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Las gotas de lluvia forman ondas en el lago de mi existencia, donde van apareciendo su risa, su cabellera, su figura delgada. Césa la lluvia, aparece el sol, el lago se apacigua, y su belleza desaparece quedando solo con mis recuerdos. Cuando nacio, miro bajo el brazo donde deberia traer el pan, segun decia la gente; Al no hallar nada, miro a la camada de sus hermanos en andrajos rodeando su cuna, que tambien tenian que haber nacido con el pan bajo la axila. Miro a sus padres indiferentes que olvidaron sembrar el trigo antes de engendrarlos. En la habitacion del barrio bajo, ella terminó su minusioso aseo personal; Sobre el nochero, la foto de sus grados en educacion media, las notas mediocres de su primer año en la universidad que no pudo soportar. Eligio el traje elegante vistiendolo sin ropa interior¿ Para qué si vivo desnuda? Se preguntaba. Le llegó la llamada del dia, tomo su bolso y salió.Una vés en la ciudad besó en la mejilla al hombre desconocido que la esperaba, e ingresaron al hotel; Dos horas despues regresó a su casa, para mirarse al espejo de cuerpo entero sonriendole a su vida, diciendose para si misma en voz alta: Si, soy puta ¿ y qué? Tendido en su poca estatura, con su pelo enmarañado, diseminado sobre sus brazos enmugrecidos, soportaba el castigo de la acera helada en la madrugada; Por el orificio en el periodico que le servía de abrigo, sus ojos de cuatro años miraban los transeuntes indiferentes pasandoles por encima. Sola, en el viejo cementerio, Mariana separo la mirada de la làpida que tenia en frente para mirarse en los zapatos de charol rojo, que la llevaron seis meses atràs.Sin decir palabra, contemplaba a su madre moribunda en el hospital de caridad_ Bùscalo _, le dijo entregandole una foto derruida. Ahì, la joven viò por primera vèz a su padre.Siguiò el funeral y su regreso al barrio en los altos de la ciudad, uno de los màs pobres, màs olvidados. Ingreso al cuarto que habia comparatido con su progenitora hasta ese dia, revisò las pocas pertenencias que habian conseguido con el sacrificio de muchos años trabajando en cocinas, lustrando pisos mientras Mariana terminaba su bachillerato planeando algùn dia sacar a su madre del calvario de la pobreza, pero el cansancio y el esfuerzo no la dejaron ver su labor. Mariana se acostò llevando sus lagrimas.Tenia ahorros para unos dias y se dedicò a laborar por horas mientras indagaba por el hombre de la foto, hasta que una vecina la saco del interogante._ Es de tu pueblo, se vino cuando tu madre quedò embarazada, _, le dijo mostrandole una foto en el periodico _; Asì es ahora, ocupa un cargo importante en el gobierno.Los siguientes dias se parqueò en la entrada del palacio de gobierno para lograr su objetivo; pasaron semanas y èlla ahì, hasta que un dia lo viò salir. Lo mirò hasta grabarlo en la memoria y por un instante creyò que la observaba sobre los hombros. No sintiò nada, no le importò. Nesesitaba tenerlo y durante las semanas siguientes llenò las agencias de empleo con hojas de vida, rechasando todas las ofertas que no el interesaban, esperando la oportunidad que buscaba: Trabajar al lado adel hombre, y un viernes le llegò; Al lunes siguiente iniciò sus labores como aseadora en el primer piso del edificio gubernamental.Empesaba a las seis de la mañana y siempre procuraba estar a las ocho, hora de ingreso de los empleados, cerca de la entrada hasta lograr verlo de frente. El hombre que habia colocado el semen para su nacimiento la miraba con ojos hambrientos, la desnudaba, la ensuciaba con su lascivia. Sin embargo creyò ver en su mirada una duda, un relampago en su memoria que le trajo a esa mujer que usò como letrina 18 años atràs. El corazòn de Mariana palpitò esperando la pregunta que deseaba, pero no llegò. El tomò el