Aquí frente a tu impasible rostro, aún no me convenzo de haberme limpiado de ti, pronunciando rezos impronunciables, frotando mis lágrimas contra el espejo del tiempo que me renunció de tu lado, rogando a tus ojos para desaparecerte de mi boca incontinente...Me curé de tu epidemia, estoy inmune a tu recuerdo, te guardé bajo tierra, ya no te quiero conmigo. En fin, dejaré de clavarte alfileres.Ya no te necesito.