• sergio golovchenko
solitorix
he trabajado en serigrafia gran parte de mi vida, para los que saben que es saben de que hablo y para aquelos otros les digo que es una de las artes mas maravillosas que hay.
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  • País: Uruguay
 
                         ENCUENTROS MAGICOSDedicado a esa persona que me lo pidió, no hace falta nombre, ahí esta la magia.Gracias y debido a esas cuestiones de las nuevas tecnologías, fue que se habían conocido a través del ciberespacio.En un principio, fue el, como en la mayoría de los casos quien conoció primero a ella, o al menos digamos que intento el primer conocimiento.Había entrado en la página de los encuentros de gente, visto su foto, leído su perfil, pero en esa oportunidad no dejo ningún mensaje, simplemente, se dedico a seguir curioseando otras fotos, otros perfiles, aunque había sido uno solo uno solo el que realmente le intereso.Ella sabría un par de días después que el la había visitado. Este hecho no llamo para nada su atención, ya que no era el primero que la visitaba y no dejaba mensaje. Pero esta visita le había dejado un gustito a saber más,El por otro lado, dedico el resto de esa noche que se la había vuelto fría, lluviosa y solitaria, a buscar una información que necesitaba para su trabajo.Pensó en que por suerte era jueves, ya quedaba solo el viernes de oficina, donde todo parecía mas tranquilo, y después vendría el finde, en realidad, pensó después, pensó que seria otro fin de semana con mas de lo mismo, o sea de esa casi otra rutina en que se le habían convertido los fines de semana desde su ultima pareja se fuera de  su vida. Tan así había sido que ella se había marchado fuerza del país, dejando así la puerta cerrada para cualquier retorno. De esto hacia poco mas de un año ya y desde entonces empezó a darse cuenta que sus fines de semana estaban vacíos como el resto de los otros días. En un principio no había notado esa falta ya que lo tomo como algo nuevo. El fútbol de los sábados lo había mantenido desde siempre, por lo que eso no había cambiado. El resto de las cosas si, ya que todos sus amigos estaban casados o en pareja, ahora el se sentía como pieza de otro rompecabezas.Fue así como se anoto en esa pagina a instancias de uno d sus amigos de los sábados futboleros.Este le había sugerido que como medida para conocer gente nueva, esta seria una buena opción, después quedaba en el si seguía o no.Al principio no le gusto idea, ya que le parecía algo distante y frió, pero finalmente un día entro en la página y entendió el funcionamiento. Decidió anotarse, con foto, un perfil que no decía o definía  mucho sobre si mismo como había visto que hacían la mayoría. As8imismo se mostraba desconfiado del sistema, incluso no estaba muy seguro de cómo encontrar a alguien que le gustara.Ella, por su lado, llevaba más de un año de su última separación, que,  había un tanto traumática. Las cosas se precipitaron raíz de la perdida de un embarazo, que después se enteraría que su pareja no quería tener hijos, eso la hizo sentir muy sola, ya que no solo perdía el embarazo que si bien recién comenzaba, ella había pensado que compartirían juntos ese dolor, pero en realidad, fue un desengaño, que obviamente acelero los tiempos y la separación fue inminente.Antes del final su ahora ex, se había resistido a la separación y prometido cosas varias, pero para ella era indudable, que estaba sola y esas cosas no se pueden reparar, no salvar de modo alguno. Así se encontraba ahora, hasta que una noche de desvelo y soledad entro en la página casi como un juego y se anoto, curioseo y hasta le pareció divertido. Como sabia que podía no contestar los mensajes se sentía tranquila, lo único que podía delatarla era su foto, pero ella no era más que otra persona  común que subía su foto en algún lugar así que esto tampoco la inquieto. Se rió de si misma. Me estoy vendiendo como un auto, pensó con gracia al ver su foto en al pantalla. Se pregunto también cuanto tiempo pasaría para que alguien le mandara un mensaje al tiempo que miraba las fotos de los hombres dentro de su target. De todos hubo uno que le llamo la atención, pero de todos modos no tenia pensado ser ella quien mandara el primer mensaje. Habían pasado unos días desde su primera incursión en la página donde viera aquel rostro sonriente que miraba a la cámara de manera que parecía que lo miraba a el. Esa noche había decido volver a ver esa foto y hasta tal vez le escribiera algún mensaje. Se detuvo un momento mientras miraba la foto, pensado que escribir, quería ser original y no le venia ninguna idea, ni frase a su mente, tampoco  quería caer en lugares comunes y escribir lo mismo que otros según había leído en otros perfiles. Esta noche también su vista quedo en blanco.Ella se sintió un poco intrigada cuando vio que la misma persona la visitaba por segunda vez y no dejaba mensajes, pero había decidió mantenerse firme y no ser ella la primera en escribir.Un par de días después finalmente encontró que decir sin pensar demasiado, sabia que no era original, pero de tantas veces que había visto su foto hasta se sentía como con confianza, así que lo suyo fue una especie de saludo breve y simpático que fue respondido con calidez y humor. Desde ese momento comenzaron a intercambiar mensajes por la misma página y después pasaron a los mails, para llegar finalmente al chateo. Se daban tiempo para estas cosas, no había en ellos ningún apuro, no los corría la ansiedad por verse, se sentían bien en su intercambio virtual y textual. Y conocían los gustos uno del otro y sus modos de matar el tiempo de los fines de semana, el con su fútbol, ella correr por el parque que tenia cerca de su casa.Pasaron meses "charlando" a través de la "compu", hasta que un sábado soleado, el decidió que tal vez fuera bueno conocerla así sin decirle nada. Tomo su bicicleta y puso rumbo al parque donde sabia que ella estaría corriendo. Una vez allí tal vez se le pusiera a la par la llamaría por su nombre y le diría quien era el, se reirían, y se sentarían a la sombra a charlar un rato frente a frente. Ella pensaba en que pasaría si se conocieran algún día, en como seria ese encuentro, pero de solo pensarlo se puso nerviosa. En el parque se sentía liberada al correr tranquila ya que a esa hora cuando aun hay sol, pero no hace tanto calor le parecía la mejor hora, incluso fantaseo en que ese seria un buen lugar para encontrarse con el.Cuando el llego al parque, no pensó que hubiera tanta gente corriendo. De todas las edades y todos los gustos. Por suerte el sendero era lo suficiente mente ancho como para poder ir a contramano de la mayoría de los corredores, así de esa manera le seria mas fácil verse.Estaba por dar una vuelta completa, cuando noto que se había producido un claro entre los corredores, y allí le pareció verla con un pantaloncito corto azul y el pelo atado. Bajo más su velocidad, como para verla mejor y por que no también ser visto, iba tan lento que casi perdió estabilidad  al pasar ella a su lado, no tenia dudas, solo que ella no se había dado cuenta de su presencia.Decidió que en la próxima vuelta la saludaría. Espero calculando el ritmo a Estar más o menos en el mismo lugar del parque. Esta vez, ella como avisada de algo especial, levanto la vista para ver a alguien que le parecía conocido, que iba montado en una bici y que venia en dirección contraria a ella. Por un momento no pudo creer que el estuviera allí. Pedaleaba al menor ritmo que le era posible, aunque su corazón batía records de velocidad. Estaban cerca. Se miraron. Pero sus ojos no querían encontrase, ambos tenían esa sensación dual de querer encontrase, pero no.Una casi sonrisa se había dibujado en los labios de cada uno.Se encontraban muy cerca cuando sus ojos se detuvieron en el tiempo, en un cruce de miradas que estuvo flotando entre ellos como rozándolos.Parecía algo mágico que los unía y mantenía al mismo tiempo en una formal distancia. Por un momento indeterminable el parque se detuvo, la gente dejo de correr, no hubo una sola hoja cayendo de ningún árbol todo ese tiempo. En un pacto no voluntario todo había mantenido un secreto de su encuentro.Ambos pares de ojos siguieron de todas formas mirándola frente, como no delatando darse cuenta de que el uno era el otro. A ninguno de los dos se le hubo ocurrido saludo, gesto, ni siquiera un suspiro.El siguió su camino derecho, con un poco más de velocidad, ella por su parte, mantenía su trote hasta completar otra vuelta.Esa noche se volverían a encontrar frente a frente en sus computadoras, sin que ninguno de los dos mencionara el "encuentro", la magia seguía allí donde había empezado.
el "encuentro"La magia seguía allí, donde había empezado.                              ENCUENTROS MAGICOSDedicado a esa persona que me lo pidió, no hace falta nombre, ahí esta la magia.Gracias y debido a esas cuestiones de las nuevas tecnologías, fue que se habían conocido a través del ciberespacio.En un principio, fue el, como en la mayoría de los casos quien conoció primero a ella, o al menos digamos que intento el primer conocimiento.Había entrado en la página de los encuentros de gente, visto su foto, leído su perfil, pero en esa oportunidad no dejo ningún mensaje, simplemente, se dedico a seguir curioseando otras fotos, otros perfiles, aunque había sido uno solo uno solo el que realmente le intereso.Ella sabría un par de días después que el la había visitado. Este hecho no llamo para nada su atención, ya que no era el primero que la visitaba y no dejaba mensaje. Pero esta visita le había dejado un gustito a saber más,El por otro lado, dedico el resto de esa noche que se la había vuelto fría, lluviosa y solitaria, a buscar una información que necesitaba para su trabajo.Pensó en que por suerte era jueves, ya quedaba solo el viernes de oficina, donde todo parecía mas tranquilo, y después vendría el finde, en realidad, pensó después, pensó que seria otro fin de semana con mas de lo mismo, o sea de esa casi otra rutina en que se le habían convertido los fines de semana desde su ultima pareja se fuera de  su vida. Tan así había sido que ella se había marchado fuerza del país, dejando así la puerta cerrada para cualquier retorno. De esto hacia poco mas de un año ya y desde entonces empezó a darse cuenta que sus fines de semana estaban vacíos como el resto de los otros días. En un principio no había notado esa falta ya que lo tomo como algo nuevo. El fútbol de los sábados lo había mantenido desde siempre, por lo que eso no había cambiado. El resto de las cosas si, ya que todos sus amigos estaban casados o en pareja, ahora el se sentía como pieza de otro rompecabezas.Fue así como se anoto en esa pagina a instancias de uno d sus amigos de los sábados futboleros.Este le había sugerido que como medida para conocer gente nueva, esta seria una buena opción, después quedaba en el si seguía o no.Al principio no le gusto idea, ya que le parecía algo distante y frió, pero finalmente un día entro en la página y entendió el funcionamiento. Decidió anotarse, con foto, un perfil que no decía o definía  mucho sobre si mismo como había visto que hacían la mayoría. As8imismo se mostraba desconfiado del sistema, incluso no estaba muy seguro de cómo encontrar a alguien que le gustara.Ella, por su lado, llevaba más de un año de su última separación, que,  había un tanto traumática. Las cosas se precipitaron raíz de la perdida de un embarazo, que después se enteraría que su pareja no quería tener hijos, eso la hizo sentir muy sola, ya que no solo perdía el embarazo que si bien recién comenzaba, ella había pensado que compartirían juntos ese dolor, pero en realidad, fue un desengaño, que obviamente acelero los tiempos y la separación fue inminente.Antes del final su ahora ex, se había resistido a la separación y prometido cosas varias, pero para ella era indudable, que estaba sola y esas cosas no se pueden reparar, no salvar de modo alguno. Así se encontraba ahora, hasta que una noche de desvelo y soledad entro en la página casi como un juego y se anoto, curioseo y hasta le pareció divertido. Como sabia que podía no contestar los mensajes se sentía tranquila, lo único que podía delatarla era su foto, pero ella no era más que otra persona  común que subía su foto en algún lugar así que esto tampoco la inquieto. Se rió de si misma. Me estoy vendiendo como un auto, pensó con gracia al ver su foto en al pantalla. Se pregunto también cuanto tiempo pasaría para que alguien le mandara un mensaje al tiempo que miraba las fotos de los hombres dentro de su target. De todos hubo uno que le llamo la atención, pero de todos modos no tenia pensado ser ella quien mandara el primer mensaje. Habían pasado unos días desde su primera incursión en la página donde viera aquel rostro sonriente que miraba a la cámara de manera que parecía que lo miraba a el. Esa noche había decido volver a ver esa foto y hasta tal vez le escribiera algún mensaje. Se detuvo un momento mientras miraba la foto, pensado que escribir, quería ser original y no le venia ninguna idea, ni frase a su mente, tampoco  quería