• Marta Pérez Jiménez
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Noche oscura del alma acecha Buscando en los huecos de mi mente Sentimientos que huyen del presente Veloces hacia una pasada brecha   Desgarrando cuanto a su paso haya Encontrando una fugaz salida Recordando las batallas perdidas Pedazo de infierno que luz acalla   En las estrellas que acunan dolores Búsqueda de errantes, que cosecha Cobijo de los profundos temores   Cuchillo que al corazón despecha Sangre fresca, suaves dulces olores Noche roja que en el alba acecha
Odio Odio que te quedes a mi lado Odio que no muestres cariño Odio que no sonrías conmigo Solo me queda decirte, te odio       :-/ No dejo de recordarte No soy capaz de olvidarte Es más fácil odiarte Y no puedo esperarte
Hace tres años que pasó, sin embargo me acuerdo como si hubiera pasado ayer, se que nunca lo olvidare, mas bien nunca la olvidare. Desde ese día he ido a varios psicólogos pero ninguno de ellos ha conseguido que les contara lo que ocurrió aquella noche, en cambio hoy me he decidido a escribirlo, ojalá que alguien lo leyese, pues así me sentiría mejor conmigo mismo, no se exactamente por donde empezar, soy una persona aficionada a la lectura, pero los que mas me apasionan son los libros viejos, por ello, por  un libro ocurrió lo que nunca tuvo que ocurrir… Era 23 de Diciembre, en un año un poco extraño, para mi, pero eso es otra historia, como iba diciendo, era 23 de Diciembre, en una mañana fría, muy fría, me había levantado sobre las seis de la madrugada y había salido a correr como todas las mañanas, no había ni una sola nube en el cielo. Después de correr me fui a mi pequeña pero acogedora habitación, a leer mi libro favorito “Niebla” de Rosa Montero, ese libro me lo había leído como una ocho veces desde que lo compré, no sé que tenía ese libro que hacía que descubriera cosas nuevas cada vez que lo volvía a leer, o que me gustase alguna frase que otra, como por ejemplo “ La vida de los humanos, en definitiva, no era sino un desesperado y siempre fracaso combate contra la muerte” después de leer un rato, cosa de tres horas, me fui a mi librería favorita “Reel” haber si habían traído algún otro libro diferente pues todos los que tenían en ella me los había leído. Cuando salía me encontré con la vecina, una mujer de unos cincuenta años aproximadamente, muy alta y muy simpática, como de costumbre paseaba a su perro y hablaba con su marido ya muerto debido a un cáncer, pero ella seguía imaginando que él estaba siempre a su lado es una de las cosas mas bonitas que había visto de lo que llevaba vivo. Pasé a su lado y la miré, pero no la salude no me sentía con ganas de hablar con nadie y la verdad es que no sabía porque, pues hoy después de mucho tiempo no me había levantado por la noche con la misma pesadilla de siempre, que luego raramente nunca recordaba cosa extraña debido a que por ejemplo si soñaba con sangre y muertes de personas que no conocía al día siguiente me acordaba perfectamente del sueño y de la cara de la persona. Estaba tan metido en mis pensamiento que no me di cuenta que había llegado a la librería, pasé, mas allí no había nadie, era como si lo hubiesen abandonado, pues estaba lleno de polvo, había un montón de libros tirados por el suelo y estanterías ,igual que había muchos libros rotos y quemados ¿qué había pasado allí?, me adentré un poco mas , y me di cuenta que había una caja donde ponía con un bolígrafo rojo “libros nuevos” mire a mi alrededor buscando al dueño sin embargo no aparecía por ningún rincón, así que me  decidí a coger la caja y llevármela. Por el camino sentía como si alguien me siguiese, pero cada vez que me daba la vuelta la calle estaba vacía. Cuando entré en casa me sentía mejor, al llegar abrí la caja y descubrí que solo había un libro que no tenía titulo pero lo mas extraño de todo es que era un libro bastante delgado pero pesaba como si fueran unos tres o cuatro más. Sonó el teléfono, me paralicé después salí corriendo a cogerlo, estaba nervioso, muy nervioso, pues temía que alguien me hubiese visto coger la caja. -¿Sí?-pregunté con un hilo de voz. -Soy Ana ¿Te encuentras bien? ¿Quedas hoy por la noche a la discoteca? es que voy con unos amigos y me encantaría que vinieses. ¿Puedes?