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Indignante que Textale permita insultos tan graves y personales como comentario a un texto completamente inocente y de un elemento al que desconozco completamente. Un tal:Tomás R. Ramírez Me dejó esta agresión verbal como comentario a mi publicación de ayer, día 12/03/13, "Dime que sí": "Otro arjona tercermundista más y van. Sos creo que el sexto que leo en la noche. A ver Julián. Cuando vos a una mujer le decis que la amas, y paso siguiente le empezas a hablar de: sus ojos, sus mejillas, sus besos como droga, su cuerpo bello, etc. Le estas hablando de su físico. No de su persona. Entendes? Entonces, decirle que la amas, refiriendote a su cuerpo, y encima decirle que la vas a llevar al altar quiere decir lo siguiente: QUE SOS UN PAJERO DE MIERDA MENTIROSO DE CUARTA POCO HOMBRE DESHONESTO BASURA HIPOCRITA Y BIEN HIJO DE PUTA. Esta claro?... Ojo, sos un hombre, como yo y todos los demas. Tengo muy en claro que es la forma en que nos manejamos casi toda la vida. Pero loco, hace falta que vengas a escribir estas porquerias aca y hacerte el poeta? Andate a la concha de tu madre." Y como consecuencia pido a los encargados de crear y organizar Textale que este ser sea expulsado de Textale, sus comentarios borrados, porque claro está que esto es denunciable, y que no se puede consentir más.En definitiva que o desaparece pronto de este foro o me marcho. Me daría pena, porque tengo muchos lectores que me siguen y una media de más de 80 lecturas por texto publicado. Y no se, si a este ser lo mueve la envidia o el simple afán de insultar vilmente y hacer daño. Pero son las opciones que hay. Siento que te busqué en el tiempo aun cuando ni existía, siento que me acerqué a tú vida desde aquel lejano día. Y yo que te esperaba a mi lado cuando amanecía, y yo que intuía que tu también a mi me querías. Es que te extraño tanto aquí en la lejanía, que un segundo lejos es pura melancolía. Que nuestro amor en el corazón tolo lo cubría. ¡Que ya te quería! ¡Que eras toda mi vida! ¡Ahora vivo para quererte! Y te ayudaré en lamentos que has sufrido otras veces. ¡Ahora vivo para quererte! Y te acerqué mi cuerpo y tú quisiste abrazarme y te besé mil veces y cuando desperté te había tenido para siempre y pude alegrarme. Y supe que nuestro amor era muy fuerte. ¡Ahora vivo para quererte! Porque ya se que esto no es un dulce sueño; Porque ya quiero despertarme y seguirte viendo. Llueve: De las fortalezas de la cúpula divina lentamente las tristes lágrimas resbalaban surcando el etéreo, efímeras se deslizaban a perecer sobre el espejo de Catalina. Creándose en la frígida materia cristalina fulgores concéntricos que al crecer se besaban y al morirse, las mañas de Poseidón frenaban y Lorenzo retornaba a ser el que ilumina. Si sus rayos cruzan la lágrima vanidosa,los siete colores de su espectro nos presentan,en curva celestial que en los extremos se posa.Donde dulces duendes deambulan y oros ostentan;y muy alto, sobre ese arco, los sueños se hacen cosa,realidad, o verdades. Que a las gentes contentan. Quisiera:Quisiera decirte cuanto te quiero,pero no tengo valor para nada,pues, si rechazas todas mis palabras,quiero, pero bien sabes que no puedo.Conocí al verte el amor verdadero,hermosa estabas aquella mañana,hermosas palabras en tu garganta,soñé que hablabas para mi primero.Ahora desearte fue mi pesadillaestoy sólo, sólo con mis recuerdos,pienso que estás ahí sentada en tu silla.Quisiera olvidar todos esos miedos,poder hablar sin ninguna mentira,que esa pesadilla fuera mi sueño. Sonoro silencio:Un pentagrama marca ese sonidoque repiten en silencio las notas,que forman con las monótonas gotasel recuerdo más triste del olvido.Brisa que el rayo de sol no ha partido,trueno apagado que ya no alborota,luz incendiaria de un alma devota,filo de espada que yace vencido.Esta seca lluvia que cae en mi frentees como el carbón: negra, mala, dura...con dolor no bueno para el que siente.Todos eses recuerdos de hermosurame