No fuimos eternosy los años nunca fueron nuevos.Lo supimos demasiado tarde,casi a las puertas de lo que quedaba.Levantamos la copa en vanoporque en vano fue llenarlay bebérsela en un último sorbodeseando un futuro con frases repetidas como en un espejo desgastadoy sucio de tanto pasado que se agolpacrepitando en la tupida llama del tiempo.No fuimos eternosy en el cielo sólo florecen las cenizasde una alegría que se aconchaen un fondo silente de algo asícomo el alma.