caer en lugares comunes y escribir lo mismo que otros según había leído en otros perfiles. Esta noche también su vista quedo en blanco.Ella se sintió un poco intrigada cuando vio que la misma persona la visitaba por segunda vez y no dejaba mensajes, pero había decidió mantenerse firme y no ser ella la primera en escribir.Un par de días después finalmente encontró que decir sin pensar demasiado, sabia que no era original, pero de tantas veces que había visto su foto hasta se sentía como con confianza, así que lo suyo fue una especie de saludo breve y simpático que fue respondido con calidez y humor. Desde ese momento comenzaron a intercambiar mensajes por la misma página y después pasaron a los mails, para llegar finalmente al chateo. Se daban tiempo para estas cosas, no había en ellos ningún apuro, no los corría la ansiedad por verse, se sentían bien en su intercambio virtual y textual. Y conocían los gustos uno del otro y sus modos de matar el tiempo de los fines de semana, el con su fútbol, ella correr por el parque que tenia cerca de su casa.Pasaron meses "charlando" a través de la "compu", hasta que un sábado soleado, el decidió que tal vez fuera bueno conocerla así sin decirle nada. Tomo su bicicleta y puso rumbo al parque donde sabia que ella estaría corriendo. Una vez allí tal vez se le pusiera a la par la llamaría por su nombre y le diría quien era el, se reirían, y se sentarían a la sombra a charlar un rato frente a frente. Ella pensaba en que pasaría si se conocieran algún día, en como seria ese encuentro, pero de solo pensarlo se puso nerviosa. En el parque se sentía liberada al correr tranquila ya que a esa hora cuando aun hay sol, pero no hace tanto calor le parecía la mejor hora, incluso fantaseo en que ese seria un buen lugar para encontrarse con el.Cuando el llego al parque, no pensó que hubiera tanta gente corriendo. De todas las edades y todos los gustos. Por suerte el sendero era lo suficiente mente ancho como para poder ir a contramano de la mayoría de los corredores, así de esa manera le seria mas fácil verse.Estaba por dar una vuelta completa, cuando noto que se había producido un claro entre los corredores, y allí le pareció verla con un pantaloncito corto azul y el pelo atado. Bajo más su velocidad, como para verla mejor y por que no también ser visto, iba tan lento que casi perdió estabilidad  al pasar ella a su lado, no tenia dudas, solo que ella no se había dado cuenta de su presencia.Decidió que en la próxima vuelta la saludaría. Espero calculando el ritmo a Estar más o menos en el mismo lugar del parque. Esta vez, ella como avisada de algo especial, levanto la vista para ver a alguien que le parecía conocido, que iba montado en una bici y que venia en dirección contraria a ella. Por un momento no pudo creer que el estuviera allí. Pedaleaba al menor ritmo que le era posible, aunque su corazón batía records de velocidad. Estaban cerca. Se miraron. Pero sus ojos no querían encontrase, ambos tenían esa sensación dual de querer encontrase, pero no.Una casi sonrisa se había dibujado en los labios de cada uno.Se encontraban muy cerca cuando sus ojos se detuvieron en el tiempo, en un cruce de miradas que estuvo flotando entre ellos como rozándolos.Parecía algo mágico que los unía y mantenía al mismo tiempo en una formal distancia. Por un momento indeterminable el parque se detuvo, la gente dejo de correr, no hubo una sola hoja cayendo de ningún árbol todo ese tiempo. En un pacto no voluntario todo había mantenido un secreto de su encuentro.Ambos pares de ojos siguieron de todas formas mirándola frente, como no delatando darse cuenta de que el uno era el otro. A ninguno de los dos se le hubo ocurrido saludo, gesto, ni siquiera un suspiro.El siguió su camino derecho, con un poco más de velocidad, ella por su parte, mantenía su trote hasta completar otra vuelta.Esa noche se volverían a encontrar frente a frente en sus computadoras, sin que ninguno de los dos mencionara
                       HECHO SIN PENSARRecordaba que fue de día cuando la mato.Había sido a la mañana. Si. No hay como hacer las cosas temprano. Así uno tiene todo el maldito día para arrepentirse. Hay cosas que no se pueden arreglar. Por ejemplo, lo que había hecho. Es decir, el, ya no podía arreglarlo. Jamás pensó que podía estar encarcelado por algo así. Aunque en realidad estaba en libertad. Su cárcel era mental. Al menos hasta hora. El hecho en si había pasado hacia ya mucho tiempo. El recuerdo seguía allí. Había sido en invierno. Frió, pero benigno, Recordaba grandes heladas. Luego sol. No hubo diferencias el día que concreto el hecho.Ella estuvo allí en el lugar. Ese de todos los días en el que premeditadamente iba a consumar el acto. Supo que caminaba detrás de el. Serenamente. Sin saber que en esa caminata, ella tendría la estocada final. Como un guión escrito e ineludible, seria alcanzada por la ráfaga del ejecutor.El no había pensado en el hecho. Tampoco medido sus consecuencias. Claro esta que como frió asesino nunca pensaría en ello. Solo tuvo en cuenta el momento. Como si eso fuera todo.Después vendría el después.Todas las cosas que debían pasar ya habían pasado.Un papel arrugado no se puede volver a alisar.Lo había descubierto tarde.Al encontrarse con sus ojos, estos parecían que le hacían mil preguntas. El no supo como hablar. Acaso alguna vez quiso gritar. Pero ese mismo grito enmudeció antes de nacer.Se tomo dos o tres días para empezar a extrañarla.Ya no la tendría consigo. Su cuerpo estaría distante. Sus labios no formarían ningún dibujo al pronunciar su nombre.Fue ahí cuando empezó a desmoronarse. A querer justificar su hecho frente a los demás. Aunque nadie se lo pidiera. Cada vez que quiso escapar resulto inútil. Cambio de ambiente, de amistades, de bar., de barrio y hasta de país. Día y noche. Todo resultaba inútil, en vano.El tiempo fue pasando desde aquella mañana en que rompió con ella. Es decir, la mato en su mente. O eso quiso pensar. Fue un tiempo debajo de este sol para ambos, que el se había encargado de nublar.La había amado. La amaba aun. A su recuerdo.A pesar de ello, aquella mañana había tomado su decisión.Lo había hecho sin pensar.Injusto y en soledad. La misma que ahora lo cubría. Su falso orgullo no le había dejado volver atrás. Su propia condena. Pasaron muchas cosas desde entonces.Hoy con otros ojos, tal vez vuelva a empezar.Pero el miedo de volver a matar, a matarse sigue alli.
                                       La canchita de las víasJosé era un chico mas de tantos que vivían en la villa.Las vías del tren lo separaban de las casas lindas.La canchita estaba al lado de esas vías, donde la tierra suelta volaba y se pegaba en los cuerpitos transpirados de los otros José que se juntaban cada tarde a jugar apasionadamente.A veces cuando se desconcentraba, solía mirar hacia el otro lado. Claro que en la cancha se olvidaba del hambre, de su casa de chapas con agujeros por donde el invierno colaba el viento y hasta la lluvia llegaba a veces a visitarlo.Cuando jugaban cada uno era como una sola pieza de una maquina que los integraba. La cancha los igualaba. Alli los únicos diferentes eran los rivales.Jugar al fútbol tenia esa magia, el hacer, sin hacer distingo. Siempre había habilidosos o más diestros, pero finalmente el polvo, la tierra, la pelota, los nivelaba a todos.Esa tarde tenían pelota nueva. Hasta daba lastima que se llenara de polvo. Esa era para jugar en el césped, pero para ellos solo había esa cancha de pura tierra.Vio venir esa bola brillante hacia él. La espero firme,  puso el pecho hacia fuera para recibirla, acariciarla, y enviarla nuevamente en otra dirección. Después de pasarla quiso lanzarse carrera adelante. Finalmente decidió quedarse donde estaba.José soñaba con que algún día pudiera jugar en algún club. Que  alguien lo viera y lo llevara. Era su ilusión. No importaban las vías que lo separaban de las casas lindas donde no lo miraban bien. Ni siquiera lo miraban jugar.Para José, la ilusión era especial, ya que a los diez años se tienen esos sueños muy fuertes.No entendía las reglas del juego que había del otro lado. Ni sabia de las gentes que mueven los hilos de la vida desde un escritorio, ni sabia tampoco que era un numero mas en una estadística, el solo pensaba en los colores del fútbol.El partido se les había puesto complicado. Él jugaba en el medio. Vio como venia ese contrario que para colmo era muy hábil. ¿ Cómo detenerlo? Penso. Ese chiquito ya lo había pasado otras veces, y ahora no quería pasar vergüenza. Quería demostrar que sabia jugar limpio. Se paro firme. Fue una trabada magistral. Salió airoso esta vez, mientras jugaba la pelota hacia a delante sus compañeros lo vivaban. Ojalá alguien me haya visto penso. En el momento de la jugada pasaba el tren, estaba seguro que desde alli alguien había su jugada, y lo llamaría para algún club. Ahora su propio desafío era ganar en esa siesta, aunque fuera apenas por un gol. Se sintió feliz como cuando aprendió a leer. Fue el primero de su familia en hacerlo. Le había costado bastante, después le daría bronca haber aprendido. De esa manera aprendió con sorna que había gente que se preocupaba mas de las mascotas que de la propia gente. Escuchaba, leía entendía. Había visto carteles pidiendo por perros perdidos, pero nunca vio ninguno sobre el o sus amigos. A quien le iba a importar de su casa en el pasillo de la villa, si del otro lado eran más importante los perros abandonados que los partidos que ellos jugaban. Había sabido eso sin saber. José aprendió a pensar, pero no dijo nada, ni siquiera a su padre. A quien le iba a importar que él pensara o no. Una vez en la escuela vino alguien y le hablo de los derechos de los niños y cosas asi, aunque no entendió mucho de que se trataba, para el eran cosas raras del otro lado de las vías. Había aprendido a su edad que el mundo se partía en dos gracias a esas vías. Lo aprendió sin entenderlo.Sin embargo estaban esas mujeres que hablaban de los derechos de... Escucho un grito que lo devolvió a la realidad. La pelota nueva venia en su dirección. Se recupero en un instante. Tubo la esfera reluciente por un segundo, inmediatamente la entrega después de levantar la cabeza y ver quien estaba en mejor posición. Sabia de eso, para él eso era natural. Ese fue su ultimo pase, el que origino el gol que finalmente les daría la victoria a su equipo. Se le mezclaban los abrazos con los pensamientos que había tenido antes. Por un momento se sintió orgulloso.Paso el partido, la victoria.Volvió a su casa. Alli lo esperaba un mate cocido. Madre no había. Sus hermanas más chicas jugaban afuera. Al rato llego su padre. Le contó los detalles del partido. El padre miro tiernamente a su hijo con una sonrisa cómplice, solo para hacerlo feliz por un momento, fue cuando el hombre recordó que muchos años atrás cuando la epidemia, esa que para ellos no habían alcanzado las vacunas, había dejado como secuela a su pequeño hijo una disimulada renquera. En solitario el hombre miro la canchita y lloro.
INTENTONASIba por su intento trescientos cuarenta y nueve.Hasta había pensado escribir un libro.La vida no le había resultado fácil. Tan es así que, a pesar de su creatividad, había fallado en todos sus intentos suicidas.La última vez, había querido arrojarse al paso del tren. Esperó por horas, hasta que ya cansado, se fue. Al llegar a su casa se  enteró del paro de trenes que hubo ese día. Cada fracaso desarrollaba su creatividad. Las primeras veces había fallado por poco. Como esa vez en el muelle en que, atado a una enorme piedra, la soga que lo unía se corto. Aparentemente la soga estaba podrida, no la había revisado antes. Así fue como se quedó mirando la piedra que se hundía, mientras él continuaba con el trozo de soga atado a la cintura.No se amilanó. Buscó nuevos métodos.Quiso intentar con las pastillas, pero finalmente esa noche se perdió y no encontró la farmacia de turno. Desistió de este sistema para otra oportunidad.Como no le gustaba la sangre, dejó de lado el  procedimiento del corte de venas. Incluso pensó en quien limpiaría el piso después.Indudablemente era un tipo considerado.Probó meterse en la hinchada contraria, pero al no saber nada de fútbol, se mezcló con la que tenía los mismos colores que él. Los demás hinchas hasta llegaron a consolarlo, al verlo llorar, pensando que lo hacía por el partido que iban perdiendo.Finalmente, y ya cansado de tantos fracasos, recurrió al método de la pistola. Esta vez no fallaría. Colocaría tres tiros en su cabeza para asegurarse de que en esta ocasión tendría éxito.Comprobó que todo estuviera en orden.Tomó la pistola.En ese momento, sonó su celular: Jorge, su amigo, le mandaba un mensaje.  Pensó en qué querría. Lo leyó. Le avisaba que había sacado la lotería. Justo ahora, pensó. Con un movimiento de cabeza dejó el celular de lado. El aparato volvió a sonar. Otro mensaje, ahora de su mujer. Ella le pedía que volviera, que lo perdonaba.Bajó lentamente la pistola, al tiempo que pensaba en que realmente estaba condenado por la mala suerte. Otra vez algo lo hacía fallar en su intento.       
