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Siempre creí en las promesas, de amor, por ti, declamadas. Alguien dijo: ”Son mentiras, falsías, solo patrañas”… Fue tal mi desilusión que llegué a desear la muerte. Me encerré en mi habitación. Maldije mi mala suerte. Pinté mi casa de negro y con mortaja vestida, dormía en un ataúd, con desprecio de la vida. Y no quise mas vivir, pues muertas mis ilusiones, se vació mi corazón, de motivos y razones. Próximo el fin de mis días, silenciosa, triste y yerta, escuché, como aturdida, que derribaron mi puerta. Sin oponer resistencias, ya ni fuerzas me quedaban, Sentí, una boca en mi boca y brazos, que me aferraban. Eras tú, sin duda alguna. Quise huir de tu contacto. Supe que mi amor por ti, se mantuvo siempre, intacto. Oí insistente tu voz llamarme su amor sincero, Que era yo, la equivocada y repetía: “Te Quiero” Empaparon mi mortaja, tus lágrimas de aflicción. Entonces, quise vivir por siempre en tu corazón. El tiempo restaña heridas y las mías se cerraron. Tus palabras fueron claras, era yo, la equivocada. Nunca volveré a escuchar versiones interesadas, en crear duda y conflicto con mentiras inventadas. Todo ha vuelto a su lugar. Otra vez amo la vida!Voy a ser feliz contigo, contra todo lo que digan El joven que viaja en barco, desde su patria, Italia, a la lejana Argentina, con el flamante título de arquitecto, bulle de ilusiones y deseos de trabajar en aquello para lo que se ha preparado. Corre el año 1884, Vittorio Meana, de quien se trata, nacido en Susa veinticuatro años antes, hizo sus primeras experiencias en el Estudio de Ingeniería de su hermano César. Contratado para incorporarse al equipo de Arquitectos de Francesco Tamburini, en Buenos Aires, se presentó, apenas llegado. Había mucho y muy importante por hacer. Tenían en carpeta el Teatro Colón cuyas construcciones, de gran envergadura, estaban en marcha, los proyectos para el Palacio del Congreso Nacional en capital federal y el Palacio del Poder Legislativo, en Montevideo. Francesco Tamburini, fallece en 1890 y Vittorio se hace cargo de los trabajos que, en el caso del Teatro, presentan problemas y complicaciones a resolver. En 1892, presenta los planos definitivos en los que no hay muchas diferencias con los originales. El magnífico edificio del teatro, está concebido en estilo neoclásico, en el exterior ático griego, con caracteres renacentistas italianos, la distribución y solidez, responden a la influencia alemana y la ornamentación, es principalmente francesa. El proyecto que presenta Vittorio para el edificio del Congreso Nacional, gana el concurso, en 1895, y encara con gran responsabilidad el desafío. Los problemas que se presentan y debe resolver, añadidos a su naturaleza, poco comunicativa e individualista, podrían explicar su alejamiento de actividades académicas y corporativas, tampoco quedan registros de alguna obra privada. Una tarde que regresa a su hogar, a hora desacostumbrada, su tragedia personal, se desata. En el dormitorio matrimonial, encuentra a Luisa, su mujer, y al ex mayordomo. Encolerizado, los increpa y antes de poder reaccionar, el amante le dispara y lo mata en el acto. Tiene cuarenta y cuatro años. Pocos días después de su muerte trágica, llegó la comunicación de que su proyecto, para hacer el Palacio del Poder Legislativo había ganado la licitación, en Montevideo. La construcción del Teatro Colón, uno de los cinco mejores del mundo por la excelencia de su acústica, comenzó en 1889. Se inauguró el 25 de mayo de 1908 Con la presentación de la ópera Aída de G. Verdi. El Palacio del Congreso Nacional, se construyó entre 1898- 1906. No se si me quisiste ni se si te he querido, más de algo, estoy segura, Con otro, no he sentido, la pasión y el deseo, con que me has encendido. Al calor de tu flama, fui braza y fui delirio. Ardimos, crepitamos, retozamos, gemimos. Consagrados a Eros, como dos libertinos, fijándonos, por meta, traspasar lo prohibido. Después, llegó la calma, es lo justo y preciso, en amargo resabio, en tardío suspiro, desvariando en cenizas, vencedores vencidos, herederos a ultranza de paraísos perdidos. Envuelta en gasas y sedas, de suave multicolor, con sartas de perlas finas, su cabello, recogió Perlas en sus orejitas y en la mano, un abanico. Con elegancia y belleza, a todo el mundo encantó. El príncipe estaba aburrido pero al verla, se animó. Con adecuadas palabras, expresó su admiración Ella, que estuvo fregando, como siempre, en la cocina, no supo qué contestar y se sintió, confundida. Los compases de una danza, la sacaron del apuro, es una inocente niña, muy poco sabe del mundo, Confinada por ser bella, en el hueco más profundo del castillo de su padre, por una madrastra cruel y sus dos hijas feúchas y amargas como la hiel. Danzaron toda la noche. Embriagada de emoción ha olvidado que el permiso, que su madrina, le dió ha expirado y el hechizo, también ya se terminó. Al oír las campanadas, por la escalera bajó. Uno de los zapatitos, de su pié, se ha desprendido No puede recuperarlo, allí queda, en el camino. Con el zapato en la mano, el príncipe, pensativo. Es todo lo que conserva de ese momento vivido Y con esa sola prueba, llegará a quien lo ha perdido. Ella se ve tan feliz, en su vestido entallado. Su hermoso rostro sereno y la sonrisa en los labios. Calza zapatos de taco, cerrados, para bailar y entretejió en sus cabellos, flores frescas del rosal. Se asemeja a una visión, sentada sobre la hierba… Si montado en su corcel, un príncipe apareciera, sucumbiría al encanto, de la preciosa doncella. Y así va pasando el tiempo, pero el príncipe no llega. La joven, no es tan feliz y su vestido, se afea. El rostro no es tan hermoso, la sonrisa, se hace mueca. Los zapatos, deslucidos, por no bailar se cuartean y entre el cabello, las flores, se marchitan y se secan. De aquella hermosa visión, sentada sobre la hierba, queda una ajada mujer que va cubriendo la hiedra. No se escucha más su risa, sólo el rumor del arroyo, monótono y apagado. La hiedra, ha cubierto todo. Pasó hoy en un colectivo urbano. Una pareja de jóvenes, adolescentes, compartían el mismo asiento, aparentemente, tenían una relación. Ella, de pronto, empezó a levantar la voz y a recriminar, acusándolo de haberle robado la billetera. El muchacho, más sorprendido que disgustado, trataba, con mesura, de convencerla de su equivocación. El chofer del micro detuvo la marcha y preguntó qué pasaba. Imposibilitado de contener la catarata de improperios