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El perro de mi caseraapodado por mí cariñosamenteSatanáses el único interlocutor válidoal momento de hablar de poesía(esto ocurre cada jornada antes del amanecer)Mis compañeros por ejemplo en la bodega se ríen de mísi yo digo Breskysi yo digo Cameronsi yo digo Navarroimpenitentemente se burlansi yo digo Shakespearesi yo digo Dantesi yo digo GoetheYo sería capaz de morir por Satanásel viejo perro de mi caseraúnico interlocutor válidoal momento de hablar de poesíay se los jurose los juropor ningún otro hijo de puta. Yo quería decirleque no pasaría hambreque la casa la construiríacon mis propias manosy en su respectivo jardínnuestros hijos serían terriblemente felicesy decirle además que la lunay el sol y las estrellasque sí que sus ojos sus muslossu corazón su abdomenque sí que yo sabía a ciencia ciertaque bajaba del cielo y subía del infiernoque toda ella en personaera un Himme á la Beautéque incluso estaba inventando un diccionariopara decir lo que tenía que decirlepero pasan los añosy más sabe el diablo por viejo que por diablomás sabe una dueña de casa que una musa:sí, pasaría hambre a mi ladodeberíamos el arriendoa estas alturas nuestros hijos nos habrían abandonado después de traicionarnosy la belleza se fue como se nos fue la vidapavorosamente veloz, pavorosamenteque hace fríoque está nubladoy la poesía no sirve para nada, por supuesto. Gracias a Dios no está conmigo. SeñorSi por casualidad existesY estás ahí espiándome esta nocheTe ruego por favor que nunca me perdonesDéjame seguir siendo tu oveja descarriadaY dame la muerte que merezco;Aleja de mí tus ridículas enfermedadesTodo el dolor que creaste aléjalo Señor La soledad el hambre la tristeza el desamorConozco todo el sufrimiento al pie de tu bendita letra; Déjame seguir siendo tu oveja descarriadaY dame la muerte que merezco¡De belleza repentina déjame morir, Señor!De pura perfección y exactitud¡Déjame acabar como poeta!Y con una sonrisa en los labios ¿Señor? ¡Con una sonrisa en los labios! amén. Con cara de Roland Barthespregunto dónde puedo comprarme calcetines así es la poesíanadie la entiende Con cara de Roland Barthesni mozos ni camareras me atiendencuando quiero tomarme una cervezaen el restorant La Guinda así es la poesíaa nadie le importa Con cara de Roland Barthesobservo a Valeria cruzar Tres Ponientedel brazo del enemigo así es la poesíatodos la traicionan Con cara de Roland Barthesretorno a mi pocilga a olvidar con la teleserie el inmenso dolor del obreraje chileno así es la poesíaninguno de todos los nadie muere por ella Aunque parezca de mi parte demasiada simplezala vida consiste en vivirla mi querido Bretonnunca en teorizar sobre ellani máscaras ni estalactitas vienen al casoen todas las plazas públicas de Santiagolos escolares saben más del amor loco, mesieury hasta en los rústicos panaderosque conocí en este averno hay más poesía¡en sus manos encallecidas si que hay convulsiva belleza! Pero quiero ser justo con usted:le deseo que resucite en cualquier partepara que escriba su magia mejory ojalá que Lucifer lo proteja. No me molesta para nada el bullicio de los niñosdesde el fondo de esta pieza los ignoro como un reyno me molesta para nada la alegría de estos jilguerosrevoloteando en los jardines de mi silenciototal, a su debido tiempo serán viejosles dolerá el corazóndesde el fondo de sus piezas sufrirán como mendigoshabrá niños también tirando piedrasa las ventanas de sus tranquilidadqué saca uno con hacerse problemasse morirán igual que yo. Escarbo en los basureros de mi memoriay no puedo dar con tu rostrodónde andará tu bellezame pregunto asustadoal cruzar los jardines para siempre vacíosdormirás acaso el sueño feliz de los ingenuosen esta noche en que para mí se repiteel insomnio y el espantosupongo que no faltará nunca en tu casael almuerzo y la risaimagino que tu hija continúa creciendofea y princesacomo le corresponde a la casta de mi peor enemigo Perturbadoramenteen el pasillo de la pensiónen dirección al baño a las 6de la mañana perturbadoramente en el patiocolgando la toallacon esa bata diminuta perturbadoramentepor la tardeyo volviendo a la pensióndesde la bibliotecaella, al parecer del cielo perturbadoramenteen el pasillo horas despuésal decirnos con la vista "buenas noches"con los ojos