engañaron como el que mejor miente,¿quién no es quien de hacer tamaña locura? Soneto del amor: Las estrellas cubren de noche el cielo,las penas cubren hoy mi corazón;no sé como librarme del dolor,ni sé como decirte que te quiero.Quiero salvar mi alma, pero no puedo,quiero despertarme como una florpara que nada mate nuestro amor,y no borrarte de mi pensamiento.Seré feliz, el día que esto consigay después mi corazón reirá solocuando tu mirada sea también mía.Cualquier momento será un gran tesoro,si tus ojos miran con fantasía,si estás conmigo y no con cualquier otro. ¿Odio o amor?Intenté odiarte ahora,pero el amor es muy fuerte,no era un odio malsanopues tú me has dejado a un ladoy me abandonaste ante la muerte de una manera traidora.Ahora mi alma sufre sola,fuerte es su dolor, duromalsano y largo sin tu amor,lado claro, lado oscuro del rencor,muerte oscura, adiós a este mundo,traidora mujer, pareces loca.Sola estarás por dejarme heridoduro será el sufrimiento tuyo,amor que no resiste más males,rencor que se clava como puñales,mundo que se ha vuelto un muro,loca mi alma, que sin ti ha partido.Herido está este corazón mio y no eltuyo, que no tiene sentimientos, sinomales que lastiman al corazón,puñales que atraviesan mi pasión,muro que ha separado lo antes unido,partido está mi corazón desde esa vez.El sol ya no brilla en mis díassino, escucha cerca tu voz,corazón vuelve junto a mí,pasión vuelve ha decir que sí,unido entonces estará nuestro amorvez de veces, mejor contigo.Días y días han pasado sin tu voz,voz que me llenaba toda la vida,mi vida que ahora está vacíasi tú no compartes mi alegría,amor! Por eso te pido esta salidacontigo tendré siempre una razón.Con todo esto que te he dichoespero que vuelvas a mi ladoque yo seré tu buen abrigo. Belleza de mujer: Si me preguntas cómo definir la belleza. Yo te describiría la imagen de una mujer: Ella sería alta, y estilizada como idealizamos, en nuestros sueños, que un ángel debe ser. Con largas piernas, de alígero caminar, y cuya silueta bosqueje las curvas del edén junto a sus caderas y siguiendo hacia la cintura formando un diábolo que contornee su piel. Y su cara: ¡Cómo de otro modo no sería! Atesorará las mejillas sonrosadas del ayer, cuando el sol la soslayó con tímidos rayos, que nunca osarían oscurecer su alba tez. Sus labios, cuyo contorno representa... ¡La figura de un corazón! Son dulces como miel. Y su perfecta nariz, que con el aire que respira, a mí me embelesaría conformarme en molécula fiel. Sus hermosísimos ojos serán como faros que fulguren los océanos que, por ellos, a buen gusto surcaré; con finas pestañas que se arquean como juncos que en la ribera de esos mares encontraré.Al final, su cabello será sedoso, largo y sueltocayendo en los hombros que algún día abrazaré. Y si la encuentro. ¡Qué sé que existe! ¡Por lo eterno! Le procesaré toda mi fe. Sucederá cuando sea navidad. Ya habían pasado cinco años, y ella seguía esperando a que él le dijera alguna palabra de amor. Se acercaba otra vez la Navidad. Faltaban sólo tres días para conmemorar el segundo milenio del nacimiento de Cristo. Todas las ciudades estaban decoradas con la iluminación típica de estas fechas. Pero, donde ella moraba sólo la tenue luz de la luna brillaba entre la niebla formando extrañas sombras, que con el paso de los años habían dejado de darle miedo. Una noche más el insomnio y el aburrimiento la irguieron de su lecho, y se puso a caminar entre los fríos vapores de la humedad ambiental. Su cabello rubio flotaba al compás de su vaporoso vestido de gasa, de un blanco pulcro. Sus grandes ojos azules semejaban ser dos luceros en la oscura noche cuando el resplandor de la luz de la luna se reflejaba en ellos. No sentía el frío del clima. Sólo caminaba. Y su rápido avanzar hacía casi volar las yerbitas y helechos del monte. Con frecuencia su amado le traía ramos de flores, pero ya no hablaban. El silencio de sus palabras armonizaba con la tranquilidad invernal de aquel recóndito lugar. Lejos