de la desbordada joven, optó por dirigirse a la comisaría más cercana, ante la resignada impotencia de quienes nos dirigíamos a nuestros quehaceres. No hizo más que detenerse frente a su destino, que la descontrolada, atendió un llamado de su celular.Pálida y balbuceante, se dirigió al conductor: - Es mi mamá… dice que olvidé mi billetera… en la mesa del desayunador. ..Y luego me has preguntado que porqué me resfrié Recuerdas que te esperaba el lunes, frente al café? Y me cansé de esperarte en esa fría avenida, con el viento a mis espaldas y la lluvia, que caía calándome hasta los huesos y arruinándome la vida. Sabes bien, nunca he podido ocultar mis emociones, Volví a casa, caminando y deshecha en lagrimones. Y me acordé de tu madre….. Aunque sin imputaciones Tenía que desahogarme, ojala Dios me perdone Ella puede disculparme. Por mi, nunca lo sabrá. Pero del hijo que tiene, de eso, si se enterará. A principios del siglo XI, el Gran Príncipe de Kiev, Yaroslavi, Georgios, en griego, creó una legislación para Rusia, reuniendo el código civil y el eclesiástico. El primero, contiene leyes para castigar crímenes y proteger la propiedad de los ciudadanos. Elemental y primitivo, deja a la víctima el trabajo de detener al culpable y buscar y hacer comparecer a los testigos, ante los tribunales, sin los que, era imposible elevar una acusación. Según crónicas de la época, las luchas entre vecinos, eran frecuentes e interminables y las canciones, a las que siempre fue tan aficionado, el pueblo ruso, eran reemplazadas por el ininterrumpido graznar de los cuervos, disputándose los cadáveres. Vladimir, nieto y sucesor de Yaroslavi, “El Sabio”, quedó a cargo del poder, previo eliminar a numerosos candidatos interferones, con métodos drásticos, en boga por aquéllos rudos tiempos. Vladimir, en búsqueda de una fe acorde a sus necesidades metafísicas, en un primer intento, buceó en la religión musulmana. En ella encontró, de positivo que le facilitaba el camino hacia la guerra y la poligamia, cuestiones muy dignas de tener en cuenta, dadas sus aficiones. Pero lo negativo, se impuso, como una muralla, imposible de salvar.”La religión musulmana, prohibe el alcohol y la ingesta de cerdo.” Entre los hábitos rusos, la bebida, por demás arraigada, siempre fue considerada normal. “La bebida es una Amiga que hace olvidar las penas y preocupaciones, alegra el alma y sume en un sueño profundo que aleja las tristezas” En el siglo XVI, los embajadores rusos que visitaban España, quedaron sorprendidos y lo destacaron en sus crónicas, por no encontrar borrachos tirados en los arroyos ni gente, deambulando por las calles, perdida por el alcohol. En Rusia, el Zar, la Zarina, príncipes, princesas y altos dignatarios, terminaban las fiestas y reuniones, durmiendo la borrachera, tirados sobre las alfombras. Era considerado normal. El pueblo, igualmente, se mantenía y regodeaba en esas bárbaras costumbres. El Gran Príncipe Vladimir, en sus viajes a Bizancio, quedó muy impresionado por la religión cristiana. Paganos y herederos de ídolos y rituales de los antiguos eslavos, escandinavos y cosacos, aglomerado de donde surgieron los rusos originales, aficionados a sacrificios de humanos y animales, abrazó el cristianismo y lo impuso al pueblo. Hizo quemar todos los ídolos y objetos del culto pagano, seguidamente, convocó a toda la gente, junto al río y les ordenó sumergirse, con hijos, hasta los más pequeños, sostenidos sobres las cabezas. Desde la orilla, Vladimir, leyó las fórmulas rituales del bautismo y todo su pueblo, abrazó la fe cristiana. Un Bautismo colectivo y sin la mínima objeción. El celo que puso en convertir a sus súbditos, mantuvo al cristianismo, en el corazón del pueblo ruso,hasta la revolución del siglo XX, Iglesia y Estado, durante ese lapso, mantuvieron una relación estrecha e indisoluble. Las más bellas iglesias y conventos, mandadas a construir por los habitantes de mayores recursos, se extendieron por toda la Rusia, dando un toque de identidad que se mantiene a través del tiempo. Una mujer de veinte años, fue víctima de agresión , por parte de su novio, que le disparó a quemarropa, provocándole lesiones gravísimas, causantes de su muerte cerebral. Conectada a un respirador y con un diagnóstico irreversible, a los dos días, sus padres, de común acuerdo, decidieron que fuera desconectada y hacer donación de sus órganos. El juez, a cargo de la causa, caratulada como Homicidio Culposo y que motivó el pedido del fiscal de veinte años de prisión para el agresor, cambió la carátula por Lesiones Graves, por considerar que quien disparó el arma, no fue quien provocó la muerte, sino la decisión de los padres de desconectarla del respirador. Esta determinación, fue avalada por el juez, basándose en otras causas similares, en que víctimas de muerte cerebral, a las que no se quitó el respirador, continúan vivos. Si es que a DURAR, se le puede llamar VIVIR. El homicida salió en libertad luego de cumplir dos años de condena. Senderito de mi pueblo, que hasta mi rancho, me llevas, sortendo entre paso y paso, algún pozo y tantas piedras. Cuando era niño, era un gusto, trotar por esa vereda, con infantil entusiamo y mis aguerridas piernas. Correr por el senderito, que en las subidas, se estrecha y rodea la montaña y en la tranquera me deja. Bajar, era poca cosa, eso si, si había destreza. La gravedad atraía y podía contenerla,si frenaba un poco antes de rodar entre las piedras. Subir, era más difícil y ahora que están mis piernas, cansadas de tanto andar, y con poca resistencia, añoro el tiempo pasado y mi antigua ligereza. Aquí he nacido y crecí, aquí encontré compañera, aquí nacieron mis hijas y era mi alegría verlas. Aquí murieron los viejos y yacen bajo esta tierra, junto a mi hija, la menor, la otra se fue y espera que dejemos este rancho y nos vayamos con ella. Eso no va a suceder. Si mi vida es esta hacienda, estas piedras, el senderito que a la montaña rodea, las mañanitas soleadas que me entibian la catrera, las florcitas que descubro, mediando la primavera, el torrente que desborda cuando las lluvias arrecian. Además, están los huesos, de mi gente en esta tierra. Cómo los voy a dejar, en desolada tristeza, sin un rezo, ni una flor, mediando la primavera Por un desentendimiento, entre vecinos de un barrio, el perrito de uno de ellos, apareció descuerado y cubierto de lesiones que su muerte provocaron. Conocida la noticia, por la tv y por las radios, todos fuimos sacudidos por sentimientos