Oct 15, 2014 Oct 14, 2014 Oct 13, 2014 Oct 12, 2014 Oct 06, 2014 Oct 05, 2014 << Inicio < Ant.
[1]
2
3
4
5
6
...
28
Próx. >
Fin >> |
Este usuario no tiene textos publicados por el momento. VIERON CUÁNDO EN UNA NOVELA DE POCO "RAYTIN" SE LES VA ACABANDO LAS IDEAS Y DE REPENTE LOS GUIONISTAS DECIDEN MATAR AL PERSONAJE PRINCIPAL? Y DESPUÉS RESULTA QUE ESTA MÁS VIVO QUE NUNCA EN UNA PLAYA EN CANCÚN?... ME SUENA A QUE YA LA VI. Por mi parte ya comprobé que nada de eso es cierto, hablando anoche con el "supuesto" hijo de la "supuesta" recién suicidada y las cosas que inventa en contra de los "supuestos" asesinos de su madre es muy gracioso! Si uno se pone a pensar seriamente el asunto no tiene ni pies ni cabeza! No solo porque casualmente este "supuesto" hijo sabe cada movimiento de la página desde hace años como si fuera ella sino porque qué clase de hijo deja en manos "supuestas" de malas personas que insultan y acosan a su madre? sabiendo que no es muy sana mental ni emocionalmente... hablando con él me copió unos "supuestos" mensajes que le mandaban (misma herramienta que utilizaba Leticia para exponer públicamente los acosos y agravios de que era "supuestamente" "victima") no solo no decian nada sino que en el caso de los "supuestos" mensajes de Cemento resulta que hablaba como gallego! jajajaja Conozco a Cemento vivimos en el mismo lugar y he hablado con él por telefono y demás y acá no hablamos asi!! En un momento me dice que conmigo no era el problema que sabía que su madre me respetaba... y cómo sabía eso?? jajaja Leticia no se metía conmigo porque siempre marque su error y lo ilogico que era su comportamiento como lo estoy haciendo ahora. Tambien me dice que en el día de ayer su madre le contó de los "supuestos" mensajes de Cemento y Jazmín (¿se pusieron de acuerdo para hostigarla? jajaja) qué clase de hijo se mete en una página para escribir sobre la muerte de su madre e identificar a sus "supuestos" asesinos justo el día de su muerte??? qué clase de hijo no haría el duelo adecuado con todos los tramites que conllevan a un entierro??. Cuando le dije que no pierda su tiempo conmigo porque sabía que mentía... se desconecto!! Asi que a tomarlo con pinzas!! Seguramente la protagonista encontrara la forma de volver ya sea resucitando o reencarnando en su hijo. Amen. "Había estado lloviendo todo el día, pero el entierro no iba a ser hasta el atardecer. En las circunstancias en que se encontraban todos, aquella lluvia fina y continua, sin un momento de descanso, pintaba todo el paisaje de tristeza, el paisaje que rodeaba el camposanto, en la colina al norte de la población, las tumbas en el suelo, la hierba alta entre ellas. Se habían reunido los familiares y los amigos, vecinos, y tras las nubes grises y de vientre hinchados como viejas, se ahogaban los truenos hondos como si tronaran hacia adentro. La joven viuda del soldado regresado en tren, demediado, sin corazón y sin pulso, permanecía en pie, sola ante el baúl que ahora llenaba ya el agujero abierto. Los demás fueron bajando en silencio para devolverse a si mismos y a sus cuitas particulares. Tan solo yo, su amante, que la noche anterior la había penetrado hasta clavarla en el colchón tan frío donde ella debía dormir tantas horas sola, permanecía a unos metros de aquel cuerpo magro y esbelto, pintado de negro de arriba a abajo. Yo, que sentía que me empalmaba de modo lento, de esa manera que proporciona tanto gusto, viendo como el sacerdote hacía un hatillo de todas sus cosas de vivos y de muertos para proceder a abandonar también el lugar de los callados. Cuando vi que su figura se iba desdibujando entre la lluvia, vi que se alejaba par ni siquiera volver la vista atrás, fui a por Sarah, le engrapé su pequeño culo, le susurré al oido