Todo ese drama me había otorgado la certeza, la extraña explicación de un suceso antes visto por ojos humanos. Yo venía de un viaje, espantado por noticias ambiguas de mi ex mujer. Una tierna muchachita de algún barrio lejos, que por un tiempo justo fingió quererme y luego de la zozobra y del desencanto, me olvido con más premura que fervor.Indudablemente en la vuelta de mi viaje, recordé cuanto árbol se caía detrás de mí, sin más sombras que la de un fantasma, sin más risas que la de un diablo.Todo acontecía sistemático a otra forma de ver las cosas, cosas que por cierto al parecer ajenas al virtuosismo de las apariencias, se inclinaban al metódico plan de encaminar al desvarío a razones mas convincentes, desformando formas puras, ideas de bases confusas.De poco se vale uno para alcanzar el tonto entusiasmo de un vaso, mientras ella gasta su sexo en piezas prestadas y uno tirita en la misma sala de espera que la desolación.Afortunadamente, mis amigos habían planeado con antelación un pequeño festín de bienvenida por mi inesperado regreso. Ya había imaginado que no iba a faltar vino y dos o tres mujeres que me llamen indefectiblemente la atención.Quise comenzar por no ser apático con mis caprichos de ciruja, la noche se estacionaba en la vereda de la ciudad y en ese tiempo solía vestir con un gamulan y mis días de ocios acababan siempre en menesteres de despabilación, alternativas poco lucrativas para corazones al borde de un colapso. Así me defendí como pude, con sobradas ganas de llegar.Me acomode a la bartola sobre el asiento 34 de la línea urquiza, acosado por el excesivo volumen de una mujer provinciana, en su perfume a pan casero me rescate de algunos recuerdos de medianoche, de allá, de la otra ciudad.Cuando quisieron saber mi nombre o mi lugar en el planeta mi sombra ya estaba escurriéndose por las mismas rendijas que eligieron mis huesos para fugarse en otro vuelo… muy loco, reirá ella. Cosas de suicidas sueltos en una ciudad y una noche con amores a quemarropa. La hora justa e insalubre para que la extraña locura del viaje y la angustia intermitente de lo que fue, se inyectan en los ojos con la tenacidad de una demencia a deshora.El tipo de camisa bordo tuvo un mal presentimiento, lo advertí cuando se ataba los zapatos. Todo el mundo decía que la chica blanca del asiento 24 era fantasma, al principio nadie creyó, después todos se bajaron en un pueblo distinto. Yo seguí dos sueños más, la mina del 24 nunca había subido en realidad, poco me importo.Mi ex mujer dejo varios mensajes en una celular que cargaba para ver la hora, eran las 23:07 del mismo día y yo sólo tuve tiempo para un cigarrillo a las apuradas antes del taxi. Mis pulmones me excusaran algún día. Supongo.El curso de los subsiguientes actos se presentan en imágenes poco ilustrativas, cada idea se chocaba como mosca en el vidrio y rebotaba como razón inocua.La calle parecía vencida a mi ruedo, trasquilaba las ansías con vanos intentos al borde del sopor… mis amigos ya se reían con la tos llena de vino. No hizo falta golpear la puerta. Mi equipaje era sólo yo. Justamente ella estaba ahí, entre dos mujeres que me llamaron la atención, lo sé pero por eso comenzó el drama.Todo ese drama Mi conquista es incisiva,No flaquea ante el malestar de tu indiferenciaOh no! mi dulce cruel. Se siente atrevida y va de frenteBuscando aunque sea las migas de tu mirada. Es ama y señora de lo que no te deja dormirPero mi conquista se mete de prepo en tus sueñosLas pocas veces que me soñas... Y así y todoNunca para de querer conquistarteY de paso robarte los besosQue él nunca besó. Mi conquista va despacioComo cuesta arriba,Acalambrando deseos,Goteando en tristezas...Marchita como las que no hay.Procurando no joderte la risaNi el destino. Mi conquista es tercaY se perfuma de olores que no se pueden fumar.Camina por tu calle oscura,Demasiada acostumbradaA las palizas de mujeresQue la dejaron borrachaEn el primer bar que pestañó. Mi conquista es ferreaAunque le duele la ternura que le negasY no se persigne ante la secuelaDe dolores que la van de amigos. Te ve pasar como la noche...Tan fugaz, tan loca, tan hermosaMi conquista que se hizo un callo en mi ilusión,Te ve pasar esquiva y nunca dejas alcanzarte... Y asi y todoTe sigue, te persigue y te acompañaY te cuidaPara que un día sin saberlo vos,Sin creerlo yo,Me acompañes y me cuidesSin que te persigas por darme tu corazón. Era temprano, ya lo sabia desde antes, desde el principo; muy temprano. Apenas el gallo se aprendía el amanecer, las estrellas se hacian humo y el humo se volvía risa y sin embargo o con embargo nada estaba dicho en esa confusión de lenguajes sin palabras. Palabras inventadas por los doctores indoctos de la noche, viejos pillos, roñosos de la medicina a deshora. El espejo de pared permanecia inmovil, como congelado, sosteniendo la mampostería raída y las imagenes que vomitaba eran quietas, como salidas de otro espejo. Mi cuerpo sombra perpendicular a mi