INTENTONAS
Autor: sergio golovchenko  465 Lecturas
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•·        •·       ÁRBOLES DE ANTESMe llamo Miguel Sparasiuk, y antes vivía acá a la vuelta. No era que vivía de antes, sino de ahora, o sea que vivía  a la vuelta de donde vivo ahora, que era acá a la vuelta. Ahora no. Pero lo que en realidad me preocupa ahora, y no desde hace poco, sino que hace tiempo que vengo observando que hay cosas que no son como eran cuando yo me acuerdo como eran, no me van a engañar, que se creen las cosas, al final.Y si de algo me acuerdo bien es de los árboles. El otro día tomábamos mate a la sombra de un árbol que no daba sombra, ni siquiera daba media sombra, y eso que era de noche. Para que se me entienda mejor, las cosas fueron así: La otra noche mientras tomábamos mate, con mi compañero de mateadas  de siempre, hablábamos que árboles eran los de antes, esos si que sabían dar sombra y no como esas porquerías que hay ahora. Arboles, ja!! Me acuerdo que los de antes, esos si tenían un tronco leñoso y grueso, tanto que para abrazarlos se necesitaban por lo menos dos personas. En cambio, ahora esas porquerías apenas i tienen tronco. Si con una mano sola lo abrazo, y ya ve que ni sombra da! Los árboles de antes que se iban a doblar con el viento, en cambio ahora parecen de goma, sigo, antes, se llenaban de pájaros, en cambio este de acá que van a venir los pájaros, si ni el gato se le puede trepar. Ni hablar de colgar una gama a modo de columpio, es mas ni siquiera se le puede colgar una percha. Cuantas maderas diferentes había entonces, cedro, roble, pinotea, que hermosos muebles que se hacían con esas maderas, en cambio, ahora solo se plantan esas maderas de aglomerado, que dan una madera que no sirve para nada. Si le digo que el otro día quisimos hacer un fueguito con unas tablas del aglomerado ese, que vaya a saber como es el árbol, que se quemo todo y ni una braza quedo, una porquería de árbol. Seguro que a esos aglomerados los han traído de china o taguán, es mas, estoy seguro que esos árboles ni hojas han de tener. A que le digo que en le botánico no ha de haber ninguno de esos ejemplares. Y después están esos otros de los que no quiero ni hablar, esos de adorno, de plástico. Si yo se que esos no son de verdad, pero algunos se le parecen, si yo mismo estuve regando ese que mi hija puso en el comedor, hasta que me dijo que me dijo que no precisaba agua por que era artificial. Y parecía de verdad. Y hablando de verdad, verdad suena como verde, será que tiene que ver, que el verde sea de verdad y los demás colores de mentira, sino porque la mayoría de los árboles son verdes, o sea que si verdad tiene que ver con verde, las dos tiene que ver con los arboles, por lo tanto los árboles que no son verdes son de mentira. Yo le digo que algo se del tema, ya que fui profesor de historia y marino mercante, en otras épocas.Pero volviendo a mis reflexiones, le cuento, mire como serán las cosas, que cuando yo daba clases allá por el año ...ese  en que estuvo en el gobierno aquel que planto como varios arbolasen el parque de acá a la vuelta, esa vez que el presidente no vino, pero igual hicimos el acto con los chicos del colegio, y plantamos los árboles que tiempo después levantaron toda la vereda. Claro a quien se le ocurre plantar ombues en la vereda. Y  les digo mas para los que no se acuerdan que antes un árbol nacía ahí y ahí se quedaba, ahora parece que tienen ruedas. El otro día vino mi nieto y se llevo el arbola otro lado.  ¿Dónde se vio? Así como va a dar sombra el, condenado si no sabe ni donde esta plantado. Claro el pibe, o sea mi nieto, dijo que lo corría porque ahí con ese macetón molestaba en medio del patio. Y... yo me pregunto...¿acaso los patios no se hacen alrededor del árbol? Ahora voy a tener que correr el patio ¡! Si seguimos así vamos a tener patio hasta la esquina. Los chicos de hoy no tienen límites.
                       EL SALVADO...NO, DE TRIGO, NO  Esto que le voy a contar me paso a mi...si, a mi...y  porque me mira así, le parece que a mi no me pueden pasar cosas también...si hace mucho ya...yo tenia como veinte años...no, pare, no se burle...bueno, déjeme que le cuente, porque fue de verdad que casi me matan esa vez....si, pero, espere, deje que le cuento...si me sigue interrumpiendo, no le puedo contar...pero, puede esperar, si no me dejo empezar, que si me sigue haciendo así, no cuento nada...bueno, eso espero. Le decía que casi me matan esa vez y todo por culpa de esa  loca...no, no estaba loca. Esa loca es una forma de decir...ta bien, me expresare bien. Yo se que Uds. entienden todo como se les dice y no como uno quiere decir...mire, mejor lo dejamos ahí, y empiezo con el relato. Porque si le tengo que explicar un montón de cosas a un hombre de setenta y cinco años, que no ve la calle hace no se cuanto...si yo tampoco, pero es distinto. Bueno empiezo, sino vamos a estar toda la tarde y no habré contado nada. La había conocido a esa señora....si, estaba casada, pero déjeme contar. Le decía que la había conocido una vez y ahí mismo me enamore...si, estaba casada con un señor grandote, pero a veces pasa que la gente se casa y después se enamora de otro...y, porque esas cosas pasan, vaya uno a saber porque, sigo, ella era muy linda...en sus tiempos también, solo que no se sabia. Resulto ser que yo empecé a ir a su casa....no, a la  casa de ella (estos viejos parecen bobos ) Iba cuando el marido se iba a trabajar. Yo sabia que el tipo era medio malo y que si me encontraba me iba a dar una paliza o algo peor....espere que le cuente bien como fue. Yo iba casi todos los días, mejor dicho, porque el tipo este, o sea el marido trabajaba en el frigorífico....no, ya no esta mas, cerro hace como diez años...si, el mismo. Y bueno, como el tenia el turno noche, yo me quedaba en la esquina esperando, y cuando veía que ya entraba al frigorífico, me mandaba para la casa....si,  por suerte, vivía cerca, y yo desde la esquina veía su casa y su trabajo. Así pasamos las noches amándonos como desesperados con esa mujer...si, claro que me acuerdo de su nombre, pero por respeto no la nombro....si, uno tiene sus principios, vio? Por aquella época, las cosas en el país andaban medio mal, paro acá, paro allá, y justo paro en el frigorífico...si, si, pasamos como una semana sin vernos...claro, el tipo se iba al boliche a chupetear, pero no venia tarde, aparte yo le tenia miedo, era grandote y fiero, se comentaba que tenia un revolver, así que se imagina...eso mismo, y yo que siempre fui mas bien flaquito, el tipo me ponía una mano encima y me enterraba ahí nomás...si, cuando por fin se soluciono el tema del paro, me voy a la esquina, como siempre para esperar que este hombre se fuera a trabajar...no, el me veía a mi, y hasta a veces me saludaba, como un vecino mas....no, yo era mas chico que el....no, no mucho, tal vez unos cinco años menos. La cuestión es que ese DIA me quede esperando, se hizo la noche y el tipo no aparecía. Al rato, salio ella. Iba al almacén, y ahí nomás sin detenerse me dijo a la pasada, que le habían cambiado el turno al marido....justamente, ahora trabajaba todo el día y a la noche se le ocurría estar en la casa. Las cosas se me complicaron, porque si iba durante el día algún vecino me podía ver y contarle del asunto al marido...si, ahí si, se terminaba todo....ja, ja, eso mismo. O sea, no podía nada mas que esperar otro cambio de turno, o, olvidarme de ella...espere, espere, ya voy, ahora viene esa parte. Pasamos otra semana mas así. Yo siempre montando guardia en la esquina. Por suerte, el tipo de trabajo que hacia este hombre se hacia casi siempre de noche, así que a los pocos días volvió a su turno de la  noche....si, me entere de la misma forma, cuando ella iba a hacer algún mandado, ala pasada me decía. Yo estaba mas contento que un pibe en navidad. Se imagina otra vez a retozar con esa diosa sexual...no porque me voy a poner colorado? UD porque no habla de esas cosas. Así que otra vez a las andadas. Pero con tantos días que habían pasado, queríamos recuperar el tiempo perdido. Más de una vez tuve que vestirme a las apuradas, y salir corriendo para que no me encontrara su marido....espere, que ya le cuento. Una vez nos quedamos dormidos o nos olvidamos de poner el despertador. No se que fue lo que paso, pero lo cierto es que me desperté de un sobresalto, ya era la hora que llegaba el hombrazo...no, espere. Agarre la ropa, me vestí como pude, salí corriendo para el fondo, salte el tapial, pase corriendo por la casa del vecino, esquivando al perro, menos mal que estaba atado el condenado...no, así se llamaba, condenado, le decían así porque estaba condenado a estar atado de malo que era...si, raro, pero que se yo...no, ese día no paso nada. Después de esa vez, decidí que nos íbamos a ver noche por medio. De esa manera yo podía dormir. Se imagina que yo iba a mi trabajo ya cansado antes de entrar. Diga que el que era mi jefe no decía nada. A veces, si me atrasaba mucho con las planillas me llamaba la atención. Pero igual tenia que dormir para que no me volviera a  pasar lo de aquella noche. Y así estuvimos como un mes tranquilos, hasta que una noche...si, lo que pasa es que Ud. es muy impaciente. Le decía que hasta que una noche. Lo veo entrar al frigorífico, y me mando para la casa. Cuando nos encontrábamos en lo mejor con esta señora...y, si, los dos desnudos en la cama. Apareció el grandote y nos encontró. Paso que se había declarado un  maldito paro sorpresivo, y el tipo se vino a la casa....no, espere, no ve que estoy vivo!...no, no, yo nunca mate a nadie. Ya le termino de contar. Me agarro así, de la muñeca y de un tirón me saco de la cama, a la mujer le dijo, vestite y anda pa la cocina....si, yo mas que asustado, estaba entregado...que le parece! Bueno fue ahí que saco un cuchillo enorme, que a mi me pareció lo mas grande que había visto, y me lo puso en la garganta...si,  eso mismo, para degollarme. Cuando sentí que los músculos del brazo se tensaban buscando el impulso final, el tipo se largo a llorar, y empezó a aflojar el apretón...nooo, que iba a saber que le pasaba. Si el tenia fama de malo. El tema es que el tipo, sin mirarme siquiera me dijo, vestite, te salvas porque la religión no me permite matar hoy, pero venite mañana, que no te salvas...seguro. Salí de ahí mas que rápido y sin pedir permiso, ni mirar atrás.Bueno esa es mi historia, de porque estoy acá.Y Ud. porque se metió a cura?  