variados, que al culpable, condenaban desde tortura, a lincharlo, ó darle un fuerte escarmiento que desaliente esos actos, para que a nadie le pase, por la cabeza, imitarlo. Estos hechos aberrantes, suceden en todos lados, a veces no les dan prensa y al no quedar registrados, liberan bajos instintos, en los seres infrahumanos La unánime reacción, por todo esto, provocada, .nos deja la sensación de esperanza rescatada, Mientras haya defensores para los sin voz ni voto, La Humanidad sigue en pie, por ahora, resguardada. Lo dice muy convencida y hasta coincido con ella. Es muy joven pero advierto que rezuma inteligencia. - “Yo no quiero tener dueño, pertenecer, ni esperar al príncipe azul, que me libre del cautiverio del mal. No aspiro a ser un objeto, ni asexuado, ni sexual. Si alguno busca quererme, tendremos que conversar. No me atrae la rutina, prefiero siempre innovar. El cosmos, nunca es el mismo, también yo puedo cambiar. Tengo mi propio criterio, sobre el bien y sobre el mal Suele, atraer el segundo y al primero, superar, Es bueno tomar distancias y sobre todo, pensar, las consecuencias reales que el mal nos puede acarrear.” La escucho con atención, habla con sinceridad y revela en lo que dice su gran personalidad Es el comienzo del día en la inmensidad del mar. Espléndido amanecer, con destellos de colores. Emerge el sol de las aguas en dorados resplandores y con las primeras luces, empiezan a despertar. Rústico es el caserío, la aldea es de pescadores. Son frágiles cascarones, los botes donde saldrán, con sus redes preparadas y listas para arrojar en el lugar, donde esperan, lo que buscan, encontrar. Al atardecer, regresan por esa invisible huella que ellos saben donde está y nadie más puede verla. Misterio de pescadores de sus padres, heredado que legarán a sus hijos, como un tesoro preciado. En busca de sus destinos, adentrándose en el mar, echan sus redes y saben, dónde las deben echar. Sobrevuelan las gaviotas, señal de que han acertado, es el lugar indicado, los cardúmenes están. Vuelven con las redes llenas, de pescado, rebosantes y amenazan con un remo, a los ladrones alados. Pobre, mi prima, Esmeralda! El día en que se casó, dejó de ser lo que fue y todo, en ella, cambió. Desde la casa hasta el nombre, las costumbres que heredó, tradiciones de familia, para colmo, hasta el humor. Su carácter dulce y tierno, fermentó y se avinagró. Se casó con un marino que se la pasa en el mar. Ella espera y desespera y termina por llorar. Siempre tras de los visillos, aguardando su regreso. Vive en una casa grande, bien alejada del pueblo. Nunca sale a hacer visitas, yo no voy por el temor a ese mastín horroroso, regalo de su marido, que por demás es celoso. La cuida el día y la noche para eso fue entrenado y a nadie le permite ni que se acerque a su lado. De improviso, sin anuncio, llegó de un viaje, el marino. Mi prima, no lo esperaba y ya se había dormido, mientras echado, a sus pies, hacía guardia Sigfrido. Disponíase a sorprenderla, despojado, como Adán, había cambiado el perfume, craso error, por olvidar asperjarse del aroma que reconocía el can. Esmeralda, ahora viuda, como en su anterior estado, se vino a vivir al pueblo. Sale con el abogado que le administra los bienes, (pero viven en pecado). Por nada quiere casarse, aprendió bien la lección. A la esposa de un viajante, el mastín le regaló. Era un joven escultor, a quien todos augurabanun futuro promisorio, de holguras y de medallasen mérito a los trabajos que su talento creaba.A su cincel, sometían, piedra y mármol, su durezay en formas de sorprendente belleza, los convertía.Una tarde, caminaba por la tranquila alameda.Una joven se acercó, pidiéndole una moneda. Escrutó los ojos negros en la carita morena,la gracia de movimientos, de sus jóvenes caderasy el talle fino y cimbreante bajo las raídas prendas.La mirada del artista, trasciende en pos de su meta.Y se la llevó al taller para hacer su obra maestra.Pasó por alto, los gestos que hacía su servidora, al ver a esa pordiosera, tratada como señora. El escultor le ordenó que se encargara de asearla,ofrecerle algún vestido, lo que fuera, alimentarlay buscarle un tibio lecho para que allí se quedara.A su obra, al día siguiente, los últimos toques daba,un suspiro, lo distrajo, bajo ropas muy holgadas la vió encogida y absorta, observándolo, admirada.La tez no era tan oscura como antes le pareció,Los ojos y el pelo, negros, negros igual al carbón.Dejó lo que estaba haciendo, le pidió que caminara,Y mientras ella lo hacía, él atento, dibujaba.Hizo cincuenta bosquejos, ninguno lo conformabaOtro ángulo, otra luz…. No, no era lo que buscaba.Cansada, triste y y vencida, creyéndose rechazada, cayó al suelo de rodillas con las manos apretadas.El artista dijo:- ¡Eso es! y comenzó a bosquejarla.Momento de inspiración, como aquél, no le sobrabaSalió en busca de la piedra, esa materia primaria, áspera, sobria, sin vida. Sería él quien la animara. Al influjo de su mente, un cincel, sus manos sabias,voluntad, perseverancia y una objetiva mirada,lograría, de esa piedra, la escultura que soñaba. El bloque llegó al estudio con toda felicidad y con premura, el artista se dispuso a trabajar. Cobraba formas el mármol al corte de su cincel Pigmalión muy concentrado, la modelo, obedecía. comenzando a presentir algo, que desconocía. Un extraño sentimiento que la hacía estremecer si al corregir una pose, él le rozaba la piel. En las noches que él salía, la tristeza la embargaba, El ama la perseguía y al rosario la obligaba, prometiéndole castigos si alguna vez se negaba. Pero apenas se dormía, la joven, se le escapaba para correr al estudio y descubrir a la estatua que más se le parecía cuando los días pasaban. La tarde que el escultor vió su obra terminada, pulida, en todo lograda, agradeció a la muchacha con efusivas palabras que ella interpretó, a su manera, totalmente equivocada. Invitó a varios colegas y a la mujer que amaba. Anunció su casamiento, agregó que esa estatua, obsequio para su novia, iba a ser emplazada en altura y justo al frente de su flamante morada. Nunca hubiera imaginado lo que eso le deparaba. La modelo se esfumó, de ella nadie supo nada. Después de los esponsales, de la iglesia regresaban Numerosos invitados para el festejo, esperaban. Arriba de la fachada, de la coqueta morada, lucía el Angel, radiante El ademán de sus manos, podía ser bienvenida, ó un adiós iirremediable. Al llegar hasta la entrada, le pareció al escultor, ver una cara morena que