Capitulo III.El cumpleaños de Claire estaba demasiado cerca, la semana que viene para ser precisos.De todas formas, toda la noche me la pasé pensando cómo le diría a Claire que la amo y recordando que, en cuestión de segundos, la vi sin nada de ropa bañándose, con su delgado cuerpo mojándose con el agua que caía de la regadera.Me quedé mirando fijamente al techo de mi habitación y, sin saber en qué momento, me quedé dormido después de estar dándole muchas vueltas al asunto. En la mañana siguiente, parpadeé con dificultad y me fije en el reloj que tengo en una mesita al lado de mi cama: Eran las 8:40 a.m.Me levanté en medio de un ataque de sorpresa vistiéndome lo más rápido que pude. Salí corriendo de mi casa de camino hacia la prepa.¡Perfecto! El día que decido declarármele todo me está saliendo al revés. ¡Muy bien, Gerardo!Sigue así.Y en ese preciso momento, pase por la tienda de regalos en la cual Claire se había detenido la vez anterior, y lo primero que se me paso por la mente fue que ella quería el peluche que estaba ahí, así que decidí llegar un poco más tarde de lo que ya iba y me detuve a comprarle ese regalo.****************** **************************************** *************Sophia y yo estábamos tomando nota en el aula mientras pensábamos que es lo que le pudo haber ocurrido a Gerardo para que no fuera a la escuela; entonces me puse a recordar que el día anterior había sido un poco mala con él. Sabía que no había sido de mucha importancia pero, de todos modos me preocupé por eso.Se acabo esa clase y cuando Sophia y yo aprovechamos para hablar de otro tema así ya no nos preocuparíamos tanto.Nos disponíamos a salir a comer cuando Gerardo entro entre jadeos; se veía bastante agitado._Mira, Claire ya llego_ Dijo mientras yo me acercaba a él_ .Pensábamos que ya no vendrías__Perdón, me quedé dormido así que me apure todo lo que pude y me vine corriendo_ Dijo entre jadeos y se desvió completamente de mi hacia su asiento para acomodar sus cosas y de ahí se despidió y salió del salón sin decir nada más.En la clase que seguía lo vi bastante distraído y noté como poco a poco se iba quedando dormido en su mesa. Todo esto me estaba inquietando más porque, para empezar, estaba actuando muy extraño desde que llego y no pude evitar pensar que era mi culpa o que tal vez tenía otras preocupaciones más grandes que prefería no contarme.Al final, intenté no inquietarme más y dejarlo para otro momento en que se viera mas relajado.Mi voz se esfumaba como si la soledad de la estancia se la tragara al final de cada palabra.Las palabras caían como piedras a un pozo sin fondo, entonces me vi obligada a gritar y, fue hasta ese momento, que Gerardo se empezó a despertar._¡¡WHAAAA!! Me asustaste_ Saltó y de inmediato trató de disimular su sueño._Perdón, te tenía que despertar ya que es la hora de salida. Aunque te veías lindo durmiendo; ¡Vámonos!_Se levantó y recogió sus cosas._Está bien, tengo que hablar contigo; ven. Pero antes de irnos necesito que me acompañes a un lugar y ahí hablaremos. ¿OK?_A pesar de que ya era algo tarde para que los estudiantes de turno matutino estuvieran por ahí, había uno que otro por ahí rondando la prepa. Cada vez me estaba inquietando la actitud de Gerardo y mas porque desesperadamente estaba buscando un lugar que no hubiera gente alrededor.Silencio. Era lo que sobraba a estas horas en la escuela que mayoritariamente sola. Sin embargo, al parecer, no era suficiente eso y Gerardo estaba buscando un lugar en especifico. Respire hondo y mientras caminábamos le pregunte que a donde nos dirigíamos y de que quería hablar conmigo; a lo que me contesto que ya casi llegábamos.Gerardo se detuvo en la canchas de la prepa que es el lugar más alejado de los salones, observó para asegurarse de que no hubiera nadie cerca y finalmente se quedo