Apr 25, 2013 Feb 21, 2013 Jan 10, 2013 Apr 17, 2012 Apr 13, 2012 Mar 08, 2012 Aug 26, 2011 |
Siempre te cuidaré...cuando vuelvas de la guerra,sin ternura ni amores,amputada tu querencia,con el cariño perdidocomo aceite por la carretera,cuando me digas: No sé quien soy!!Siempre te cuidaré. La chica hermosadel pueblomás pequeñocercanoa Little Rockquería ser modelomodelo bonitapara las revistaslas pasarelasy prestar su cuerpoa los modistosque tienen su nombrecolgadocon luces de neón. Allí, sentada en la única callepara ver pasarlos Lands Roversque al campo vansus faldasbailanal compásdel vientoque impidebuenas tierrasde labranza. Ya tiene 28 añosy aún sigueesperandoen ser famosaancladasin embargoen un lugar del mapapor donde nadiepasachica dulcey tristeno serás nada de lo quedeseaspero en Internetconstruyes tu cabañay dentro de ellahabitantodos tus sueñosde milesde coloresrancios. Soy la chicaacuchilladaen 70 tomaspor un gordo pervertido,la que mezcló su sangrecon el agua,fue borraday sus pies desnudosmurieron besandoel plato de una duchade motel. Un mala castigadapor una viejadescendidapor las escalerasde la casa de Dios:la locura. De camino hacia la muertey cada vez más embalada,mujer vieja,tú y tus arrugas que multiplicanen clase y fuera de ella,arruinan tus sentimientosy una lluvia de negro rencorahoga tu corazónpara así a las chicas bonitasvomitarlestu amargura, sabiendoque eres cruelsin ninguna necesidad... tan solo la tuya. Paséame madre en el paraje del cristal que suspende el hielo para que tú te mueras hoy y yo enferme para siempre, llévame entre los charcos de nuestra agua siempre tan sucia, nunca bendita, agua donde los niños se miraron los rostros y no descubrieron nada. Vamos por este risco, junto a estas paredes del viejo castillo que toda la vida ha oscurecido nuestra ciudad con su sombra afilada y cargada de sangre negra. Llévame madre entre la tos, con este andar de caracol, sin que los pasos se marquen sobre la nieve helada camino del bosque o por el sendero del lago, llévame donde mi primer novio me desfloró mientras decía lo siento.Oh, ahora somos viejas, estamos muy cansadas, la enfermedad sobrevuela como un ave rapaz, ahora clava sus garras en tu piel de mujer vieja y se te va a llevar en este invierno que no sé cuando empezó: la tundra invadió la ciudad y dijo que nunca la abandonaría, se ha instalado para que vivamos entre el dolor por el frío tan enorme que padecemos enmedio de una noche clavada en sus puntas en el aliento vacío del universo, en las tetillas de Dios. Muérete, así tan despacio, deja un mapa de camino perdido con tu sangre sobre esta lineal memoria helada. Memoria helada... *Relato escrito con Encubierta.Encubierta ha escrito el segundo fragmento a partir de que yo le pasara el primero, una idea surgida al escuchar el poema sinfónico Tapiola de Sibelius, su tono sombrío, enmarcado en un paisaje musical muerto. La noche se abre como una flor del mal inmensay prodigiosa, en la hora en que todos los recuerdos se tornan alambres de espino; es cuando los dulces amoressueñan en espiral y el vértigo marca las rutasde quienes velan ansiosos la llegada de las voces insomnes,de las sombras que trae la ventisca. " Quién no ve a su oponente, que no pelee con sus sombras " " Mejor es ir segundo que primero, pues adelante nada se hace y atrás, se va presionando " ( ESO ES CIERTISIMO ) Zalamero:revisa bien tu manjar / que sabe a cielo / Para encantarse / enjugarse/entre las hojas de un árce. La mañana caminaentre materia onduladay va diciendo a los pájarossus ecuaciones exactas.La mañana cae rectay a las sombras desordena. El algoritmo del díase rearma en tres minutosy de él salen travíasy gerundios diminutos.El trazado del programase hace en un