Asegúrese de primero nunca tratar de sonreír siempre pues sólo logrará muecas que harán de su rostro un cuadro horripilante. Es necesario que antes de empezar a sonreír entienda la naturaleza del pequeño universo que creará, ya que si no lo hace puede caer en el engaño de la risa colectiva o inclusive, si es usted muy tonto, en el de enamorarse en la calle de un transeúnte al verlo utilizar de manera mediocre los 17 músculos necesarios para formarla. Una vez estudiado el tipo de gesto que quiere proyectar busque los momentos indicados para llevarlo acabo, puesto que también una sonrisa puede resultar tan impertinente, tonta y vacía, como una conversación de política o religión. Teniendo en cuenta lo anterior olvídese de la frase “Una sonrisa no cuesta nada” y jamás las regale a sentimientos engañosos. Por ultimo trate de que en las aproximadamente 18 veces en el día en las que reirá el tiempo se detenga para así sonreír 18 veces siempre.