que la amaba y le subí la falda para manosear sus nalgas duras y de pálido color. Ella acabó de rezar su oración y luego me señaló el viejo álamo. De espaldas en su tronco se espatarró para que mi verga le entrara con toda la fuerza y la hiciera gritar, se agarró con sus piernas a mis muslos, me cabalgaba. No llevaba ropa interior bajo su vestido de luto, la empecé follar con un ansia terrible: deseaba vomitar en su agujero aliñado de hermoso pelaje negro, todo la herida que nacía en mí por ella. Me gritó que le mamara los senos, le lamí sus dos lunas preciosas, le mordí con cuidado sus pezones morados y duros, enhiestos como quien se le rebela a Dios. Y la golpeaba contra el tronco del viejo árbol, cada vez más satisfecho por las exclamaciones de placer y dolor que surgían de su boca. Quería arrancarle sus hermosos labios, tan carnales, quería comerla toda y ella me quería comer... en el atardecer nos podíamos tragar allí en un derroche de lujuria, de placer extremo, liberados de todas las conciencias que nos pesaban como pedazos de acero. Entonces, mediada la felicidad como si la polla que nos enganchaba fuera nuestro particular Espíritu Santo, sentí un dolor agudo, mortal, que entraba por mi nuca y salía de mi cabeza atravesada, reventado el rostro y llevando consigo un chorro de sangre al escape: una larga espada me clavó malherido a mi amante, que recibió en uno de sus ojos la punta del arma y tuvo que abrirle el camino hasta que el acero frío diera con la corteza arbórea. Ensartados, enloquecidos por un dolor extremo, la seguí follando atendiendo a sus gritos que desgarraban a la misma lluvia. Luego escuché la voz del sacerdote a mis espaldas que nos lanzaba maldiciones. Y sus fuertes manos en mi cintura y su polla enculándome. Bajo la lluvia, bajo su caída continua como si ella fuera a ser algo eterno, una caricia inacabable, mi polla aún se sentía dura y corríase en el interior del coño abierto de aquella hermosa mujer, nuestros rostros ensartados, ahora aplastados el uno contra el otro y mi culo reventaba de dolor mientras el sacerdote entonaba un Beatus Vivre con voz entrecortada, con altos y bajos, mientra empujaba su polla dentro de mí. La sangre se mezclaba con la lluvia en mi rostro, sentía ahogarme, mi amante agonizaba y repetía que no la dejara: pronto todo se convirtió en gritos de dolor. Luego en estertores moribundos. El sacerdote dejó un gran chorro de sémen en mi ano. Creo que intenté quitar mi pene entonces ya contraído del interior del coño de Sarah. Quizá es lo último que hice: cogerlo con mis dedos y sacarlo de allí. Una voz ronca me llamaba cabronazo y maricón. Una voz decía que me había petado el culo y que lo iba a volver a hacer. Y el sonido suave de la lluvia, como dulces acordes de un cánon pre-romántico, cerró todo el mundo para mí. El camposanto, la pasión, el dolor, la crueldad... la iglesia había acabado de nuevo con todo".Esa era la nota que mi hermano mayor había mandado enviarme un vez muriera. Murió desangrado en su bañera, con las venas cortadas por un cuchillo de cocina. Yo, me tocaba cada vez más ansiosa bajo la falda releyendo fragmentos de su escrito. Hasta que noté las yemas mis dedos mojadas, viscosas. Entonces grité su nombre con harto placer. No hay mucha cerveza esta noche entre nosotros para pasarnos de mano en mano. Por ello los silencios descienden hasta el breve conjunto de figuras que formamos, como aves de la noche. Y repliegan sus alas en nuestros hombros, sobre las piernas. Esta tarde Josep ha corrido una prueba ciclista y, él sabrá porque, ha salido decepcionado de sus prestaciones, lo que le ha llevado a coger su automóvil e ir hasta Olot. Casi cien kilómetros para rescatar del recuerdo una novia primeriza perdida hace alo más de un