pentagramadonde las líneas son músicaspor el momento llevadas. La escritura se aligeraen el aire, aire, airey en mis oídos descargaque en la playa he de esperarte.Junto al agua, agua, aguaseremos dos comensaleshambrientos y emotivosy más amantes que amigos. Vuelvo a los librosa releer el tono del hidalgo:A ver lo que dieron de sí sus aventurasy cómo se lanzaba ante astados molinos:Sé que relumbraban los huesos de rocinantecon sus cascos de guerras tan plurales.Se que la adarga entraba enteradentro de la estirpe del gigante imaginario.Los llanos se nutrían de ese polvilloque trae el tórrido aliento castellano:Dulcinéa bordaba sus palaciospara el guerrero en tan grande planicie.Su adolescencia fue para él perdidahasta morir de mengua y en su locura absuelto.Al hidalgo lo espiaban sus ecosy entregando su espíritu, expiaba. UN VIAJE AL PASADO El fin de semana pasado, entre las tareas que me propuse realizar en mi casa, estuvo la de convertir un pequeño altillo repleto de cachivaches, en una acogedora pieza de invitados. Quería darle una sorpresa a mi padre que, de vez en cuando viajaba desde el norte a visitarme. Las veces anteriores, lo hacía dormir en mi cama, y yo ocupaba el sofá de la salita, lo que era un poco incómodo para ambos. Se transformó en un verdadero desafío, la faena de trasladar pilas de polvorientas cajas y restos de muebles en desuso desde el altillo al garaje. Luego de una hora de trabajo ininterrumpido, me senté a descansar en una vieja mecedora enjuncada, donde mi madre, solía acunarnos siendo pequeños. Aún recuerdo sus dulces canciones infantiles. Junto a ésta, se erguía un pequeño baúl, raido por el tiempo y con la tapa rota, cuyo interior, albergaba rumas de antiguos álbumes, impregnados de un fuerte olor a humedad y cubiertos por una densa capa de polvo. Recordé de pronto, la afición de mi madre por las fotografías. Ella era la única en la familia que siempre estaba tomando fotos y, luego, colocándolas cuidadosamente en estos álbumes. Así, cuando estuviéramos viejos, decía ella, podríamos acordarnos de cada detalle vivido en el pasado. Olvidándome de que tenía que continuar con mi trabajo, me puse a hojear las páginas llenas de imágenes descoloridas por el tiempo, algunas conocidas, otras no tanto. Sin embargo, una de aquellas fotos me llamó mucho la atención. Era mi nona, mi abuela materna. Yo era su nieta regalona. Prácticamente vivía con ella. En la foto, aparecía en el patio de su negocio, rodeada de todos sus nietos, y con una sonrisa de orgullo en los labios. De pronto, retrocedí a la edad de nueve años, y me vi junto a ella, en la Fuente de Soda. Cada día, después del colegio, pasaba a ayudarla en su trabajo; bueno, eso creía yo. Ahora pienso que, más que trabajar, iba a disfrutar del cariño que ella me brindaba. Me encantaba estar ahí, observando cómo hacían los helados artesanales, viendo a los maestros pasteleros cómo fabricaban hermosas tortas de novia o exquisitas empanadas domingueras. Sin pensarlo dos veces, decidí ir a visitar el barrio donde crecí junto a mi nona. Tenía que estar muy cambiado, tomando en cuenta que habían pasado casi treinta y cinco años, desde que el negocio tuvo que venderse. Al día siguiente, dejando pendiente la pieza de alojados, salí temprano de mi casa, con dirección a la calle Victoria Nº 765; aún recordaba la numeración. Después de perderme varias veces, di con mi destino, pero todo estaba tan cambiado que me costó ubicar el negocio. Me estacioné dos cuadras antes, con la idea de caminar por las tiendas que ni nona solía visitar. Haciendo memoria, justo donde me encontraba parada, había una botica, donde trabajaba la señora Adriana. Mi nona pasaba a saludarla, cada vez que iba a la peluquería, la cual frecuentaba todas