tras la estatua asomó, pero lo dejó pasar creyendo que era ilusión. El sol que estaba en el cenit, una broma le jugó. La sonrisa quedó trunca, con el ruido que atronó cuando la pesada mole, sobre ellos se desplomó. FIN Me gusta verte dormir, cuando el cansancio te vence. Por tus ligeros berrinches ya presumo lo que quieres. Me quedo un rato a tu lado para verte sonreír, Después arrugas la frente, es lo que suele ocurrir cuando en tu sueño, no logras, lo que intentas conseguir. Algo te está molestando y no se lo que será, un suspiro ahoga el llanto, luego vuelves a reir. Abres los ojos, dormido, me miras y no me ves, los cierras, mueves las piernas, disponiéndote a correr por un camino soñado donde te vas a encontrar junto a todo lo que quieres y feliz despertarás. Ayer, en los últimos minutos del martes 12 de octubre, los hermanos chilenos, demostraron al mundo que cuando el pueblo se une y la voluntad para lograr un propósito, es unánime, “SE PUEDE” El país entero, unido, mantuvo encendida, a pesar de las dificultades, la llama de la Esperanza para conseguirlo. El país y el mundo, festejan el salvataje de 33 mineros, sepultados a setecientos metros de profundidad en la mina San José de Copiapó. Mineros, la clase obrera más explotada, en un trabajo de máximo riesgo. Cuando Florencio Avalos, el primer rescatado, salió de la cápsula a la superficie, la ansiedad cedió y las lágrimas de alegría expresaron los sentimientos colectivos. ¡CUANDO SE QUIERE, SE PUEDE! ¡VIVA CHILE! Desde las ramas más altas, cual héroe victorioso, con su canto escandaloso, anuncia el amanecer. Recorre en una mirada su territorio- dominio y se inicia la jornada de un día primaveral. Alrededor de mamá, los pollitos se apretujan, con su amarilla pelusa y el pío-pío habitual. Valentina me pregunta si los pollitos ingleses tendrán el mismo piar que los de aquí y los franceses. Le contesto muy segura, también yo lo pregunté para disipar mis dudas, en mis años infantiles, de cuestiones inocentes, donde abundan los por qué? Todos los pollos del mundo cumplen el mismo papel, Todos pian su pío pío, dentro de un mismo nivel La razón es muy sencilla ¿Quién no lo podrá creer? “Los pollitos ni intentaron una torre de Babel" Era la “rusita” Esther, oriunda de Villa Crespo, única hija de Levín, dueño de medio Palermo, usurero, prestamista, un esclavo del dinero, Esther Rebeca Levín, se encargaba de cobrar, después de estudiar violín, las rentas de su papá que apilaba con esmero, en un viejo maletín. Don Jacobo, controlaba y volvía a reinvertir. Jacobo Abraham Levín, ya ni podía caminar, encomendó a su hija Esther, patear hasta el cafetín, su última adquisición, a cobrar el alquiler. Negro día para Esther y para Jacobo fue. Esthercita conoció, tenía que suceder, al verdugo de su raza y de su forma de ser. Con su pinta de bacán, guapo varón y altanero, la acabada y fiel versión: “Lobo con piel de cordero”. Al conocerlo Esthercita, en el viejo cafetín, sus defensas claudicaron. Entregó hasta el maletín y las demás pertenencias de don Jacobo Levín. Del patatús que le dio al enterarse del hecho, don Levín perdió el control, la salud y su derecho. El cafiso, como un rey, en la mansión de Palermo, se pasea por el parque, sin ningún remordimiento. Esthercita, si los tiene, cuando el fiolo no la ve, una lágrima salada, rueda por su fina piel, la seca con su pañuelo, finge que todo está bien. Hasta el sótano oscuro, donde guarda su violín, por no romper la armonía, a hurtadillas se desliza y de Brahms, a don Jacobo, dedica una melodía Si he pecado por amarte, que el cielo, a mi, me perdone Pero algo de culpa tuvo, por otorgarte sus dones. Y tantos te concedió, me ha dejado confundido. Tanta gracia concentrada con que te ha favorecido, con un criterio parcial. Otras nada han recibido. Las cosas son como son, si nos gusta ó no nos gusta, con mansa resignación aceptarlo y punto en boca. Y poner violín en bolsa y aguantar lo que nos toca, Ay cómo me enamora tu carita de gitana, Morenita, morenita, pero morenita clara. esos ojos luminosos, son los soles de tu cara que iluminan el camino y son las luces del alma. Cuando pulsas la guitarra, le trasmites tu emoción A veces suena tan triste y parece que evocara las interminables marchas, de tu gente, en caravana, en busca de algún lugar donde levantar sus carpas. Otras veces suena alegre y se enciende la mirada Y las mejillas se tiñen del color de la granada. Tu voz se eleva, y el viento, la esparce por la campaña con el vibrar armonioso y profundo de tu garganta. Morenita, morenita, ay mi morenita clara, Cuando bailas me condenas con la gracia de tu danza con la espigada belleza de tu cuerpo de gitana y el hechizo de esos ojos que son las luces de mi alma Ser famoso, es importante, el medio cual fuere, sea. En procura de lograr un récord de permanencia, sin medir, por inmaduro, las posibles consecuencias a un gigantesco, añoso roble, un chico, se encaramó Desde su rama más alta, el paisaje, dominaba, fascinado de ocupar el lugar donde se hallaba. Entre el espeso follaje, por no ser inadvertido, les gritaba a los transeúntes, de ellos, muchos conocidos. Su objetivo era quedarse, el mayor tiempo posible, aunque se olvidó llevar, agua y algún comestible y empezaba a sentir sed y la tripa le silbaba, pero la ambición es más y en la rama se quedaba. Algo elemental, sabía, se tenían que enterar para que en la guía Guinness, lo pudieran mencionar. Lo que nunca calculó, ni consideró probable , que la noticia llegara a oídos de su padre, Un hombre de gran carácter y de férrea voluntad. Enterado, de inmediato, se dirigió hasta el lugar. El chico, ronco, pedía algo para merendar, al momento que su padre se presentó, sin llamar. -¡Bájate ya, de esa rama!