de allí. En el centro de la gran urbe, avanzaban los pasos de él, en soledad. Con la cabeza baja. Volvía a ser Navidad, esa época del año que tan poco le gustaba ya. Las calles estaban llenas de algarabía y de barullo. Los niños corrían lanzándose bolla de nieve. ¡Sí, de nieve! Quince años después había vuelto a nevar. Y este hecho aun lo ponía más triste y lleno de morriña. No a todo el mundo le sucede lo mismo, pero él era capaz de recordar con todo detalle la primera vez que había visto la luz de sus ojos. Estaba sentado aguardando al tren, en una estación lúgubre y sucia a las afueras de la ciudad. Había ido allí para una entrevista de trabajo y al ser invierno la noche se le había caído encima. Llegó el tren. Subió. Y cuando estaba sentado contempló el reflejo de Belleza resbalar por el cristal entre las gotitas de aquella noche lluviosa. Ella iba sentada en la hilera de asientos que se alineaban delante del suyo. No se había fijado en ella al entrar. Pero, de repente, su blanca piel, su dorado cabello y el profundo azul de los espejos de su alma le habían hecho perder el sentido. Nunca más borraría aquella imagen de sus retinas. Era amor. Sólo por volver a verla repitió gustosamente aquel trayecto de tren durante las dos siguientes semanas enteras, a la misma hora, en el mismo lugar y en el mismo asiento. Pero no volvió a coincidir con ella. El febril entendimiento de la desesperación no se conformaba con creer que sólo fuera una coincidencia, que quizás ella también había hecho aquel trayecto por casualidad. Mas era lo que parecía. Un año después de aquel suceso, se iba a abrir un centro comercial en esas mismas afueras de la ciudad. Donde estaba la lúgubre estación. Donde había descubierto lo que es la belleza. Donde había ganado y había perdido, al mismo tiempo, su amor platónico. Como no, volvía a ser Navidad, y él seguía sin trabajo. Ese centro comercial era su oportunidad. Tuvo suerte y lo contrataron de paje de Papa Nöel. No es que le gustase poner aquel gorrito, aquellas mallas y aquellos zapatones. Pero necesitaba el dinero, y en seguida le agradó su nuevo oficio al ver la ilusión y la cara de alegría de los niños pequeños. Después de una larga jornada de pie tenía mucha prisa por volver a su casa. Se dirigió con velocidad hasta la estación y se puso a esperar el tren. Mientras esperaba contemplaba el cadencioso viaje de los copos de nieve desde el cielo al suelo. Allí sentado, cansado, frío y ensimismado, observando como la nieve caía, no se percató de que una mujer se había sentado a su lado. La conversación fue escasa, pero suficiente: -¡Hola! ¿Qué haces aquí sentado sólo? ¿No sabes que hoy es veinticuatro de diciembre? ¡Hay que estar en casa con la familia! -¿Y tú? - Contestó sin mirar para ella. Pero sin dejarla responder giró la cabeza y volvió a ver el mar en aquellos ojos profundos, volvió a ver la luz natural que irradiaba aquel cabello angelical. Y calló. Ambos quedaron mudos. Mirándose fijamente a los ojos. Sonriendo levemente y dejando pasar el tiempo. La megafonía, con una voz electrónica, avisó de que a causa del temporal de nieve se suspendía aquella ruta ferroviaria. A ninguno le importó. Probablemente ni lo habían oído. Sus cuerpos seguían allí, pero sus espíritus volaban al unísono en el aire, entre los copos de nieve. No sabían si era el destino. No sabían si era un regalo de Navidad que les enviaba el mismo Dios desde los cielos. Lo que sí sabían es que desde aquella noche serían uno. Volviendo al presente. Él seguía caminando por las estrechas calles de la zona vieja de la ciudad. Allí había muchos menos adornos, menos luces, menos ruido y, por lo tanto, más tranquilidad. La tristeza que invadía su mente fue haciendo que, con cada paso que daba, percibiese menos donde estaba y del todo lo que lo rodeaba. Deambulaba como un perro abandonado, sin lugar a donde volver y sin morada hacia donde ir. Cerró los ojos y siguió caminando. Pensando en el pasado. Recordando cuándo era feliz. Bajó