el salvado
Autor: sergio golovchenko  509 Lecturas
                               AnaHay millones de Ana en cualquier parte. Hay miles de Ana María pululando por ahí. Cientos de ellas tienen ojos celestes. Hay solo una Ana de ojos celestes.Él la habría perdido tiempo después incluso antes de tenerla.Por esas épocas en que se cuentan los años sin contarlos porque siempre son pocos, fue cuando la vio por primera vez, apenas una sola vez. Tiempo después la volvería a ver casi indefensa, solitaria, sin apuros. Sin mas que perder y con todo por ganar, se acerco a ella, haciendo referencia a aquel hecho del pasado y efímero encuentro. Fue la sorpresa lo que los acerco, y a partir de ese  momento, casi sin darse cuenta se empezaron a unir, ella dejándose llevar, el con todo el impulso de haber sabido dar el primer golpe. Sus ojos eternamente celestes le daban un toque especial a esa mirada totalmente inocente  y alegre.Un diente levemente torcido, hacia que su sonrisa fuera mas real.  Su cabello casi azul de tan negro, caía en partes iguales a los lados de su     pequeña cara, que al igual que su menuda figura, lo que la hacia resaltar del resto. No era posible que pasara sin ser notada y él sentía cierto orgullo juvenil por tenerla a su lado. Esas cuestiones inexplicables que hacían que lo prefiriera a el y no a otro, le hacían pensar en que era por su franco interés hacia ella misma, o por cierta afinidad ideológica, que los envolvía con gestos, sonrisas, miradas.Parecía una sinfonía tocada solo por maestros que se dejaban envolver y transportar.Su lugar de encuentro nunca pactado, se fue dando, casi casualmente desde la primer mañana que se encontraron así fue como se fue sucediendo día tras día. Era casi un ritual. Algo que de no haberse hecho, el día no habría comenzado. La humanidad dependía de ese encuentro mañanero para poder existir a partir de ese momento mágico que cuando el la veía llegar, era en ese momento cuando el día realmente amanecía.El mundo lo supo durante mucho tiempo, hasta que el mismo hubo de romper el encanto, cosa que mucho tiempo después se arrepentiría varias veces. El mundo en esos tiempo dependía de ellos, de esos encuentros, que se fueron prolongando mas allá de sus propios horarios de estudiantes, para ocupar lugares de horas extras, que hacían con tanto gusto, que ni siquiera se daban cuenta. Lo que en un principio fue una excusa para estudiar, se transformo en una búsqueda de situaciones disimiles. Se inventaron motivos casi imprescindibles para estar juntos, el estudio a veces les servia de pantalla, y cuando esto no era lo real, buscaban alguna razón. Parecía que se pedían permiso para estar juntos.Sus manos pequeñas lo acariciaron una vez por ser primera una mañana fría de invierno. Un gesto disimulado que no hubo helada ni viento frío que pudieran amortiguar ese calor. Tiempo después vería esas mismas manos tan lejos, pero en su misma dirección, que hasta no supo como volver atrás.Los días parecían no tener fin, salvo, aquellos que se imponía el matiz de no encontrarse. Una adolescencia suavemente controlada se les iba colando entre los poros, eran una unidad y el mundo lo sabia. No había, no podía existir otro mundo otro mundo que el de ellos, ese mundo poblado de profesores, estudiantes, ese bar al que casi a diario iban al salir, una casa prestada en la tarde. Los fines de semana en lo que siempre había una muy buena razón para encontrase. Las pocas veces en que no la hubo, un vacío invadía la humanidad, y no existía música posible que pudiera ocupar ese silencio. Todo funcionaba como debía ser, la armonía de las cosas, las flores se abrían en el momento justo, y las hojas caían con una suavidad vergonzosa en las veredas. Todo sabia de su existencia. Al menos, mientras el no cometiera ese imperdonable hecho de falso orgullo, que no tenia asidero en nada, mas cuando ella quiso seguirlo, el no entendió que el centro del universo eran ambos, y no era divisible. Fue así que la empezó a perder, tan lentamente que no quiso darse cuenta. Mientras tanto el mundo que giraba en torno a ellos, el barrio, el secundario, los profesores, todo estaba al alcance de la mano, una especie de comunión, que se daba en ese bar, donde compartían algún café con el profe de química. Eran épocas de cambios sociales e ideológicos, que hacían que las personas se unieran y compartieran vidas, mientras esta  misma se prolongaba mas allá del aula de estudio. Los dos fueron participes de esa alegría compartida y también de la futura desazón de saber que alguno de esos profesores no estaría ya mas junto a ellos.Con el correr de los meses habían formado un pequeño grupo de amigos inseparables conformado por tres parejas, unidos por sus ideologías, o, por sus gustos. Eran ellos dos y exactamente sin saberlo que se habían transformado en lideres de todo el grupo. Esta unión se había mantenido durante dos años, algo casi impensado para su edad donde casi todo resulta efímero, este no fue el caso, al menos hasta esa equivocada mañana en que él sin dar explicaciones y con pretendido orgullo herido transformo ese pequeño universo en una dispersión de sentimientos y soledades. Los vaivenes de su juventud los unían y separaban al mismo tiempo y algo que flotaba en su propio aire los mantenía formando parte de un todo. Solo ellos tenían la llave para abrir la puerta al desencantamiento, y seria precisamente él quien girara la llave, en esa mañana donde el sol invernal amenazaba con querer entibiar el ida. Fue apenas un comentario de ella que pareció tomar forma de flecha que imaginariamente atravesaría su orgullo y lo alejaría de ella, como si hubiera sido una traición.Solo él lo entendió así. No pidió, ni dio explicaciones, en cambio mantuvo un silencio caprichoso. La mañana siguiente no lo encontraría ya en el lugar de siempre, después de tantisimas veces, esta vez él faltaría a la cita, momentos después el mundo vibraría de manera distinta. Silencio y preguntas que iban y venían mientras el en su pretendido orgullo quería imponerse como figura grande, aunque interiormente sabia que su estructura se desmoronaba. Faltaba poco para el fin de año, pero la angustia provocada por el mismo, se le fue extendiendo hasta el nuevo comienzo de clases. Sin pensarlo mucho marzo los volvería a encontrar separados, pero muy cerca, con miradas disimuladas y comentarios comunes. Los días fueron pasando en donde cada uno vivía su propia soledad, y en donde al mismo tiempo los falsos orgullos de el, no hacían mas que mantener una distancia irreal que no había podido saber como hacer para acortarla. Ella tampoco. Los hechos se fueron dando y cada uno fue prosperando en su propia soledad, solos el uno del otro. Hubo en esos tiempos momentos de verse fugazmente, alguna mirada encontrada y a la vez esquivada. Esas miradas que parecen casuales, pero que ambos sabían que no lo eran. Comenzó a jugar mas la propia timidez de el que su orgullo, y fue por eso y por eso fue que no supo como hacer para acercarse.El tiempo y las cosas fueron pasando, después se enteraría de ella a través de algún amigo común, y le decían que estaba acá o allá, tantas veces salió al encuentro sin decirlo y sin admitirlo. Consiguió llegar a cada ciudad donde le decían que la habían visto, pero siempre faltaba algún dato, o porque no una mudanza que no había previsto lo volvía a alejar. Tampoco sabia que le diría, al menos solo quería volver a ver sus ojos y que esos ojos lo vieran a el. Nunca sabría si lo reconocería, ya habían pasado varios años y los dos deberían haber cambiado. Tenia una espina clavada en su pasado y solo juntos tendrían la clave para su alivio. Paso que a veces las direcciones eran fallidas, otras correspondían al nombre pero no a la persona, pero cada una de estas veces, el se ilusionaba que la encontraría, tal vez mas gorda, o con arrugas, pero solo le importaba el encuentro.Por momentos temía desesperadamente no poder encontrarla, pero rápidamente desechaba ese pensamiento. Si él estaba vivo, ella debería estarlo también. No tenia ya contacto con la gente de ese tiempo, pero le hubiera gustado que alguien le diera un dato. En aquel barrio ya las casas y las cosas no eran lo que fueron, el tiempo siguió su curso sin pedir permiso.Fue al lugar de los encuentros, que aun existía igual, sin cambios, era lo único que permanecía. Se sentó y miro a los alrededores, algunas casas no habían cambiado, pero el tren seguía pasando a su espalda atronando el suelo como antes.El otoño se volvía a imponer otra vez como en ese antes cuando empezaban a encontrarse en ese lugar. Paso una sombra a su lado y levanto la vista notando que alguien se sentaba a su lado, o al menos cerca. Por un momento su cuerpo tembló, miro de reojo a la persona que había osado sentarse en ese frío banco de cemento de la estación. La otra persona permanecía en silencio, mirando hacia delante.Finalmente junto coraje, y se decidió a mirar. Vio a una anciana con ojos celestes, y el cabello ya blanco, la cara marcada por arrugas que denotaban que había vivido. La miro un largo rato mientras la mujer se dejaba mirar, manteniendo la mirada firme al frente.Finalmente, en un esfuerzo enorme, trajo el deseo acumulado por años y dijo:- Ana ¿      
Ana
Autor: sergio golovchenko  451 Lecturas
                                  EL BRAPECuenta una vieja  leyenda que anteayer nomás estaba "el brape" en su casa de aca a la vuelta y que desde esa fecha no se ha sabido nada de el. Aca  es necesario hacer un alto, para hacer una referencia al tema de los apodos que se suelen poner a ciertas personas. En algunos se hace referencia a condiciones físicas, en otras  a ciertas condiciones físicas, otras a ciertos hechos de su vida, pero en este caso se juntan ambas cosas. O sea es un apodo compuesto. Lo de "brape" tiene que ver con su larga estadía de tres meses en Brasil, hace ya un tiempo atrás. Fue tan prolongado su paso por ese país debido a que tubo que cumplir ese tiempo en prisión, no se sabe bien porque.  De algo le sirvió esa estadía, ya que allí aprendió a  preparar el café que le haría famoso. Le decían café a la brasilera, secreto que él  guardaba muy bien, y, que consistía en poner dos o tres cucharadas de café instantáneo en una taza a la que agregaba agua bien caliente, y revolvía después. Bien siguiendo con lo del apodo, lo de "pe" hacia alusión a su lustrosa cabeza donde no era puerto de alimaña alguna precisamente. Aclarado el punto de porque le decían "brape"seguiremos adelante.Todo empezó cuando un amigo suyo(del brape, no suyo), toco timbre en su casa para visitarlo y tomar ese delicioso e increíble café que solo el "brape" sabia preparar. El caso que toco timbre una vez, dos veces, espero un rato y nada. Había veces que se formaban grupos de treinta o mas personas para tomar café. "El perla"(debe ser otro de esos apodos) que no-tenia respuesta y que ya lo habían visto varios, se empezaron a tejer todo tipo de cosas, suéteres y esas cosas que tejen las abuelas, pero más que nada se tejieron rumores, de que algo le había pasado "al brape". A la noche de ese día ya una multitud clamaba por la aparición de su amigo. Como no había un punto de reunión para concentrarse, la aclamación se hacia en cualquier lado. Como ser ese que en el banco de siete y cincuenta y cuatro, pedía a los gritos por su amigo, hasta que la seguridad del banco lo ubico cómodamente en un patrullero que casualmente pasaba por ahí, dejándolo graciosamente en el neurosiquiatrico de Romero.Claro esta que este no fue el único caso de histeria colectiva, Hubo varios intentos de suicidio, como el de esa señorita, que se acostó sobre las vías abandonadas que van a Brandsen. Esto motivo que la policía no interviniera, solo se presume que la chica aun esta ahí esperando el paso del tren con su cabeza sobre las vías. Otro intento se concreto en el lago del bosque, donde una persona mayor, se cree que era una señora que se arrojo al lago con un salvavidas pinchado, en un claro intento suicida. Lo que se ignora es si pudo concretar su intento o se arrepintió porque lloviznaba.Hubo si, algunas muertes por esos días, pero se cree que no tuvieron nada que ver con los hechos de esta crónica.Si fue un caos, cuando un grupo de amigos decidió hacer algo para esclarecer la desaparición del amigo, para lo cual fueron a la redacción de los diarios de la ciudad, donde no fueron bien recibidos, incluso en uno de ellos le comentaron que conocían a uno que preparaba un café a la tuerca de modo especial. Esto provoca la ira de algunos partidarios del "brape", Asi quedo planteado un desafío publico para cuando este apareciera.  Pero lejos de desanimarse, habiendo visitado los diarios, decidieron recurrir a la televisión de cable, la codificada, y la de aire, en esta ultima tuvieron problemas porque uno dijo que era de aire comprimido, haciendo alusión al alcance de la señal, palabras que fueron mal interpretadas por la gente del canal, terminando todos con una nota en el catalogo de la comisaria de no se sabe bien cual por razones de jurisdicción y secreto de sumario.Para las horas de la tarde la incertidumbre había diezmado la legión de amigos, incluso hubo alguno que recordando épocas pasadas dijo que no lo conocía, por las dudas, vio.Para esa hora se podia hacer el  recuento siguiendo el orden por cantidad: Tres internados por razones nerviosas, dos presos por lo del canal, un sinnúmero de intentos de suicidio, y uno que no se entero porque estaba de viaje. La desazón y la oscuridad ganaron la ciudad al caer la tarde, aunque a la mañana siguiente volvió la luz con el amanecer. La gente desvariaba, buscaba noticias en radio y televisión como hacen todos lo días ya que para eso compran el diario o miran el noticiero.Un hecho inédito termino  con toda la incertidumbre. Resulto ser que un amigo del "brape", que era a la vez el vecino de al lado, lo vio en la puerta de su casa con gesto de preocupación ya que hacia dos días que nadie venia su casa a tomar café como era costumbre. Cuando el vecino le pregunto que le había pasado y después de que "el brape" pidiera explicaciones sobre día , hora lugar, y estado del tiempo, se llego a la conclusión de que justo ese día y a esa hora, "el brape" había ido a comprar café.  