- al terminar esas palabras me volví a tranquilizar. -Si, claro. No tengo nada que hacer ¿sobre que hora sería? ¿Y en cuál? -Sería sobre la una y en “Zinc”. No llegues tarde, por favor. -¿Va a ir Andrés?- pregunté todo serio, pues sabia que era su novio y eso me sacaba de mis casillas, debido a que a mi Ana me gustaba mucho. -Si, si que va ir además el otro día me pidió que nos casáramos y acepté. -¿Casarse?- mi mundo se vino abajo no podía ser no ella, no yo la amo. -Si ¿Algún problema?-pues claro, que te vas a ir de mi vida para siempre. -¿Ehh? No ninguno me alegro un montón-puro sarcasmo- ¿Y para cuando? -Dentro de una semana y estas invitado ¿podrás venir? -Bien me alegro, pues allí estaré. Adiós. -Hasta luego. ¡NO! Mi cabeza me decía que no, que esto no podría estar pasando ¿Por qué a mí? Decidí coger el libro robado y ponerme a leerlo, iba de un asesinato un hombre degollaba a su madre, porque esta quería a otro hombre que no era él. Después de haberla asesinado, mató al hombre que ella amaba, clavándole un cuchillo en el corazón para que después de muerto no pudiese volver a amar. Me pasé todo el tiempo leyéndolo hasta acabar de leerlo y la verdad es que me alegró bastante el día. Sobre las doce y medía salí de casa con una sonrisa puesta en los labios, no sabía porque pero sabía que esta noche sería una gran noche una de esas noches extrañas. Llegue justo a la una, soy una persona muy puntual; allí estaban ellos, dos besándose, como si todo lo del alrededor les importarse una mierda, me daba igual sabía que esta noche yo dormiría mas a gusto que ninguna persona en este puto mundo. -¡Has llegado!, como ves hay un ambiente de fiesta-dijo Ana y era verdad había muchas personas en el local, todo el mundo feliz, todo el mundo con la gente a la que quiere y yo aquí con dos personas muy diferentes para mí, una persona a la que amo y otra a la que desprecio mas que a mi vida y eso ya es decir. -Si, eso parece. ¿Qué tal, Andrés? -Muy bien, deseando que llegue el día de nuestra boda, apropósito, Ana te ha dicho que estas invitado, mas a surgido un pequeño problemilla de última hora y no creo que te podamos dejar asistir, lo siento mucho tío. -Bueno no pasa nada son cosas que pasa ¿no?-sinceramente no me importaba no asistir a su boda, mientras pudiese asistir a su entierro. -Si, bueno pasemos que nos esperan dentro. Pasamos pero yo en el último momento giré la cabeza y vi, un callejón un poco oscuro perfecto para cualquier cosa… Estuvimos dentro como cosa de tres o cuatro horas, cuando me di cuanta que Andrés y Ana salían disimuladamente como si quisiesen que nadie les siguieran, más yo si lo hice. Era una noche cerrada, observé que se metían en el callejón donde antes me había fijado. Empezaron a besarse y es cuando yo intervení. -Tú hijo de…te odio a ti y a toda tu familia. -antes de que pudiera hablar la frase le metí un puñetazo el la cara que  acabó matándolo debido a que callo con la nuca en una piedra, mala suerte para él buena para mi. Ana se asustó y salió corriendo, mas antes de que pudiera gritar o pedir ayuda, saqué una navaja del calcetín y se la cavé en el corazón y después de eso se lo arranqué, viendo lo que había hecho, el haber matado a la persona que yo mas quería. Igual que el protagonista había hecho en el libro. Salí corriendo, llevándome el corazón de Ana en la mano mientras corría, en ese mismo instante me acordé del sueño, el sueño que hace unos instantes se había cumplido. Nunca volví a ser el mismo después de aquello. La policía nunca consiguió descubrió a el culpable y cada vez que lo oía en la radio o lo veía en la tele me reía y me sentía como “Jack, el destripador”. He conservado el corazón de Ana hasta el día de hoy, ya pasados tres años, pero cada vez que lo veo noto que sigue sin quererme, que todavía sigue amando a Andrés. Acudí al funeral de los dos pero en ninguno lloré, he dejado de querer después de aquello. Ahora intento encontrar el sentido a mi vida pero no lo consigo, por eso posiblemente o seguro que en cuanto acabe de escribir me suicidie. AQUELLO QUE NO SOMOS CAPACES DE ACEPTAR, ES LA ÚNICA CAUSA DE NUESTRO SUFRIMIENTO.
