¿PUEDO ENTRAR? Abriré la puerta hoyme parece es el momentohe sentido una voz de fuerano amenaza, no gime, no insultasólo pregunta: ¿puedo entrar? Es sencillamente esa cálida preguntatan simple y espontáneaesa asomada ingenua con olor a manzanasla que me da impresión tan confiada. Mientras las casas se llenan de rejasy las alarmas se disparan por doquieraún hay voces que traen el aire festivo de la brisay refrescan el alma de los primeros días. Recuerdo el gozo de niño cuando me invitaban a entrar a un hogary se abrían esas puertas de par en parY siento que el corazón de Dios es como una casay que orar significa simplemente decirle a Dios.. ¿puedo entrar? Y mientras abro mi puerta me sorprendeque es Dios mismo quien gusta de visitarmecon esta pregunta tan maravillosa.