el brape
Autor: sergio golovchenko  452 Lecturas
Asesinato en el borde de la camaHubo una llamada a la central de policía denunciando un asesinato, y no un presunto asesinato, sino un asesinato real, dando domicilio del hecho, y no más detalles. La llamada era anónima, realizada desde un teléfono público.Para corroborar la noticia, fue enviado un móvil policial al lugar. Al llegar los agentes tocaron varias veces timbre, casi se vuelven al no recibir respuesta. Cuando pidieron instrucciones sobre como actuar, les indicaron que buscaran la forma de ingresar en la vivienda, o preguntaran a los vecinos. Para sorpresa de los agentes nadie había visto ni oído nada, para colmo el hombre de la casa vivía solo desde hacia años, desde que su mujer lo dejo por otra, es decir, por otra forma de vida, Esto lo transformó automáticamente en viudo.Finalmente cuando pudieron ingresar, se encontraron con un gran perro que permaneció inmóvil, ya que era tan viejo, que ni para levantar la cabeza le alcanzo.La casa estaba en orden. Sin cerradura forzada, ni ventanas tampoco. Solo faltaba parte de la cena, esto lo notaron debido a que la mesa estaba servida.Cuando descubrieron el cadáver en el borde de la cama quisieron interrogarlo, pero sin éxito. En ese momento decidieron que lo mejor era llamar a la gente de homicidios.Los primeros en llegar fueron los de limpieza, que al no dejarlos pasar, se quedaron en la vereda, comentando el hecho con unos vecinos, que hasta ese momento no sabían que pasaba. Nunca falta que al ver el patrullero pensó que lo venían a detener por levantar quiniela, cosa que tampoco era cierta, pero de algo había que hablar.Finalmente llegaron todos juntos, el fiscal, la gente de homicidios, los de la morgue, y un delibery de pizza, para la gente de limpieza, que tenían hambre.Hubo que poner orden, ya que todos querían entrar al mismo tiempo, incluso los vecinos. A si fue como el fiscal repartió números para que entraran por orden de llamado. No sirvió de mucho, ya que los de limpieza aludían que ellos habían llegado primero, por lo que hubo que repartir nuevamente los números. Así fue como entraron los de homicidios primero a pesar que tenían el numero ocho.El jefe de los detectives pregunto a los agentes que habían entrado primero, donde restaba el cadáver. El de mas graduación, dijo que lo habían dejado en donde estaba, o sea tirado en el borde de la cama lo cual ya de por si era un desorden. Los tres detectives se amontonaron en la puerta de la habitación, menos uno que le tenía miedo a los muertos, así que se quedo en la cocina mirando con ganas a lo que había quedado de cena.Uno saco fotos varias, incluso una grupal, sonrientes junto al cadáver para tener de recuerdo. El fiscal también participo de la foto, después pregunto al jefe si ya tenía algún sospechoso. Este para no pasar por inepto, dijo que (como en las películas), el asesino era el jardinero. Ante esta afirmación el fiscal lo llevo a la ventana que daba al patio y le hizo notar que en una casa con patio de cemento, donde no había lugar ni pintado de verde, ni maceta alguna, no era posible que hubiera un jardinero, rápido de reflejos el jefe de los detectives, cambio su afirmación por otra presunción, sobre que la otra sospechosa seria la mucama. Acto seguido, el fiscal paso el dedo por sobre un mueble marcando un surco de tierra, donde se podía haber plantado maíz, por lo tanto desecho la idea de la mucama.Las cosas se complican, pensó el investigador, el asesino es una persona hábil, ya que quedaba pendiente el tema de la llamada, a la que nadie había hecho alusión, también estaba la cena sin terminar.Salieron a la vereda para preguntar a los vecinos, y cada uno tenía una versión para dar sobre los hechos. Cuando antes nadie sabia nada, ahora todos querían salir en la tele diciendo que ellos tenían la verdad sobre lo ocurrido sin saber bien que había pasado, hasta que el fiscal les dijo que su vecino había sido asesinado. Un profundo silencio entrecortado se produjo entonces solo matizado por la voz de los periodistas que hacían su reporte.A todo esto los de la limpieza que comían pizza a un costado y que peleaban por la última porción, recibieron una llamada que los hizo tomar conciencia que estaban atrasados, así que de mala gana abandonaron el lugar. Al no tener una respuesta concreta el fiscal y los detectives volvieron al interior de la casa. El cadáver seguía ahí donde lo habían encontrado, inmóvil y en el borde de la cama.En  ese preciso momento llego la señora que cada mes y medio venia  a hacer la limpieza de la casa. Hubo un pequeño forcejeo, aunque por esta vez se permitió el ingreso de la mujer acompañada de un agente. Para esto una de las radios de los primeros agentes que habían llegado al lugar, llamo pidiendo precisiones sobre el operativo al que había sido convocados. El agente recibió como respuesta que esa no era la dirección a la que habían sido enviados. Ante tamaña respuesta y para sorpresa de todos el fiscal decidió que debían ir donde debían.Al escuchar esta novedad la señora que habría de limpiar la casa real mente se enojo.•-         ¡Ah no! ¡Que el señor haga una fiesta con Uds., sus amigos, esta bien, que dejen todo tirado, esta bien, pero a el no me lo van a dejar tirado, que tengo que tender la cama!! - dijo señalando el cadavérico dueño de casa.El fiscal apurado por ir a la otra dirección que prometía ser más interesante, les pidió a los de la morgue que embasaran al occiso.Los de la televisión enterados de la novedad corrían a la otra cuadra, junto con los vecinos, que ya adelantaban comentarios sobre el hecho del que aun no sabían nada.No habiendo nada más por hacer, el fiscal y los policías que quedaban, también corrieron hasta la otra cuadra tratando de ganar un lugar antes que los de la tele.Por ultimo, la mujer se preparo para empezar su tarea domestica. En la cocina  viendo que la mesa estaba puesta, pensó:"¡Hombres! ¡ A este se le ocurre morirse y no fue capaz de levantar la mesa, total hoy venia yo ¡!       
UNA DUDA IMPORTANTESabía que no debía dudar.Y dudo.Como cuando sabe un arquero que va a recibir un tiro penal, y no puede dudar sobre hacia que lado inclinarse.Pero el dudo.No había margen para el error, no le estaba permitido dudar.Sin embargo dudo.Símil automovilista ante una maniobra de emergencia, no hay tiempo para la duda.A pesar de ello su duda estaba allí, plantada, nacida como parte de el, aunque sin querer. Cuando ya no quedan mas alternativas que blanco o negro, no se pueden tener dudas.Igualmente dudo.Casi una vida puede pender de una duda si este es cirujano.Si bien, no era este su caso, el dudaría hasta no tener remedio.No era la duda de Hamlet, sobre su existencia, pero se parecía bastante.No comprendía su propia duda.La moneda ya esta girando en el aire, no hay que dudar, hay que optar por cara o seca.El, no se decidía.Un hombre debe ser capaz de tomar decisiones en los momentos cruciales.El no.Dudaba.Es blanco o negro.No hay matices en esta encrucijada.La boca se le había vuelto pastosa entre tanta duda.El estomago parecía retorcerse de intriga.Los ojos iban de un lado a otro sin parar.Su mano parecía estar dirigiendo una sinfónica con sus movimientos.La duda lo estaba despedazando.Parado frente al quiosco, y sin decidirse por cual de los dos, finalmente compro un alfajor negro y otro blanco.  
PEQUEÑO EPISODIO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIALEn esta trinchera están unos, en aquella, de enfrente, los otros. Los otros son los enemigos. Los malos. A los malos no los queremos.El sargento le dice a un soldado que tire una granada al enemigo. El soldado la arroja.•-         ¿Como va a tirar la granada sin sacarle el seguro, soldado?•-         UD, me dijo que la tire, del seguro, nada, señor sargento-•-         Si no le saca el seguro, no explota, me entiende, soldado•-         Si señor, ya mismo la voy a buscar.Antes que el sargento pudiera decir algo, el soldado ya estaba pidiendo "su" granada.•-         ¡Mas vale que me devolváis "mi" granada ya mismo!Dos segundos después una nube de polvo y pequeñas piedras envolvía al sargento y al maltrecho soldado.•-         ¡Están locos esos de allá, así van a lastimar a alguien!•-         Soldado, mejor se queda en la trinchera y no intente nada más. El sargento dio media vuelta a revisar las demás posiciones. Sabia que había dejado al inexperto soldado en un lugar tranquilo.•-         ¡A ver Uds., los de ahí, que no les tengo miedo, ni ahora que estoy solo!Por fortuna el sargento alcanzo a oír esta última parte, y volvió con un par de hombres hacia esa ubicación. Justo a tiempo, al ver lo indefenso del lugar, el enemigo casi toma por asalto la trinchera.Al ser repelidos pensaron que habían caído en una trampa, por lo que desde la otra orilla se escucho:•-         ¡Eso es deshonesto! Dijo que estaba solo y era mentira, eso es hacer trampa.•-         ¿Ah si? Uds. se quedaron con "mi" granada, malvados.Los gritos se sucedieron, quedando ahogados por algún cañonazo lejano.Finalmente fue el sargento quien puso menos claridad a la conversación.•-         Uds., nos devuelven la granada y nosotros se la tiramos como corresponde. ¿De acuerdo?La respuesta fue otra explosión que levanto tanto polvo y piedras como la anterior.Los ojos eran la única parte visible del sargento que esta vez si se había enojado en serio.     - ¡Y a UD ya le dije que no fume, o por lo menos convide!Había comenzado a oscurecer, la noche era inminente. El sargento tomo una decisión.•-         ¡Eh, Uds., enemigos! Nos tiramos unos tiros más antes que oscurezca, y nos vamos a dormir. ¿Les parece bien?•-         De acuerdo, hasta mañana a las seis.•-         Muy bien. ¿Quien empieza a tirar, Uds. o nosotros?