a la carretera y se disponía a cruzar cuando la velocidad de unas ruedas detuvo su paso. Tardó tres días en despertarse. Los necesarios para que el mundo, tal como lo conocemos, cambie por completo. Ya era otra vez la noche del veinticuatro de diciembre. Cuando se dio cuenta de que estaba despierto, caminaba entre la niebla espesa, en medio de un monte, no menos espeso. Ya no estaba triste. Por un segundo no sabía bien como sentirse. Seguía caminando, como tres días antes, sin saber a dónde iba, ni de donde venía. Sin embargo de esta vez había algo distinto, no caminaba sólo. A su derecha, y cogida de su mano, estaba su amada. Caminaban juntos nuevamente. Ya no sentían el frío de la nieve caer sobre sus cuerpos. Ni tenían miedo de las sombras que proyectaba la luna en la noche. Volvieron a hablar. Volvieron a expresar su amor, con palabras y con dulces besos. Volvían a ser uno nuevamente. El trágico accidente que los había separado cinco años atrás ya estaba olvidado. Eran nuevamente felices. No se sabe si sobre sus tumbas, alguna vez, alguien volvería a poner flores como él había hecho casi todos los días durante cinco años en la de su mujer. Pero eso ahora era lo de menos. Ya podían ir a buscarlas juntos. El milagro de la Navidad que los había juntado quince años atrás había vuelto para reunir lo que nunca había debido separarse. Siguieron caminando, hasta que la niebla hizo que sus siluetas se confundiesen entre a los árboles. Al mismo tiempo que la estrella que nos indica el norte brilló con más fuerza durante unos segundos. Ya eran las doce de la noche. Entrábamos en el verdadero día de Navidad donde todo es posible si lo deseamos con la suficiente fuerza y somos buenos de corazón. El verdadero espíritu de la Navidad no son las compras, no son los regalos, no son los adornos, ni las luces... lo verdadero es la familia, la amistad, el amor y la fe en que hasta la peor cosa que nos pase puede tener su parte positiva, dependiendo del punto de vista que le queramos dar. VERSIÓN ORIGINAL EN GALLEGO:Sucederá cando sexa nadal: Xa pasaran cinco anos, e ela seguía esperando a que el lle dixese algunha palabra de amor. Acercábase outra vez o Nadal. Faltaban só tres días para conmemorar o segundo milenio do nacemento de Cristo. Tódalas cidades estaban decoradas coa iluminación típica destas datas. Pero, onde ela moraba só a tenue luz da lúa brillaba entre a néboa formando estrañas sombras, que co paso dos anos deixaran de darlle medo. Unha noite máis o insomnio e o aburrimento erguérona do seu leito, e púxose a camiñar entre os fríos vapores da humidade ambiental. O seu cabelo louro flotaba acompasado co seu vaporoso vestido de gasa, dun branco pulcro. Os seus grandes ollos azuis semellaban ser dous luceiros na escura noite cando o resplandor da luz da lúa se reflicte neles. Non sentía o frío do clima. Só camiñaba. E o seu rápido andar facía case voar as herbiñas e fieitos do monte. Con frecuencia o seu amado traíalle ramos de flores, pero xa non falaban. O silencio das súas palabras harmonizaba coa tranquilidade invernal daquel recóndito lugar. Lonxe de alí. No centro da gran urbe, avanzaban os pasos del, en soidade. Coa cabeza baixa. Volvía ser Nadal, esa época do ano que tan pouco lle gustaba xa. As rúas estaban cheas de algarabía e de balbordo. Os nenos corrían lanzándose bolas de neve. ¡Si, de neve! Quince anos despois volvera nevar. E este feito aínda o poñía máis tristeiro e morriñento. Non a todo o mundo lle sucede o mesmo, pero el era capaz de recordar con todo detalle a primeira vez que vira a luz dos seus ollos. Estaba sentado agardando ao tren, nunha estación lúgubre e moura ás aforas da cidade. Fora alí para unha entrevista de traballo e ao ser inverno a noite caéralle encima. Chegou o tren. Subiu. E cando estaba sentado contemplou o reflexo de Beleza escorregar polo cristal entre as gotiñas daquela noite chuviosa. Ela ía sentada na fileira de asentos que se aliñaban diante do seu. Non se fixara nela ao