quieto.Estaba nervioso, no se estaba quieto en ningún lugar y comenzó a dar vueltas en círculos mientras trataba débilmente de empezar a decir algo._Ammm... yo.. yo solo quería darte este peluche que vimos el otro día, como regalo de cumpleaños, aunque sé que todavía faltan unos días para que cumplas. Pero lo compré por si acaso, antes.Me quede con la boca abierta. Yo sugestionándome tanto para que en realidad no fuera algo tan grave, pero en cierto modo me sentí mejor y más tranquila. Me aparté de la cara un mechón de cabello que se me había soltado con el viento que estaba haciendo y miré a Gerardo con una expresión seria como si quisiera decir otra cosa aparte de lo que ya me había dicho.¡Qué lindo! De hecho, es el que vimos en la tienda ¿verdad?_ Dije mientras agarraba el peluche y lo abrazaba_ Muchas gracias, Gera. Es bueno saber que no es nada malo y por esto te estabas comportando raramente__Espera, es que aun no he terminado con lo que te tenía que decir, es mucho más importante que esto. La verdad es.... _Sin pensarlo, me adelanté a hablar._Entonces... ¿Qué será tan importante para hablar conmigo a solas?_Bueno..._Continuo con la frase que estaba diciendo antes_ La verdad es... ¡QUE ME GUSTAS!Te quiero mucho y quisiera que fueras mi novia, si tú me aceptas._No me esperaba en absoluto lo que me estaba diciendo Gerardo, ni en mis mas locos pensamientos lo hubiera imaginado, me quede perpleja ante esta confesión. Traté de controlar mis emociones y contestar de la manera más calmada y sincera que pude porque en realidad no sabía qué hacer ante esto._Gerardo... Es tan repentino. No sé que responder... ¿Me darías tiempo para pensar detenidamente lo que hare?_ ¡Claro!_ Me respondió con una sonrisa que reflejaba más nerviosismo que otra cosa.Después de eso, el me acompaño hasta mi casa como siempre lo hace y no me menciono nada mas , se despidió y se fue dejándome sola con mis pensamientos revueltos y confusos sobre el tema.************** ******************************************* *****************Y así el día de mi cumpleaños llego y yo sin llegar a una conclusión definitiva sobre Gerardo.Básicamente, me siento feliz de que él me vea de esa manera pero, respecto a mí, no he podido determinar si lo que siento por él es el mismo tipo de amor al que se refiere el.Estaba tirada en mi habitación viendo hacia el techo, pero al mismo tiempo sin ver nada, pensando en cómo le respondería el próximo Lunes que lo vea; pienso que es mejor responderle pronto y no aplazar mi respuesta._Claire. Ve a abrir están tocando la puerta__Ya voy, mamá_ Fui a abrir la puerta y me encontré con una sorpresa. Mi primo Leo vino a invitarme a salir por ser día de mi cumpleaños.En realidad, me sonroje un poco y me alegre bastante, al menos, no estaría pensando todo el tiempo en lo mismo._ ¡Mamá! Mi primo Leonardo esta aquí y me invito a salir a comer, ¿Puedo ir?_ Si, Claire. Ya sabes que tienes que estar aquí en la cena. No llegues tarde._Leonardo me tomo de la mano y dijo que iríamos a un parque de diversiones y en general a donde yo quisiera. Entonces nos la pasamos el día entero juntos, bueno la mayoría.Decidí tomar en consideración la idea de Leo y fuimos al parque en donde nos la pasamos haciendo un montón de cosas locas; nos subimos a la rueda de la fortuna, montaña rusa, al bungie, comimos algodones de azúcar y también Leonardo me atrapó un pececito en los puestos de ahí. Resulto ser un día muy agradable y divertido sobre todo.Casi era la hora de cenar, así que tenía que volver a mi casa para pasarme lo que quedaba de mi día en mi casa con mi familia.Evidentemente, mi primo me llevo a mi casa y me dejo en la entrada._Me la pase genial, gracias por acompañarme en mi cumpleaños__ ¿Cómo no recordaría el cumpleaños de mi prima favorita. Bueno, nos vemos después y dile a la