• Ailish Yuried
Ailish_nightroad
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    Había una vez un pequeño gatito que le encantaba pasear por el bosque cuando sus dueños no estaban, un día como cualquier otro encontró a un pequeño mapache, esté estaba comiendo a lo lejos un huevo, el gato cauteloso se acerco poco a poco al curioso mapachito, lo observo detenidamente y encontró en él algo peculiar, algo distinto a él, observo como detenidamente agarraba con sus pequeñas garras el huevo y lo iba despedazando poco a poco.   El gato no pudo sostener por más tiempo la carcajada que tenía ahogada y comenzó a reírse presurosamente de él, el mapache rápidamente volteo en busca de aquél sonido extraño y vio detrás del árbol más cercano al pequeño animalito, que al ver que lo observaba se había hecho pequeñito, el mapache movió la cabeza en gesto de curiosidad y se acerco al pequeño animalito, que jamás en su vida había tenido el honor de ver. El gato espantado se preparaba para escapar, pero el mapache grito rápidamente:   -         ¡Hey tú! Espera por favor, no te haré daño, sólo quiero saber ¿Qué cosa eres tú? -          ¡Ja! ¿Qué que soy yo dices? Yo soy un quién mas no un qué, además yo debería hacerte esa pregunta a ti, eres muy extraño ¿sabes? -         Jaja pequeño eres muy gracioso, entonces ¿Quién eres? -         Yo soy… ¿Quién eres tú? ¿Ah? ¡Contéstame! -         Que insistente, yo soy un mapache, me gusta esconderme en la oscuridad y más que todas las cosas me encanta comer, a veces robo un poco de aquella suculenta comida que tienen los humanos no muy lejos de aquí. -         Que patético eres, yo no tengo que robar nada, yo soy un gato, muy astuto por cierto, a mi los humanos me sirven la comida en un tazón, juegan conmigo y tengo una cálida cama donde dormir. -         ¿Así que me crees patético eh? Me pregunto yo, que será de ti cuando aquellos humanos de los que dependes tanto un día así de la nada te abandonaran a tu suerte y se fueran, digo, yo al menos puedo seguir cazando pequeños animalitos que pasan por aquí, o robarme alguno que otro huevesillo, yo no duermo en una cálida cama, duermo en el hueco que se encuentra por allá a lo lejos, es frío y húmedo, pero bastante cómodo una vez que te acostumbras. La forma más divertida de entretenerme es viendo los pececillos que pasan por la orilla de este pequeño lago, no necesito de nadie, pero sí tú ves patético lo que hago, que te aproveche.     El mapache enfadado por lo que el gato le había mencionado siguió su transcurso y fue a su pequeño hueco a dormir, el gato por su parte se quedo pasmado con lo que esté le había dicho, nadie en su pequeña vida lo había insultado, y menos de esa manera tan “cordial”, se quedó pensando un rato y se dijo a si mismo “Vaya que es patético este mapache, ni pensar que algún día mis dueños me abandonaran, ellos necesitan de mi tanto como yo de ellos” y prosiguió su camino, hacía su cómodo y cálido hogar no muy a lo lejos de aquél bosque. Llego a su pequeña cama y comenzó a soñar con un sin fin de aventuras al lado del mapache, después de todo le había llamado bastante la atención aunque no quisiera admitirlo.   Pasaron los días y el gato iba siempre con la ilusión de encontrar de nuevo al mapache, pero sin éxito alguno. Un día en uno de sus paseos vio a lo lejos a un pequeño grupo de animales y se acerco a ellos, entre estos estaba el mapache contento platicando con las ardillas, algunos conejos, uno que otro zorrillo, un pequeño tejoncito y una pareja de zorros, cuando el mapache se dio cuenta de la presencia del gato rápidamente volteo su mirada hacía otro lado como sí  no lo conociese, el gato desconcertado se acercó al mapache, pero todos voltearon a verlo desdeñosamente, y el pequeño tejoncito que era el que menos podía mantener la boca cerrada dijo: -         ¡Miren quien tenemos aquí! El pequeñuelo que piensa que todos los animales aquí presentes no somos más que una bola de patéticos por esforzarnos y no ser unos holgazanes como él ¿No es así señor mapache?- El mapache un poco afligido porque después de todo sabía que el gato no era tan malo, asintió con la cabeza y volteo la mirada. Aunque pudo ver de reojo la expresión de sorpresa del pequeño gato -         Yo solo vine a dar un paseo, no sé quienes son todos ustedes y parece ser que yo ahora soy muy popular, me agrada saber eso. No niego haber dicho que son patéticos y lo sostengo, yo no tengo que esforzarme para conseguir algo porque utilizo a los humanos para este fin, sé que ellos me necesitan tanto como yo a ellos y esto nunca va a cambiar, tengo todas las comodidades, porque sé manipular y ustedes no son tan astutos como yo, por eso me tienen envidia. Tengo que irme, me aburro aquí, así que con su permiso, me retiro.     