entrar. Pero, de súpeto, a súa branca pel, o seu dourado cabelo e o profundo azul dos espellos da súa alma fixéranlle perder o siso. Nunca máis borraría aquela imaxe das súas retinas. Era amor. Só por volvela ver repetiu gustosamente aquel traxecto de tren durante as dúas seguintes semanas enteiras, á mesma hora, no mesmo lugar e no mesmo asento. Pero non volveu coincidir con ela. O febril maxín da desesperación non se conformaba con crer que só fose unha coincidencia, que quizais ela tamén fixera aquel traxecto por casualidade. Mais era o que parecía. Un ano despois daquel suceso, abríase un centro comercial nesas mesmas aforas da cidade. Onde estaba a lúgubre estación. Onde descubrira o que é a beleza. Onde gañara e perdera, ao mesmo tempo, o seu amor platónico. Como non, volvía ser Nadal, e el seguía sen traballo. Ese centro comercial era a súa oportunidade. Tivo sorte e contratárono de paxe de Papa Noel. Non é que lle gustase poñer aquel gorriño, aquelas mallas e aqueles zapatóns. Pero necesitaba os cartos, e axiña lle agradou o seu novo oficio ao ver a ilusión e a cara de ledicia dos nenos pequenos. Despois dunha longa xornada de pé tiña moita présa por volver á súa casa. Dirixiuse con velocidade deica a estación e púxose a agardar o tren. Mentres esperaba contemplaba a cadenciosa viaxe das folerpas de neve dende o ceo ao chan. Alí sentado, canso, frío e ensimesmado, observando como a neve caía, non se decatou de que unha muller se sentara ao seu carón. A conversa foi escasa, pero suficiente: -¡Ola! ¿Que fas aquí sentado só? ¿Non sabes que hoxe é vinte e catro de decembro? ¡Hai que estar na casa coa familia! -¿E ti? – Contestou sen mirar para ela. Pero sen deixala responder xirou a cabeza e volveu ver o mar naqueles ollos profundos, volveu ver a luz natural que irradiaba aquel cabelo anxelical. E calou. Ambos quedaron mudos. Mirándose fixamente aos ollos. Sorrindo levemente e deixando pasar o tempo. A megafonía, cunha voz electrónica, avisou de que a causa do temporal de neve se suspendía aquela ruta ferroviaria. A ningún lle importou. Probablemente nin o oíran. Os seus corpos seguían alí, pero os seus espíritos voaban ao unísono no aire, entre as folerpas de neve. Non sabían se era o destino. Non sabían se era un regalo de Nadal que lles enviaba o mesmo Deus dende os ceos. O que si sabían é que dende aquela noite serían un. Volvendo ao presente. El seguía camiñando polas estreitas rúas da zona vella da cidade. Alí había moitos menos adornos, menos luces, menos ruído e, polo tanto, máis tranquilidade. A tristura que invadía a súa mente foi facendo que, con cada paso que daba, se decatase menos de onde estaba e de todo o que o rodeaba. Deambulaba coma un can abandonado, sen lugar a onde volver e sen morada para onde ir. Cerrou os ollos e seguiu camiñando. Pensando no pasado. Recordando cando era feliz. Baixou á calzada e dispúñase a cruzar cando a velocidade dunhas rodas detivo o seu paso. Tardou tres días en espertar. Os necesarios para que o mundo, tal como o coñecemos, cambie por completo. Xa era outra vez a noite do vinte e catro de decembro. Cando se deu conta de que estaba esperto, camiñaba entre a néboa espesa, no medio dun monte, non menos espeso. Xa non estaba triste. Por un segundo non sabía ben como sentirse. Seguía camiñando, coma tres días antes, sen saber a onde ía, nin de onde viña. Mais desta vez había algo distinto, non camiñaba só. Á súa dereita, e collida da súa man, estaba a súa amada. Camiñaban xuntos novamente. Xa non sentían o frío da neve caer sobre os seus corpos. Nin tiñan medo das sombras que proxectaba a lúa na noite. Volveron falar. Volveron expresar o seu amor, con palabras e con doces bicos. Volvían ser un novamente. O tráxico accidente que os separara cinco anos atrás xa estaba esquecido. Eran novamente felices. Non se sabe se sobre as súas tumbas, algunha vez, alguén volvería poñer flores como el fixera case tódolos días durante cinco anos na da súa muller. Pero iso agora era o de menos. Xa