Feb 10, 2012 Feb 08, 2012 Jan 12, 2012 Jan 07, 2012 |
Eres tan lejana como los vientos solares,abducidapor el cuerpo de metalque tras morir ha regresadoinstaurando un nuevo orden en tu casa,ahora haces magiay trazas círculos de fuego,inventas en espejos nuevos rostros,tu cadencia es muy extraña,el argot con que vistes a tus palabrassuena a cosa de otro tiempo, cúal si Ontarioperviviera junto al ácido en tus venas...Ha vuelto el diablo, y con él las noches preñadasde paseos circularespor las calles que apresaron nuestros cuerpos,nuestras almas, y la voluntad conjuntade albirar una luz blanca en el futuro que rompiócomo el cristal, restalló de modo cruelel maldito sueño, silencioso transitarpor las vías del ferrocarril,cogiditos de la mano como niños,hacia el túnel que se come a las bestias descarriadas...Todo eso ha vuelto y yo deseoque seas tan lejana como los vientos solares,la tundra que malvive en Siberia, los koalasque dormitan todo el día en Australia,o mi deseo muerto y encriptado,que por ti fue fue de tu mano al infiernoy regresó... tan sólo para llorar.(Poema realizado conjuntamente con Mónica Loureiro; 22.01.2012) Voces, escritos,labios preciosos,hermosas letras,todo me lleva a ti.Y en el camino me pierdoporque tú eres de esas cosasa las que jamás se llega.Voces, escritos,lo anuncian en mi interior:todo me lleva a ti. Dentro. Carne en la pared,líquido, sombras preñadas de rumores,In Excelsis Deum.Huellas de pies desnudoscaminando hacia las nubes, ingratitud,posesión. Y me tiemblan las manos,se me caen los dedos... amén.Amén, amén... deconstrucción,quema de los puentes, arrebato... Eres una cruz,una cruz pintada en un lienzo desnudo,una cruz marcada en mi cuerpo perdido,eres una cruz,que hace daño al abrazarla,regala besos de fuego,acaricia con yemas de clavos,se pudre en el pozo de mi memoria licuada. Cruz, fuiste mi encrucijada... Cerrado. Cuando las manos se pliegan,muros... cae el silencio,una espesa lluvia borra los paisajes.Hay un alma: es la habitación postrera,donde revienta tu voz como las balas,cerrado.El frío de la tarde, las nubes grisesque raspan con sus vientreslas lomas de los prados, tu sombra...tu pistola en mi sien,me someto entregado a tu podery te regalo caricias. Ve más allá de mí, pero aprende con las heridas de mi cuerpodonde no debes dañarte,soy un padre, soy tu ejemplo, el mal ejemplode cuantos senderos torcidossaldrán a tu paso, debes ya conocerlos.Conoce todo cuanto es mío y aprende luegolo que yo nunca he sabido, tras pisar mis huellasprosigue tu sendero que te lleve a lo lejos,descifra secretos que resbalaron cúal pecesen mi cerebro angustiado, ve más allá...Atraviesa los ríos que a mí me dieron miedo, cruza las ciudades nocturnasque yo no pude hacerlo, mi tiempo era muy cortoy se hallaba cercenado, tu voluntad es de acero, tira abajo las puertas de los dormitoriosmarcados con letras escarlatas, goza más allá de los límitesque te impongan quienes pergeñanuna arquitectura radial para cuerpos muy fríos.Tira una línea que abaste todo cuanto el deseodemanda, yo me quedé encerrado en el templo,aunque grité empecinado, mi corazónfue de ellos, y como a un animal me han tratado. Más allá de mí, eslabón de cadena hiriente, miembrode columna infame, mi hijo librará de su vidatanta argolla... Como flores rojas de la pielque la sangre huntó, los cuerpos descansanesparcidos por los campos, troceadosen si mismos, puzzles horrorososque ya nadie va a completarpues la guerra ha terminado y los soldadosson las sombras que se pierdende esa memoria selectivacuya obligación primera es liquidarestos años de horror,esos nombres que se han perdido... como floresrojas bajo un cielo oscuro, atronador.Ahí están nuestros hijos, pero no encontramossus manos ni sabemos dar con sus labios,no vamos a pedirles nunca perdónpor envolverlos en banderas de la patriay llevarlos directos al frentecon los trenes de la muerteque viajaron sin cesar. Hay brillos de luz sobre sus raíles acerados, como flores blancas de nuevos hijosque podrán vivir en paz.Si nosotros no nos volvemos locosun vez más. Entonces, flores rojas...gotas de sangre sobre el acero, culpa que enterrar. Como flores rojas de la pielque la sangre huntó, los cuerpos descansanesparcidos por los campos, troceadosen si mismos, puzzles horrorososque ya nadie va a completarpues la guerra ha terminado y los soldadosson las sombras que se pierdende esa memoria selectivacuya obligación primera es liquidarestos años de horror,esos nombres que se han perdido... como floresrojas bajo un cielo oscuro, atronador.Ahí están nuestros hijos, pero no encontramossus manos ni sabemos dar con sus labios,no vamos a pedirles nunca perdónpor envolverlos en banderas de la patriay llevarlos directos al frentecon los trenes de la muerteque viajaron sin cesar. Hay brillos de luz sobre sus raíles acerados, como flores blancas de nuevos hijosque podrán vivir en paz.Si nosotros no nos volvemos locosun vez más. Entonces, flores rojas...gotas de sangre sobre el acero, culpa que enterrar. Tu nombre sabe a sangre,el odio recorre las venas cuando te citan,tu armadura de metal esconde un corazón encristaladodonde las piedras rebotan violentamente,pues el hielo es eternoy lo fugaz de la vivencia humana pierde sus fuerzasy en las manos caídas, cansadas, abiertas,se descubre la marca de escorpión:Nefando venido del submundo,sólo encontrarás carne tiritando en el terror.Que te aproveche.
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