Sep 07, 2009 Aug 26, 2009 May 10, 2009 May 08, 2009 May 07, 2009 M.M. agregó un nuevo comentario al texto CAIN May 06, 2009 << Inicio < Ant.
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Continuación a El escritor y yo. Para D.E. nómada y amigo de esta mente errante. Yo le conocí una noche de verano. No le había visto nunca y ya sentía quererlo. Quererlo como se quiere a un enamorado reciente, con amor puro y sincero, con esperanzas y sueños, con deseos prematuros de juvenil enamoramiento, aún a mis veintimuchos años. Yo le conocí una noche de verano, en una ciudad en la que no tengo casa, solo sueños y me enamoré más de él, que no lo sabe.Cuando le escribí que era su culpa pensé que en realidad esa culpa era toda mía, que me pertenecía por andar leyendo cosas que no debía y por ser una apasionada sin remedio de las palabras. Lo culpé a él por escribir. Y desde entonces no pude dejar de leerlo y de clavarme sus palabras en la mente. Cuando le escribí que quería hacerle el amor, no sólo me refería al modo físico, literal de estas tres palabras sino a lo que muchos antiguos literatos escribían sobre hacer el amor, o la corte, aunque nunca he sabido muy bien como enamorar a alguien.Yo le conocí. Y en vez de saciar mis sentidos me dio nuevos sentimientos. No se repitió el momento, ni se agregaron más encuentros. Y es que en el fondo sé que es como yo: huye sin siquiera proponérselo.No me gusta forzar los encuentros pero a ti no es necesario encontrarte sino buscarte. En llamasel espejo que ordenamovimientos al transeúnte Cinco añosson pocospara emulardistincioneso pasiones. Los mesesfructíferosen que te piensoy tú distante en espacioy de mi mente Mujeressumisasde blanco pechocomo prisas La vida se te escapamientras me piensas,piensassin hacer más. Io me ne vado*y me repito. ___*Yo me voy. La aguja cargada de pasionesse hunde entre el blando tejido de tu serpenetra, exhalas un quejido armonioso,contraes la musculatura sutilmente. El dolor escapa,se libera la sustancia activa,el excipiente que no basta devasta,vaivén mutuo,abres los ojos, me miras. De pronto y sin previo avisoya estamos en otros mundosdonde a lo lejosalguna grita y otro suspira. (Léase en voz alta, a una velocidad rápida, de aproximadamente 208 palabras por minuto, e imagine, imagine.) Tomé el vuelo más próximo que encontré, esperé una hora y catorce minutos en una sala de espera, vi los aviones despegar, abordé junto a un montón de desconocidos y tres asafatas, apagué mi teléfono, el avión despegó, pedí un vaso con agua, rechacé bocadillos, hojeé una revista, miré el cielo, dormí 7 minutos, desperté, miré las ciudades enormes hacerse diminutas, esperé y esperé. Cuando el avión llegó hasta tu ciudad, bajé de inmediato, pedí un taxi y le di el nombre de tu hotel. Había desviaciones por toda la ciudad, junto al metro, miraba por la ventanilla, me imaginé descendiendo del auto y tomando un tren desconocido, conecté la música a mis oídos, presioné random, apareció esa canción, el conductor se perdió entre el tráfico, tardamos una hora más. Pagué la tarifa, miré la marquesina del edificio, esperé a que unos huéspedes cargados de maletas salieran, entré, me dirigí a la recepción y pedí un cuarto junto al tuyo. La recepcionista me miró extrañada, fue amable, se desesperó porque algo no le salía, intentó de nuevo, tecleó en el pc, llené una hoja de datos, se excusó porque era nueva, sonreí con empatía, miré el reloj de pared, pensé en ti, sentí hambre, me dio una llave electrónica, agradecí, hasta luego. Llegué a la habitación, me dejé caer sobre la cama, inspiré profundamente, me levanté, abrí la cortina, miré la ciudad, vi el cielo marrón, pensé en la contaminación, te pensé de nuevo, te pensé en una zona industrial, recordé tus zapatos con casquillo, cerré la cortina. Salí de la habitación, tomé el ascensor, salí del hotel, caminé unos pasos. Llegué a un centro comercial, pensé en comer, me sentí un poco sola, te pensé de nuevo. Entré a una tienda, compré una botella de agua, caminé y caminé. Miré mi reloj. Me entretuve paseando. Vi a los niños en los juegos, fui a una librería, me compré un libro; fui a un almacén, te compré un suéter, salí a la avenida, vi la puesta de sol con filtros color marrón. Fumé un cigarrillo, caminé hacia el hotel. Te imaginé conduciendo tu auto, camino a casa, tu hotel. Te imaginé con uniforme, chaquetín, botas industriales, un poco perdido. Imaginé que a lo lejos, encendías un cigarrillo al mismo tiempo que yo. Imaginé que me imaginabas bella, sin imaginar que te estaría esperando, sin saber que en unos minutos nos encontraríamos. Esperé media hora, sentí sueño. Encendí el TV, vi las noticias. Encendí un cigarrillo y paré de imaginar. Salí al vestíbulo, sentí frío. Las luces de la ciudad se habían encendido. Te extrañé, te esperé. Te amé de nuevo. Te vi caminar hacia la entrada, te veías cansado. Me enamoré de ti, el día fue muy largo, la noche brillaba, me miraste. Sonreíste mientras negabas con la cabeza. Me abrazaste, me apretaste contra ti, me pediste un cigarrillo. Fumamos juntos. Subimos. No sabías en qué habitación dormiríamos. Lo dejamos al azar. Luego me dijiste que en el camino imaginabas que yo te visitaba sin avisarte y te esperaba en el hotel. Lo que nunca supe es si encendimos el cigarrillo al mismo tiempo, a la distancia… me gusta pensar que sí.
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