Extraño
Autor: Marta Pérez Jiménez  537 Lecturas
Estoy decidido dentro de tres días me suicidio ¿qué por qué? Porque pienso que el mundo es una mierda, que es injusto, que no he hecho nada para merecer la buena vida que tengo, igual, que otro no ha hecho nada para que la vida le trate tan mal; ¿qué por qué no lo intento mejorar? Simplemente soy una persona, no soy nada más, si al decir “persona” yo no sé ni lo que digo, ¿qué somos?, ni idea pero bueno ahora ya no me importa ni eso  ¿qué por qué voy a tardar  tres días  en suicidarme? Porque hoy escribiré esta carta, mañana me daré un vuelta por los lugares que conozco, recordando para llegar a olvidar, y al tercero… adiós. ¿Qué por qué no sé lo he dicho a nadie para que me pudiesen ayudar? Pues da la casualidad de que si que lo he hecho y es verdad que sí que me han ayudado, pero no me han solucionado el vacio que siento dentro de mí y sé que es porque nadie sabe nada de la vida, aunque a ellos eso no les importe a mí sí porque no me gusta la idea de seguir viviendo sino sé ni quien soy ni lo que me espera lo único que sabemos es que nacemos para acabar tal y como estábamos antes sin nacer es decir en la nada ¿Qué de que me va a servir el suicidio? Pues está bien claro para hacer desaparecer ese sufrimiento que está en mi interior que poco a poco se está alimentando de mí. ¿Qué si les voy a hacer daño a la gente que quiero? Ese dolor al fin y al cabo es pasajero, aunque no pueda admitirlo, ya que nadie cercano ha fallecido, pero es algo que creo desde siempre ¿Qué si hubiesen muerto? Pues posiblemente  no lloraría por ellos sino por las personas que siguen vivos y ven como una persona que querían ha dejado de sufrir y posiblemente me alegraría por la persona que se ha muerto ya que ha dicho adiós al dolor ¿Qué cuanto tiempo llevo pensando esto del suicidio? Pues desde que tengo memoria, posiblemente, aunque no pueda asegurarlo sí sé que desde pequeña prefería la muerte a la vida ¿Qué si me lo he pensado bien? Pues yo creo que si ya que como he dicho antes recuerdo que tenía esta intención desde que descubrí seriamente los sentimientos ¿Qué tienes una última pregunta? Pues me encantaría escucharla aunque has de saber que no me harás cambiar de opinión ¿Qué si lloraría tu muerte? Pues… bien como he dicho antes cuando una persona que quiero muera me alegría pero y si no te conozco tú crees que me enteraría de tu muerte. Anónimo
Este es un correo con dudas que tienen los adolescente, consta de varias partes. En la primera parte voy a hacer una pregunta muy clara pero no tan simple como parece (o como me parece a mí), y me gustaría saber qué es lo que se te pasa por la cabeza cuando te la planteas. ¿Cómo podemos estar tan seguros de que hemos tenido un pasado? Claro está que tienes recuerdos que supuestamente estuvieron en tu pasado, pero no puedes asegurarlo ya que están en tu presente, porque si no estuviesen en este presente ¿podríamos asegurar que han estado en nuestro pasado? es decir cómo podemos asegurar que hemos tenido un pasado si ya no vivimos en el. La segunda parte es una teoría que tengo sobre la vida, y que mucha gente (creo) que la tiene y es que supuestamente el futuro está planificado, pero no lo sabe nadie, es decir estaba asegurado que yo escribiría este correo, pero nadie lo