- le ordenó, sin vacilar. Al chico le agarró un miedo que empezó a trastabillar y como un pájaro herido, se dejó caer, sin más. No ganó ningún concurso, ni el record Guinness, quizás aunque por algo distinto, si, alguna notoriedad. El periódico decía, en una breve reseña: “El aventurero Pedro, el que del roble cayó salió indemne de su intento”. Del papá, no se salvó Le crecieron las orejas… O es sólo una sensación? El destartalado camión, sube la cuesta con esfuerzo. En el viejo acoplado se hacinan hombres, mujeres y niños. Son los trabajadores golondrinas, familias completas, hombres, mujeres, solos o con sus hijos que van en procura de la escasa paga que obtendrán por su dedicación exclusiva, mientras dura la cosecha. En general, son personas jóvenes, sin capacitación laboral, la mayoría analfabeta o con escasa instrucción. Esto los coloca en una situación desfavorable, en la que el esfuerzo físico y la resistencia personal, son las condiciones exigidas por sus empleadores. Desde las provincias más pobres, se movilizan las migraciones estacionales que aumentan al acercarse la época de las cosechas. Muchos van por primera vez y la falta de mejores oportunidades, los obliga a engancharse con malas e informales condiciones laborales, magros ingresos y la inclusión de sus propios hijos, a los que se les asignan tareas iguales a las de sus mayores, transgrediendo la prohibición del trabajo infantil. El desarrollo creciente y sostenido de las economías regionales, demanda y absorbe la mano de obra estacional. El alto valle de Río Negro, en Argentina, con su producción frutícola de exportación y consumo interno, la vitivinicultura en la zona de Cuyo, las cítricas en la Mesopotamia, la oliva en La Rioja y Catamarca, Cítricos de exportación en Tucumán, arándanos en Entre Ríos y norte de Buenos Aires. En La Patagonia la producción de frutos rojos, cerezas, frambuesas y frutillas ha triplicado la demanda de trabajadores golondrina. El algodón y las oleaginosas que requerían un arduo trabajo personal, se hace con maquinarias que reducen la mano de obra a la supervisión y control de las mismas, lo que produjo la expulsión de cosechadores que fueron absorbidos por otros rubros en las economías regionales. Gitanos, en los caminos, los rostros curtidos, marcados demasiado pronto por las inclemencias del sol y el frío, acostumbrados a una vida que sólo les ofrece una perspectiva de sacrificios y rudos y agotadores trabajos, en condiciones precarias. Nacen, viven, procrean y mueren sin conocer otra. La única esperanza de cambio, está en la educación y la concientización de su valor como seres libres que deben hacer valer los derechos que los asisten para desarrollar todas sus capacidades, un comienzo para alejarlos del abandono, la desidia y los vicios, muy convenientes para quienes los explotan. Si es verdad que todo tiene un propósito, en la vida, el mío ha sido encontrarte y con eso, estoy cumplida. Ya no pido nada más y me siento bendecida por este amor que recibo, que hace felices mis días y desparrama su luz que tiene algo de divina.Es por ser luz del amor, que a donde vaya, ilumina y deja allí donde pasa, una estela de alegría. Si no es pedir demasiado, una cosa más querría, Que mañana me recuerden, al cambiar de cofradía, como ese rayo de luz, que tibiamente ilumina y junto a su claridad, también deja una sonrisa. El gato de la familia, que vive en el Sexto C, Es terror de los ratones, que jamás se dejan ver. Recibió un breve mensaje, de su cuñada Asunción: “tu hermano, Gaturro, enfermo”. Preparó un bolso y partió. Antes, dejó en la cocina, un aviso que imprimió: “ATENCIÓN A LOS RATONES, NO LES OCURRA PENSAR QUE PUEDEN HACER LA SUYA, MIENTRAS DON GATO, NO ESTÁ” ME VOY PERO VUELVO PRONTO, ¡NO SE ATREVAN! NADA MÁS. No se disipó su sombra y los ratones, contentos, salieron de sus covachas, en alegre desconcierto. Ese gato represor, los mantuvo siempre a raya, No está y el departamento, ha quedado sin murallas. Es una de corretear y trepar por las paredes Y buscar en los rincones, algo para darle al diente. Y los tienen bien crecidos y listos para roer, Nada hay que se les resista, eso, lo saben muy bien. Dejan su marca, en las frutas, en los muebles de madera, Hasta en la bolsa del pan y han entrado en la nevera. Esto es algo inevitable, lamentable y recurrente: “ Cuando Don Gato no está, los ratones se divierten” Por ver de nuevo tus ojos, verdes brillantes, soberbios, cruzaría, sin temor, las puertas del mismo infierno. Saciar de nuevo, en tus labios, la sed que me hizo cautivo del néctar que de ti emana y para mí, lo has vertido. Y que me roce tu pelo, como las brisas, al río Y traiga algo de frescura, a mi ardiente desvarío. ¡Oh, si pudiera volver a estrechar tu blanco cuerpo! recorrer sinuosidades, que despiertan mis deseos, como las profundidades que guardan los cien secretos y destilan el almizcle que es tu esencia y es mi anhelo. Embriagarme en tus perfumes para descubrir, en ellos, la substancia de tu ser y de tu hechizo, el misterio. En el monte del Olvido, ayer dejé tu recuerdo, Al menos, eso creí, porque me está persiguiendo. Hoy de nuevo he de llevarlo, para arrojarlo en el río, Atado de pies y manos y a una roca, aprehendido Y si no logro matarlo después de varios intentos, me resignaré a llevarlo, si no queda otro remedio. Cuando me acostumbre, a él, de rencores, despojado, Ya no serás para mí, la cruel que me ha abandonado, llevándose mi alegría, mi ilusión, mis esperanzas y todas las fantasías que con ella, había forjado. Quizás me resignaré, es preferible acordar y vivir en paz con uno, aunque no pueda olvidar La historia de la humanidad revela, que, siempre hubo y habrá seres que llevados por una desmedida ambición, para adueñarse del poder, posesiones y bienes ajenos, recurren a cualquier medio. La demanda nunca quedó sin respuesta. Entre las diversas opciones, por lo difícil de comprobar, en tiempos pretéritos, por su efectividad, rapidez y limpieza, el más requerido fue el VENENO. Los especialistas, concientes de su papel y también del riesgo que corrían al enterarse de secretos y cuestiones a las que, indirectamente, darían solución favorable, para quien los contrataba, mantenían un aislamiento voluntario, alejados del mundanal ruido y abocados a investigar, en sus improvisados laboratorios y obtener del mundo mineral, vegetal y animal, las mixturas más ponzoñosas y efectivas. Grecia, 470- 399 a de C, Sócrates, filósofo, acusado de corromper a la juventud y de inducirla al culto de deidades ajenas, fue condenado a beber cicuta, tóxico proveniente de una planta. En el 323 a de C, Alejandro Magno,a los 33 años, en la plenitud del poder y la gloria, enferma súbitamente y muere. Sus generales se reparten el imperio que conquistó. Quedó flotando la duda sobre las verdaderas causas de su muerte, atribuyéndoselas a unas fiebres contraídas en su última campaña. Durante la vigencia del Imperio Romano, deshacerse de los enemigos, se resolvía mediante el veneno y se convirtió en un mecanismo rutinario. Una esclava llamada Locusta, preparaba mixturas que daban exitosos resultado y llegó a ser famosa y muy solicitados sus servicios. En el 54 a de C, Nerón, con la complicidad del eunuco encargado