como sexos perturbadoramenteen mis sueños desde hace una semana perturbadoramente rosaen el jardín de la lujuria perturbadoramente locaen fin paseándose en puntillas por este poema perturbadoramenteperturbadoramenteperturbadoramente con esa bata diminuta A pesar de todono tengo tanta hambre:hambre de que la radio funcione como correspondahambre de oír a Valeria pronunciandomi nombrehambre de castellano por escribirte poemahambre de zapatillas tambiény una chaqueta nuevahambre de ver colgado al traidorhambre de que el rayo ascendenteilumine esta noche oscura del alma La señora Aname ofrece agüita calientepara tomarme un tecitotengo los pies heladoscomo el carmelita descalzo que soyfríos como mi almafríos como la pureza del rayo ascendente Ana del Santísimo Sacramentolimpia el bañodonde quisiera cortarme las venas Ana del Santísimo Sacramentodueña de la pensióny a la que debiera escribir un poema Me intrigan los otros monjesel monasterio es tan silenciosoque a veces pienso que soy el único marcianohabitando este lugar¿nadie prende la tele?¿niguno de los hermanos ve la comedia de la tarde? yo, Juan de la Cruzhago ejercicio en plena soledadescribo estas palabrasescucho a Mozarty pienso en los labios de Valeria mientras Dios me mira directo a los ojos Unos tienen mujer en la piezaotros tienen problemas, basurademencia, pulgas y sueñohay también los que tienena la tristeza de frente, o la tele yo no tengo ni pan para el desayunoni silla donde sentar mi esqueletoa cagarse de hambre así de simple Procura que no se nubleamenaza a la muerte que vas a sonreir. Soy el vampiro de la literaturael día destruye los versos que sueño de nochequé hago entonces parado frente al cuaderno vacíocomo frente a mi propia tumbapelícula de horror y bajo presupuestouna estaca de silencio clavada en el corazón. tus ojos son palomas secretariapallets cargados con venenos hasta el paroxismocintas transportadoras que me llevan al más alláoh sulamita te espeluzna el reggaeton de los flaitesen la locomoción colectivay atrapado por adversas circunstanciascorres viajas por la avenida de los pajaritoshacia los campos de exterminiocon el rostro de la amada quemándote el almay el sabor del infierno todavía en la bocaatrasado atrasado otra vez a la bodega del pánicojohann sebastian bach lloraría "con usura no hay límites claros"puede que más allá de la correa transportadoraesté el jardín de mi amada o la tumba donde caerá mi esqueletocómo saberlo y apareció en la oficina un segundo dragónllamado gerentenacido del otro dragónllamado dueño del pánico y le fue dado a éste quitarles los incentivosy hacer que los obreros no descansaran somos todos muertos en ejercicioejecutados por la dictadura de la realidadnos han hecho desaparecerlos contratos laborales de la mala muertemira obrerito la locomoción colectiva en dirección al oriente por la alameda de las deliciashacia los campos de exterminiono hay tristeza más triste en stgo de chileaunque el periódico diga lo contrario ¿y al obrero desconocidoquién le hará un monumento? guerra a muerte con las palabraslas cargo a mi espaldacomo a los duros fardos en la bodegaguerra a muerte a la rutinajugando a esconderme te escribotras este montón de cajas satánicasguerra a muerte con las palabraspara decirte cuánto te adorose necesita este diccionario que estoy inventandoguerra muerte a la rutinasi al jefe se le ocurre mover esta cargaestoy acabado fantasmas de la locomoción colectivaretornamos a casa con los pies doloridosy el sabor del infierno todavía en la boca pero tú dónde estás amor mío dónde estás a esta horaentibiando qué parte del mundo como decía huidobroforjando qué maravillaarchivando qué corazón en tu portafoliosoh secretaria somos los obreros de la desesperanza en la bodega del pánico empleadosalgunos somos rockerosa otros nos gusta drogarnosy también sudamos como caballosalgunos decimos que amamos a diosy estamos también los que nos asustamoscuando la secretaria nos mira a los ojosadivina buen adivinadorquién de nosotros tiene los pies más hediondos quién de nosotros la peor pesadillasomos los obreros de la desesperanzaesos que cogotean los patos maloscuando volvemos a casa los viernesborrachos Ella tiene el poder de despertar a los muertosella hace que los obreros en la bodega enloquezcany se olviden del cansancio cuando