podían ir buscalas xuntos. A milagre do Nadal que os fixera xuntar quince anos atrás volvera para reunir o que nunca debera separarse. Seguiron camiñando, ata que a néboa fixo que as súas siluetas se confundisen entre ás árbores. Ao mesmo tempo que a estrela que nos indica o norte brillou con máis forza durante uns segundos. Xa eran as doce da noite. Entrabamos no verdadeiro día de Nadal onde todo é posible se o desexamos coa suficiente forza e somos bos de corazón. O verdadeiro espírito do Nadal non son as compras, non son os regalos, non son os adornos, nin as luces … o verdadeiro é a familia, a amizade, o amor e a fe en que ata a peor cousa que nos pase pode ter a súa parte positiva, dependendo do punto de vista que lle queiramos DesideriaDerramaron sangre, por ti, mis ojos,Ensangrentada quedó entonces mi mirada,Sangre, sangre aflora sobre el oro,Incendiario de tu pelo, sobre la almohada.Doscientos años he pasado sólo,Esperando por esa melena dorada,Rezando por los zafiros, ¡tesoro!Inalcanzable eres, Desideria deseada,Amada aún más que el sol en el otoño. Sólo te quieroSólo queda una estrella en el cielo,sólo una lancha en el puerto,sólo un día del año,sólo una hora de fiesta...Tú no sabes lo que cuestasecar con un pañolas lágrimas del desiertodel no, al ¡te quiero!... Tu es la princesse de la beauté:Cuando leas esto, quieroque busques al que amas, si a ély si él no soy yo, tristeestaré, pero lo sabré entender.Desde la a a la zeta,desde el principio al fin,lee todo lo que te escriboy si me miras, sabré que no te perdí.Veo zarzamoras que zozobrancon tu voz, y que se cimbreanen la luz, como el zunidodel voraz viento en el cielo azul.Esas zarzamoras son palabrasque cuando las escribo, para que las leasno son capaces de encerrartodos los sentimientos que llevan.Lee todo esto mi princesaque tú eres la única que a micorazón le interesa.Tu es la princesse de la beauté. No lloresPorque tus ojos se ponen rojos,mi vida, no llores nunca,porque en tus pupilassigue estando ese brillo de luna,quiero, yo, que se alegren,porque para tristes las dunas que por el desierto vanbuscando para morir una tumba.Si lloras, las lágrimas correnpor esas mejillas tuyasque son rosáceas, y todo lo que deberían sentir es dulzura. Hoy no hay poemaHoy me desperté con una idea en la cabeza,un poema quería escribir,pero no me salía su letra,pues la llevará un sueñoadonde la palabra enferma. ¿Por qué la bella flor del narcisocrece al lado del agua del lagoe inclina su adormecida siluetahacia su reflejo de brillar claro?¿Es que aún sigue el joven incapazde separarse de su frío retratointentando darle un beso de amorque lo haga morir otra vez ahogado?¿Sigue sintiendo la pasión fervorosaque Némesis le dio en cruel pago,en venganza ante la bella ninfa Ecoa quién el dio un triste rechazo? Cómo quieres que yo a ti no te quiera eternamente,no me pidas que te olvide, que te recordare hasta el infinito.Es que tus rosados labios son la ambrosía de los diosesy la humedad de tus besos el dulce néctar del Olimpo.Tu pelo de oro es el río dorado en el que quiero nadar,Sí, el mar y el cielo de tus ojos son mi mejor destino.Cómo quieres que yo a ti no te ame por todo lo eterno,si en mi cuerpo y mi mente sólo pensarte marca mis latidos. EU PARA TI (orixinal en galego) Se eu te vise tristee unha bágoa humedecese as túas pupilasa miña alegría sería para ti,e sería o teu pano, só conque mo pidas.Se necesitases sonoe nas túas noites só quedase a vixilia,daríache o meu durmire sería a almofada que te acompañase ata o día.Se che faltase a saúdee quixeras que te coidase máis que unha vidaeu viviríaa ao teu ladoe procuraría ser a túa mellor menciña.Se algunha vez precisas amore estrañas que xa non tes o que antes queríassó dimo ben baixiñoque sempre serás a razón que me guía. . . . YO PARA TI (traducción) Si yo te viese tristey una lágrima humedeciese tus pupilasmi alegría sería para ti,yo sería tu pañuelo, sólo con pedírmelo.Si necesitases sueñoy en tus noches sólo quedase vigilia,te