de probar los alimentos destinados al emperador Claudio, consigue envenenarlo con setas venenosas. Las familias poderosas que gobernaban la desmembrada Italia, durante el Renacimiento, vivían en una permanente trama de intrigas y luchas por la hegemonía territorial. Los Borgia, Rodrigo, más tarde papa como Alejandro VI y sus hijos César y Lucrecia. Los Médici, del´Este, Orsini, amantes del arte, en todas sus manifestaciones y de la vida sofisticada, dominaron, también, el arte de deshacerse de quienes obstaculizaban sus propósitos. En tiempos de Luis XIV de Francia, en el siglo XVII, la marquesa de Brinvilliers, inescrupulosa aventurera, con su envenenador personal, hizo estragos, sacando del medio a quienes interferían en sus siniestros objetivos. Terminó bajo el hacha del verdugo. En 1821, un informe oficial, dio cuenta de la muerte de Napoleón Bonaparte, en la isla de Santa Elena. El diagnóstico, cáncer de estómago. En 1840, sus restos, trasladados a Francia, fueron estudiados y se detectó una dosis de arsénico muy superior a la empleada, en ínfimas dosis, para combatir el paludismo o la sífilis, indistintamente. En el alto mando nazi, los jerarcas, acostumbraban llevar una ampolla con cianuro, para procurarse una muerte rápida antes de caer en manos de sus enemigos, Goering la usó en 1946. Durante la Ocupación en Francia, por los alemanes, 1940- 44, un médico francés, Marcel Petrot, estafó y entregó a 63 personas, la mayoría judíos, a la GESTAPO, apropiándose de sus pertenencias. En 1946 llegó su merecido castigo cuando su cabeza rodó en la guillotina. Claus von Bulow, casado con la heredera de una fortuna incalculable, Martha, que en 1979, entró en coma por una sobredosis de insulina. Acusado de haberla inducido a ese estado, fue procesado y liberado luego. En Argenrina, por no quedar fuera de esta tenebrosa competencia, presento a Yiya Murano, la envenenadora de Montserrat. Atosigada por deudas, aún así llevaba una buena vida, ropa importada, las joyas, le encantaban. Se reunía de tarde en tarde con un grupo de amigas, viudas o mujeres solas a tomar el te y jugar a la canasta. En las charlas, deslizó comentarios sobre unos emprendimientos financieros que le estaban redituando excelentes ganancias. Sus amigas se interesaron y quisieron asociarse al mentado emprendimiento. Le dieron el dinero y ella, en garantía firmó pagarés. Pasó el tiempo, Yiya lucía nuevas joyas, ropa muy elegante, pero….la ganancia para sus amigas, no aparecía, ni el capital, ni mención alguna. Le reclamaron. Encontraron muerta en su depto. a la más insistente. Las hijas declararon que desapareció un pagaré por una suma importante que guardaba su madre. El portero, declaró que Yiya pidió la copia de las llaves y la vio salir con un papel y un frasquito en la mano. La autopsia reveló cianuro, mientras las otras dos amigas, murieron súbitamente, con muy poca diferencia de tiempo, las tres en 1979. Las autopsias también revelaron la presencia de cianuro por lo que Yiya , aún cuando proclamó su inocencia a los cuatro vientos fue procesada y condenada a 16 años de prisión, Se presume que en las reuniones de te y canasta, Yiya, que siempre llevaba un paquete con exquisitas masa, las condimentaba con cianuro, claro, ella no probaba, conociéndose, por las dudas…. Hoy le he pedido al Señor, que nunca dejes de amarme, En los ojos de su imagen, que se clavaron en mi, tuve la exacta respuesta a lo que humilde, pedí. Esa concesión, supone, un compromiso de a dos. De mi parte, lo he aceptado. Espero y confío en vos. No fue difícil amarte. Desde el día en que te vi supe, por muchas razones, que ibas a ser para mi. Mis afanes, desde entonces, se centraron en lograrte y toda la artillería, la usé para conquistarte. Ahora, me siento en paz y feliz de estar contigo. Siempre vuelvo a ese lugar, a renovar mis promesas y siempre, cuando me voy, siento que el alma se eleva, despojada de pesares, liberada de tristezas que suelen causar las dudas que a menudo nos acechan si la fe se debilita o el ánimo titubea. Recobrados, sin temores, en tus brazos, se renuevan Aquellas fotos guardadas, renuevan en su memoria los recuerdos del ayer y alguna historia olvidada. La imagen de una muchacha que busca esconder el rostro, con el lacio pelo claro, que le cubre hasta los hombros. También su mirada es clara, tan clara como sus ojos. Ojos de tierna gacela, de ingenuidad y de asombro, ante un mundo al que tendrá que afrontar dentro de poco. A perfeccionarse en canto, ella viajaba a Milán, En solo un par de semanas y se negaba a posar. Él, preparaba su ingreso para la universidad, Veía en ella, a una niña, ella, veía algo más. Después de tomar el te, salieron a caminar. Con intención de llevarse, recuerdos de aquél lugar, recorrieron la pradera, bordearon el manso arroyo, recogieron moras dulces, puso, ella, una en su boca, él esa buscó probar y en la casta boca de ella, la esencia de la muchacha, consiguió desentrañar. No hubo ningún juramento ni promesa de futuro, Ël se abocó a su carrera, quería ser el mejor En Milán, ella esperaba y tejía su ilusión, Cumplía al pié sus deberes, con esmero y con pasión El regreso, la oprimía. Sola y triste en la pensión, Volvía entre sus recuerdos, al beso que él le robó Y la embargaba la angustia que se volvía dolor, reviviendo aquella escena que él nunca más recordó. Ella es hoy toda una diva, en Europa, se instaló, Todo lo que quiere, obtiene, joyas, viajes, la mansión en Roma, París, Londres y también en Nueva York. Su esposo, hombre de negocios, también es su productor. vela y cuida de la diva, su más valiosa inversión. Me basta con que me mires y en tus ojos, reflejarme saber que si quieres, puedes, fácilmente, recordarme. Me basta con intentar, de vez en cuando, nombrarte, Una, dos y tantas veces, sin osar importunarte. Me basta con recibir un mensaje, una palabra que mitigue la ansiedad de esta espera interminable. Aunque muera la ilusión que alimenté por lograrte, se que no tienes la culpa. Si yo te amo, es por amarte Nunca reparaste en mi, ni buscaste enamorarme. Fue tal vez tu indiferencia, la que consiguió atraparme por aquello de querer lo que se hace inalcanzable. Es posible que así sea, la suerte a veces nefasta, trama alguna situación que resulta incontrolable, sin que haya un provocador. Lo se muy bien y me basta. Voy a ir a festejar con mi amigo Danielito. Como yo, cumple cinco años y le llevo un regalito. Tiene un castillo inflable donde vamos a jugar, Saltaremos, correremos