ascensor y èlla continuo con su trapero. Al dia siguiente en la mañana le llegò el traslado para el cuarto piso, a la secretaria que èl dirigia.Ahi, se dedicó a realizar con más ahinco la herencia de su madre: fregar pisos, servir tintos,quitar la suciedad que dejaba el poder. A los pocos dias la empleada que se encargaba del secretario salio a una liceancia que nunca solicitó, y ahí lo tuvo. Le tenía servido el café cuando llegaba en la mañana, le recibía el saco, lo colocaba en una percha, le aseaba el escritorio, le manejaba la agenda, con la mirada del hombre encima, que buscaba cualesquier pretexto para tenerla en frente. Mariana en ningun momento cambió su forma de vestir, seguía con el mismo uniforme blanco que le dieron en la agencia, encima de una licra, valía demasiado, pensaba, para conquistar a alguien con su figura, y menos con quien era su padre, aunque la miraba con un deseo enfermiso, esperando el momento de llevarla a la cama sin importarle quien era.Llegó la primera quincena, y Mariana preparó el siguiente paso para su encuentro; Arrendó un apartamento en un estrato alto, lo amobló, y fué a vivir a él dia por medio procurando que nadie la notara, sin dejar ver su presencia; Conservó su vivienda del barrio alto de donde todos los vecinos la veian entrar y salir, con la misma diligencia en las obligaciones que le habia enseñado su madre. Trasladó para su nueva vivienda solo lo nesesario y de un baul que tenia en lo más profundo de sus pertenencias, extrajo un traje rojo, zapatos rojos de charol y una foto en gran tamaño de su madre, que élla misma habia mandado sacar años atras, sin saber para qué.En el ttrabajo se hizo cada véz más nesesaria para el hombre, le compraba los regalos para su esposa, le pagaba las cuentas, le compraba los trajes, primero como él lo indicaba luego a su gusto; Llegaron a tal grado de confianza que Mariana olvidó la licra bajo su uniforme, viendo como se acrecentaban los halagos, y la cercania del hombre que sin embargo nada le decía, no escuchaba las palabras que aneló por tantos años; Un día, halló en su puesto de trabajo una caja de bombones, comió varios, se la colocó sobre el escritorio y él la terminó con una sonrisa, había mordido el anzuelo, pensó, y a partir de ahi la joven recibía todo lo costoso que se podia hallar en el mercado, que iba acumulando en su nueva vivienda. Todos los dias al llegar, al mediodia, y al atarecer, la preparaba una bandeja con rodajas de mango, su manjar favorito; En una oportunidad olvidó comprar la fruta y Mariana lo hizo con su propio dinero, lo que el alto jefe tomó como una prueba de cariño y esa tarde le llegó el regalo definitivo: Varios juegos de ropa interior, normal de un padre a una hija, pero en éstas circunstancias era una invitacion. Se entristeció, con su actitud de los últimos dias pensó que habia recuperado el cariño de su progenitor, y que algún día se lo diria, élla habia tomado la desicion de contaselo, pero el último presente cambiaba las cosas; Seguiria adelante con sus planes.Cuando le llegó la invitacion , Mariana lo citó en el apartamento que habia arrendado, que preparó para la cita: Al frente de la cama colocó la foto de su madre, sobre un nochero la bandeja llena con lonjas de mango, el pasante pára la botella de alcohol de gran calidad que compró. Para el hobre de clase alta, con esposa adulta, que guardada la porqueria bajo la alfombra, el lugar era el ideal, oculto a todas las miradas y llegó puntual el sabado en la mañana. Entró, la joven recibio el beso en la mejilla, el regalo, lo dirigió directamente a la alcoba, con la complacencia del hombre que sonreia orgulloso de su conquista, una de tantas, dejó la chaqueta, se tendió en la cama, viendola deambular con su traje rojo, pequeño, que le dejaba ver el cuerpo joven, esbelto, torneado; Su