daría mi dormiry sería la almohada que te acompaña hasta el día.Si te faltase saludy quisieras que te cuidase más que una vidayo la viviría a tu ladoy procuraría ser tu mejor medicina.Si alguna vez necesitas amory extrañas que ya no tienes lo que antes queríassólo dimelo en bajitoque siempre serás la razón que me guía. Si fuera un anciano en el día más largosi fuera verano y con el cuerpo cansadome levantaría, apoyando el bastón,a besarte en los labios.Tenerte para siempre aquí a mí ladoes un sueño, espero para darte mí manoy al verte de frente saberme acompañadoy siendo feliz quedarme llorando.Y si me sonries, te mando un recadoyo quiero rodearte y aproximo los brazosno oigo más nada que tús latidosy te siento respirar.Y al ver que los años juntos van pasandocomo caen las hojas del otoño calladode corazón a corazónme siento tranquilo y muy sosegado.Y si me sonries, te mando un recadoyo quiero rodearte y aproximo los brazosno oigo más nada que tús latidosy te siento respirar.Y que si esto sucede o lo estaré soñandono hay nada en el mundo más deseado,me pregunto si sientes que yo te amo,y te quiero hasta el fin.Y es que ni recuerdosi hubo un pasadoantes de conocerte ya te había llamadohasta en cada sombra, yo te iba buscando sin saber.Y ahora ya te he encontrado, y te sigo amandoun día especial este día del añoacaricio tu cuerpo aterciopeladoy muero de frío.Tenerte junto a mí: lo mejor que ha pasado,me río contento con el resultado.Tener para siempre este amor tan preciado,siendo la única de mí corazón. Ahora el silencio se cierne sobre los cristalesgolpeando sus palmas y arañando en su cararompiendo en mil añicos los restos del almamarcando a gritos donde serán sus funerales.y la razón no resuelve como lo hacía antesno conoce el miedo de esa sombra en la camaya no le interesa vivir sin el calor de su llamay un corazón que no conoce todas sus verdades.tarde y a lo lejos sus ultimos latidos covardesmarcan donde paró su tiempo aquella que amaarrancan hasta el triste suspiro de sus entrañasarrepentido sepulcro donde olvidará sus males. Principales recursos estilísticos con ejemplos en mis poemas: -Símil (Comparar dos objetos o realidades mediante en nexo): “Las caricias traicioneras que me empujaron como si fuera un bandido” -Sinestesia (unir dos sensaciones que pertenecen a campos semánticos distintos): “Como silenciosas caricias de amistad” -Sinécdoque (alterar por extensión o restricción el significado de una palabra): “una señal recibieron las velas para cruzar el ancho océano” -Personificación (o prosopopeya atribuir a un animal o cosa cualidades humanas): “por ella, es que sonríe el sol” -Paradoja (utilizar una expresión aparentemente contradictoria que invita a la reflexión): Poema LXIV “Presa libertad” -Hipérbole (exageración): “mi vida que ahora está vacía, si tu no compartes mi alegría” -Apóstrofe (exclamación): “¡Te quiero, te quise y siempre te querré! -Antítesis (contradicción): “Un pentagrama marca ese sonido que en silencio repiten las notas” -Alegoría (usar una expresión en forma metafórica para expresar otra): Poema LV “Así es ella” -Asíndeton (ausencia de nexos, para dar rapidez): “negra, mala, dura” -Polisíndeton (abundancia de nexos, para dar lentitud): “eses y erres y eles se suceden…” -Paranomasia (contraponer dos palabras de sonido parecido pero de distinto significado): “y lucen elegantes luces legendarias” -Paralelismo (repetición de estructuras sintácticas): “que el amanecer está nublado, que las gotas son puñales de llanto” -Epifora (repetición de una palabra o expresión al final de oraciones o versos): “para saber que no estoy perdido, no estoy perdido” -Epanadiplosis (empezar y acabar una oración con la misma palabra): “Naranja, como las naranjas” -Derivación (repetir una palabra de la misma familia léxica): “en rosas rosadas, rodeadas de aromas” -Concatenación (repetir la última palabra de un verso como primera del siguiente continuamente): Poema LIV “¿Odio o amor?” -Anáfora (repetición de