El gato ofendido, se fue a su casa un poco enardecido, llegó a su cama y sin rechistar se echo una siesta, dejo pasar los días y no salía más a pasear a aquél raro bosqué. Pasaron semanas y el gato parecía entristecer cada día más, no se acostumbraba a no poder salir a pasear como tanto deseaba, los dueños poco a poco se fueron aburriendo de él y desearon adquirir un gato más jovial y risueño que esté.    Al día siguiente el pequeño gato pudo observar como un nuevo compañero estaba en su casa, se puso muy alegre y le dijo:   -         ¡Hola pequeño! ¿Te han traído a jugar conmigo? ¡Que buen dueño tengo yo!- Exclamo el gato muy contento. -         Yo no soy tu amigo, a ti ya no te necesitan más y te echaran al bosque, yo vine a remplazarte, quién querría a un gato que todo el día se la pasa aburrido y perezozo, a mi me han traído a hacer lo que tú no haces y cazar ratones, espero te vaya bien, después de todo somos del mismo clan pero no de la misma calaña, cuidate.     El gato quedó sorprendido con lo que le dijo su compañero, no podía creer semejantes palabras, en primera nadie jamás le había dicho que tenía que cazar ratones y en segunda eso que decía aquél gato zalamero tenía que ser mentira, sus dueños jamás lo echarían afuera, a él que tanto los quería y apreciaba, ellos debían sentir lo mismo por él… Pero esto no fue así, poco rato después de que había llegado su compañero, su dueño al que tanto apreciaba lo saco sin rechistar ni un segundo y volvió a meterse a la casa no sin antes amenzar al gato de que si volvía, él mismo se encargaría de echarlo a lo más profundo del lago en el bosque.     El gato prosiguió su camino sin saber que hacer, se sentía sólo y fracasado, después de todo el mapache tenía razón, no tenía que haber confiado en que sus dueños siempre velarian por él, si no al contrario debía portarse siempre cauteloso y haber aprendido más cosas de la vida.    El día transcurrió y cada hora que pasaba era un tormento para el pequeño gato, estaba acostumbrado a pasear por el bosque, pero no con el estomago vació además ¿Qué dirían los demás animales del bosque al verlo en tan deplorables condiciones? El gato se sintió por un momento tremendamente avergonzado, se sentó a la orilla del pequeño lago y agacho su cabeza para ver lo tonto que se veía, pero al alzar la mirada se dio cuenta de que el mapache del que tanto se había burlado lo estaba observando, ahora con ojos enternecedores y  melancólicos, al ver esto el pobre gato dijo:   -         ¿Qué tanto me miras? ¿Acaso vienes a burlarte de mi?, creo que pierdes tu tiempo, porque ni las más profundas carcajadas podrán hacer que este gato pierda su orgullo- dijo el gato malhumorado y un tanto avergonzado -         Yo no vengo a burlarme de ti, tal vez sentía un poco de envidia al saber que a ti te mimaban tanto y a mi no, tal vez hice mal en criticarte, pero temía que no te dieses cuenta de que no todo es para siempre y las cosas buenas sin esfuerzo siempre se agotan, tienes que estar preparado para todo lo que se avecina, ya sea bueno o malo, porque nunca es bueno holgazanear tanto mi pequeño amigo, sé que esto es duro, pero ya vendrán tiempos mejores…- Dijo el mapache tiernamente -         ¿Por qué me ayudas? Después de todo yo me burlaba de ti y de tus amigos del bosque, yo los tachaba de seres inferiores a mi -         No siempre tendrás suerte, por eso no te burles jamás de aquellos desafortunados o un día puedes estar en sus zapatos, yo te ayudo porque para mi no eres más que un gato mimado y aquí no tardaras mucho en morir solo, sé lo que es eso, así que ven conmigo yo te enseñaré.   Paso el tiempo y, el buen mapache y el gato remilgoso aprendieron a ser buenos amigos, el mapache de tierno corazón le enseño al gato a comer los más suculentos platillos… sacados ni mas ni menos que de la pequeña cabaña de sus antiguos dueños, estos a su vez, siempre furiosos se preguntaban como era que desaparecía tanta comida a la vez, culparon a su nuevo gato, lo echaron para afuera solo y desamparado… Y ¿Qué hizo el gato zalamero? esa es otra historia que a nadie interesa.