 ARCO IRISCuando era chico veía el arco iris. Había elido en algún lado que alli donde este terminaba, los gnomos tenían una marmita con monedas de oro.Algún día iría a buscar esa marmita. De chicos su madre no o dejaba ir tan lejos. Al menos, ella le había dicho que ese lugar estaba lejos. Él, no le creía asi. Si veía justo donde terminaba, mas allá de la casa de Don José, apenas un poco mas lejos que la escuela. Pero ya crecería e iría a ese lugar. Y alli estarían los gnomos riendo junto a su tesoro. Él, no pretendía las monedas, tan solo quería ver como era ese lugar.Poco a poco fue creciendo y antes de llegara la terrible edad de la adolescencia hablaba cada vez menos de los gnomos, por temor mas al ridículo que por propia creencia. Interiormente aun creía, sabia, confiaba en que esos pequeños seres aun estaban ahí esperándolo. Obviamente llego el primer amor, al que no hablo nunca de su secreto. Este amor paso, siguieron años de estudio y desilusiones, todos la de ver el arco iris, cuando este aparecía y ese casi irrefrenable deseo de buscar ese lugar en el horizonte, donde el arco tocaba tierra La vida se le fue haciendo dura, la casa de Don José, ya no estaba mas, la escuela, si bien seguía ahí, había cambiado su fisonomía, pero seguía siendo su escuela, esa donde atrás siempre se escondía el mismo arco iris,Llego la hora de encontrar pareja y perder  antepasados. Aunque la lluvia era siempre la misma y a veces cuando sucedía, el arco iris, también. En esas ocasiones oía la voz de su madre desangelandolo, cosa que no pudo lograr y estaba bien asi.Años duros, fríos, desalmados se le fueron sucediendo a su vida, la única recompensa era ver cuando sé podia ese maravilloso efecto de luz y color.Cuando estudiaba, encontró las explicaciones científicas sobre el efecto luminoso, faltaba la parte mística, esa que él buscaba desde que le vio por vez primera y que aun hoy se repetía sol mediante.Junto con su compañera de vida vinieron los hijos, esos que después se irían para volver después.A pesar de todo conservaba su secreto, que no se animo a confesar ni compartir con la persona que amaba. Al llegar los hijos compartió con ellos la fascinación de la maravilla natural, aunque nunca hizo referencia al tema de la marmita y los gnomos.Muchas veces se sintió tentado de hablar del tema, pero no quiso poner mas fantasías en la mente de los pequeños.Casi sin darse cuenta esos pequeños, dejaron de serlo, el se volvió más grande, miraba a su eterna compañera en silencio, guardando su secreto. Cuando los hijos se fueron, y se quedaron por un tiempo solos, cada vez que llovía él esperaba ese efecto que no siempre se daba. Su mujer lo miraba complaciente sin preguntar, sin imaginar nada mas que una ternura que había venido con los años.Finalmente los hijos volvieron, la casa se transformo nuevamente, estaban grandes, los miraba y se sentía orgulloso, la niña se había transformado enana hermosa mujer que portaba una panza redonda donde latía una nueva vida.Su compañera apenas llego a ver cuando el varón, que ahora era un hombre de cara angulosa, alto y fornido, ya convertido en profesional, y también acompañado, volvió a la casa.El nieto lo encontró solo, ya, sin su eterna compañera que no pudo esperar a verlo. Él lo sintió mucho, y en ese momento, sintió también no haber compartido su secreto. Fue cuando decidió que seria el pequeño el seria el heredero de esa magia conservada durante tantos años.Tantas cosas habían cambiado. Sus hijos lo trataban tan bien que  a veces se sentía casi inútil, claro que le dejaban, por suerte, estar todo el tiempo con el pequeño, ese que se había aventurado a caminar antes de tiempo. Casi no se dio cuenta que su nieto era ya un niño que le entendía todo y que lo escuchaba con atención, como escucha cualquier nieto las historias de su abuelo.Finalmente sucedió que un día habría de llover y saldría el arco iris, en ese momento y como en un ritual que les pertenecía solo a ellos dos, le contó la historia de la marmita con las monedas de oro. Esa que algún día había dicho que iria a buscar.Fue asi que el abuelo tomo la mano de su nieto, y le dijo que era la hora de ir en su búsqueda.El niño vio alejarse a su abuelo tan feliz que no se despidió, ni dijo nada.Paso largo rato, hasta que la madre del pequeño pregunto por el Abuelo, a lo que el niño no supo bien que decir, solo que el abuelo había ido a buscar un sueño. Cosas de chicos penso la madre. Después de bastante tiempo, el abuelo apareció sonriente, busco a su nieto, y una vez solos, le puso en la mano una reluciente moneda de oro.  
arco iris
Autor: sergio golovchenko  494 Lecturas
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•·       Carta a JuanitaHola Juanita                     Pensaras que te escribo cuando ya es tarde para decir que es tarde para escribir. Pero sabes que aun me mantengo fiel a mi costumbre de llegar siempre tarde a todos los acontecimientos, esta vez también. Solo tuve que llegar antes a los hechos que me llevaron a alejarme de esas tierras, a estas otras donde se habla nuestro propio idioma, pero que a su vez, no saben de nosotros y menos de nosotros dos.Juanita, mi amor, me acuerdo cuantas cosas hicimos juntos, cuando estábamos juntos y cuanto más quedo por hacer. Cosas que ya no haremos  juntos ni siquiera solos, porque el mundo nos quedo afuera de la ventana. En esa época teníamos la desesperación apasionada de querer hacer cosas que no sabíamos hacer. Seguro, éramos jóvenes y todo nos parecía al alcance de nuestros dedos. Con una sonrisa evoco la tuya y ese grito de guerra mostrando tus dientes blancos y el amor que nos unía  más allá de las tormentas. Como ese día que nos envolvió la lluvia en la nueve de julio. Se que te acordas cuando tu cuerpo temblante se acerco al mío buscando calor que yo tampoco tenia por estar tan mojado como vos, pero eso no importaba... Todo lo podíamos, éramos invencibles. Nuestro amor todo lo podía. O cuando grite con mas miedo del que me cabía en el cuerpo, vos me miraste y sonreíste. Seguro te acordas. Nuestro amor por todo lo que hacíamos y por nosotros mismos era lo más importante. Fue el peor invierno que pasamos juntos. Mis recuerdos no alcanzan a saber si era frió o llovía en realidad, o de que color era el cielo en ese tiempo. A pesar de todo solo quería quedarme, estar allí con vos aunque no pudiera. Te reías, calma, entera, mientras yo temblaba como una hoja. Me decías que el centro era tu lugar, cual si no, y yo, que ya casi ni me acuerdo como era. Algo que no olvidare, fue la primera vez que hicimos el amor. ¿Vos también te acordas?  Tu cuerpecito delgado parecía flotar entre sabanas, y yo impotente ante tanta incertidumbre sobre tu vida y la mía. Afuera algunos árboles desnudos que no vi., adentro la desnudes iba por otros lugares. No se si alguna vez tuve conciencia si hubo invierno adentro o afuera, ya que en mi solo éramos  vos  y yo. La puerta era un símbolo que nos imponía  el límite entre la luz y la oscuridad. La vida y la muerte detrás de una puerta, el decir de unos y otros solo marcaban un tiempo sin medidas, espacios, parámetros. Quien puede asegurarme que pueda ser feliz nuevamente. Te confieso hoy sin vergüenza que para mi también fue la primera vez, aunque vos te hayas dado cuenta. Ahora me pregunto porque he dejado pasar tanto tiempo para escribirte, pero también se la respuesta, solo que no quiero escucharla. Yo te había pedido que te vinieras conmigo, más que nunca después de aquel día de la marcha. Fue ese día en que yo te cubrí con mi campera nueva, esa que después quemaste con un cigarrillo y que a mi no me importo como vos pensabas. Te entro toda la culpa, mientras yo trataba de decirte que no importaba, ahora tampoco. Sabes que ahora tengo un poquito de panza, y si los años me han traído panza y un poco menos de pelo, pero igual aun podría pasar tus dedos por mi cabellera como antes. ¿Me seguirías viendo lindo con mi pancita?  Se que han pasado algunos años desde que nos diéramos el penúltimo beso y que dijéramos que nos volveríamos a ver pronto. Cuando momentáneamente me dejaste, no hubo sino soledad compartida ya que cada uno se quedo solo de vos. Vivimos juntos la misma pasión, pero no los mismos dolores. Podría recordar cada gesto, cada expresión, cada mirada tuya, pero no puedo recordar como era el mundo en esos días. Afuera el estruendo de la vida cotidiana, adentro no había otro sonido que tu respiración, y era eso solo lo que importaba, el afuera era algo ajeno y el adentro por momentos también. Todo se vuelve monocromo. A veces sufro. A veces quiero reír. Adentro, los silencios son interrumpidos, solo por mis pensamientos, la espera no tiene tiempo. Ningún reloj puede medir las sensaciones. Allá afuera, tan lejos parece todo desde la ventana, la gente va y viene sin saber de nosotros. Hay una miscelánea de imágenes y sensaciones que solo a mi me pertenecen y que egoístamente no puedo compartir. Se me ocurre pensar ahora, que hubiera sido nuestra vida acá junta. ¿Qué fue de los demás?  Me han dicho que han sido, que fueron, que son muchos, tantos, tantos...Y sin embargo, yo, egoístamente solo pienso en vos. Se que aun estas ahí, que no te deja salir ningún recuerdo, que tu misterio y tu silencio es un grito que solo yo escucho.Juanita, te escribo desde acá lejos, mientras miro este mar que no tiene nada de vos, o al menos así lo quiero creer. Mi peor problema es estar acá, vivo, o, casi,  donde cada día tiene tu cara de entonces. Solo yo he envejecido, vos tal vez tuviste la extraña suerte de quedarte en el tiempo y permanecer mientras  yo he pasado todos estos años evocándote, esperando una señal, un mensaje. No sabes, ni quieras, lo que es vivir así, los recuerdos,  la nostalgia, la culpa de no saber porque, me atormenta cada día, tal vez porque vos te has librado de todo ello.Juanita, que hubiera sido mejor me pregunto hoy, si contemplar el mar o pertenecer a el.Se que hoy escribo esta carta que nunca he de enviar, con un destinatario verdadero, pero con un remitente que no se anima a aparecer. A pesar del tiempo, tal vez y por eso mismo te escribo esta carta, esta ultima carta como un consuelo de tonto. Lo que ya fue no nos pertenece, y lo que puede venir, no sabemos si tomarlo juntos. Adiós Juanita.Siempre te quiere Jorge.              
carta a Juanita
Autor: sergio golovchenko  486 Lecturas
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 El vendedor   Como todos los sábados a la mañana, las ferreterías rebosaban de gente ávida de hacer las cosas de su casa, todos al mismo tiempo e incluso la gran mayoría sin saber hacer, ni tener oficio para hacerlas.La  ferretería de acá a la vuelta, no escapaba a las generales de la ley. Los tres empleados y el dueño casi no daban abasto para atender al numeroso publico que ansioso esperaba ser atendido y porque no asesorado.Y para bien asesorar estaba el vendedor estrella llamado Ernesto Campos. Este era muy atento, pero también inflexible con los clientes, en el sentido de que él pretendía que debían llevar justo lo que necesitaban y no otra cosa. -•-         -25, 26, 27 - casi sentencio la voz de Ernesto•-         -Yo, yo tengo el 25 - dijo alguien surgiendo de entre la masa de gente•-         -Ya, llame al 27, señor - replico el vendedor.0•-         -¡ Si, pero yo tengo el 25, y aun no me atendieron ¡ - casi suplico el cliente¡•-         -Bueno, señor, hay que estar atento, en que puedo ayudarle?•-         -Mire, yo estaba buscando una cortina de baño...•-         -Ud, se refiere a una cortina PARA el baño, no de baño, es así? - Corrigió el vendedor estrella.•-         -Bueno, si, eso quiero una cortina para el baño.•-         -Bien, ahora si, dígame que color quiere la cortina, porque debería hacer juego con las piezas del baño, o al menos con los cerámicos, no es cuestión de llevar cualquier cosa.- y acto seguido pregunto sin dar tiempo a la primer respuesta.•-         -¿Por qué quiere cambiar la cortina? se rompió la que tiene, o no tiene ninguna? •-              El cliente entre sorprendido y alterado respondió•-         -Ehhh, si tengo, pero la quiero cambiar porque esta vieja y un poco manchada.•-         -Bien, pero no me dijo que color la quería.- dijo el vendedor en una actitud de dominio de la situación•-          Mientras que el cliente estaba casi amilanado•-         -Bueno... las piezas del baño son blancas y los cerámicos también, yo había visto una que me gusto... - dijo el cliente señalando hacia algún lugar del local.•-         -¡¡ Todo blanco ¡! Que monótono ¡- exclamo casi en voz alta el vendedor, provocando que las miradas apuntaran al desprevenido cliente.•-          Este se empezó a sentir incomodo por la situación, pero de todos modos siguió adelante.•-         -Bueno, pero no es cuestión de poner cualquier color, se debe mantener una coherencia, yo no le puedo vender cualquier cosa, a todo esto sabe la medida?•-         -Pero, no son todas standard?•-         -Si, señor, pero como se yo que su baño es tamaño standard, si yo le vendo algo que después no le va, Ud va a venir a cambiar y va a decir que yo le vendí  cualquier cosa, me entiende.- dijo esto sin esperar respuesta.•-           Los demás clientes asentían con la cabeza como dando la razón al vendedor. El cliente que ya a esta altura se sentía culpable por el solo hecho de querer cambiar la cortina de su baño, dijo:•-         -Mire, yo lo único que quiero es llevar esa cortina de baño, para el baño, esa que esta allí, y nada más. Fue como si un detonante estallara en la personalidad del vendedor •-         -Ud pretende arruinar mi reputación, para después decir que no asesore como corresponde y le vendí una cortina que no hace juego con su baño, no Sr., no es cuestión de comprar cualquier cosa porque sí. El resto de la gente casi aplaudía al vendedor. El atribulado cliente finalmente y viendo el cariz que tomaba la situación, opto por una retirada elegante•-         -Bueno, me voy a fijar bien en mi baño y después vuelvo.•-         -28 - dijo el vendedor.•-         -Yo llame al 31 - dijo uno de sus compañeros.•-         -Tengo que seguir el orden, 29, 30, 31, 32 . Insistió Ernesto.