lustro. Cuando ella le ha abierto la puerta se ha llevado un sorpresón de estos que no gustan nada, pues el pasado nunca vuelve. Y si parece que si es para amargarnos la tarde de un sábado. Como ha hecho Josep con esta chica, ya casada, ya volviendo a recordar la amargura padecida con mi amigo. Josep ha regresado tan humillado como deseaba, tan vencido como quería sentirse. Y ha llegado a nuestro lugar de encuentro más fumado de lo habitual, me ha sonreído como un idiota y nos ha relatado toda su aventura. Para luego echarse a llorar. Estas cosas siempre acaban así. Al cabo de un rato Jesús me ha explicado (una vez más) lo jodido que es competir en pruebas ciclistas: los riesgos, el cansancio, los escasos premios monetarios... He pensado para mis adentros (también una vez más): Probad con motos idiotas. Pero sé que soy injusto cuando a veces gasto mi ironía nada sutil con ellos, pues sé también que hay algo de agonístico en ese deporte que practican y que yo nunca he sentido dándole gas a mi máquina. Yo cazo el riesgo y lo disfruto. Y me paseo dibujando la palabra warning sobre otra mucho más grabada: velocidad. Pero ellos sacan un mayor botín de tragarse kilómetros y kilómetros.Lo agonístico, mientras diviso entre sombras a Josep hecho un ovillo, escondiendo el rostro de todo cuanto le pueda ver, me recuerda la relación sexual con la chica que tenía entre sus enseres una pequeña cuerda y cuando estábamos en la cama quería que ahorcara con ella justo el tiempo de correrme en su vagina. Deseaba llegar al extremo de placer y dolor bailando muy agarrados. Me daba las gracias después o me regañaba si durante aquellos instantes no había apretado lo suficiente. Cuando lo hizo conmigo pasé miedo. Pero ciertamente, en aquellas ocasiones mis corridas fueron sensacionales (cada uno tiene su media y, a partir de aquí, si eran sensacionales(lol)) y ambos nos derretíamos de placer viendo el disfrute común que lográbamos. En frío, reposado, meditaba: Algún día morirás como un puto ahorcado. Cuando perdí esta relación o la intercambié por Lluïsa, la delicadeza de ésta, su sobriedad en todo, la relación tan tenuemente progresiva, me hacía pensar que iba de un mundo a otro sin control. Jesús ahora delira. Siempre se mete más. Es un mierda! Siempre se mete más y debemos asistir al triste espectáculo de su derrumbe. Es como si un gran edificio se desplomara con todo su estruendo y peligro. Desciende a lo simiesco, se transforma en un tarado y durante horas resulta una carga para quienes lo amamos desde la niñez. El amor de la amistad no huye nunca cuando la persona apreciada falla, se equivoca, te decepciona, fracasa. El otro amor si huye. Son cosas distintas y decisiones distintas. Josep me vuelve a hablar de su ex-novia y hace una reflexión acerca del paso de los años, de lo que se pierde, de que la memoria debería ser olvidadiza y así no castigarnos con tanta asiduidad. Pasan las peores horas de la noche sobre nosotros. Luego alguien dice que hay un fiesta en la otra punta del barrio. Nos habíamos olvidado que es la noche de la verbena de San Pedro y por lo tanto lo que vamos a buscar ahora, andando sin ton ni son por una de las viejas aceras pateadas mil veces en nuestra infancia, debe ser una fogata. Y nosotros estamos muy quemados ya para arder en ella, entre el jolgorio y la alegría de los demás. Pero seguimos caminando. Buscando la luz que sin duda debe proceder del norte de nuestro pequeño mundo. Terrassa (Sant Pere Nord), junio de 2005. Eras párpado en la brisa húmeda; pies en la arena suave;aroma dulce de fruta extraña... Tengo el lejano sabor de nuestra nocheempalagada de sueños... felizmente imposibles, estúpidos. Tu fuego en mi fuego,mis dedos erectos, el mágico infierno del silencio. Éramos sólo