cabellera larga hasta la cintura enmarcaba su rostro de girasol con sonrisa de medialuna, y por un instante creyó reconocerla.Mariana tomó la bandeja y con calma empesó a llevarlo a la boca del hombre con lentitud, sin malicia, sin intencion, gozanadose la felicidad d quien espera toda una vida para escuchar las palabras de cariño de un padre; Ambos reian con alborozo y en uno de esos instantes Mariana dejó ver la foto de su madre en la pared y esperó la reaccion de su acompañante. el posaba la mirada en la foto, luego en el rostro de Mariana y a poquitos fué abriendo los ojos desmesuradamente, tanto, que la joven creyó que se le salian de las orbitas. Era élla. La misma que años atras le sirviera de todo en el pueblo hasta que la dejó el dia que le dijo : _Vamos a tener un hijo_. Se movió desesperado y en uno de sus espasmos rozó el muslo desnudo de Mariana que se enerbó. La furia de la joven la llevó a seguirle dando las lonjas de mango una tras otra, tapandole la boca con la otra mano para no dejarlo respirar mientras se defendia de los movimientos desesperados del hombre, hasta verlo quieto, inerte. Salió de la vivienda sin ser vista para dirigirse al cementerio.Levantó la mirada de los zapatos para enfrentar la realidad que no le importaba. Sonrío, mientras murmuraba las palabaras que su madre hubiera querido escuchar._ Lo encontré_,se ordenó la cabellera en un caos por el viento de la mañana, salió del camposanto para internarse en la selva de cemento que le tocaria luchar pero mirandola con orgullo. Les llevaba con élla su venganza Los inventores del revolver, el cañon, y las balas llevaban siglos y más siglos esperando la entrada a la eternidad, en busca del descanso por su transcurrir en la vida; Entrada a la que no podian llegar, por tantos cadaveres ocasionados por sus inventos, haciendo fila delante de éllos. El Gusanito aceleró, huyendole al escorpion que trataba de devorarlo, se resignó a morir cuando vio la gigantesca sanja que le cerraba el paso; El escorpion pasó de largo, tendió su cuerpo sobre la hendidura invitando al gusanito que pasara sobre él. Dos hermanos se pelearon por un plato de lentejas; El menor se alejó en busca de su destino, pero luego de muchos años regresó por el recuerdo de su origen. Su hermano le había guardado las lentejas en espera de su regreso. Los pañuelos blancos inundaron las ciudades celebrando el fin de la guerra, con la paloma de la paz volando sobre sus cabezas; Pero desde su altura miraba las calles tapizadas de niños en andrajos, de ancianos hambrientos, de familias buscando el sustento en los basureros. Se alejó callendo moribunda por la griteria de los pañuelos blancos. Sonrió cuando le notificaron su enfermedad terminal, nada nuevo, como humano obtuvo su muerte al nacer y se sentó para hacer el inventario de su existencia: Grandes aciertos para dar y obtener con éllos mucha felicidad; Gigantes errores para causar y producirce mucha tristeza. Nadie pudo borrar la sonrisa de su rostro cuando expiró. Había obtenido su triunfo. Se sintió liviano, delgado, dúctil cuando abrió los ojos tirado en el callejón en tierra ante un corrillo que le miraba el orificio sanguinolento en la cien, y su pequeño hijo que lloraba; Saltó quedando sentado en la banca de un parque; No había callejón, todo era rascacielos; No había tierra, todo era asfalto; Vió a su hijo encorbado, jorobado que pasaba sin notarlo; aceptó su tardanza para darle la paternidad que la había negado y regresó al lugar de donde había salido. La foto de periodico que se perdió con la briza. La dévil luz de la bombilla suavisaba las arrugas de la anciana tendida en el derruido jergón, mientras evocaba sus generaciones. Cabeceó, pasando con lentitud las cuentas del viejo rosario, su única compañia en el ancianato. Ella soportaba el dolor de