•-         -Acá, yo, el 32 - mientras se veía una mano alzada desesperadamente entre la muchedumbre•-         -Estaba buscando un destornillador - dijo mientras se abría paso.•-         - ¿De que tipo? - dijo fríamente•-         - Uno de esos comunes - aclaro el hombre.•-         - Dígame que uso le va a dar, Sr., no le puedo vender cualquier cosa.•-         - Un destornillador común y corriente, solo eso- aclaro nuevamente el cliente.•-         - A ver si nos entendemos, Ud. quiere uno nacional o importado, punta reforzada, mango anatómico, corto o largo, para fuerza o precisión, plano o phillips? - casi parecía un interrogatorio•-         - Bueno vea, yo solo quiero un destornillador para poner tornillos comunes.•-         -Sí, señor, pero para tornillos de chapa, madera u otra superficie.•-         - Bueno, la verdad es que no sabia que había tantas diferencias, deme uno cualquiera.- pidió el hombre queriendo terminar de una vez la compre e irse de una vez.•-         -No. , No señor, si Ud. lo lleva y no le sirve, lo va a querer cambiar después de haberlo usado.•-         - Mire yo solo quiero un destornillador común y listo, es tan difícil eso? - Dijo el hombre ya ofuscado.•-         - De ninguna manera, 34, 35 - siguió el vendedor como si no hubiera escuchado nada.•-         -36 ¡•-         - Yo acá ¡ - mostró una señora él numero correspondiente al llamado.•-         El hombre del destornillador se volvió hacia la señora con el rostro rojo y la mirada iracunda, y en un tono no muy amable le dijo:•-         - Señora, aun no me terminaron de atender a mí ¡•-         - Ah, no sé, señor. Llamaron mi numero. - Dijo la señora sin miralo y abriéndose un hueco entre la gente y se acomodo en el mostrador, al tiempo que entregaba el numero al vendedor.•-         - UN MOMENTO, ME ESTABA ATENDIENDO A MI ¡!!! - dijo sin saber si mirar a la mujer o al vendedor•-          Desde atrás se escucho una voz gutural que se podía haber deducido que era de un hombre que pretendía defender a la mujer.•-         - Si yo escuche que llamaron a la señora!! - Dijo tomando partido aunque sin saber bien porque.•-         - Ud. que se mete, si me estaba atendiendo a mi!! - dijo el hombre del destornillador•-         La señora que había conseguido un apoyo en el mostrador no se quedo atrás.•-         - Me llamo a mi ahora!! - Dijo mientras se terminaba de acomodar.- Yo quería un mantel. Dijo sin parar ni esperar respuesta de nadie.•-         - No me voy a ir sin mi destornillador - se cuadro el hombre dejado de lado.•-         - Pero déjate de joder y dejale el lugar a otro - dijo como amenaza el hombre que defendía a la mujer del mantel.•-         - A quien le decis ¿ - las cosas empezaban a desbordarse •-         La mujer como si nada pasara volvió a insistir con su pedido, tal vez porque veía que las cosas se estaban poniendo algo tumultuosas.•-         A todo esto los tres vendedores, en realidad los otros dos que no estaban involucrados, se separaron hacia atrás del mostrador, en cambio Ernesto seguía como si nada.•-         Un señor bajito que hasta ahora no había intervenido, no tuvo mejor idea que aportar su voz al ya caldeado ambiente.•-         - A ver si terminan de una vez, que quiero hacer mi compra, que mi señora me espera en cas...•-         No llego a terminar la frase, puesto que algo así como una mano paso rozando su cara en dirección al defensor de la mujer del mantel.•-          Una señora que estaba con su perrito en brazos, se hizo atrás mas en defensa de su perro que otra cosa, este a su vez asustado intento morder a la persona que tenia mas cerca, a la que la señora vio como un acto de agresión hacia su mascota•-         - ¡ Que le hace a mi perrito ¡¡ - dijo indignada.•-         - Pero señora, si fue él, el que me quiso morder.•-         - No sea atrevido, quiere, que mi perro no le haría nada si Ud. no lo molesta.•-         A todo esto se sucedían empujones y amenazas entre el resto de los concurrentes.•-         Los empleados optaron por retirarse definitivamente del mostrador, salvo como es de suponer, el vendedor estrella seguía en su puesto como si nada, y llamo a otro numero.•-         - 37, 38.•-         -Me toca a mi - dijo alguien que pretendía surgir de entre la incontrolable masa de gente.•-         Alguien arrebato el numero de la mano que se alzaba, y esto fue el acabose. Todo se transformo en una batalla generalizada, donde empezaron a volar objetos varios. También se veían por el aire objetos personales y alguno aseguraría después que hasta el perrito de la señora fue lanzado al aire. •-         Fue desde afuera y cuando la gresca era generalizada alguien grito: •-         - Viene  la policía ¡!! •-         Era cierto, por la calle se veía avanzar a la división halcón, y algunos chimangos también, junto a ellos se veía agrupados a la división perros, a la policía montada, y más atrás los carros hidrates, y un numero no determinado de infantería con sus escudos cascos y garrotes.•-         De la ferretería algunos salieron disparados en direcciones varias, otros pararon de pelear y parecían escolares de primer grado. •-         La formación policial avanzaba de todas formas con decisión. Poco a poco la ferretería se fue volviendo un lugar vacío y desértico, casi triste.•-         Los policiales, sin romper la formación continuaron su paso seguro hacia la plaza de acá a la vuelta, rumbo al acto patriótico que se desarrollaría en esa mañana.•-         En la ahora desolada ferretería el vendedor estrella dijo a sus compañeros•-         -Sería mejor cerrar, los feriados nunca viene nadie. 
el vendedor
Autor: sergio golovchenko  447 Lecturas
                      MINUTOS FINALESFaltaban apenas dos minutos para el final del partido. Corner a favor. Tal vez la ultima oportunidad de llegar a ese gol único agónico y victorioso. Jorge Sebastián Benítez, ya se encaminaba hacia la esquina donde se encontraba la banderilla. Se pararía justo ahí. Acomodaría la pelota en ese cuarto de círculo, mientras el juez de línea, observaba que lo hiciera en el lugar correcto. Mientras caminaba, miro la tribuna, a la hinchada que enloquecía a gritos con su propio nombre en la garganta. Más bien le decían por su apodo como a tantos otros: CHIQUIIII, CHIQUIIIII. La masa de gente que se agolpaba en ese sector de la tarde parecía no tener otra cosa que hacer que gritar su nombre.Jorge "chiqui" Sebastián Benítez, ya tomaba la pelota con ambas manos, la miraba como hablándole, antes de dejarla en la línea marcada. Así agachado, miro hacia el arco, donde un montón de figuras de distintos colores se movían, se pechaban, agarraban, se miraban inquietos. Todos esperando el vuelo de la pelota, Unos para impulsarla hacia el arco, otros con la idea de alejarla lo mas posible, ahuyentando así el peligro, y mantener el tanteador en cero. "El chiqui" acomodo la pelota y lentamente se irguió. Dio vueltas de espaldas y camino lentamente en dirección contraria a la pelota. Pensaba en esa pieza preciosa que debería impulsar en un vuelo directo tratando de encontrar la cabeza de algún compañero. Por un momento pensó en el gol olímpico, símbolo de absoluta gloria. Aunque también sabía que eso seria lo más difícil. Pero no, no quería correr riesgos innecesarios en ese partido. Era preferible un centro donde otro compañero se llevara la gloria del gol. No era momento apara heroísmos. Estaba en posición. Una corta carrera y la pelota saldría disparada al encuentro de su cabeceador. Volvió a mirar el área, allí, donde todos lo miraban a él. Donde algunos le hacían gestos con las manos, gestos con la cara. La tribuna no paraba de corear su "chiquiiii, chiquiiiii", o el nombre del equipo. Ya vendría la señal del juez diciéndole que todo estaba en orden para recibir ese pájaro redondo que el enseñaría a volar. La tarde se había vuelto silenciosa de golpe, o sea que el ya no escuchaba nada. Después de ese centro ya no habría tiempo para nada más, el lo sabía, sus compañeros lo sabían.La hinchada lo sabía. Por eso ese preciso y precioso momento, era tal vez el más importante de ese partido.Su corazón decidió latir con más rapidez, acelerando el máximo permitido la velocidad en sus venas. Sus sentidos estaban en alerta máxima. El también, ya que de alguna manera  volaría con la pelota para darle esa dirección justa. Por un segundo, bajó la vista mirando su objetivo. Ésta seguía ahí, tal cual la había ubicado, esperando la caricia de su pie, el que le daría el toque justo con el efecto deseado.Dentro del área, se sucedían las corridas, los apretujones, los manotazos disimulados, los agarrones de camiseta, sin que el árbitro llegara a notar, o tal vez se hacia lek el que no veía. Todos lo miraban a él, se notaba, él lo notaba. El estadio lo miraba a él. Nunca pensó que un minuto fuera tan largo. Parecia que el tiempo que estaba allí, solo, en esa esquina, hubieran sido horas. Miraba al juez por última vez. Después vería a esa masa de colores que se agitaba. Unos con un color único, que pretendían defender, otros como él con dos colores, con sus dos colores, que buscaban el grito triunfal. Una corta carrera, el contacto del botín con el esférico y a esperar que éste cayera en el lugar preciso. Y estaba todo listo. El juez de línea había dado su visto bueno con una señal imperceptible. Una ultima mirada de control, el silbato a la boca, y el gesto hacia Jorge "chiqui" Sebastián Benítez, para que de una vez hiciera su remate.Los músculos tensos, la mirada atenta, las manos eran un puño, las mandíbulas  apretadas.Todo estaba en su lugar.La tarde había interrumpido su pasar.Hasta que un grito resonó en todo el estadio, atravesando tribunas posiciones y colores:•-          Jorgito a tomar la leche ¡!!El estadio de golpe recupero el silencio, transformándose en lo más parecido al patio. Las tribunas antes bulliciosamente pobladas se transformaron en aquellas platas que debían ser cuidadas de los pelotazos. La intensidad de los colores se fue trocando casi sin querer en un monótono color de pared lavada. El lejano y ansiado arco se volvió como en un sueño en algo ilusorio. Fue como si una niebla despiadada invadiera en un estallido lo que había sido unos segundos antes una fantástica tarde de emociones.Ante tanta desolación solo quedo la certeza de que las madres no entienden nada de fútbol.                                                                                                                                        Sergio Golovchenko.      
minutos finales
Autor: sergio golovchenko  460 Lecturas
DISCUCICIONMe senté frente mío y me dije con aire displicente, como para no darme importancia:•-         podría ir a la cancha - lo dije con bastante resolución.A lo que inmediatamente me conteste sin mirarme.- yo lo que haría, es ir a la cancha.Procure hacer oídos sordos a lo que estaba diciéndome y mantuve el tono neutro.•-         lo que  haría yo, sin más vueltas, es ir a la cancha.Sabía que si perdía  la impostura iba a demostrarme debilidad. Así que sin darme importancia me respondí:•-         cual es el problema de ir a la cancha? Me pregunte, como para darle mayor fuerza a mi postura, y me respondí:•-         y por que no ir a la cancha ¿Me hice la pregunta con doble sentido, se no solo afirmar mi posición, sino de ver con que argumento podría encontarme a miPensé un momento antes de responderme. No quería perder la calma•-         lo que yo quiero saber es cual es el inconveniente de ir a la cancha?Sabía que debía seguir con la mirada perdida, casi sin dedicarme un segundo de interés.•-         Ja ¡ ya sabia, que no tengo argumentos para responderme ¡Me dije con un aire triunfalistaEso casi me hace salir de las casillas, pero sabía que debía mantener la calma•-         ni siquiera se que contestarme ¡ j ajaMi risa fue totalmente irónica, ya que sabía que eso iba a molestarmeFinalmente en un aire ganador, me mire y me dije:•-         al final me voy a la cancha y chau, no te pido ni permisoEspere a ver que me contestaba•-         lo que voy a hacer es ir a la cancha ¡Y ahora si me mire con aire desafiante, dispuesto a defender mi posición a ultranza- bueno eso es lo que pienso, ya que no hay nada mas de que hablarme ¡Me dije y me levante dejándome con la palabra en mi boca•-         veo que conmigo no puedo hablar, si nunca me escucho lo que digoDecía esto mientras me seguía desde atrás,  mirándome fijamente Ahí fue cuando me di vuelta violentamente y me encare mirándome con fiereza a los ojos•-         voy a la cancha y chau, y no me importa lo que me diga ¡Espere a ver que me contestaba•-         bueno si eso es lo que pienso, ya veo que no tengo mas nada de que hablarme. Y dicho esto me volví a dar vuelta como para ir a la puerta, pero me detuve a mi mismo, como si me tomara de un hombro y me obligue a contestarme•-         creo que no puedo dejarme así, con la palabra en mi boca e irme así nomás, noooo, estoy equivocado, creo que me merezco respeto a mi mismo, no me parece?•-         Y desde cuando me estoy faltando el respeto, si solo dije de ir a la cancha ¿Casi me hice lagrimear, mi mirada era por demás elocuente•-         todo por un partido...- me dije - años de buena convivencia, me conozco  desde que nací, y ahora me vengo con esto, no, no es posible•-         realmente no me entiendo, tanto lío por ir a la cancha, ni que fuera a trabajar!!!•-         No, no es por irme a la cancha, sino por no haberme consultado•-         La cosa viene para largo me dije tratando de no herirme. Pero sabiendo de ante mano que ya no habría marcha atrás•-         Hace com0 veinte años que no voy a la cancha, cual es el problema - me insistíDude un instante, sabia que ya no tenía más argumentos ni a favor ni en contra•-         si no voy hoy a la cancha que estoy decidido, no se si en otro momento voy a tener ganas de ir. Ya se que hoy no es un partido importante, ni nada parecido, pero las ganas las tengo hoy, mañana , no seEste era mi argumento imbatible e irrebatible•-         me entiendo totalmente, me creoMe dije condescendiente•-         y entonces que es ¿Dije en un acto final - me acabo de fijar en el diario........ y el partido es el jueves.