las semanas. La Señora Adriana nos hacía pasar a una sala interior de la botica, donde tenía cientos de frascos de vidrio llenos con líquidos multicolores que mezclaba con una pipeta. Me entretenía observar su trabajo. Al despedirse de nosotras, siempre me regalaba un paquete de gomitas de menta. Aún siento el olor refrescante de aquel lugar. Ahora, en reemplazo de la botica, se había instalado un pequeño restaurant, con mesas en la vereda. -¿Desde cuándo están aquí? – mi pregunta sorprendió al garzón, que afanosamente, sacaba brillo a unas copas de vino. -Hace dos años. Antes, esto era una panadería, pero quebró. ¿Le ofrezco el menú, señorita?- Me alejé sin responderle. Tenía que buscar la tienda de libros usados de la señora Clara. Mi nona solía llevarse prestadas una pila de novelas de Corín Tellado, las que devolvía cada semana, para elegir otras tantas que aún no leía. La señora Clara, era una mujer regordeta y de voz chillona. Siempre vestía un delantal blanco. Por supuesto, la vieja librería ya no existía, en su lugar, se levantaba una tienda de repuestos de autos. Mi supuesto viaje al pasado, estaba empezando a desilusionarme. Todo estaba tan cambiado. Tampoco encontré la carnicería del chinito, donde mi nona compraba la carne para los asados de los domingos, ni el almacén de la esquina que la surtía con abarrotes. Todo era ajeno para mí, hasta que, por fin, me encontré frente a la Fuente de Soda que una vez fue parte de mi niñez. La puerta de vidrio de vaivén con vano metálico, que en ese tiempo era la entrada principal al negocio, ahora se había transformado en un portón sucio y desgastado, con huellas de un pasado oscuro de bar de mala muerte. La puerta estaba entreabierta, así que me decidí a entrar. El interior terminó por desalentarme a tal punto que quise salir corriendo. Todas las imágenes que tenía en mi mente, de un pasado feliz, colmado de helados y galletas, de olor a vainilla y chocolate, de mesas pulcras y alegres que invitaban a los clientes a entrar. El recuerdo de mi nona acariciando mi pelo largo de niña y enseñándome a comer, o consolándome, cada vez que debía irme de vuelta a casa. Todo se opacó con la oscura realidad de un lugar extraño y deprimente. La voz gruesa de un hombre que apareció de la nada, me sobresaltó. -¿Busca a alguien?- -Vine en busca de algo, pero ya no quiero seguir buscando. Disculpe por entrar sin permiso, pero la puerta estaba entreabierta y……..- -No se preocupe, ¿la puedo ayudar?- -No gracias, ya debo irme, hasta luego- Salí de aquel lugar, cabizbaja y enrabiada conmigo misma por haber querido indagar en un pasado, cuyo presente era inexistente. ¿Por qué no me quedé con las hermosas imágenes de antaño, que mi mente, cuidadosamente había preservado?, Aquellas eran perfectas, nunca debí invadirlas. Corrí hasta el auto y huí si volver la vista atrás. De vuelta en mi casa, subí al altillo y busqué el álbum desde donde había sacado la foto de mi nona junto a sus nietos. Coloqué la foto de vuelta en su lugar y cerré el álbum. A la semana siguiente, la habitación de alojados estaba terminada. Mi padre se pondría feliz. Un lindo juego de dormitorio, alegres y coloridas cortinas y, junto a la mesita de noche, el viejo baúl de fotos, guardaba cuidadosamente, los recuerdos de mi pasado. Cerrado. Cuando las manos se pliegan,muros... cae el silencio,una espesa lluvia borra los paisajes.Hay un alma: es la habitación postrera,donde revienta tu voz como las balas,cerrado.El frío de la tarde, las nubes grisesque raspan con sus vientreslas lomas de los prados, tu sombra...tu pistola en mi sien,me someto entregado a tu podery te regalo caricias. Vuelves... tras tus pasos, otra vez arrepentida y en mi hombro echas a llorar. Medianoche, medianoche