sal en elmismísimo viento. Me estoy mirandolas uñasde los pies,largas,sucias,las tetas me cuelganhasta el vientreencogido,no sé por qué me afeitoel coñosi me gustamucho máspeludo.Entra mi amigay pregunta:¿Te estás mirandolas uñasde los pies?Yo le respondo:Me estoy mirando las uñasde los pies.Ella me dice:Están sucias.Yo asiento:Están sucias, si,muy sucias.Y largas, apostilla ella. Estoy ahora en su entierro. He dejado caer un puñado de arena umbría sobre el blanco y reluciente baúl y luego me he echado hacia atrás asustada. Claire anida en mi corazón y no en esta fosa maldita. Y anida en mí como todos sus misterios... (final de la parte 1)Al regresar a casa he llamado por teléfono a mi amigo Gérard, pero comunicaba. Es en momentos como éste en que se maldice a un aparato que, noventa y nueve veces de cada cien, puede ser la última oportunidad para un ser solitario. Pero cuando nadie recoge tu llamada y suena de manera indifierente a ti una señal que pareciera contener una clave, te apercibes de que quien a tú recurres no está solo si no conectado a otros, quizás a muchos hombres y mujeres, y entonces tú sientes como la soledad crece como una marea. Cuando tu teléfono no te sirve para nada, cuando tu computadora no tiene registradas direcciones a las que asirte, cuando una carta tardaría una semana en llegar a su destinatario y solo dispones de minutos para impulsarte de nuevo... es cuando, necesariamente (y sin otro camino posible) he escrito una nueva carta de confesión.Como siempre en estos casos, he desgranado mi confesión con una rabia desatada. Intercambiando víctima por culpable y mostrando a la luz todo mi resentimiento hacia mi hermana. Con letra convulsa, extremadamente rápida, cual si ella misma quisiera camuflarse en unos garabatos casi ilegibles, he dejado constancia de porque soy culpable más que del hecho de serlo. Y también todo mi amor, todo mi dolor por una muy larga ausencia, por un proceder tan distante.Luego, como en las anteriores ocasiones, mi instinto de autodefensa se ha puesto en marcha y esa carta también ha perecido en un pequeño incendio controlado; solo construido para borrar cualquier signo de sinceridad que escapa de la ruína de mi cuerpo y mis sentimientos. Tras esto me he decidido por llamar de un vez a Philippe, quien fuera novio de mi hermana. Y su voz me ha salvado por esta noche. Mañana lo veré en un bar de la zona noble de Reims. Existen mil y un temas de los que hablar y con los que encubrir mi vía crucis particular; sin paradas, ni amores ni consuelos. Ya que la crucifixión en los maderos tuvo lugar antes que nada.Continuará. En el agua se ahogan las sombras y las luces,en el viento se rompe el suspiro ajeno,bajo la ropa yace la herida que no asumes,en el silencio matas toda esperanzade surgir cual hombre nuevo dispuesto a la lucha.Eres un hermoso cobarde, un tornasolde preciosa presencia, abatido por la noche,eres hermoso como la sombra de un destierro. Cuando te sube el vértigo los poros de la piel se te abren para que el sudor salga a raudales, como las escamas del pez dan paso a la respiración agitada. Cuando te sube el vértigo tu sonrisa de niño se tuerce como un mal camino. Y empiezas a contarme tonterías, me hablas de modo entrecortado, me abrazas y quieres besarme... y te pones a llorar, y te escondes en un lavabo. Eres la ostia estando limpio, penoso drogado. Cuando veo que fijas tu mirada en mí como si fueras a arrojarme el ancla, pienso que tendré problemas. Problemas. Y me entristezco.Cuando me preguntas porque nunca me cuelgo, te respondo que veo como derivas tú tras el goce primero y en que acabas. Tu sonrisa irónica debería ir más allá y de una puta vez entenderme.No quiero que vuelva a subirte el vértigo desde la punta de los pies