las laseraciones en sus hombros, causadas por recostarse en la puerta del hotelucho donde llevaba decadas tras decadas buscando el sustento, mientras sonreia mecanicamente a todo hombre que pasaba por la calzada, sin ningún resultado pues tantos años de subir y bajar esas escaleras la habían ajado, le habian secado su alma.Al final de la tarde, recibió los mil pesos de un anciano, lo llevó a la habitacion, miró el camastro derruido, la ponchera con agua, el papel higienico y el jábon, para dedicarse al ritual de toda su vida. El anciano salió en segundos; Ella al día siguiente en un ataud rústico, con destino a una fosa común. Llegó a la estacion del metro que hervía con el verano, aunque la prensa anunciaba tormenta; Caminó a la taquilla en busca del tiquete chocando con una pareja delante el; La mujer lo miró sin asustarse, sonriendole indiferente, y se fue abrazada a su compañero para subirse al tren que se la llevó velóz. Entendió la frialdad que le sintió en la mañana al levantarse. El azadón relumbró en las piedras del arado, mientras los rayos del solo moribundo indicaban el fin de la jornada para el viejo labrador. Regresó a su cabaña a reunirse con su esposa y sus hijos ante la lumbre del fogón de leña. El hombre, el león, la paloma y la cabra,salieron a celebrar un nuevo día; El léon cargó la paloma sobre sus ancas,y fué a alimentarse con la leche de la cabra. Llegó el hombre, mató el león, devoro la paloma y degolló la cabra. 1. Creer que es el único en tratar determinado tema.Pero procure que el suyo sea el mejor.2. Considerar la obra terminada en determinado momento. Siempre habrá algo que mejorarle.3. Escribir por esnobismo. Hay que sentir lo que se escribe.4. Escribir por satisfacer un público determinado. La obra literaria es universal.5. Dejar los toques finales a su corrector de estilo.Al final prevalecerá el estilo de su corrector, no el suyo.6. Escribir para liberarse des us penas interiores. El arte jamás ha servido de catarsis.7.Preocuparse por el formato de su escrito (Poesia, cuento, etc). Todas son fornmas de contar.8. Si con la fama, si le llega, obtiene fortuna, comvertirse en potentado olvidando el artista.9. Recluirse en soledad para escribir una obra; Si se aleja de la humanidad que lo rodea no hallará los elementos para hacerlo.10. Todo se reune en ser usted mismo en su creacion, para su creacion. En la montaña mas alta, en la oscuridad más densa, con la niebla más espesa, el joven introdujo la mano en el bolsillo de su camuflado; La extrajo llena con su esposa y sus dos hijos, que, en una foto le sonreian desde el pueblo lejano .Se adormiló en espera de una nueva madrugada. El frio lasceraba sus torneadas piernas, mientras recorria la acera de lado a lado al ritmo de su minifalda, en busca de un cliente que no llegaba; los hombres se acercaban, la miraban: Hermosa, joven, esbelta; La definian, se marchaban. Cruzó los brazos sobre su busto de silicona huyendole a los tormentos del amanecer que se acercaba. Subio a la habitacion del hotelucho en el hueco de la ciudad, se preparo los restos que tenia en el tarro de cafe, su unico alimento en tres dias, se desnudo para acostarse y dejo a un lado la faja que le ocultaba el pene, renegando de su diferencia. Se adueño de la intimidad de sus cobijas en la oscuridad de una noche mas; Cerro los ojos negandose al sueño en espera de las imagenes de las mujeres que habian pasado por su vida, y que nunca logro conquistar. En su mente las recreo, las desnudo, las disfruto, deslisando su mano hasta su genital erguido mientras sonreia, gemia, sudaba de exitacion. Amanecio aturdido, vacio, alejado del mundo, en espera de la noche para ser solo él, añorando el final de su vida. Este usuario no tiene textos favoritos por el momento
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