tía que gracias por dejarte ir_ Se despidió de mí con un beso en mi mejilla y se fue caminando hasta que desapareció de mi vista.Me dirigí directamente a mi cuarto subiendo las escaleras rápidamente. Al entrar, bajé mi vista hacia mi cama en donde estaba mi celular que estaba timbrando; era un mensaje de Gera.El mensaje decía: "Felicidades por tu 17º cumpleaños. Jeje, me estas dejando atrás.Atte.: Gerardo."Cuando lo estaba leyendo se me salió una sonrisa y automáticamente pensé "gracias" y le contesté con las mismas palabras el mensaje.Una vez más, ambos me hacían sentir feliz, por lo que mi decisión se complico bastante.¿Por qué me sentía así cuando estaba con los dos? ¿Por qué no puedo decidir qué es lo que exactamente siento por cada uno?Es absurdo. Mi cabeza en este momento es un desastre, no pienso con claridad.Es domingo, sigo pensando en la respuesta de Claire, es algo que sin avisar perturba mi mente. Estaba inmerso en mis pensamientos cuando vagamente escuché el teléfono de la casa que estaba timbrando._ ¿Bueno? Hola. ¿Cómo esta mama de Claire?_Bien, pero necesito que vengas y te quedes hoy con Claire, porque nosotros tenemos que salir de emergencia, tengo que ayudar a mi esposo con su trabajo y puede que no llegue hasta mañana o al día siguiente, cuando mucho. Me gustaría que por lo menos hoy te quedes con ella.Bueno, me tengo que ir ya. Adiós.__Espere señora...Después de eso me colgó el teléfono y me quede atontado procesando la información que me acababa de noquear el cerebro. ¿Yo quedarme con Claire? ¿Por qué tengo que hacerlo?Me resulta difícil pensarlo. ¿Cuál sería la emergencia que los obligo a irse sin previo aviso?Esa última pregunta me trajo a la realidad nuevamente, y me hizo pensar que si me lo pidieron fue por algo y que no tenían nada previsto, así que decidí ir a la casa de Claire, enterarme bien de las cosas y ahí decidir si me quedaba o no.Llegué a su casa y como siempre tiene la costumbre de dejar la puerta abierta. Me pase y Claire estaba sentada en la sala viendo un programa de televisión bastante divertida, por cierto.Traia puesta una camiseta a rayas rojas y negras, y un short bastante ligero que me dejaba apreciar bastante bien su figura. Sus colores favoritos._Claire, ya llegue._ ¡Gerardo!_ Dijo con cara sorprendida _.Se me andaba olvidando que vendrías, es que fue todo tan repentino que ni me acorde. ¿Quieres algo para cenar? Ya casi iba a preparar la cena.__Yo te ayudo, si quieres yo la preparo sólo dime qué quieres hacer y la preparo._No te molestes. Bueno y si en verdad quieres ayudarme la haremos los dos, no me gusta dejarle el trabajo por completo a los demás.Preparamos unos fideos junto con unos filetes de pollo y raramente nos quedaron bien ya que ninguno de los dos tenemos mucha experiencia cocinando; recogimos y lavamos los platos después.Claire se levanto y fue por unas cuantas cosas para prepararme la habitación en la que me iba a quedar y luego de acomodar la vajilla en donde estaba recorrí el pasillo hasta el almacén al final de éste.Claire estaba en una escalera buscando unas cosas en unos cajones que estaban repletos de cobijas, toallas y sabanas de diferentes colores, diseños y tamaños._Gerardo ¿Quieres una cobija o una sabana para cubrirte?__Sabanas, está haciendo mucho calor. Por cierto aun no me has contado cómo te la pasaste ayer en tu cumpleaños, ¿Qué hiciste? Le dije mientras ella bajaba las cosas de los cajones y me las pasaba una por una.************ ********************************************* **************Me obligue a terminar rápido con lo que estaba haciendo y me calme para no parecer que estaba mintiendo cuando le respondí a Gerardo su pregunta. Pensé que no le podía decir que estuve con mi primo, creo que no le parecería y aparte también creo que no se cayeron bien._Ahh.. Como siempre me la pase con mis padres, nada fuera de lo común. __¡Qué bien!_ Respondió el y como que me sentí un poco mal por mentirle. Me estaba bajando de las escaleras cuando me resbalé en un escalón y perdí por completo el equilibrio; Gerardo grito e intento atraparme para que no me lastimara. Al final sentí que me golpee en alguna parte de la pierna y no cerré los ojos durante la caída.CONTINUARÁ