hasta tu cabeza que se calienta como una bomba: Cuando los gusanos te comen la mente tan privilegiada que les regalas.No te engañes: Cuando estás bien es cuando estás bien. Sin nada. Lo otro es ir a abrazar a la muerte acelerándote entre pasos de gran sufrimiento. Y no lo mereces. Y no lo merezco. Debes saber que te he engañado desde que nos conocimos en Básica a través del ocultamiento. Tú, Elisa, has acabado siendo con el tiempo la mejor de mis amigas, la chica a quien le contaría mi secreto más íntimo antes de pensar en cualquier otra. Y sin embargo, no te lo ho contado hasta hoy, en que lo haré. Porque ya me está causando demasiado daño el saberlo todo yo de ti y que tú me tengas en un aspecto realmente importante por quien no soy.Elisa, mira que saco de mis bragas: No te ruborices, no te ofendas demasiado por favor! Espero, que con el tiempo incluso te guste. He llegado de mi sombra, libre al finde ese pasado que impedíami recorrido por lo nuevo,he llegado sin mis flores,pero también sin lágrimas en los ojos,he perdido mi ternura, los espacioscálidos...Pero estoy aquí, y ahora soy la incertidumbre,lo que no se diseña, se desconoce,soy por lo que no se apuesta,eso que llaman un futuro por andar... Sólo tres horas. Tres horas y te conocí como nadie. Tres horas y develaste hasta mi último secreto. Sólo tres horas, aunque el tiempo nunca existió. Miré en tus ojos y vi el verde de la esperanza que tenias de cambiar, de dejar atrás ese pasado que respiraba detrás de tu cuello y te helaba la espalda. Tus gestos frenéticos, nerviosos, tus manos que se deslizaban por el azabache de tus cabellos, por las gruesas líneas de tus labios, por tus espesas cejas. Sentándote, murmuraste algo que no entendí. Te miré. Repetiste de nuevo con la misma gravedad en la voz. Y esta vez si te entendí, y Dios, ¡Cómo desee no haberlo comprendido! Hablamos. Entendí desde el porqué de esa cicatriz al lado izquierdo de tu nariz, hasta la razón de esas manchas granate en tus viejos jeans y tu franela favorita, esa que trajiste de uno de tus viajes a México, y Dios, ¡Cómo desee no haberlo comprendido! Te paraste, paseaste tu atlético pero asustado cuerpo por la cocina. Me dijiste como extrañabas la comida de tu mamá, y tus verdes ojos se empañaron. Pero tú no eres de los que lloran. Sentado, respiraste profundo, una, dos, tres veces. "Utopía". Así titule mi mejor fotografía, la viste y comenzaste a hablar de ella. Cómo te gustaba el arte, pero más aún el dinero, por eso decidiste ser odontólogo. Tomé tus manos y te pregunté: -¿Por qué?-... Un silencio tan tenso, acompañado de esas miradas profundas y evasivas de las que hacías siempre que algo te avergonzaba. -¿Por qué?- pregunté de nuevo. Llegabas a exasperar. Filosofaste de amor, desilusión, trabajo, de tu madre... Y Dios, ¡Cómo deseé no haberlo comprendido! Parecía absurdo por complicado. Pero no lo era. Tenías razón. Yo también lo hubiese hecho. Eras abstemio, pero tomaste un gran trago, y en tu cara noté por qué eras abstemio. Te arrodillaste, abrazaste mis piernas. Y lloraste, por primera vez delante de alguien. Develaste para mí tu alma, y me contaste cada razón por la que alguna vez quisiste llorar, y tu orgullo no te dejó... Todo lo que llegaste a aparentar en algún momento, se extinguió y te mostraste como realmente eras. Realmente humano, tan complejo que nunca lo imaginé. Quince años de amistad y sólo tres horas para conocerte de verdad. Te paraste, un beso en mi frente, como solías hacerlo cuando el mundo se me hacía demasiado pesado y me convencías de que todo iba a estar bien. Abriste la puerta y te detuviste. Tal vez tu pasado te encontró de frente. Pensaste, me miraste, y a pesar de que tu grave voz me dijo: -Todo va a estar bien-, ya no había más esperanza