fatal, el lugar donde los presos se atan, la cornisa de la cúal los suicidas pretenden iniciar un vuelo sin fin. Regresas, huella tras huella, y pides que te comprenda. Lloramos por tanto dolor, el espacio de mi casa es un gran corazón que bombea. Es una medianoche de éstas... *2011/10/10 Si por belleza tú entiendes estos pechos desnudosque te muestro, si por amor interpretasla fiereza de los besos, la saliva de mi lenguaabrillantando tu pene amoratado,si por silencio identificas los rumoresdel post coito, amor, eres pasado... *2011/10/10 Una sombra fuma recostada a un poste Siluetas de perros orinan en el poste La humanidad entera ríe al mirar el poste Las viviendas de la ciudad se aferran al poste Millones de hombres observan cómo un barco es arrastrado por el poste Un niño carga al hombro la parte más escurridiza del poste La temporada se paraliza al transcurrir el poste Años después la sombra renuncia a fumar recostada en un poste Las siluetas de perros no vuelven a orinar en el poste La humanidad se niega a reír mientras mira el poste Las viviendas de la ciudad evitan aferrarse al poste Millones de hombres rehúsan observar cuando el barco es arrastrado por el poste Un niño no echa al hombro la parte más escurridiza del poste La temporada avanza con el transcurso del poste Así concluye este episodio del poste como si fuese un poste para no ser mencionado en el trepidar del poema. Estamos todos reunidos en casa. Son las 8 de la nuit y el abuelo ha cerrado todas las puertas y se ha guardado las llaves. Noche democrática en casa. Ha dicho: Aquí no se mueve ni Dios hasta que lleguemos a un acuerdo y votemos tantas veces como sea necesario. ¿Hasta el amanecer abuelo? le pregunto yo mientras los demás se mantienen en silencio. -Hasta el amanecer.Entonces me dirijo mi hermano en voz baja: ¿Te has tomado la píldora para la epilepsia? Asiente con la cabeza. "Que no te dé un ataque por culpa del abuelo y sus costumbres..." Mi hermano niega con la cabeza y yo ya estoy más tranquila. Ya podemos discutir para llegar a un acuerdo. "Cuando quieras abuelo". Papá alza la mano y dice: "Un momento. Voy a la otra salita para ver el combate de boxeo. Vosotros podeis empezar sin mí"-Ya sabemos todos de tus hábitos democráticos, facha, más que facha. -le espeta el abuelo muy contrariado.-Me paso la democracia por donde ya sabes. -responde papá y luego me sonrie:-Tranquila Anita, no pasa nada.-No os discutáis!! -exclamo-Esto es lo que tenemos que hacer: Discutir. -alega el abuelo.-No será conmigo. En 5 minutos comienza el combate. -responde papá. Entonces es cuando también se levanta de su sillón la pobre mamá. Mira atemorizada al abuelo (que es su padre) y dice casi suplicando: "Voy con él. Me sabe mal que se esté solo en la otra punta de la casa, el pobre".Pasan 2 horas. El abuelo nos ha llenado la cabeza de datos a mi hermano y a mí. Yo padezco por mi hermano pues cuando lo marean tanto le afecta a su enfermedad. Le susurro: "¿Te encuentras bien?". "Si", me responde él. "Y cállate que no me entero de lo que nos cuenta éste". Suspiro.Al cabo de un momento insisto: "¿De verdad te encuentras bien?" Ajá, es su respuesta. El abuelo nos dice que cuanto más le interrumpamos más tarde nos iremos a dormir. "Disculpa abuelo. Sigue con tus explicaciones", me excuso yo. Y así lo hace. Tiene un buen discurso, se enrolla la mar de bien aunque yo no entienda ni pajotera idea de lo que nos habla. Y me parece que mi hermano tampoco. Además, le cuesta el mantener los ojos abiertos. Son las 3 de la madrugada. El abuelo se detiene en seco y su rostro se encoleriza como si fuera Barrabás. Unos gemidos que me avergüenzan y procedentes de la otra sala llegan hasta nosotros. Mi hermano y yo nos sonrojamos y escondemos ls miradas. El abuelo nos dice: "No os avergoncéis. Son vuestros padres que están cardando".