Esperé varios minutos acostada en la misma posición, aguantando la presión que significaba el estar tan cerca de ella y suplicando porque ya se hubiese dormido para ese entonces. Abrí los ojos y lo primero que encontré fue su fino rostro tan próximo al mío que a pesar de la poca luz proveniente de la lámpara, pude observar sus largas y rizadas pestañas en conjunción a sus exquisitas facciones y sus carnosamente apetecibles labios rosados. La vista que me otorgaba el ligero camisón que vestía también era hermosa y sensual al mismo tiempo, el rico aroma a cereza que despedía su cabello me buscaba constantemente, seduciéndome y quizá tratando de enviar todas mis dudas lejos; convenciéndome al final. Mi corazón comenzó a trabajar aceleradamente una vez más y casi sin querer, me sumergí en el poderoso hechizo que ejercían sus encantos en mí. Mi agitación era tan grande que comencé a acariciarla con la ternura y pasión que sólo ella me había inspirado pues ya no había cura para mi causa: ella era ahora era mi realidad, la dueña de mis suspiros y la víctima de mis deseos. Como era de esperarse, eventualmente Miku se despertó y me miró desconcertada. -Lo siento mucho. No era mi intención llegar tan...- y enmudeciendo mi tonta excusa ella tomó mis labios desesperadamente, demostrando un frenesí a la par del mío. No podía creer cuando ella tomo mis mejillas y se apoderó una vez más de mis labios sorprendidos. Me abalancé sobre ellos mientras mi boca se estaba moldeando a la suya, sus labios se entreabrieron peligrosamente y su lengua apareció tímidamente buscando la mía, acariciándola. Ya fuera de mí, sólo buscaba librarme de ese deseo que me quemaba. Mis manos; se posaron en sus costados y su cintura, sus caderas; se apoyaban en las propias y su abdomen también hacia lo suyo... sentía todo su cuerpo tembloroso pegado al mío. Intenté recorrer suavemente con mis dedos todos los laberintos de su piel y ella, cruzó sus brazos alrededor de mi nuca en un intento de atraerme más en su dirección mientras mantenía su apasionado beso. Nuestra adrenalina estaba al límite y me hizo sentir el corazón en mis oídos por lo que en un arranque de ésta intenté despojarla de sus ropas y al instante, en un arrebato de conciencia, me detuvo en el acto; alejándose perturbada y dándome la espalda. -Rin...No podemos- dijo con una entrecortada y apenas audible voz. Pausó unos segundos y al final sentenció: -No debemos, más bien. -Entiendo, no volverá a pasar- Terminé la frase con una risita nerviosa.-Buenas noches, Miku.- Sin embargo, ella no pronuncio ni una palabra más en toda la noche que restaba. Entendí su mensaje mudo y procedí a imitarla tratando de dormir, incrédula aun de lo que había pasado y sobre todo, de que yo hubiera iniciado. Por primera vez en mi larga vida como ángel sentía que había hecho algo realmente malo, sin estar totalmente segura del concepto, cerré con más fuerza mis parpados sintiendo la culpa y la vergüenza desbordándose dentro de mí. Al día siguiente abrí los ojos justo cuando los deslumbrantes rayos del sol se filtraron por la ventana que daba a la calle. Todo estaba tan deslumbrante... tanto que me olvidé por un momento en dónde me encontraba y esperé ver a mis queridos compañeros ángeles, pero no. Un rápido flash pasó por mi mente y recordé en donde y porqué estaba ahí. La luz del día puso en claridad mis pensamientos y me hizo acordarme de mi realidad: tenía que volver al cielo en cuanto me recuperara. No quería causarle más molestias a esa mujer, sobre todo por lo amable que se había portado conmigo desde que la conocí. << ¿Y cómo le pago?: Asaltándola en la noche y haciendo que se preocupe y confunda. ¡Vas bien, Rin! ¡Así se hace!