Estoy obstinada de ser recipiente de golpes, insultos, maltratos, angustias; lo viví de niña y oculté los dientes y cubrí las penas y oculté la frente; quiero mi voz viva sobre las colmenas, las manos alzadas, la caricia buena, y que el mundo acepte como causa ardiente mis ojos abiertos, mi reto a la muerte. Me cansé de gritos, me cansé de celos sin razón, de absurdos de comportamientos, de que me tortures, de que me critiques… me cansé del veto para mis anhelos. Los seres humanos, cariño, están hechos por fuerza divina, con libre albedrío. Yo soy mariposa, soy aire, soy trueno, soy corriente y cauce del agua del río. Quiero mis palabras altas hasta el cielo. Te suelto, me ausento. Por Dios, no pretendas seguir afirmando tu pasión insana. Me voy para siempre. Ya no me detengas. ¿Volver a tus brazos?... no lo sé. Algún día te veré en la calle con la nueva amiga, con el nuevo intento. Por favor, a ella, porque no te deje… ya no la persigas.