discucicion
Autor: sergio golovchenko  474 Lecturas
SOLyEDADSe habían ido todos, y sin embargo aun estaban ahí.Estaba solo en medio de aquellas personas que conocía tan bien.Los escuchaba hablar y reír, pero no con el, ni de el. Eran risas y voces ajenas.Se sentía como transparente.Parecía no estar allí. Nadie lo miraba. Por momentos quería  compartir la risa, pero no sabia de que ni porque.Ni siquiera la perra negra parecía notarlo. El la miraba de reojo. Ella seguía haciéndose la dormida, como si nada.Lentamente las cosas se habían ido diluyendo. Se fue acostumbrando a no estar.Hasta que ya no estaba más.Igual seguía ocupando la misma silla de siempre, el mismo lugar en la mesa.Ahora lo habían trasladado a la piecita del fondo.Total. Los chicos necesitan más lugar.Ya ni iba más a la plaza de acá a la vuelta. Para que? Si ya casi no quedaba nadie con quien hablar. La última vez que salio casi se pierde. Recordaba que cuando se mudaron aun no estaba la plaza acá a la vuelta, solo estaba la carnicería. Ahora ya no estaba más. La ultima vez que salio y que casi se pierde, la busco,  pero no la encontró. Desde esa vez ya no lo dejaban salir. Habían cambiado las cosas acá a la vuelta, vaya. Mas desde que su amigo lo dejo para irse a otras tierras hace un tiempo.Que lejos queda la piecita .Tal vez un día de estos me quede halla y no venga nada a ver a los chicos.Eso pensó un día, después  que los más chicos le dieran un pelotazo. Obvio,  sin querer, pero como se reían esos mocosos.Capaz que hoy venga el mas grande, me lleve con el auto a dar una vuelta.Por momentos se le olvidaban los nombres y parentescos. De todas maneras no tenía importancia. A nadie le importaba.Ya bien entrada la primavera, se estaba mejor en el patio tomando sol.Miraba la casa. Por un momento se le hizo la imagen de cuando la empezó a construir. Cuanto hacia ya, cuarenta o cincuenta.Si estuviera esa señora por ahí para preguntarle, pero hace que no la veo.No se acordaba si había enviudado antes  o después de separarse o si había sido al revés. Ni siquiera se acordaba ya de su nombre. Si se acordaba de su cara de quinceañera, con el pelo recogido siempre. Una de las chicas que pasaba en ese momento se le parecía bastante, solo que esta llevaba el cabello sueltoLe quise preguntar a ella el nombre, pero parece que la chica estaba apurada, cuando abrí la boca para hablarle, ya no estaba más, estoy solo otra vez.Le venia otra vez la imagen de la casa. La fue haciendo de a poco, claro que lo ayudaba el gordo que vivía al lado. Hace tanto que no veo al gordo, ni siquiera lo escucho toser.En la piecita del fondo no había televisión, pero ya no le importaba,  ya no la veía bien. Solo la escuchaba. Era mejor la radio, como cuando era chico. L a hora de la leche y escuchar el radioteatro. Como era que se llamaba? La imagen de la mudanza, cuando se instalaron en la casa. En esa época estaba el mayor solo. Después vinieron las dos nenas, o el varón había sido el tercero? Ahora cuando venga le pregunto, recien me pareció escucharlo. Será que volvió de España?Doce años tenía cuando empezó la segunda guerra mundial y tuvo miedo de que su padre fuera a la batalla. Pero su padre siguió trabajando en la carpintería, como siempre.Lo malo es que los chicos están tan ocupados que.... le voy a decir al mayor de ir a dar una vuelta en el auto.El año pasado lo habían llevado hasta el rió a pasar la tarde. Para el fue hace poco.Mientras miraba sin mirar, se acordó de cuando plantaron el ciruelo y de la primera vez que dio frutos.Que golpe se dio la nena cuando estaba aprendiendo a andar en bici, era la más grande o la más chica? Ya no se acordaba.Se esta poniendo fresco, quiero que vengan a ayudarme a levantar para irme a la pieza. Creo que ya los llame pero no me oyen. Tengo frió. Ah, ahí viene. No se porque me dice abuelo.A la mañana siguiente se despertó lucido y con fuerza. Se levanto solo y sin ayuda. Y sin ayuda se vistió. Tomaría después el te. Quería ir hasta la puerta a ver si estaban los muchachos. Y, si. Ahí estaba el  Adolfo, José, Jorge. Teresita te dejaron venir!  Más allá estaba  Victorio, Luis, Carmen, su primera novia, y otros más. Pero se vinieron todos! Si. Si ya voy, les aviso a los chicos y voy. O mejor no, no los despierto. Era temprano ese domingo. Para cuando vuelva seguro que ya se habrán levantado. Bueno, para donde vamos?La casi multitud, dio la vuelta la esquina en medio de silenciosos gritos y risas sin que nadie lo notara. Y allá fueron. Al lugar donde se encuentran los recuerdos. 
solyedad
Autor: sergio golovchenko  455 Lecturas
EL EDIFICIOEl primer edificio que hubo acá a la vuelta, en realidad fue el segundo.Paso que cuando hicieron el primero, se equivocaron de terreno, debían haberlo levantado justo enfrente de donde lo hicieron.Para no demolerlo, lo que hicieron fue desmantelarlo piso por piso. Lo volvieron a montar en el lote que correspondía. Fue así como la terraza quedo en planta baja y el primer piso era el mas alto. Esto ocasiono algunos problemas. Había gente que quería colgar ropa en la terraza, que en realidad era el primero o mejor dicho el palier de entrada. Ante la negativa de los dos departamentos del primero, sus habitantes pasaron a ser los dos mas odiados del consorcio. Por lo general en la terraza están los motores de los ascensores, o, de la bomba de agua, en este también. Solo que al tener los motores abajo, en lugar de arriba, los ascensores andaban al revés, lo mismo pasaba con la bomba de agua. Con los ascensores el problema no era tan grave, ya que al revés, pero cumplían su recorrido. Con la bomba de agua no había caso. Esto motivo que la gente de los pisos superiores, o sea los inferiores, desarrollaran la imaginación y crearon un sistema de valdes y poleas para subir el agua. Con el gas no hubo problemas, ya que la empresa se negó a instalarlo.Las escaleras habían quedado solo para bajar. Felicidad para el portero, ya que siempre limpiaba en bajada.Un DIA durante un breve apagón, la gente se quedo a pasar un rato en la terraza, hasta que volvió la energía. Mirándolo por el lado bueno este encuentro fomento la relación entre la gente del edificio. A si fue, que se formaron parejas memorables. Se formo una pareja para jugar al truco y hasta fueron finalistas en algún campeonato.Habitaba gente de toda estirpe y ralea en este edificio, incluso había uno que estuvo detenido por matar el tiempo, pero después de tres horas en la comisaría, lo dejaron salir en libertad, gracias a que tenía un buen abogado.En el quinto se había instalado un odontólogo, que tubo como pacientes a algunos de sus vecinos. Al parecer no era muy bueno en lo suyo, ya que a una señora se le formo una carie en la prótesis. Al lado del profesional, vivía una que era la hermana de un amigo del novio de la hija del octavo "B".Cuando instalaron los teléfonos, fue otro problema, ya que los operarios tenían todo preparado para dejar el tendal de cables arriba, pero como la terraza estaba abajo, no tuvieron más remedio que hacer lo suyo ahí. Que por otro lado era lo que correspondía. Con la T. V. Por cable, paso otro tanto. Así que cuando uno llegaba  al edificio y pretendía entrar, debía sortear cables, sogas de ropa, alguien que pretendía tomar sol, para llegar hasta  la pequeña puerta de acceso, que como era de terraza siempre alguien dejaba abierta.En el cuarto "A" vivía un señor que tenia la increíble suerte de que siempre le hacían descuentos en los lugares de entrada libre.Hubo una vez un intento de suicidio. Una persona que vivía en el séptimo, se tiro de la terraza a la vereda. Pero los dieciocho centímetros de altura del escalón, no alcanzaron para su cometido. Después casi se mata al enredarse los pies en la manguera del portero que en ese momento estaba lavando la vereda. Esto fue antes de que este se quejara, porque la toma de agua estaba en el hall de acceso, para lo cual debía usar como cien metros de manguera para llegar a la vereda. Después subir, cerrar la canilla, y enrollar la manguera. Del consorcio, le dieron como respuesta que pidiera al vecino de al lado para conectar la manguera, ya que el vivía en una casa de planta baja solamente. Esto tampoco tubo buen fin, puesto que el vecino al segundo día  de levantarse a las cinco de la mañana para abrirle al portero se dio cuenta que la manguera estaba pinchada y le llenaba el comedor de agua. Fue así como el portero decidió baldear desde arriba, a veces algún transeúnte madrugador se llevaba un remojon.La vida en el edificio transcurría a veces con algunos altibajos, provocados diariamente por la altura. Como ese día que la señora del mayor, del señor mucho mayor  que ella, reivindico su derecho de colgar la ropa en la terraza, y así lo hizo. Colgó siete juegos de sabanas, justo ese mismo día se producía una mudanza en el edificio. L a entrada de bultos y muebles provoco más de un problema. Exactamente dos. El primero fue que uno de los operarios cayo enredándose entre las sabanas terminando confundido con un árabe, que bulto mediante se pensó inmediatamente en un terrorista. Vino la brigada antiexplosivos, evacuaron el edificio, menos a la del tercero "A" que se estaba haciendo una limpieza de cutis y no quiso bajar. El segundo problema fue que la brigada hizo explotar el bulto sospechoso, que resulto ser parte de la vajilla de losa importada de la que solo se salvo un asa de una taza que quedo intacta.Como había gente del consorcio que tenia miedos a los robos contrataron aun seguridad privada, cosa que no funciono, puesto, que el personal solo se debía ubicar en el hall de ingreso, y no en la terraza. Como nadie entraba por arriba, ni siquiera los del primero decidieron suspender el servicio. Nunca se había regulado el tema de las mascotas, y viendo que muchos tenían perros o gatos, ala gente del segundo "B", se le ocurrió tener un caballo. Mientras era chico, es decir potrillo, no hubo muchos problemas. Solo a veces los del tercero se quejaban si trotaba mucho. Cuando creció no entraba en el ascensor, cosa que notaron un día cuando quisieron bajar al equino para que hiciera sus necesidades. Por suerte las escaleras eran para bajar. Después de esto ya no pudieron subir, ni por el ascensor ni por las escaleras. El hermoso corcel debió cambiar sus hábitos y dejar el celibato.Finalmente y para empezar. Solo diré ahora, que el caballo estaba estacionado acá y me voy a dar una vuelta.        
el edificio
Autor: sergio golovchenko  464 Lecturas

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he trabajado en serigrafia gran parte de mi vida, para los que saben que es saben de que hablo y para aquelos otros les digo que es una de las artes mas maravillosas que hay.
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