vuelven a casaella tiene el poder de despertar a los muertosella hace que los perros trinen como pájarosy provoca que los drogos no quieran drogarseella tiene el poder de despertar a los muertosella hace que los tristes vuelvan otra vez a sonreíry más de algún anciano rejuvenece como árbol en primaveraella tiene el poder de despertar a los muertosella causa temblores sudores palpitaciones y alucinacionesella es el alfa y omega de este poemael norte el sur el oste y el este en este momento¡oh, la pequeña traviesa que despierta a Lázaro antes que Cristo! Con estos zapatos rotos caminaré por ticon mis dientes quebrados te sonreirécon temblorosas torpes y encallecidas manos de obreroacariciaré tu mejillay mi lengua de trapo te dirá linda al oídoy mi chaqueta sucia te entibiará noche y díaestas ojeras de drogo serán la sombra que necesitesy mi barba el alambre de púas que te separe del enemigo todo será para ti:largos brazos huesudos para abrazarte como se debeun corazón apestosoun seso en tinieblasojos grandes de hambriento para mirarte mejorjunto a todo el espanto del alma, por cierto Y para que nadie diga que falta ternura en este poemate obsequiaré, además, amor míoun ramillete de flores canallas. La Mujer Maravilla se casó con el enemigoengorday tiene una hija que es feaeso sería todose acabó la historietay yo también soy un antihéroeel Hombre Invisible que aúlla en silenciocuando pasa la locaen el auto de su maridoel Superman adictoa la pasta base de cryptonitaque merodea su casay le escribe poemas horriblesLa Mujer Maravilla tiene zapatos carospantalón última moday un abrigo que es verde y que fosforecepero sus ojos no brillany yo también soy un antihéroealgo así como Batman o Robinmetido en santos inconvenientesun Aquaman que se ahogaen sus lágrimas de cocodrilo que búscate un trabajo como la genteque búscate una señoraque cámbiate los pantalonesque tráele un nieto a tu madreque ríete con más ganasque sácate esa poleraque apaga esa música de mierdaque deja de hablarnos del cementerioque aféitate más seguidoque barre la pieza por el amor de Diosque déjate con el encierroque déjate con esos librosque apaga esa música te dicenque hácete la partiduraque pónete la corbataque cállate, cállate, cállateque bájate de las nubesque abre las manos para crucificarte mejory que dos más dos son cuatroy que la vista al frentey que tómate la lechetómate la lechetómate la leche ¡Tristes treinta y seis!esta es la épocaen que se nos caen los dientesla droga nos pone flacoslas minas nos pudren el corazónla pega no deja chatoslos libros nos vuelven locosse nos llueve la pieza y estamossolos ridículamente solosempezamos a ser gusto de viejas:la muerte nos piropea Mientras yo aquíte escribo un poema de amoralguien va tras lo pasos de alguienpara quitarle la vida Esto empezó con los delincuentes de ColónSeguramente algún vasco duro de roerQue no se imaginó jamás tamaño escándaloTrajo la primera parte en su simientePero así fue como te deslizaste por la especieAparecida en estas costas de improvisoEspañoles y criollos tejieron la marañaSilenciosa de hijo en hijo cautamenteHasta que fue el turno para un tal JoséQue unido a una Esperanza dio el vamos al origenPor allá en Antofagasta un día entre la brumaLuego vino la niñez la juventudQue te escupió a Santiago así com si nadaAhí escribiste la Historia a tu maneraYo que no te he visto te conozco de memoriaSeñor de no sé dónde entre juergas y motoresDe un lado a otro en el suburbio alucinadoCon tu mujer a rastras por las malas o las malasCon tus cachorros y el fútbol del domingoImplacable hasta la náuseaTácito guerrero de la vida al margenLoco y caraduraTan diabloTan abuelo que te me paseas por los callejonesDel cerebro fumando tu cigarroJuan de DiosYo que no te he visto nuncaAlzo mi copa y un recuerdo le dicen la Pocahontas la secretariaes puro culo puro pubis y culodelirio de cuanto poeta y cargadorhay en esta bodega uno no sabe si violarlao pedirle matrimonio Estoyrogándoleal Diabloquela piezanose lluevaesta nocheymañanapueda partiren bicicletaal trabajo Conozco a un viejode sesenta añosque no parece viejose sesenta añosni viejo de ninguna cosase casó con la virgen Maríacuado era apenas un mocosoy tuvo dos hijosque si no fuera por la madreserían un perfecto par de hijos de putanube y escombro se llaman sus