y vamos a disfrutar. Mamita está muy nerviosa, eso es cosa de mujeres, como dice mi papito, cuando a ella se refiere. Ya me ha cambiado dos veces, y con esta serán tres No puedo estar quieto un rato, si por ahí me descuido, seguro van a ser cuatro. Primero me resbalé y fui a dar a la bañera. Salí al patio, busqué un tarro, mientras mami se cambiaba, me puse a jugar con barro. La tercera, por mi mal, no alcancé a llegar al baño Por tan activo que soy, ¡me gusta jugar con todo! Mala suerte me tocó que me hizo caer al lodo. Mamá a bañar, me llevó y arruinó su maquillaje. Ella se puso a llorar y yo desnudo y sin traje. Me puse ropa de invierno, aunque traspire, es igual Quiero estar con mis amigos y sobre todo ¡JUGAR! Después del quinto cambiado, llegamos de mil amores La casa está engalanada con guirnaldas de colores, con imágenes de cuentos y canastillos de flores. Del techo cuelgan piñatas, repletas de caramelos, de juguetes, de canicas y hasta un camión de bomberos. Daniel está muy contento, me recibe emocionado Mientras le arranca el papel al paquete que le he dado. Creo que no le gustó, ¡demasiado malcriado!. Lo que mamita no sabe, es que yo había cambiado el auto que ella compró por otro viejo y usado Espero que Danielito elija ser educado Que no empiece a protestar, mejor se quede callado! El almuerzo de Navidad se complicó cuando a la hermana menor de mamá, la tía Delfina, se le adelantó la fecha del parto. Sus suegros, recién llegados de Salta, con sus cuatro hijos adolescentes, no querían perderse la llegada del primer nieto y sobrino, respectivamente y tampoco pasar solos las fiestas en una ciudad desconocida y tuvieron la feliz ocurrencia de venir a casa. El almuerzo estaba ajustado y esos adolescentes insaciableses no paraban de engullir. Mamá, preocupada por los acontecimientos, reunió, a puertas cerradas a sus tres hijas, de las cuales soy la menor y nos convenció, mediando promesas de futuras compensaciones, rechazar el plato principal para que los visitantes quedaran satisfechos. Cumplimos lo prometido, aguantamos la tentación y la tortura de verlos engullir, sin pausa. Sabíamos de los postres y ahí pensábamos recuperar terreno, cuando nos cayó el balde de agua fría. - ¡Ustedes no!, -dijo mamá enérgica y desalmada. ¡ El que rechazó la comida, no tiene derecho al postre ! Silenciosas, las campanas, brilla pulido, el metal, dispuestas para el concierto que pronto nos van a dar. Que descansen las campanas, el momento ha de llegaren que tañan sin descanso…. Entonces, se lucirán al son de la buena nueva que el repique llevará sobre los vientos, del aire, sobre las olas del mar, sobre las verdes praderas, y el dorado del trigal, bajo cielos estrellados, sobre hielos sin final. Apenas nacido el niño, todo el mundo lo sabrá. En ese día distinto, tan único y especial. un leve, sutil perfume, los pétalos del rosal, que María ha cultivado, desde el cielo caerán y seremos bendecidos, los de buena voluntad. Ay qué negra está la noche! Que negros mis pensamientos! está oscurecida mi alma de negros presentimientos. Te fuiste muy tempranito. De ti, no he sabido nada. Está por amanecer y aún no he abierto mi cama. Pasan tan lentas las horas…Unas ráfagas heladas, de esas que hielan la sangre, se cuelan por las ventanas. Ya me había adormecido, sobre un sillón de la sala, cuando algo que escuché, hizo que me despertara. Fui corriendo hasta la puerta. Por la mirilla espejada, Ví a alguien desconocido que a sus espaldas cargaba un cuerpo, no pude verlo, pero me lo palpitaba. Abrí la puerta de golpe…blanca, tenías la cara. Al comprobar que eras tu, rocé tus manos heladas que traspasaron mi piel para quedarse en el alma. Ya no eras de este mundo Y a mi nada me importaba, Solo quería saber quién te clavó aquella daga que terminó con mi vida y la tuya desangraba, para buscarlo y vengarte y tener en paz el alma. El mismo que lo traía, sobre sus rudas espaldas, me lo dijo de un tirón, sin que se lo preguntara. -Fue tu hijo quien lo mató, Se enzarzaron, en la calle en violenta discusión. Él no quería pelear, porque en medio, estabas vos. Tu hijo apeló al insulto, El hombre lo abofeteó y cuando se retiraba fue que tu hijo, lo atacó, hicimos por detenerlo. Joven y ágil, se escapó. Si lo encuentra la milicia, no tendrá ninguna opción. ¡Ay hijo mío del alma, labraste tu perdición! ¡Si pudiéramos volver al tiempo que ya pasó cuando eras mi dulce niño! En ti albergaba el amoren nuestro mundo perfecto, sin lugar para el rencor. Alguno lo vio llegar, por caminos desolados. Encorvado por los años, el paso lento y pesado. Sopló su gélido aliento, sobre árboles agobiados que han empezado a dormir su sueño, como un letargo. A los campos los cubrió de matices grises, blancos, confundidos con los cielos, de iguales tonos pintados. Los pájaros han migrado en curiosas formaciones, junto a un jefe que los guía hacia destinos mejores Distintos de los humanos que cargamos equipajes. Ellos con sólo lo puesto, viven surcando los aires, sin visas ni documentos, sin fronteras, ni peajes, ¡Si el hombre pudiera ser tan libre como las aves! Los aldeanos, estos meses, lo viven muy recatados en sus cálidas viviendas, en un encierro forzado. El granero bien provisto. Prolijamente apilados,los leños para la estufa. Los animales guardados, proveen leche a los niños y también a los ancianos. Cuando el frío es muy intenso, rondan los lobos, hambreados, olfateando, enloquecidos, en busca y procura de algo, que los libre de morir sobre ese paisaje blanco. Una cornamenta oscura, de pronto los ha alertado. Corren en tropel, el riesgo, totalmente descartado. Son nueve lobos adultos, hambrientos, desesperados. El ciervo, no tiene chance, ni van a ocurrir milagros que de la horrible jauría, lo dejen a buen recaudo. Llegan siete cazadores con escopetas en mano, Seguían huellas del ciervo, ¡y mira, se han encontrado, una jauría de lobos que lo mismo andan buscando!. Los fogonazos se cruzan. De rojo tiñe la nieve, la sangre de los matados. El ciervo raudo, escapó. El instante ha aprovechado y se perdió en la espesura del bosque quieto y helado , de coníferas azules, de abetos de gran tamaño y jadeante bebe un hilo de agua, que cae desde una rama que se está descongelando. " Nos, que valemos tanto como vos, os facemos rey si guardáis nuestros fueros y libertades, si non, non." Esta antigua y simple fórmula de juramento entre los probables súbditos y el que eligieron para guiarlos, futuro rey en este