en el verde, sólo vi miedo, y supe que mentías. Horas después, escuche el teléfono. Tu profunda voz había cambiado. Engañándote y engañándome, te dije: -Mañana será diferente-. Los dos sabíamos que mentía. -Tengo que pedirle perdón- y tu voz se quebró en medio de esa frase. Y Dios, ¡Cómo desee no haberlo comprendido! Colgaste. Así siempre hacías cuando no querías oír palabras en tu oído, solo en tu cabeza. Te busqué. Pero era tarde. Lo que eras y lo que aparentaste se había ido. Solo quedaba ese verde, inerte, que ya no decía nada, esas manos frías que ya no pasarían por tus cejas, por tus labios, por tu cabello. Solo había más granate en tu ropa, en la pared, en el suelo. Y Dios, ¡Cómo deseé no haberlo comprendido! Sendero amargo y triste, con flores grises,riscos peligrosos, extraños vericuetos,tu camino, siempre ha sido así tu camino,incluso cuando vino a mí y se hizo mi camino,mi sendero hacia la laguna, el ver las aguas negrasy desear beberlas, hundirse en su placidezcuando muere la tarde, morir con ella.Eso sentía, eso te decía, eso te escribía,y tú tambien... ése fue tu camino, tu sendaal cielo o a los infiernos, lo recorristehace unas noches, dejaste tu ropa en la orillapara que yo la guardara, o me vistiera con ella,y ya no volviste.Era tu camino, pero no era el mío,cuando me lo dijiste me quedé llorandoarrimda al fuego, muerta de frío,porque no era el mío. Reir porque no hay algo que me haga más feliz que las arrugas de tu tez joven que lo viejo de lo que siento que aunque poco te conozca que fresco es el sonido del viento. Aunque seamos poco El tú El yo y el inexistente nuestro Que bien sentir que el tu y el yo sean complemento, Aquí Ahora Sin ningún otro argumento a dos días siento que te quiero a tres canciones siento que te leo A un paso de distancia te rio te siento te huelo Son pestañas, miradas, tacto lo viejo que se hace tan nuevo Lo nuevo, es idóneo Lo nuevo, renace, se siente absurdo contento amable perenne eterno etéreo Palabras, sintaxis sinapsis, cariños, recuerdos envueltos todos en un solo momento Mi buen y querido Enrique: Por la presente tendrás noticias de algo que si bien hasta hace poco tiempo era cuestión improbable, ahora es compromiso ineludible: me caso. Sí, has leído bien; yo, que tanto me he vanagloriado de negar cualquier crédito al ayuntamiento carnal que contara con los parabienes de la legalidad -con lo que tal reconocimiento implica de renuncia a otras mujeres, a volar en pos de otros brazos-, hoy es cuestión de días, cuarenta y cinco si llevo bien la cuenta, que quede por siempre voluntariamente subyugado al arbitrio de una mujer, mi mujer. No ignoro que la unión conyugal es sitio en que proliferan los cuernos, a sabiendas de la parte más desfavorecida o no; tampoco que quien busque en el matrimonio su nido de paz sólo hallará la palabra aceda y el gesto hosco. Lo sé bien y aun con todo me caso. ¿Por qué?, dirás. Porque de seguir así voy camino de convertirme en un concienzudo misántropo; en realidad no quiero una esposa, quiero compañía. Ten calma, te explico. Hará por los veinticinco años que te conozco, y durante todo este tiempo yo -lo confieso y espero que no te moleste lo que te voy a decir- te he considerado, también habrás de perdonar esta cursilería, un alma gemela: los dos hemos tratado de suplir nuestra mediocridad como escritores con tantas horas de lectura como hemos sido capaces, cuanto más raro el autor -"Makine un gurú, de Gombrowicz Cosmos, ¡ah, la carnosidad de S. Zweig!"