>> Trataría de olvidar lo sucedido, sería lo mejor para ambas. Lo siguiente que me sorprendió fue que al voltear a mi lado izquierdo el lugar en donde se suponía estaba la persona que me había salvado de mis infortunios el día anterior, estaba vació y totalmente frio; lo que me dio a entender que Miku llevaba ya un largo rato levantada. En fin, me estiré, bostecé debido a la somnolencia aun presente y decidí dirigirme al baño para lavarme la cara. Me estaba recuperando, ya me sentía mucho mejor. Y en cuanto a la recuperación de mi ala rota, tal vez deba de visitar un lugar de alto poder espiritual, como por ejemplo, una iglesia. Tenía el leve presentimiento que esa herida no se iba a curar por sí sola. ¡Como sea! Ahora solo necesitaba concentrarme en una cosa: compensarle a Miku por todos los problemas que le ocasioné y después de eso ya podría pensar tranquilamente en marcharme. Justo volvía de mi travesía hacia el baño cuando sin previo aviso, Miku abrió enérgicamente la puerta de la recamara y en consecuencia me asuste a tal punto que por inercia me elevé en el aire y choqué fuertemente contra el techo del cuarto. -¡Auuch!- Me quejé de inmediato. Miku al ver dicha escena corrió en breve para auxiliarme dejando de lado la bandeja llena de comida que traía en la cama y se agachó a mi altura para sobarme la cabeza donde el golpe había acertado. -¿Estás bien?- Preguntó visiblemente angustiada. -Si...eso creo. - Fue lo único que atiné decir y levemente consiente de lo sucedido ya estaba esperando el bombardeo de preguntas de su parte. - Me alegra escuchar eso-Contestó con su ya típica sonrisa de lado y un pequeño sonrojo furtivo se asomaba en su rostro.- ¿Qué fue eso? Balbucee unas cuantas palabras sin éxito en la coherencia de éstas. -Ah..... u-um.....Y- Yo... um... soy Rin y soy un ángel. Me lesioné en el transcurso de mi descenso hasta este plano, así que me dedique a buscar un lugar donde descansar hasta que finalmente di con este poblado. Ésta es la primera vez que me aventuro en el mundo humano, por lo tanto, no se mucho del él aun y necesitaré un poco de tiempo mientras curo totalmente mis alas que son las que me proveen de energía. En ese momento estaba preparada para un posible rechazo de su parte, pero no fue así. Miku estaba sonriendo como siempre lo hacía aunque se podía notar un pequeño haz de sorpresa y asombro en sus facciones. -Éste es también mi primer encuentro con un ángel. Cuando te vi por primera vez, me asusté pues no es común ese tipo de situaciones en este pequeño pueblo. Pero una vez que me acerqué vi que eras realmente tan bonita..... Que terminé haciendo las cosas por el impulso y deseo de ayudarte. No podría apartar la vista de su cara riendo nerviosamente. La cristalina voz de Miku era como los cantos de los pájaros, y aún más bella que la canción de las aves del paraíso que vivían en el Cielo. Quería quedarme así y mirarla por siempre. Deseo cada día poder escuchar esa dulce voz y esos apacibles ojos llenos de bondad que comenzaba a necesitar. -Um, acerca de mi lesión... como ya dije necesitaré un poco más del tiempo del que creí para sanar mi ala rota. Si no es un problema para ti ¿podría hospedarme un tiempo en tu casa?-- ¿¡En serio!? ¡Soy tan feliz...! Pensé que quizá por verte obligada a revelarme tu naturaleza podrías terminar yéndote lejos. ¡Por supuesto, eres bienvenida! Llevémonos bien de ahora en adelante... Rin. -Sí, llevémonos bien, Miku. Bajo las leyes del Cielo, probablemente me esté ganando alguna clase de castigo. Estoy completamente segura que no importa cuán grave sea mi lesión que no me permita regresar, el buscar refugio en una morada humana era comportamiento inusual para un ángel. Aun así, quiero estar junto a esta chica. Alargar el tiempo que compartimos aunque solo sea un poco más. Hola a todos! Agradezco mucho sus lecturas, votos y comentarios pues me motivan a seguir escribiendo.Me gustaría que me indicaran algún error de redacción, así puedo corregir y que el contenido quede de mejor calidad. =3GRACIAS Y SALUDOS
