarren el miembro. Siento que estoy a punto de venirme cuando en el colmo de la intrepidez saca mi pene y me recarga fuertemente contra la pared del vagón. Esto fue suficiente para que meta mi mano en sus piernas hasta encontrar una vellosidad singular. Hurgo ansioso en su pequeña vulva y la encuentro palpitante y mojada.Apenas una diminuta tanga cubre la entrada de su vagina que sin más ni más hago a un lado dispuesto a penetrarla y de ser posible atravesarla. Nuestra respiración es agitada y profunda, sin embargo tratamos de "controlarnos".Apunto mi miembro en su vulba y en medio de aquella multitud que nos rodea y la zambullida es inédita y total. Hicimos un esfuerzo sobrehumano para ahogar un quejido lastimero...El vaivén vertiginoso de aquel tren parece confabularse con nuestra lujuria. No sé cuánto tiempo pasa, 5, 10, 30 minutos... quién sabe, sólo que cuando reaccionamos estamos solos en la última estación del Metro. Este usuario no tiene textos favoritos por el momento
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