no soy mas que un ser que busca respuestas y refugio en mares de tinta y papel, naci sin voz precisamente para que fuese la tinta la que hablase por mi.
Se oían ecos de pasos provenientes del pasillo, pasos suaves, ecos tenues, como si el que los ocasionaba deseara permanecer oculto; pero nada escapa a los oídos de anne, no esa noche; apretó su almohada a la vez que se cubría mas con la cobija, temblaba y no sin razón, su corazón se lo había advertido antes que sus oídos y solo por eso había tomado mientras preparaba la cena, un cuchillo sin que nadie lo notase. Con el cese de los pasos y el horrible chillido de su puerta, su miedo aumento, se congelo unos instantes y luego escucho atenta. - debí suponer que me esperarías- susurro una voz. Anne se destapo lo más rápido que pudo, poniéndose en pie de un salto, mirando en todas las direcciones posibles en busca de aquella voz, sin éxito. Un respiro casi inaudible a sus espaldas le hizo voltear, y ahí estaba, una mujer de cabellos blancos y ojos grises, con la tez más pálida que se puedan imaginar, su mirada hizo que estallara en llanto, el cuchillo cayó al suelo produciendo un breve sonido metálico, a la vez que la misteriosa mujer se acercaba. - no, por favor, no- dijo anne ahogada en llanto- hoy no, hoy no. - ¿ qué diferencia este día de los otros?- pregunto una mujer con una voz tan grave que apenas era audible. - no estoy lista- repuso, al momento que recogía el cuchillo del suelo y se lo clavaba en el pecho a la mujer- y nunca lo estaré. - querida, ¿ piensas que en realidad puedes hacerme daño?- dijo mientras sacaba el cuchillo limpio de donde se suponía estaba su corazón.- ¿ a mí que soy el miedo, aquella a la cual la noche prefiere ocultar entre tinieblas?, pero por supuesto, tu ya lo sabes, y he venido a darte lo que tanto me has pedido. -no ha sido enserio, solo estaba… Pero la pobre horrorizada no pudo terminar la oración, la mujer le sello los labios con un besos cálido, que al instante se torno frio, y eso, con un sutil aroma a rosas marchitas, fue lo último que anne sintió.
Deseo hundirme en los recuerdos Ráfagas de miradas, celos, amor, odio Trazar con mis dedos vistazos profundos Dejar que mi sangre se convierta en oleo. Sueño con versos de un provenir sordo Y asi por las noches se me va el aliento El alba austera me atraviesa un poco Y me miento a mi misma diciendo, no siento. Cuando el dia se torna de azores Y las multitudes farfullosas se aglomeran Mendigo miradas, pues tanto me urge Mis ojos se secan ante tanta espera. Un orador se humedece los labios Dirigiendo hacia mi palabras pasajeras Mas ya las palabras lucen tan desgastadas Que solo escucho a la mirada que no llega.
arduo el dia y las sonrisaspues nada llena mas el corazonla sonrisa picarona que te da, sin prisael alma pura que tu cuerpo engendró. y pasan los dias sin un hogar propiocon cuchillos que hieren los oidoslos sueños ahi, parecen siloquiospero estan esos ojos que te brindan abrigo. hasta las paredes escupen venenolas lagrimas de amargura rojas se tornantarareas canciones cual reo eternosin saber sobrellevar las iluminadas sombras. muestra su dorso, la mano tendidacon impotencia, aun asi le enfrestasoh, por favor, como pude ser sorprendidasi a falta de razon siempre se usa violencia. y arde la llama, hasta entonces atenuada las bofetadas reviven los anhelos olvidadoscon tu amor en brazos y las cadenas quebradasbuscas tu lugar, con el rostro curado.
Quisiera ser viento de aroma vespertinode un soplar suave y a la vez estrepitosopara asi poder provocar ese delicado sonidoque hace el caer del otoño, precioso. Quisiera que yo mismo amortiguara mi caidacon corrientes de mesura pasajeraen vez de caer asi, como piedra perdidacomo las lagrimas de un patriota en tierra extranjera. Quisiera susurrar las noches musicalesque escuchan los corazones en vez de los oidosque emanazen de mis fuerzas las notas magistralesque hacen que el alma se divida en hilos.Quisiera ser el aliento que impulsa las voces a murmurar poemas de esencia sinceralas palabras han de morir, pero hasta ese entoncesdiganme quien, dejar de escucharlas quisiera?.
Amada pintoraDe manos retratistas¿Podrías con tus dedos de artistaDibujar un alma soñadora? ¿Cómo escapar a tus ojosA ti, que todo lo analizasY lo plasmas con acuarelas, lápices y tizasDestacando hasta la belleza del enojo? Solo tú puedes hablarSin siquiera mover los labiosY es que eso pasa a un plano secundarioCuando tus obras me detengo a mirar Desearía hubiera una palabraQue describiera la danza de tus manosEn el papel, con esos tonos mundanosAunque esta sonara un tanto macabra Me pregunto, si al dormirEscapas para espiar a MorfeoPara captarlo en pleno apogeoY así poder trazar su perfil Tal vez, entre tus borradoresSe puede encontrar aquello perdidoAquel momento, aquella lágrima o aquel sonidoQue alguna vez perteneció a viejos soñadores.
Era una noche obscuraDos amantes se despedíanBeso y beso sin caricia algunaCon miradas penetrantes y a la vez tan vacías. Dos personas sin sexo aparenteRasgos femeninos pero a la vez hombrunosSe aventuraban hacia un amor hirienteYa, que sentimientos no se apreciaban ningunos. Parecían hombres al mirarse de frenteSerenos y atentos, muy caballerososPero más bien lucían como mujer dolienteAl confesarse sin mover aquellos labios hermosos. Sus voces se fundían al llegar a los oídosLos tonos a su vez no eran agudos ni gravesComponían una melodía que no parecía sonidoPero si un olor a narcisos y nenúfares. Sus manos eran frágiles, las herían los helechosLos cortes en sus dedos podían sangrar maresCuando el sol los descubrió, les clavo en el pechoAtravesando el corazón, una flor salvaje.
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