El gato y el mapache
Autor: Ailish Yuried  396 Lecturas
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El amor no son palabras, son acciones, sensaciones. El amor es incondicional, el amor no es querer ser dueño de nadie ni de nada, el amor no quiere cambios, acepta. El amor no duele, el amor no te hace infeliz, el amor es pureza, el amor es calma y tranquilidad, amar es ser y sentir. Es saber cuando terminar un camino, es dejar libre… El amor y el apego son dos cosas distintas, el apego duele, tiene miedos, el apego es querer poseer, buscar felicidad en personas u objetos, es intentar encontrar lo que no encuentras en ti mismo… Para amar hay que empezar con uno mismo… ¿Sin sabores del amor? Eso no existe, son sin sabores del apego, sin sabores del miedo… Cuando amas entregas, no pides nada, no esperas nada, sólo eres tú, cuando alguien se va de tu lado, el amor florece y no pierdes nada porque nunca pediste nada, porque nunca esperaste nada, porque nunca te aferraste a nada, porque sólo diste todo de ti, porque fuiste tú y no lo que la otra persona esperaba que fueras y entonces es cuando sacrificar no cuesta nada, porque viene desde dentro del corazón, de nuestro amor, de nuestra alma y nuestro ser… ¿Alguien te lastimo? No es su culpa, es tuya por esperar algo a cambio, por no dar nada de ti y ser lo que otros quieren que seas, ama a la libertad, amate a ti, a la vida, a lo que tienes y a lo que te rodea, entonces y sólo entonces comprenderás lo que es amar, podrás dar amor, podrás sentirte a ti y nadie ni nada podrá hacerte daño nunca más… Porque el amor no lastima, no hiere, no cambia y siempre esta presente. ¡EL AMOR EXISTE! Búscalo dentro de ti
Amar...
Autor: Ailish Yuried  337 Lecturas
Había una vez una leyenda acerca de  una pluma que contenía magia dentro de ella, aquél que la poseyera sería el hombre más sabio y poderoso del mundo. Con ella se podían escribir los textos más entretenidos, sabios, culturales y llenos de vida que existiesen, cualquiera que leyese los textos escritos con esta mágica pluma estaría vislumbrado, atónito y por ende tendría una gran admiración por el supuesto creador de tal obra. Un día como cualquier otro llegó un señor de otro reino, él ya conocía la famosa leyenda de aquél pueblo pero no iba precisamente en busca de ello, mas bien iba caminando buscando inspiración en algún lugar cercano. Cuando había visto por fin el lugar idóneo se encontró con una pluma muy bonita, esta era de color azul y llamaba mucho la atención, él la recogió e inmediatamente comenzó a escribir en la hermosa hoja de papel que traía consigo y dejo que la inspiración lo llevase, vio como su mano no dejaba de moverse y sus pensamientos se sumían muy lejos de él. Cuando hubo terminado leyó lo recién escrito y se dijo: “Esta es la mejor obra de mi vida y todo se debe a esta valiosa pluma”.  Felizmente el hombre le llevó el escrito al rey. El rey se asombro al verlo y proclamo al hombre su escritor real. Y así pasaron los años, el hombre seguía escribiendo gustosamente para el rey, hasta que un día un señor mal intencionado robo su pluma. Cuando el hombre se dio cuenta, ya era demasiado tarde, el rey había hecho una reunión con sus mejores consejeros y le había pedido hacer el mejor escrito que jamás hubiese hecho, el hombre cayo en depresión, no sabía que hacer, esta era la gran oportunidad de lucirse y no podría hacerlo y peor aún, si no convencía al rey y a sus vasallos probablemente mandarían a cortar su cabeza. Así que salió a caminar a un viejo río, buscando consuelo y ahí se encontró a un viejo hombre que tenía la mirada perdida en el infinito, se paro junto a él, el viejo volteo a verlo y serenamente pregunto “¿Qué te pasa hombre? Tenéis muy mala pinta” a lo que el hombre contesto “He perdido mi pluma mágica, el rey a convocado una reunión hoy y quiere que yo entretenga a sus hombres”, “¡Oh! Ya veo y ¿Cómo era la pluma?”