-Ya lo sabemos abuelo! No es necesario que nos lo digas... -me atrevo a responderle.-Tu madre siempre fue una cabra loca -aclara él. -por eso estamos discutiendo aquí si es procedente dejar la casa en sus manos. Porque vuestro padre es un lerdo. Él no os ha proporciondo ningún valor. Para él solo existe una cosa, ya sabéis.-Entonces, ¿Votamos? -tercia mi hermano.-Para votar chaval hay que tener antes las cosas muy claras. Muy razondas.-Ya las tengo claras. -dice mi hermano y yo le miro casi con admiración al verlo tan sereno a aquellas horas indecentes.-¿Estás seguro? -Está claro que abuelo duda de nosotros.-Muy seguro. -se reafirma José.-No sé si hemos debatido suficientemente la cuestión y los posibles desencadenantes que conlleve en caso de llevarla adelante. -murmura el abuelo.-No te preocupes por nosotros, estaremos bien. -le digo.El abuelo mueve a un lado y otro la cabeza. Y exclama con voz rota por la amargura: "Al fin y al cabo ésta es mi casa, la hice construir en mi juventud. Vuestra abuela y yo nos sacrif...-Ya lo sabemos abuelo. -le corta mi hermano con voz altanera. -Pero ahora es nuestra. Como tú dices, ya has vivido muchos años en ella. Ahora te mandaremos a un asilo y disfrutaremos nosotros de ella, decidiendo que cosas se deben hacer.-¿Ah si? -repone el abuelo sumamente entristecido.-Si. ¿No ves que ha pasado esto mismo en todas las casas de la calle? -Pero yo no ocupo casi espacio... -aduce en voz baja. Entonces intervengo yo para apoyar a mi hermano: -Pero nos jodes. ¿No lo entiendes? Te has hecho viejo. Solo tienes achaques. Tenemos que llevarte al hospital cada dos por tres con tu maldito corazón. Tenemos que velarte, regresarte a casa, darte las pastillas... Esto no puede ser abuelo, esto no puede ser. No seas tan egoísta!!El me mira con una expresión de desesperanza completa. Luego dice: "Coged las llaves. Las metí en el orinal. Pero está vacío y limpio. No temáis".-Te llevaremos mañana. -digo. -Deberías empezar a arreglarte y hacer tu hatillo, porque pronto va a amanecer. Aféitate y cámbiate los calzoncillos.-Yo te llevaré con la furgoneta -añade mi hermano. -El abuelo, cabizabajo, no responde. Sólo cuando paso por su lado tira de mi falda y me dice: "Puse el tema a votación porque confiaba en ti. En que tú me apoyarías".-Lo siento abuelo. -acerté a decir. -Pero para mí también eres una carga. Lo eres para todos nosotros.Luego me dirigí a la sala donde estaban mis padres, bien vestiditos y modositos. Papá me miró y preguntó:-¿Qué? ¿Ya habeis solventado el tema?-Si. Ya se lo hemos dicho papá. No era tan difícil.-No. Pero es engorroso decirle esto a un padre! -comentó mamá, que luego suspiró con alivio.En éstas, también entró en la sala mi hermano que les dijo:-Ya hemos hecho el trabajo sucio como nos pedisteis, pero...-¿Pero qué? hijo mío!! -se alarmó mamá.-Nada... Que igual hubiera sido mejor estar vosotros presentes para tener claro lo que os pasará dentro de unos años. Miré sorprendida a mi hermano y le recriminé: "¿Por qué les dices esto?"-Porque lo merecen. -respondió con gran rotundidad. Yo miré a mis padres con pena. Pobrecitos!! Les quedaban 20 años. Si me transformo en quien deseó mi madre tantos años veré estrellitas en el cielo, quizá el culo de Dios, y purpurina caer de los grandes abetos. Y no me iré a medianoche por exceso de soledad. Si digo ser quien me conmina a que diga que soy mi hermano, mañana será el primer día de mi hermano bis y lograré un trabajo tras una mesa de oficina y revisando las facturas del gas. Si hago lo que no sé hacer, si me doblo como el junco, atento a no romperme, tú llegarás a tiempo para verme y no saber que ves.En casa