Ese bello encierro, de un minuto dentro de ese espacio, nos descubrió generosos y cuidadosos, tan al tacto de nuestros sentidos. Yo no podía dejar de mirarte a los ojos, aun cuando mi cuerpo, ya estaba húmedo de vos. Tu trance, fue tan dulce conmigo, déjame que le dibuje mil abrazos, mil besos, mil pasiones... para volver a seducirlo. Ese bello encierro, de un minuto dentro de ese espacio, es tan indestructible, que me dura tu piel, aun latiendo en esta ausencia. Vos decías y hacías, no sé que cosas, o si... pero lo puntual, es que las hacías una a una. Yo te había recorrido tanto con palabras, que ya era tiempo de hacerlo con mis labios y mis manos." Mae NamekyNoviembre 2012