una palabra al principio de cada verso): “Cuando paseábamos por los campos verdes. Cuando besabas mi boca y decías ¿Me quieres?...” -Anadiplosis (repetir la última palabra de un verso como primera del siguiente): “Días y días han pasado sin tu voz. Voz que me llenaba toda la vida” -Aliteración (repetición de un sonido para dar una determinada significación): “Raros ruidos rubrican el rápido roncar del roedor que rara vez repara…” -Quiasmo (colocar dos miembros equivalente cruzados): “¿Qué corazón golpeado y malherido, malherido y golpeado no lo ha de envidiar” -Hipérbaton (alterar el orden lógico o normal de una oración): “porque tus ojos se ponen rojos, mi vida, no llores nunca” -Interrogación retórica (consiste en una pregunta que no necesita respuesta): “¿Quién no es quién de hacer tamaña locura” -Lítote (negación de lo contrario que se quiere afirmar): “con dolor no bueno para el que siente” -Ironía (decir lo contrario de lo que en realidad dices): Poema LII “Alegre dolor” -Reduplicación (reiteración seguida de una palabra): Palabra “que” en Poema XVI “Luna dímelo” -Encabalgamiento (acabar una frase que se empezó en un verso en el siguiente): “hoy me desperté con____ una idea en la cabeza” -Refrán (repetición de un verso al final de cada estrofa durante todo el poema): Poemas XLII “Celos” y LIII “Te querré eternamente corazón” -Leixaprén (repetición del segundo verso de una estrofa como primero de la siguiente sucesivamente): Poema LIII “Te querré eternamente corazón” -Epíteto (adjetivo que no es necesario): “Es como el carbón: negra, mala, dura” -Oxímoron (juntar dos palabras o ideas que lógicamente no podrían coexistir): “esta seca lluvia que cae en mi frente” Mira como brilla la luna,esta noche, en aquella piedraesperando que yo me muera,marcando mi futura tumba.Escucha como aulla el lobo,entre las altas montañas,llamando triste por su amada,pues tampoco quiere estar sólo.Prueba el sabor de los labiosinertes sin tus dulces besos,siente en ellos el deseoque guardo desde tu adios.Huele el perfume del crespónque cubre la última copa,recuerda de quien hiciste mofa,recuerda que allí murió tu amor.Toca el velo que me cubre,está aún caliente en mi piel,nunca olvides que te fui fielaunque, es tarde, el amor se pudre. Duerme niña:Duermete mi pequeñita niñaque la luna ya bebe en el lagolágrimas de este triste díaque a tus ojos se hace más largo.Cierra ahora tus ojitos clarosque ya la noche se enfríacon el rocío empezó su llantocon tus sueños su nueva vida.Llena tus sueños de la risaque el corazón pide tanto,tápate con la dulce brisaesperando que llege el verano.Aguarda mi niñita otro añoque el tiempo pasa deprisacogidita estarás de mi manosuaves serán mis caricias.Llámame entonces , mi amigasabrás como yo te amoque tú eres el ser de esta poesíadormidita estarás en mis brazos. Pronunciar tu nombre me eleva a la luna,y al oírlo solo pienso en nuestra unión,ese nombre perfecto para una canción,tenerlo conmigo es indispensable,saber que es el nombre de mi amor. << Inicio < Ant.
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Fin >> A mis críticos y detractores, de los cuales hay algunos que reiterativamente, molestan quiero asegurarles que NO me conocen en lo más mínimo. No escribo en Textale para ser comentado por nadie, ni es mi afán que me lean. Lo que aquí pongo son tan sólo palabras, sin otra aspiración más que la buena voluntad de escribir algo. Sé que muchos de mis textos son de difícil interpretación, como ya me han indicado algunos, y el nivel de esta página quizá se adecúe a textos más sencillos. No cambiaré lo que hago pues ello sería corromper mi esencia, cosa que No puedo hacer. El que se molesta, que se moleste. El que quiera enviar mensajitos los borraré sin leerlos. Espero que algún día encuentren dentro de ustedes mismos, el placer de escribir por tan sólo escribir. Espero que todos la pasen bien y se encaminen a hacer algo fructífero. Richard Albacete.
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