- mejor, más nos parecía que éste nos daría por fin la idea y tono que buscamos. Ahora siento que tal vez haya logrado no seguir a la mayoría, zafarme del gusto gregario (la multitud es la mentira decía Kierkegaard); que tras no pocos esfuerzos pudiera pergeñar un escrito de escasos folios para presentar a un concurso de bajos vuelos, con resultado final incierto si no abocado a la más desasosegante decepción. Pero así lamento que, si bien he dado rienda suelta para lograr un anhelo de dudosa concreción, no he vivido. No quiero que el día se reduzca a esperar las cuatro o cinco horas de la tarde entre los esbozos sin concluir de mis apuntes. Cada vez rehúyo más el trato con la gente. No comprendo qué es lo que les hace juntarse, reírse, pasar el día inútilmente. Pienso con horror que, llegada una supuesta situación, negaría auxiliar a un vecino cuya casa estuviera ardiendo con tal de no abandonar la lectura del libro que tuviera en aquel momento en mis manos. Cosas parecidas - no tan graves, es cierto- ya me han pasado, aunque sobre eso me reservaré los detalles. No pretendo que nuestras similitudes lleguen a tanto. He sido yo solo quien sin advertirlo se ha visto abocado a esta pequeña, particular locura. Me hace falta compañía, alguien con quien hablar, hacer lo que sea; romper con una rutina que no me recompensará jamás con escribir algo decente. Y además, ¿escribir qué?, si según voy a servirme de ella como un canalla, de mi caletre sólo podrá surgir mezquindades y groserías. Me valdré de ella y apenas lo lamento. Florista de profesión, sencilla y bonita a su modo, ella misma es una rara flor: por su edad (frisa la cincuentena) podría dar muestras de la astucia y desconfianza propias de las mujeres de sus años, pero en ella todavía sorprende la inocencia y frescura de una joven. Por mi parte espero poder quererla alguna vez. "El amor sólo dura mil kilómetros" y yo todavía no he recorrido ninguno. Que sea a su lado.No aguardo tu contestación. Esto, aunque parece decisión alocada, ha sido muy meditado. Como podrás imaginarte, ella no sabe nada de las razones que en verdad me alientan a casarme, por lo que te ruego discreción para el día de la ceremonia, que será el día quince de Septiembre en la Iglesia de Santa María del Romeral. Un fuerte abrazo. Tu fiel y más parecido amigo.Texto Registrado Es como un despertar vacíoen los lugares más extraños, azul, color azulde hemisferios que se contraen,aguas que se niegan a las playas,es un tiempo en propiedad de un hado...Color del frío que se ha impuestotanto y tanto tiempo, que el lugar más queridoya se halla desértico, es un velámenexpandido hacia la esperanza, sumergido...Es azul, dolorosamente, es una cruzforjada para hacer daño, para clavarsea un paisaje marino, hacerlo esclavo,para aislar las calles del puerto de todo el resto,que sea éste, mi lugar de recreo,amurallado de densa niebla,que esté fuera del calendario,que sume a mi tristezala sabiduría de lo que se pierde,un contar astuto de meridianos solos,la noche que se proyecta tras su sombra etérea,el carisma del tiempo en que nos morimos de frío, en que los halos de la boca vuelan,pues el desamor los arroja de nuestros cuerpos,eres azul...un invierno, una llaga, lo enfermo,un día tan largo como meses, el pasode un hora aún por domesticar,mi refugio y mi celda...a resguardo de ese azul que tanto daña. ¿Que después de esta vida tengamos que despertarnos un día aquí al estruendo terrible de trompetas y clarines? Perdona, Dios, pero me consuelo pensando que el principio de nuestra resurrección, la de todos los difuntos, lo anunciará el simple canto de un gallo... Entonces nos quedaremos aún tendidos un momento... La primera en levantarse será mamá... La oiremos encender silenciosamente el fuego, poner silenciosamente el agua sobre el fogón y coger con sigilo del armario el molinillo de café. Estaremos de nuevo en casa.
|
Lecturas Totales | 0 | Textos Publicados | 0 | Total de Comentarios recibidos | 0 | Visitas al perfil | 41446 | Amigos | 112 |
|