- “Era una pluma azul, se destacaba entre todas, tenía un resplandor místico”, el viejo saco de su bolsillo una pluma idéntica a la que el hombre describía y en seguida dijo “¿Es esta tu pluma buen hombre?” “¡Oh si! ¿Cómo la habéis encontrado?” dijo el hombre entusiasmado, a lo que el viejo respondió “Tengo fe, yo veo lo que otros no ven, ahora ve a escribir, que el rey espera”. Dicho esto el viejo se marcho y el hombre regresó gustoso a seguir escribiendo, al terminar quedó satisfecho, había hecho una obra jamás vista, leída o escuchada en el reino entero. El rey gustoso lo felicito y lo recompenso con una muy buena cena, además de que lo dejo sentarse junto a él en la cena. Semanas después vio sentado junto al río a aquél señor mal intencionado que le había robado su pluma, se acerco dichoso a reclamarle y presumirle que había recuperado su pluma, cuando observo que aquél hombre estaba muy frustrado, tenía entre sus dedos una pluma igual a la de él y estaba escribiendo presurosamente en una hoja espesa y blanca. Cuando el señor mal intencionado lo vio, pregunto “¿Cómo la haces funcionar? ¿De dónde proviene la magia? Escribo y escribo y nada, he llevado mis escritos al rey y este me ha amenazado con cortar mi cabeza si vuelvo a regresar, nada escrito con esta pluma supuestamente mágica es bueno”  a lo que el buen hombre respondió “¿A qué te refieres? Yo aquí tengo mi pluma mágica, la ha encontrado un viejo y amablemente me la ha dado” el señor mal intencionado se quedo pasmado y dijo “¡Eso es imposible! Yo he cuidado esta pluma con mi alma, nunca la ha soltado y ningún hombre además de yo la ha tocado nunca, eso es mentira”. El hombre dudoso, dejo a un lado a aquél señor mal intencionado y prosiguió caminando sumido en sus pensamientos, pero al alzar la mirada se dio cuenta de que el viejo de aquél día estaba ahí parado con la mirada perdida como aquella vez, se acerco a él y antes de que pudiera decir cualquier cosa el viejo pregunto “¿Qué tal te fue con la pluma “Mágica” que te di?” A lo que el hombre respondió “La pluma que me diste, ¿De verdad era mágica? ¿O me habéis tomado por pillado?”  el viejo solamente sonrió y lo vio con gran afabilidad, lo abrazo y le dijo al oído “Nunca a existido una pluma mágica, aquella leyenda  la he inventado yo para aquellos hombres que han perdido la fe en si mismos, para aquellos que quieren soñar y plasmar sus sentimientos e ilusiones en un trozo de papel pero tienen miedo y desconfían de sus capacidades, aquél día que te vi llegar al pueblo tire intencionalmente la pluma en tu camino” el hombre sorprendido sólo dijo “Eso no puede ser, ¿Cómo explicas el destello mágico?” el viejo sólo soltó una gran carcajada y dijo “Eso es fácil, la he pulido un sin fin de veces con diamantina y lapislázuli, eso le da el gran brillo místico. La pluma sólo representa tu gran talento guardado en un objeto inanimado, la pluma te ha quitado aquél miedo y te dio seguridad porque tienes un corazón puro y quieres escribir por entretener, divertir y hacer sonreír a los de tu alrededor y no como aquél otro hombre que solo quería el dinero del rey”. Al hombre le dio mucha risa todo aquello, abrazo al viejo y le dio su más cordial agradecimiento y desde ese día a pesar de que confía más en si mismo y no depende totalmente de un objeto inanimado cuida con toda su alma aquella pluma dada por el viejo y no porque aún crea que la pluma es capaz de escribir por si misma, si no porque le recuerda la gran lección que el viejo sabio le dio.  
la pluma mágica
Autor: Ailish Yuried  259 Lecturas
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la rosa...