se celebra una nueva noche de Fin de Año y yo me he sentado a la vera para contemplar la tristeza que transpira tanta alegría. Veo a mis familiares desde fuera y ellos me observan con pena. Porque estoy fuera. Tengo que llamar a alguien pero aún no he escogido a quien hacerlo. Tengo que decirle unas palabras a mamá antes de irme pero aún no he seleccionado el momento. En la habitación hay demasiada luz, el volumen de la televisión está excesívamente alto... el programa festivo que transmite se mete como heroína pura por las venas. Así es fácil caer en la desesperación, así es fácil decirles adiós a todos e ir alejándome de ese núcleo que en tal noche se apretuja. Por miedo. Por una necesidad que me espanta.Mi hermano lo contará proximadamente de este modo: "Fui a la cocina y encontré una cerveza abierta más aún por apurar un primer vaso. Salí de la cocina y por el estrecho pasillo, donde la algarabía del televisor quedaba muy amortiguada, me dirigí a su habitación. Vi la cama con las mantas a un lado pero sin ningún indicio de que se hubiera echado en ella. Ni siquiera unos minutos. No. Me habría dado cuenta. Luego observé que la puerta que da al balcón estaba tan solo ajustada. La abrí y junto a la pared, al lado mismo de uno de los tiestos con flores de mamá, se hallaban sus zapatos perfectamente alineados. Tragué saliva, el pulso se me disparó, saqué mi cuerpo al vacío y miré hacia abajo, a la calle extrañamente silenciosa. Si, escogió la Noche de Fin de Año, cuando todos se divierten. No pudimos cambiarlo". Voces, escritos,labios preciosos,hermosas letras,todo me lleva a ti.Y en el camino me pierdoporque tú eres de esas cosasa las que jamás se llega.Voces, escritos,lo anuncian en mi interior:todo me lleva a ti. Tu espiritu se adueña del hogar habitación tras habitación. Eres la sombra que recorre las paredes y se sacía en su humedad. Yo permanezco encerrada en la casa del padre desde tiempos inmemoriales. Y me nutro de agua bendita y picos de coca. El silencio absoluto es tu susurro que me amedrenta y escribes en el aire viciado todos los agravios acaecidos en la familia. El espiritu te domina a ti mismo y descabalga la memoria que yo tengo de ti: te transformas en algo que nunca existió, que nunca conocí, y me resultas sugestivo como todo lo misterioso. Como extraño te quiero más, tras despreciar durante largos años el cuerpo que dormía como un animal muerto a mi lado en la cama. Yo sé que se continúan borrando todas las historias familiares y que ninguna vergüenza saldrá a la luz, restará en la memoria popular de nuestro pueblo. Fuimos tan depravados como unidad familiar como astutos y precavidos para guardar nuestras miserias. Al igual que en un convento, todo se quedó inframuros y lo que yo aún sé ahora mañana lo habré olvidado: la autodefensa de los culpables destroza las verdades. Eres un espiritu que se transforma como un monstruo que crece y se multiplica. Sé que acabarás dominando la casa desde tu ausencia, pues tras tu óbito ya sentí el frío extraño besando mi piel y este frío no ha hecho más que aumentar desde entonces. Todos los patriarcas sobreviven a su reinado y su dominio se extiende durante décadas. Hay esclavos en los países que se liberan años después de la ruptura de las cadenas: son los hijos. Los hijos siempre estarán manchados por las sombras que hundieron a sus antecesores.Recuerdo que alguna vez amenazaste con quemar la casa y mandarnos a todos al diablo. Ahora yo hago lo mismo contigo, espiritu de la memoria infame. Envilecido te observas en el espejo de tu alma,quebrado por las angustias de los muertosque provocaste; desnudo como una sirena,palpas tu pene y te dices: ¿Que he hecho del hombre?
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