El tiempo pasó tan rápido que lo único que delataba cuantos días habían transcurrido desde mi encuentro con Miku era la frecuente sensación de culpa que en ocasiones me asaltaba por las noches, ya que el tiempo límite de mi estancia había expirado hace unos días atrás y prueba de ello, era que mi ala dañada estaba casi completamente en su estado original, sin haberme preocupado realmente por adquirir una fuente de energía espiritual para una rápida recuperación de la misma. ¡Como sea! Es seguro que ya es muy tarde para tratar de volver como si nada hubiera pasado, si me atrevo a regresar tendría que dar cuenta de varias infracciones que serían penalizadas con la total restricción de volver al mundo humano por un tiempo prologando en escala mortal y eso es lo que menos quiero en este momento porque después de todo, lo poco que he convivido con esta chica amable , de mirada apacible y grácil belleza cambio mi forma de ver mi propia existencia y finalmente descubrí la felicidad, Miku se convirtió en mi mundo entero, mi pedazo de paraíso y la única persona con la que realmente he deseado pasar el resto de mis días, de ser posible. Por ello, en repetidas veces me ha tocado luchar contra el impulso de decirte cuanto te necesito y te amo, pero he preferido callármelo para poder seguir conviviendo contigo en nuestra rutinaria vida. Tal vez ella no se ha percatado de ello. A pesar de que se puede ver que ya no puedo ocultarte el cómo me haces sentir y es tan claro como el agua; continuas siendo tu misma sin importar nada, sabes cómo hacerme sonreír, tu sonrisa y tu mirada son lo más bello que mis ojos pudieron encontrar y el cariño que siento por ti es lo más hermoso que he sentido hasta el ahora. Desde que te vi supe que algo especial sucedería y así fue, hoy siento que quiero protegerte y que el camino de mi felicidad será el que me lleve a estar a tu lado el resto de tu vida sin importar lo que pase conmigo. El ángel Rin se ha enamorado de la humana Miku, esos son los hechos. Después de todo, estoy hablando de mi misma, puedo empezar solo desde ahí. Es lo único que es cierto, extrañamente, pues no sé qué pasara conmigo en un futuro, así que no está mal si me aferro a ese indiscutible hecho para empezar. No necesito más. De hecho, eso es lo que pienso hacer: dedicarme a ello.<< ¿Y cómo hago eso?>> Supongo que podría empezar por expresarle como me siento. << ¿Y si no reacciona como yo lo espero?>> De ser así, entonces simplemente desaparecería de su vida. Siempre fue la mejor opción desde cualquier punto de vista y sin embargo, aquí estoy complicando las cosas y preocupándome por cosas de humanos, por así decirlo. Aunque tal vez, pueda ser un poco optimista, es decir, ella no reacciono negativamente cuando le conté que era un ángel. Inclusive la noche anterior a eso, aunque fue un efímero instante, correspondió a mis acciones e impulsos. De cualquier manera, eso solo lo sabré si lo intento. Hoy salí a pasear por el pueblo en compañía de Miku. De hecho, mi intención es aprovechar que salimos de su casa y decirle como me siento. Yo pensaba en esas cosas mientras caminaba, y sin planearlo, pasamos por la plaza por en la que nos vimos por primera vez, lo que evoco toda la escena a mi mente nuevamente. Estaba esperando un buen momento y lugar para empezar a hablar seriamente