Autor: Ailish Yuried  232 Lecturas
Y es en noches frías y tristes como está, que recuerdo tu lúgubre calor. Esa tímida y escalofriante calidez que tanto odiaba y ahora anhelo... Quiero tenerte entre mis brazos y gritar que eres mío, quiero mirarte una vez más a los ojos y gritar que te amo, que no te he olvidado y es que no puedo evitarlo, te necesito... Lamento no haberlo dicho antes, lamento tanto habértelo ocultado, tuve el tiempo y el lugar, pero tenia tanto miedo de esos ojos fríos e inertes... Y a pesar de haber visto tantos "Te amo" salir de tu boca tan dulce y honestamente, tuve miedo, miedo a un rechazo inocuo, falso... Te amo, esas palabras vagaran por el viento en la eternidad, esperando ser escuchadas, esperando una respuesta inexistente, vacía. Sé que ahora eres feliz con otro y eso me alegra exteriormente... aunque no puede opinar lo mismo este helado corazón, que sufre tontamente por un dolor que el mismo provoco...
Tonto corazón
Autor: Ailish Yuried  242 Lecturas
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El dulce y anhelante ardor de una nueva pena, he de disfrutar a cada instante a ciegas, el sacrificio anhelante de un nuevo amor, aunque con miedo...Despertar de un inesperado sobresalto de locura, y así si he de sincerarme, ha de ser contigo, pues vuestro encuentro ha sido prematuro. Justo cuando el anochecer alcanzaba en mi su máximo regocijo. En un choque de cristales justo ahí te conocí. El suspiro de un nuevo deseo no se hizo esperar e incesablemente tu inquietud vino a desbordar el dolor de mi alma desdichada, las barreras de cristal se rompieron una a una y desearon conocer un poco más allá de lo que mis tripulantes deseaban ver.Si vos dejaras el miedo tan sólo por un minuto, me entregaría completamente a ti,Pues ¿Qué placer más grande podría hallar que el sentirme entre tus brazos?Y qué es el amor sino una manera de entregarte a ti mismo, dejar de temer para seguir con la añoranza de un nuevo amanecer, perderte en los caminos de la esperanza y andar a ciegas en los pasillos de la incertidumbre... Sólo aquél valiente se entrega sin compasión alguna olvidando el que dirán o el si caerá en la locura...¿Qué es el amor sino una prueba de valía?
Confusión
Autor: Ailish Yuried  176 Lecturas
¿Dónde estás? ¿Dónde te has escondido? ¿Acaso he de tener que perderte cada vez que te encuentro? Apareces siempre que no te quiero y te vas cuando más te necesito. He llegado a buscarte en el ocaso y mientras lo hago, más luciérnagas se pierden en el camino. Puedo sentir el fresco viento rozar mis mejillas, sentir la cálida brisa que día a día me anima a continuar, a pesar de ello te siento tan lejos. Mi sangre se hiela poco a poco, tantas noches gélidas acompañado de la luna hacen que desee volar a su lado, pero tú siempre tan insustancial, disfrutas dejándome caer al vació de la realidad ¿Acaso quieres que me rinda? . . . Me aunó a encontrarte y siempre desapareces sin dejar rastro, abandonándome sólo con un amargo sabor de boca y me encuentro lleno de sanguijuelas que sólo palidecen mis ganas de encontrarte.¿Por qué tienes que aparecer cuando no te quiero? ¿Por qué desapareces cuando más te anhelo?No quiero volar más a tu lado si he de tener que pasar tantos días tormentosos, si has de decirme cobarde, hacedlo sin remitir compasión alguna. ¿Crees que he de conformarme con estúpidos objetos? Objetos que me dejan tus encantados eslabones para mantenerme “encadenado” Me rindo ¿Qué he de tener yo de especial? Si mil poetas osan escribirte, si aquellos abandonados rezan por tenerte tan sólo un momento, mil científicos investigan tu esencia y los enamorados gozan el placer de susurrarte en el viento.Perdonadme, pero tal vez ya no quiera sentirte más, aunque mi vida dependiese de ello, aunque cayera en depresión inminente al ser consiente de tu perdida, tal vez mi amiga soledad tenga un mejor refugio para mi, me he cansado de tus alimañas.Tantos años y sólo he sido capaz de sentirte dos veces ¿Qué he de hacer para dejarte volar sin que me dañes? . . .
