Sombras que se van recostando Inclinadas hacia el país de los sabores Estrellas que acarician su propio brillo último en esa tenue nitidez que sólo ellas saben Y tus ojos tus ojos se suspenden sobre esa boca tuya que murmura un silencio de horizonte y te ilumina el rostro leve suspendido apenas con alguna luz de luna con azares en un cielo sin nubes en penumbras entre millares de lucecitas de casas calles barrios a lo lejos desde tus ventanas en lo alto en esta torre íntima y plena que logramos Espacios formas que se suceden en el marco que recorta una pared hacia otro cielo durante el paso del día que ahora todavía es el vestigio de una noche Mar oleaje brisa cósmica en la infinitud de un rumor invisible Pero la mirada se te escapa de a ratos cuando entreabrís los ojos sonriendo somnolienta respirando algún suspiro o el balbuceo del lenguaje primitivo de un amor Y otra vez tus ojos se llevan Y te llevan a un sueño en calladas pestañas larguísimas dormidas en tu rostro también hacia un mundo otro lugares horas sensaciones desconocidas Y tus labios otra vez son horizonte tibio en el amanecer Y tus ojos si tus ojos bonita bonita purísima tus ojos de ángel dormido