sobre el tema, pero por más que busque con la mirada en los alrededores no podía encontrar un lugar en donde se sintiera realmente cómoda. Siempre había algo que se interponía en su camino, ya fuera el exceso de personas o que simplemente no encontraba un lugar que estuviera un poco retirado de miradas curiosas. Al final, no encontré un lugar ideal como lo tenía en mente pero me encargue de que nos fuéramos alejando hacia las orillas del pueblo. -¿Rin? - Preguntó Miku- Creo que si seguimos caminando en esta dirección saldremos del pueblo y entraremos en el bosque, será mejor regresar. -Lo sé- contesté inmediatamente a su advertencia- Es solo que me gusta el paisaje que se ve por aquí, a las afueras del pueblo. Es muy tranquilo y no hay mucha gente por los alrededores. -Sí, tienes razón. Es muy refrescante y tranquilizador. Quizá deberíamos quedarnos un rato.- Dijo ella sonriendo mientras se recargaba en la pared de una de las casas a sus espaldas. -¡Sí! ¡Eso me agradaría mucho!- Conteste enérgicamente y colocándome en una posición similar a su lado. Me quede unos minutos en silencio. -Que buen día hace hoy ¿No lo crees, Rin? Me alegra haber salido de paseo. - Ummmn... ¿Miku?- Y espere su respuesta. - ¿Si? ¿Qué pasa, Rin? -Tengo algo que decirte- Dije tajantemente una vez que la hermosa señorita me respondió a mi llamado. Respiré hondo y sujete su mano con la delicadeza que merecía. -Miku... quiero que sepas que me gustas mucho y que aprecio mucho todo lo que has hecho por mí desde que nos conocimos. Inclusive que me hayas aceptado después de que te conté que era un ángel. -Tú también me gustas, Rin. La sorpresa llenó mis ojos, y permanecí muda, simplemente contemplando su bella cara pero a pesar de la alegría que esas palabras me provocaron, intente comprobar lo que había dicho. -No, yo creo que no nos referimos a lo mismo. A lo que me refiero es que te amo... ¡Te amo mucho! Me gusta tu sonrisa, me gusta como la amabilidad que te caracteriza, la forma en la que me tratas y que siempre, sin importar la situación, tu prioridad es escucharme. Me gustas por eso.- Confesé ya un poco exaltada y angustiada a la vez por su reacción. Dirigí mi vista hacia aquellos ojos comparables a una Alejandrita. Sin resistirme, la abrace y bese aquellos labios que anhelaba, sin embargo, esta vez ella no correspondió a mi acercamiento y se apartó del abrazo. -Lo siento, Rin. No puedo corresponderte.- Contestó ella cubriéndose la boca con ambas manos y evidentemente sonrojada en el acto. -¿¡...Ehh!? Ah, p-pero... antes tu... ¿Puedo preguntar por qué?- Dije apagadamente conteniendo mis ganas de llorar y huir de ahí. - Estoy comprometida y me casaré en menos de un mes. Mi prometido está en un viaje de negocios y regresará a casa una semana antes de la boda. - ¿Es... imposible, después de todo? ¿Que un ángel y un humano puedan llevarse bien? Miku guardo silencio mientras permanecía en la misma postura.Justo en frente de mis ojos, estaba esa chica que me gustaba evitando mirarme a los ojos después de darme a entender que eso no debía pasar. Que no se podía, más bien. -Entiendo- Fue la única palabra que salió de mi boca, después de ese prolongado silencio que ella había mantenido y acto seguido, salí corriendo del lugar ya sin poder evitar que las lágrimas se desbordaran sobre mi rostro. Si ella deseaba que desapareciera, debió dejarme... si ella deseaba desviar su mirada, esa era la mayor razón de porque la mía no debía buscarla. Aun así... ella pronuncio mi nombre en mitad de mi huida y enseguida se dedicó a seguirme. -¡¡¡Rin!!! -¡Espera!- La escuche gritarme a lo lejos y me di la vuelta. Que tonta soy. Pero irremediablemente, eso solo hizo que deseara con más desesperación alejarme del lugar; así que sin pensarlo dos veces, desplegué mis alas y salí volando del pueblo.