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Al inevitable encuentro con tu piel voy sobornado, caminando taciturno llego a la cita, y al ver tus lamparas iluminarme me sacude un viento insospechado; nos besamanos, nos sentamos, pedimos un café. Mientras el silencio nos muerde los labios yo te veo y te recorro entera como torrente sanguíneo.Surgen las palabras mudas, las que no cuentan, las que sobran, esas mismas que enjuaga el café para luego terminar bajando por las cañerías. De mi boca fluyen los mismos poemas que se cuentan todos, necesarios e inevitable (el prefacio para la fusión de las células.)Luego el roce ligero y sublime, ese que insinúa, el ajedrez donde corona siempre la Reina, donde el azar gobierna pero el hombre evoca e incita para que la dama sea china o no, pierda.Tus manos delicadas, la envidia de cualquier pianista, tu cabello con esa caída gravitatoria inevitable. Cada gesto, cada movimiento tullo me detiene el entorno, mientras que en cada centro de mesa los relojes de ceniza marcan el consumo del tiempo. Yo te miro y me deleito con cada cruce de tus largas y bien torneadas piernas, las que heredaste, las que dejaras de herencia algún día pero el choque de los vasos, de las tazas y el olor a café en aquella atmósfera impregnada de consumo me indica que es tiempo de irnos. Pido la cuenta y comienza a llover mientras pedimos un taxi entre mojados nos quemamos de deseo. Llegamos a mi departamento y yo te extiendo la mano mientras tú pierna derecha se apoya del asfalto para subir esos escalones que suben y bajan a tantos. Abrimos la puerta dando tumbos de pasión para terminar en ese colchón. El mismo colchón donde ocurre cada día un suicidio de espermas.Yo aquí, y tú tan lejos... Deseándote como peregrino de ti me decaído al ver tu indiferencia.Es tan frío el querer, cuando nunca te han querido. Gotea la trasparente gota, golpea cada día, cada noche, formando coronas hace ecos la gota. Como fractales, como infinito, la gota cae y repica en mi oído.Una gota que merma cada noche, cada día que golpea, que te roba y me roba el deseo del descanso.Mis ojos cansados, mi oído aturdido, la gotano cesa, no para el sonido, la gota lastima,lastima mi oído y el agua que merma mi sueño nocturno.Como la gran ola de kanagawa, la gota de aguasimple y sencilla es un monstruo nocturno, un gigantesco leviatán que amenaza con colmillos. Esa noche llovía, mientras llovía yo leía y releía, y mientras releía lo que leía surge un gesto de mi parte inconsciente o quizá consciente de oler los dedos de la mano izquierda para luego pasar a la diestra. Encontre en ellos un deleite sorprendente, la diversidad aromática que desprendían estos era tan confusa y a la vez agradable que producía placer, los aromas que se encontraban atrapados entre los laberintos de mis huellas digitales, esas mismas que se usan para identificar lo identifiable pero que al mismo tiempo les deja saber al Gobierno, al Banco y a tantos más que esa "soy yo", ahí, justo ahí había un mundo de especies aromáticas que sólo el olfato podía distinguir y desglosar aquello que había pasado por mis manos y, quizás la misma había llevado a la boca.Yo me sumergía a oler mis dedos en este mundo de especies diversas mientras leía y llovía al punto en que me distraía de tanto placer que sentía, justo allí surgía el olor de aquel queso gabeitou, mezcla de leches de los Pirineos proveniente de las pastos de las empinadas montañas de los Pirineos occidentales donde las vacas las ovejas y las cabras pastan por igual sobre el césped alpino, comiendo hierbas silvestres y flores únicas en la zona montañosa, también me reencontré con aquellas uvas de un vino Italiano Abruzzos lleno de variadas especies que había navegado por mi boca antes de desembocar como catarata por mi garganta, y que las titilantes agujas del reloj había borrado de mi memoria tan rápido.Ahí, en estos laberintos único e irrepetible, esos que nos permiten agarrar objetos con una mayor adherencia, sin tanto riesgo de que se nos resbalen. Entre los pliegues, entre las uñas de mis dedos, ahí también se encontraba el olor a levadura, a harina de trigo, de un crujiente, largo y tostado baguette mezclado con saliva. Luego el olor del dedo medio ... ay el dedo medio, el de la mano derecha, este guardaba un olor especial que pude reconocer pronto, un olor a deslizamiento húmedo y resbaladizo, entre calor y sudor, ese olor único y privado.De repente, encontré un olor a lavanda fresca que me confundía, que me robaba los otros aromas, me detuve a oler de nuevo para luego descubrir que era el jabón que había usado para lavar y tratar de borrar aquellos anteriores y posteriores olores de mis manos, pero oliendo más y profundamente mientras mis ojos se cerraban con tal deleite sacándome del todo de lo que releía y que ya no entendía, surge en esta parte superior, entre la cima y aquella curvatura que define el dedo índice un olor tan especial que no podía distinguir; este hacia que las agujas del tiempo retrocedieran para descifrar aquellos aromas, aquellas especies, un olor a hojas que han sido sometidas a diversas manipulaciones, a deshidratación o ajamiento, a hierbas molidas, olor de tantas hierbas. Era el olor a té, mi preferido, un (Zar Nicholas II) original de la India, China, Sri Lanka, que había tomado por la tarde, aún podía percibirlo no sólo en mis conductos olfativos sino también entre mis papilas, un sabor único, este mismos que era el preferido por el Zar Ruso había pasado por