sombra en la misma pared, en el mismo amanecer, noche desteñida de madrugada. Vaso que apuraba la sed como quien acarrea cansino la noche hasta el borde del amanecer... Donde los gallos indoctos, desprolijos y a deshora son espejos sin sombra o sombra sin espejo, ya no lo recuerdo. Todo ese vertigo de madrugada, todo esa oblicua imagen de mi confusión. Es como querer acarrear con palabras confusas lo que el lenguaje se olvido en el humo y el olvido que nada propone y que todo dispone, se asemeja a las cosas que se llenan de sed y aunque era temprano (como yo lo predije) muy temprano, me vi croto, llorando ante el altar del Dios confusión. Con tantas palabras como vasos por secar hasta el olvido de la sed, cruce los dedos con el semblante sombrío por aquella luz palida que cortaba mi rostro, mutilaba mis ojos y silbe por lo bajo la melodía de un adios, el terco fevor de lo que se va, se pierde como las estrellas desvanecidas, como la noche en jirones. Y ese gemido, ese jadeo de mujeres enloquecidas por un orgasmo, aún resuena en mi mente como una caja hueca, un vacío que entra en los huesos y circula por donde en otrora corrió la sangre y el placer. Todo tan confuso, tan oscuro. Era de noche y ya no lo es, era temprano sólo eso. Gallos y doctores, que curan y despiertan, no en ese orden, cuando el olvido no es más que una excusa o una sombra perpendicular a los espejos y los grafittis del amor a deshora se borran, se chorrean, se destiñen en relojes fríos, agujas que pulsan en el alma, minutos que laten en el pulso, segundos que pasan tiritando, heladas horas, gelidos momentos, nunca el fresco quemo tanto, nunca el humo quemo tanto. Dar vuelta la página y sin embargo y con embargo era tan temprano que temo olvidar el lenguaje que acarrie tantos años entre tanta soledad y sombra y espejos paralelos en un mismo angulo demasiado ambiguo, suficientemente capcioso para lo que resta de lucidez, para lo que sobra de locura, para cosas que la sed intenta olvidar. Pero no, yo lo sabía, era tan temprano que me quise querer en las concavas del deseo de madrugadas y alcoholes, que me tienen preso y no voy a pecar... Si la calle se hace grito, yo en el silencio prefiero ser la paralela, el espejo inmovil, la ventana, esa muchedumbre de gente cuerda que baila en una cuerda, que cae en un lenguaje confuso, que sobran la locura, que restan las horas.Mis mujeres bailan tambien, sutiles movimientos de caderas, fuego en su corazón, música que es silencio, silencio, silencio... Pasos hacia el olvido, deseos lascivos y orgasmos de un solo y largo grito. Abrazar el consuelo con las manos llenas de deseperacion, la madrugada que se va difuminando, el amanecer que se pinta de un sol, la noche que se emborracha de una mala ilusión. Todos esos pensamientos en cadenas, continuidad de las cosas sin sentido, sentido de la razón trunca, eufemismo de lo que se sabe, mentira que se da por cierta. como una mosca tonta que rebota inocua contra el vidrio de la confusión, así mis ideas van en hordas salvajes contra toda percepción de la muchedumbre inculta, de los ignaros, de los que no quieren aprender. Pobre de mi, era temprano, el gallo aprendio a dormirse, el doctor receto valium, mis mujeres se excusan y se chorrean, se destiñen y se borran, me odian y se van y a mi me queda todo este dolor, esta pobre ilusión, este grafitti de tristeza indeleble, esos relojes fundidos por el frio, esa ventana mirando la sombra, el sol que no, un lenguaje que quiero olvidar, ese espejo que no soy... Me queda la locura, una estrella, sólo una... toda esta casa de soledad y una sed eterna que me acarrea hasta la botella, esa caja hueca que resuena como un amanecer de vidalas y recuerdos muertos... Me queda esta confusión de saber que era temprano, tan temprano que sin embargo y con embargo no pude dar vuelta la pagina. Entre el ayer... Ese ayer perfumado de albahaca y misterio Chayado de betún e indiferencia Y este hoy de tristeza que no puede ser, De alegría que puede ser mejor. Entre el ayer... Ese ayer que me veía mas tonto que de costumbre, Que te miraba mas linda que inocente Y Este hoy que me sabe más amigo de lo que siento Y menos lerdo en palabras que siempre quise decir. Entre el ayer... Ese ayer que nunca mandé a la papelera de reciclaje, Que siempre acomode en un baulcito de la memoria Y este hoy que público por los bordes de mis labios, Donde ventilo el alma y baldeo el corazón. Entre el ayer... Ese ayer que soñaba con besos antes que con secas, Que te acomapañaba como una sombra de la ilusión Y este hoy que ya no sueña por los anticonceptivos Que le recetaste a mis viejas y tontas esperanzas. Entre el ayer... Ese ayer muy lejano dirás entre olvidos, Tan cerquita pensaré entre deseos Y este hoy muy imprevisto para vos, tan esperado por mí Me quedo con tu imagen de ayer... Me muero con mi amor de hoy. Este usuario no tiene textos favoritos por el momento
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