caso, expresaba la necesidad de un compromiso mutuo de asistencia, colaboración y cooperación , sobre una base de igualdad ( Nos, que valemos tanto como vos) compromiso que se mantendría mientras el elegido cumpliera el rol que se le propuso y respetara los derechos de sus electores( si guardáis nuestros fueros y libertades) y la simple sentencia definitiva e inapelable, ( si non, non) Esto funcionaba hasta que el rey adquiría poder y se rodeaba de adictos a los que otorgaba dádivas, privilegios y armas y formaba su ejército personal, usado generalmente, en contra de sus originales electores, que le recordaban, permanentemente el cumplimiento del compromiso contraído. También echaron a correr la leyenda del poder que viene de Dios, falso y sólo para darle visos de absolutismo, lo de heredar títulos, para perpetuarse y mantener a sus familiares en ese estrato y lo se la sangre azul. Todas mentiras con un mismo propósito. Nada nuevo, bajo el sol Hay una calle en mi pueblo, hollada por mis andares, con empinadas subidas que semejan toboganes, Las conozco de memoria, ahora las hago lento, para evitar el cansancio o quedar en el intento. Una vez que llego arriba, sólo me resta bajar, Despacito, sin apuro, tratando de no rodar. A los costados florecen, sin cuidado y poco riego, silvestres y naturales, los sensitivos dondiego. Por las mañanas, temprano, antes de salir el sol, lucen su simple belleza , fragante y multicolor. Blanco, púrpura, amarillo, la gama de los rosados y entre el verde del follaje, asoman los matizados. También al atardecer, después que se pone el sol, lucen sus pétalos nuevos y su fragancia mejor. Siempre en tiempo de verano, me espera esa recepción. Halago de los sentidos, fiesta de aroma y color que se prolonga hasta mayo en un mágico esplendor. ¡Cómo no sentirse reina entre tanta floración! Aunque reine sin corona, ni palacio ni bufón, ni cetro ni rey ni trono, ni mi propio confesor, pero si con la ventura de estar rodeada de amor. Es un águila real que atento, cruza los cielos y en procura de sustento, va. en su majestuoso vuelo. Por sus desplegadas alas, la luz del sol, no penetra. En un rasante volar, su escrutadora mirada la vasta tierra, examina en búsqueda de pitanza. Su víctima estará perdida, al momento de avistarla. es posible que jamás, retorne a su madriguera. La asirá en sus fuertes garras, aunque su peso la exceda, elevándola a los cielos y estrellándola en la roca. Saciará su angustia oral y la de su hambrienta prole. En la tierra y en el aire, tiene la supremacía, por su tamaño, su fuerza y sobrada autonomía. Entre los acantilados y en el rocoso escarpado, levantó su tosco nido, de los vientos, resguardado. La hembra, águila real, pone solo uno o dos huevos, permanecerá en el nido hasta que nazca el polluelo. El primero que consigue, por propio medio salir y el cascarón logre abrir, a fuerza de picotazos, tendrá las únicas chances de poder sobrevivir. En tan inhóspito medio, donde domina el más fuerte, no hay debilidad posible y la piedad está ausente Este relato, inspirado en antiguos documentos, fue escrito por un israelita originalmente en arameo, data del 200 a de C, trata de Tobit, de su hijo Tobías y de Sara. “Tobit, judío ciego y cautivo en Asiria, en la cuenca del Tigris, bajo el dominio de los persas, vive con su hijo y su mujer, sin posibilidades de cambiar esa miserable situación. Sara, joven israelita, sin proponérselo, despierta en Asmodeo, demonio lujurioso, una pasión desenfrenada e incontrolable. Siete veces, es desposada y otras tantas viuda. Asmodeo asesina a los maridos la misma noche de bodas, antes de que se consuma el matrimonio. Las murmuraciones sobre la desdichada Sara, siete veces viuda, hacen imposible su vida. Llega a tal grado, su desesperación que pide a Dios que le otorgue la gracia de morir. Tobías sabe de lo que es, para esa hermosa y casta mujer, ser blanco de las sospechas y habladurías y de enfrentarlas sólo con su inocencia. El sufrimiento y la resignación de Sara, despiertan, en el muchacho, profundos sentimientos de amor y respeto. Es tan mísera su vida, imposible pedirla en matrimonio. El arcángel Rafael, es enviado por Dios para ayudarle, en recompensa a sus virtudes. Tobías debe viajar a un lugar, sobre el río Tigris a buscar diez talentos que le deben a su padre. Rafael se presenta como un guía y enseña al muchacho la forma de evitar las peligrosas trampas que Asmodeo le pondrá. En el río saca un gran pez. Rafael le indica que debe arrancar las entrañas, corazón hígado y riñones y la noche de bodas, en el cuarto nupcial, los quemará a las brasas. El olor que desprenden esos órganos es fatal para Asmodeo que huye despavorido hacia Egipto donde lo espera Rafael que rápidamente lo atrapa y encadena. Librados del demonio, Tobías y Sara, encuentran paz y felicidad.El nombre y características de Asmodeo, son mencionados en el Antiguo Testamento,(Libro de Tobías) en el Talmud y en los tratados de demonología.
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Oscar Franco
http://www.textale.com/component/option,com_textupload/Itemid,128/id,43735/task,view_text/
Por favor difundelo si pudieses. gracias.
Pascual Vizcaino Ruiz
Alejandro
Es usted muy déspota en su comentario del texto indiferencia divina?, sobre todo si tenemos en cuenta que la autora deja claro que los desastres naturales son muy comunes y crea toda su reflexión acerca de cómo el ser humano pasa de su pregunta hacia un Dios al que considera responsable a la dolorosa conclusión que es su irresponsabilidad la que acelera los procesos llevándolos a desastres.
Bastante arbitraria resulta usted al decir… le “concedo responsabilidad al hombre” por favor señora si usted lee, ve televisión o se molesta en averiguar, se podrá encontrar con un cumulo de estudios e informes que demuestran como las acciones de la humanidad ha afectado el equilibrio natural que provocan desastres.
Parece ser que usted no se entero del objetivo de la reunión de presidentes de países en Copenhague... por favor señora antes de atacar o trata de ridiculizar a alguien primero analícelo, porque podría ser usted quien terminara haciendo el ridículo.
Alexandro
Oscar Franco
Te invito a leer y comentar alguno de mis poemas espero te gusten.
Un saludo y feiz años nuevo 2010.
www.somosgoogle.blogspot.com
www.oscarfrancoquintanilla.blogspot.com
Francisco Prez
Veneno
haydee
Seguro que van a sobrar las anécdotas y encontrarás un buen argumento para tus relatos.
Gracias!
Serena