retoñosel tipo tiene un doctorado en fracasosuna maestría en callejeoy posee el record de ser el único hombre de hielocon un corazón que late todavíame pregunto de qué infierno ha salidoseguro que de alguno más profundoque este en donde escribo y sueño cada díaes tan caraduraque una vez hasta asustó a la muertecuando la flaca vino a invitarlo a su fiestaes tan caraduraque tiene la desfachatez de sonreíra pesar de que también se le murió una críacomo cuenta la leyendaimagínense que aún se atreve a plancharse la camisay se pone la corbata para ir a la oficiname pregunto de qué infierno ha salidoseguro que de alguno más cruelque ese que inventó el famoso Danteahora está ejerciendo un decanato en Magianadie sabe cómo ni qué es lo que se almuerza en su casabuenoese viejo es mi padrey estoy orgulloso de él Súbete al piso Maríamira que otra vez se coló un ratón a la pieza yo voy a espantarlo con este poema súbete al piso ahíte ves bonita en las alturas igualitaa la virgen arriba de la pelota arribadel mundo junto con las estrellaste ves bonita María aunque la pobrezanos esté matando y sea viernes Algún día no habrá más escriturano habrá más rock en la radioni camas hediondasni basura a montonesni goteras en el inviernoalgún día se acabarán las lecturasno habrán zapatos baratosni pantalones suciosni el pan rancio que me da mi abuelani hambre siquieraalgún día no habrá más tristezano habrá más caminatasdesaparecerá maipú también y sus plazasy no estará Nietzsche tampocoalgún día no habrá más marihuaname olvidaré de Lizy no vendrá otra y ni siquiera otraalgún día ya no habrá más trabajose borrará el fríose acabará el cansanciotendrá punto final el poema la llave para salir de todo esto sará calibre 38 ¿Y por qué verde la bodega?yo, que por decreto de las potenciasfuí absuelto del Servicio Militaraquí estoy con este mamelucoy este casco y los bototoscumpliendo otra milicia por un sueldo que da risa;no disparo, pero tira cajasno hay tanques, pero hay camiones que cargarno mato a nadie por supuestoporque soy yo el único muertoy el supervisor es el cabo sinvergüenzapersiguiéndome con su casquito blanco y con su radioqué espanto en la bodegasoy un objetotriste, verde y húmedocomo un cronopio de Cortázar Como Para No Decirlo Los recursos de la poesía ya no alcanzanpara explicar esta obscena tendenciapara salvar el ser de una muerte que igual ha de venir Los recursos de la poesía se reducen a una espera malogradaa lo precario del pan de cada díay estos suspiros casi versos en la altura de una bajeza consagradadecididamente ineficaces para traducir ni la más mínima porcióndel mundo el cielo el hades o tu nombre por ejemplo Los recursos sin recursos de la poesía quizá como este mismo actoinsoportablesun mero asombro ante la hoja que no se liberó del blanco Juegos El frenesí del jazz a deshoraen esta tarde sabatina de noviembrecon cielo azul vacío despejado y contradicción adentroahogos y resacas que se confabulanpara dar la estocada del brutal aturdimiento El fantaseo con una mujer extravagantey otra vez la sed el sueño del dios ciegoperniciosa lectura de poemas lágrimas que ya no se reprimenla inspiración enorme para atrapar algo de aire o sílabas en un papel Juegos inocuos de alguien con la muerte Flor Nocturna Quién eres, flor nocturnaque despliegas tu corola fascinantebajo la luz todopoderosa de mi soledadquién eres, quécon tus modales de vampiroy esa domesticada ebriedad de tu ternura¿acaso no basta mi mal sueño? te digo.Bestia bondadosavirgen agresiva a quien esperoanclado en la neurosisdame tu voz, la más ruda cariciaalgo que me libre de este ahogode saberte y no tenertela más ruda caricia, algo casicomo un beso o la apariencia de un por quédespójate esta noche para mí¿acaso no eres tú, esa,a la que los viejos llaman Muerte?pero, dilo, habla para mí, mujero te juro que despierto para siempre. Tierra Extraña Los gatos restituyen su poder en el jardínmientras el huso cálido del bluesovilla tus sentidos a su modosilbas toses sueñas con esa mujermirando el techo oscurecido por la grasaafuera hace un agosto rarocuidas con alevosía no asomarte a la ventanate desanimas te alegras te desesperas repetidamentemarcas en el calendario el día que ha pasadocon pena sin gloria con nada << Inicio < Ant.
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