mis dedos y aterrizado en mi boca momentos anteriores y que gracias a mis dedos, gracias a mis huellas dactilares, ya mi olfato podía recordar y repetir de nuevo.Todos aquellos olores que se encuentran en mis dedos, en tus dedos y en medio de todos los dedos, hacen de esa noche de lluvia, las próximas y eternas noches. Como las branquias de los peces, latente, demasiado visible, muy obvio es mi amor por ellos. El tiempo se detiene para perderme en sus ojos llenos de saber.Una alegría me invade, eso que dejo atrás cuando los veo es lo único verdadero, lo único que hace que mi corazón bombee suficiente oxigeno.Sus rostros como el durazno que aún no se ha mordido.Sus manos llenas de cachorros alegres.Sus bocas cargadas de preguntas que difícilmente puedo saciar y que no quiero saciar, para que la duda sea su fiel amiga.El supuesto tiempo ya sé ha llevado a aquellos más pequeños, pero aun en estos veo el reflejo de los que me robo aquel intruso, mientras tanto aprovecho antes que venga el asalto de los calendarios. Es por esto que los respiro, y como ese globo de cumpleaños me desinflo en cada una de sus partidas, para seguir amando a los nuevos, a el que el tiempo y el entorno le robará el saber de sus ojos, el mismo que morderá el durazno y transformará los cachorros en lobos y sus bocas se saciaran de preguntas y respuestas acompañadas siempre de dudas. Pero siempre que me refleje en sus ojos llenos de saber, esa alegría seguirá invadiendo ese yo que todos creen, para que brote lo único y verdadero, mi amor por ellos. Vivo, sí, soy y siento, por eso vivo, pero vivo en un mundo "de goma," donde no soy como creo ser o aparento ser, ni como creen que soy.En mi mundo de "goma" elástico y adaptable, todo se amolda a mí, a ti o a todos... dando formas a lo que no tiene; apariencias en la cuales creo que son pero que no necesariamente sean las que yo crea que son. En este mundo no hay espejos que puedan captar lo que soy o pretendo ser, ya que nada es predecible aquí, al contrario, todo es totalmente impredecible; este es la máxima expresión de la "realidad." El Mundo "Daliniano" sí, así lo llamamos, así como ustedes llaman a una forma que en apariencia tiene pelo y creen que tiene 4 patas y le llaman... pe...pe...perro? (...) Sí, así le dicen, me explico No? Bueno, así también le pusimos nombre a nuestro mundo un nombre solo para que tú puedas entenderlo. En nuestro mundo "Daliniano" o de "goma" no tenemos formas exactas ni nada a mi alrededor tiene nombres específicos, ya que todo es de una aparente forma pero al mismo tiempo son muchas dentro de otras.Es hermoso! Todos somos esencias, no Seres, no, yo soy quien soy, no apariencias, ni soy molde, ni me parezco a nadie pero todos somos lo mismo, nadie es mejor ni peor, no existe raza ni política ya que todo es esencia, no Seres, viajo a donde quiero y cuando quiero atravieso dimensiones, ya que "soy lo que soy." Tambien poseo un cerebro pero no tengo ego, no, no ego.Amo lo que me rodea,todo! Porque no espero nada de otros ni de mi mundo, ya que no vivo para satisfacer un ego.Cada quien es lo que es y conforme se expresen o se manifiesten ante mí, los acepto, no hay expectativas, estas acabarían nuestro mundo, ya que nos impediría amar lo que nos rodea, porque nada las llenaría (las expectativas) si existieran, y eso se debe a que no existe el ego. Es por eso por lo que todo se amolda. No soy como espera nadie que sea, ni nadie es como yo espero que sea, es por eso por lo que aquí todos nos amamos.Yo te extiendo una invitación a nuestro mundo "Daliniano" o "de goma" para que disfrutes del aunque sea por un instante. Si te gusta, aquí podrás vivir, te amaremos tal y como eres, no esperamos nada de ti, todo lo demas dependerá de tu ego... Ya que aquí no existe tal. Asomado a mi ventana, veo cotidianamente el desfile monótono de una muchedumbre que va por la mañana y vuelve por la tarde.Cuando el viento viene del Sur y el claro cielo destaca su azul sobre los grandes cúmulos blancos, el humo de la chimenea próxima se alza glorioso hacia el zenit y corre hacia el norte. La muchedumbre, displicente, va por la mañana y vuelve por la tarde.Si el viento llega del Norte, la atmósfera, pesada y turbia, ensucia el horizonte y la columna de humo huye al Sur, penosamente, sobre los tejados. La muchedumbre va por la mañana y vuelve por la tarde.En el invierno las lluvias arrecian, las ventanas se cierran, las flores desaparecen de los balcones y los árboles deshojados jalonan tristemente las calles. Bajo la inclemencia del tiempo, tiritando, la muchedumbre va por la mañana y vuelve por la tarde.El sol vuelca en el verano su cálido aliento y llena de reverberaciones las calles. Las sombras violentas de los edificios varían las perspectivas. Sudorosa, la muchedumbre va por la mañana y vuelve por la tarde.Cuando era niño y lo contemplaba todo con mis grandes ojos indiferentes, no prestaba atención a la muchedumbre que iba por la mañana y volvía por la tarde.Al presente, pienso a menudo en esa muchedumbre triste, resignada, siempre variable y aparentemente la misma, que va por la mañana y vuelve por la tarde.Pasarán los años. Mi recuerdo se borrará, porque hasta los pocos que pudieran conservarlo, pasarán también. Y la muchedumbre irá por la mañana y volverá por la tarde. Raúl Scalabrini Ortiz << Inicio < Ant.
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Oscar Franco
Te invito a leer y comentar alguno de mis poemas espero te gusten.
Un saludo y feiz años nuevo 2010.