Jueves por la noche, se encendió la última estrella sobre el cielo y ella no la pudo ver brillar; tan sólo vio el reflejo de sus lágrimas sobre el lago azul. Ella le había dicho “Haz lo que quieras” y él se marchó. ¿Qué acaso no sabía que eso significaba un :”No me dejes, quédate conmigo por favor”. -Haz lo que quieras- y se giró sobre sus talones, sus brazos cruzados…esperando…-. -Bien- se marchó y desde lejos gritó- ¡Eso haré!- Su corazón se retorció, se tornó débil y opaco, quería gritar: “Lo que quiero eres tú” pero ese orgullo lo prohibió y corrió… Se amaban… pero tal vez su amor era prohibido, imposible… no quería pensar en que tal vez su vida era una historia típica de amor. .. Se limpió las últimas gotillas cristalinas y decidió ser fuerte, tomar la mano de Dios y caminar lejos del sufrimiento ¡Claro! La única vereda es el dolor, pero lejos del sufrimiento…lejos...lejos… -…”quiero disfrutar los días que esté contigo cómo si fuera el último”. Y cuando llega el último día, entonces uno desea haber disfrutado cada día como se dijo que se haría…. Es jueves por la noche, y ella camina sonámbula y gris, el arcoíris del último día ha llegado a su fin…