Libre amor
Autor: Ailish Yuried  184 Lecturas
Esta noche, al fin siento el frío caer sobre mi cuerpo, tan sólo un momento basto para que mi melancolía cayera sosegada por tantas noches de recuerdo que a su lado yo he guardado ¿Qué podría estar mal en el desdeñoso deseo de tenerte?Esta noche, como algunas otras, soñaré con nuestro paraíso plagado de tantas veces que no te dije lo que siento.Esta noche, como todas las que he vivido hasta hoy, esperaré sentada a mi amada luna, que no desea ni pide, aquella que con el rozar del tiempo me da abrigo y calor. La única que a pesar del tiempo, siempre tiene unas gotas de esplendor y un poco de su extasiante amor, ella que en mis noches de nostalgia promete siempre estar ahí...
Z
Autor: Ailish Yuried  197 Lecturas
Hay veces en las que es necesario entender que lo mejor es decir adiós…La despedida fue dolorosa, pero ambos sabían que lo mejor era no estar juntos, estaban en las últimas, su corazón no aguantaría más, seguir así significaría tener que cargar con una herida profunda que dejaría una enorme marca para siempre.El último momento fue culminante, el aire se lleno de nostalgia y palabras que nuncase dijeron, un susurro resonó en sus oídos, un te amo había salido de su boca, al fin después de tanto tiempo pudo escuchar lo que siempre había deseado. A lo lejos de fondo podía escucharse, aún podían sentirse todos esos latidos llenos de lamento en un corazón aferrado.La gente pasaba, pero el tiempo no. A lo lejos se podían vislumbrar estos dos amantes, un abrazo lleno de deseo protagonizo la escena, era como si dos cuerpos se fundieran completamente haciendo un nuevo y hermoso ser. Sus labios se rozaron lentamente, dando nacimiento a interminables besos llenos de ferviente amor, pareciera que en el último aliento uno de los dos terminaría robándole el alma al otro. Ella sentía claramente como entregaba su corazón y él a ella el suyo como en una unión eterna, sin palabras. Nunca nadie le había dicho adiós de una manera tan bonita, nunca antes había sentido la necesidad de dejar a alguien por su propio bien. Era la despedida más dolorosa de toda su vida y a su vez la más hermosa. Y así un par de lágrimas sollozantes, pero llenas de entendimiento brotaron de sus ojos cristalinos, el anillo que ella había cargado hasta ahora guardo todas aquellas cosas que jamás regresarían. Como si en un objeto se pudieran guardar todas esas vivencias y emociones que jamás regresarían. . .
Una despedida
Autor: Ailish Yuried  234 Lecturas
Sabe que sufro por su indiferencia y no sé si se regocije ante ello. Nadie me interesa realmente, más que la sombra vacía de su silueta. Sabe que lo anhelo y que desearía que en noches como esta usted estuviera a mi lado justo como ayer lo hacía. Huye de mi persiguiéndome y está presente en mi decadente ausencia ¿Acaso esta es su venganza?... Palabras vacías rondan mi cabeza ¿Qué es lo que desea que haga? ¡Yo no le amo! ¡No le amo! pero ¿Por qué su recuerdo insiste en verme? Mi inocencia se fue a su lado, mi juventud. mi alma y mi corazón vos los tiene ¿Qué desea de mi?Mis noches se vuelven tormentosas, le extraño, pero ¡No le amo! Ya no le amo, mi anhelado Monsieur usted siempre me ha enseñado bien, aprendí a dar en el diáfano lago de los sueños el amor más puro que se encontraba en mi corazón, aquél sin miedos ni posesiones; me enseño a disfrutar de los placeres más recónditos de mi cuerpo, a no temerle a la oscuridad y hacerla parte de mi ser, pues somos todo y a la vez nada. Y para finalizar nuestra danza, me enseño perfectamente como olvidarle eternamente, a dejar de amarle y querer de vuelta mi corazón, porque usted, mi amado monsieur, no es más que una sombra del pasado que ha regresado solamente a extraer lo único que no se ha llevado de mi... Lo sé...¿Usted cree que podría con ello?No señor, usted ha sido un excelente maestro del baile.
A monsieur
Autor: Ailish Yuried  232 Lecturas

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