sabía, es decir entonces ¿no se puede cambiar el futuro como mucha gente dice, si ya está planificado? La tercera parte es que supuestamente según veo yo el pasado, el presente y el futuro, se miden por milésimas de segundo ya que en presente es una milésima de segundo y la siguiente es el futuro y la anterior el pasado ¿no? La cuarta parte porque la gente admira más a las personas que tienen algún talento en especial (estudios, deportes...) y la gente que no los tiene no son tan admirados, como si no naces con algún talento en especial, y intentas encontrarlo pero no lo consigues, porque siempre andas a la sombra de alguien. ¿Por qué la gente no admira ese es esfuerzo nunca? es decir si eres estudiante y no se te da muy bien ninguna asignatura y el deporte quizás lo mínimo y a la vez eres tímido, eso quiere decir que no vas a recibir nunca nada porque se premia a la gente que se le da bien los estudios o el deporte o que hace alguna actuación (digo eso porque no se expresarme muy bien). ¿Por qué? La quinta parte es sobre lo que somos ¿Cómo nos definiríamos? ¿Por qué intentamos inventar y descubrir cosas nuevas, si no tenemos la base de nuestra vida asegurada? es como creernos superiores en un mundo que nos gana en cualquier momento.
El baloncesto nos crea esas alas para el mejor disfrute de la vida y para el final de las despedidas aportándonos muchas alegrías.   Nos enseñastes a parar las balas para que no acabase nuestra vida. Perfecta jugada ya terminada porque en nuestra vida ya te instalas.   Nos haces pensar y luego actuar para aprender de nuestros errores y al oponente poderles cabrear.   Esquivando del juego temores, abandonamos el ser un glaciar siendo de la vida ganadores.
BALONCESTO
Autor: Marta Pérez Jiménez  414 Lecturas
En mi mente te quedaste muy dentro. Sé que no te olvidaré fácilmente ahora lloraré, desgraciadamente por contemplar tu partida, maestro.   En mente nuestro amor siniestro pero era un te quiero evidente y un no te alejes de mi, inocente, pues no creo en el reencuentro.   Me será muy difícil olvidarte un adiós posee mi interior que no me será fácil expresarte.   Sonrisas que brotan al exterior sacando de mi interior el arte dándole de mi vida otra vez color.

Autor: Marta Pérez Jiménez  409 Lecturas
 Eres esa luz en la oscuridadSe que no estoy sola, estas conmigoSe que no te pierdo, te encuentroLa amistad nunca será una eternidadVeo ahora en la vida fugacidadSolo se que ahora te necesitoEl dolor se evade estando a tu ladoMe enseñaste como soy en realidadHas conseguido resolver mis dudasSabiste recogerme cuando caíDe mi vida echas fuera miedosNo llores si un dia no estoy junto a tíSi yo me fuera, tú no me olvidesCon este soneto, de tí, me despedí
  No me expreso con claridad Evito la realidad Y no es una cualidad   Solo decir lo siento Por cada error que cometo ¿Solución? Mi lamento   Se en mi mente retenerte Porque muero al perderte Tú me haces ser fuerte  
Hablar
Autor: Marta Pérez Jiménez  372 Lecturas
  No me expreso con claridad Evito la realidad Y no es una cualidad   Solo decir lo siento Por cada error que cometo ¿Solución? Mi lamento   Se en mi mente retenerte Porque muero al perderte Tú me haces ser fuerte  
Hablar
Autor: Marta Pérez Jiménez  365 Lecturas

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