Es difìcil para mì escribir una historia con este tipo de fin... sin embargo es algo que siento necesario y que creo que debo hacer, aunque no sé si sea lo correcto, algo en mi interior quiere que lo exteriorice y así lo haré...Fue hace 5 años, estaba completamente sola y deprimida, empecé a quitarle las navajas a mis afiladores de lápices para hacer sobre mi piel figurillas que representacen mi sentir... era tan relajante sentir ese filo delgalo abriéndose paso por mi cuerpo mientras la sangre brotaba de la herida en pequeños y cálidos borbotones de rubí líquido... no había nada en la vida que me trajera tanta calma como la idea de que un día me equivocase de lugar y con la navaja mis venas llegase a cortar para ver cómo de apoco y sin la opción de parar mi vida se derramara y me liberará de aquí.Llegó un día en que no podía más, las cosas parecían ir de mal en peor y lo único que yo hacía para sentirme mejor era ignorar el dolor que me embargaba para poder ayudar a quienes me rodeaban con sus propios problemas, ¡GRAN ERROR! Sin naide que me detuviera poso el filo sobre mi muñeca..."¡Vamos, hazlo ya!"-escuchaba la orden en mi cabeza y hundía el acero un poco más..."¿Qué de malo puede pasar?"-me alentaba mi desesperación y mi piel comenzaba a lacerar..."¿A quién en este mundo le ha de importar...? ¿A caso crees que lo van a notar?"-me hundía poco a poco en un mar de realidad y mi sangre se comenzaba a derramar..."¡¡No, espera!!""¡Alto, no seas tonta!" "¿Pero qué rayos te pasa, ni siquiera lo vas aintentar?"-grita alguien a mi espalda, no uno sino varios... ¿Quién me ha descubierto?Volteo lentamente sin saber qué o a quién voy a encontrar... y es entonces cuando ellos aparecen y bañada en sudor y lágrimas mi vida parece recomenzar...