Plagio: Yo te ví, secuestrando mis líneas: tomando las farolas que me entregaba el tiempo. Plagio, te sentí robarte hasta mi semántica y el hueco mismo que daba mi prosodia. Las páginas escritas se tornaron vacías. Tomaste en tus manos lo mejor de mi insomnio. Te llevaste también mi piel de carbonero: aquella que tizné cuando huí de la luna. De las estepas verdes te oí raptar colores, que yo supe nunca se darían a la fuga. Anuláste aún aquella fría imágen de un invierno dolido, que se molió en mis huesos. Ahora te veo allá, juntos a otros escritores. Bebiendo de los cálices en que yo me embriagaba. También te llevaste mi botija y mis botas, para ir por lo largo de este mundo, copiándome.
Quizás el cielo es hermoso cuándo se viste de azuly se vislumbra en el manto majestuoso del Mar;Quizás un atardecer trae la magia de la nostalgiade remecer el pensamiento y el amor..Quizás el viento susurra melodías y voces que acercan al Ser amado a tu corazón;Quizás la primavera con sus flores coloridasy sus perfumes nos rememoren tu presencia..Pero nada me estremece tanto ...Como el cielo de Tus ojos o el majestuosomanto de tu pelo cayendo como cascadasDe la magia de tu sonrisa clavada en mi pensamiento.Ni el viento atravesando fronteras y distanciaspodrá jamás detener este sentimiento;Aún así percibo el aroma de tu piely el perfume que desprendes de tu alma.No hay naturaleza ni fuerza que pueda detenereste amor que un día cruzó nuestros caminosSolo quiero amarte con la simpleza de mi Sery adueñarme de cada respirar tuyo.
Soy amiga del silencio porque en él encuentro calma y tibieza para el alma, cuando necesita abrigo. Nada mejor que el silencio en tiempo de meditar, o en intento de bucear en busca de fundamento. El silencio es mi elemento en el tiempo que dedico a aprender. El hombre es rico, si logra conocimiento y lo aplica con acierto en mejorar lo que ya se hizo. Porque todo evoluciona, no es bueno dejarse estar Procuremos caminar al ritmo que nos demandan la tecnología, manda y quien pierde la ocasión, será simple espectador sin entender de que se habla. Todo se puede enseñar, Todo se puede aprender Suficiente con querer, como atreverse a soñar
Busca poesía que estallecomo un parto con dolores,que se rindan los amoresen las delicias del valley que el corazón subrayela agonía del desamorpara que se oiga el clamorde lo que siente la gentecuando es claro y elocuenteque el verso es el gran señor. Magnífica poesíaque ennoblece el sentimientoen alas del pensamiento,llevando una melodíacon tristeza o alegría,semblanzas de los humanosque en sus fueros soberanosproclaman al mundo enterocon el latir mas sinceroque se nos muere en las manos. Esa poesía que llevaun puñal en cada letraporque con ellas penetraen el corazón que elevala plegaria que sublevael alma con la emociónque remueve la pasión,arrancándonos la vidacomo una cruel despedidacon sonido de bordón.
Tan bella que estabas tula tarde que te encontré,suave mejilla besé,tan tersa como el tisúo fue acaso un deja vú.Siempre yo sueño contigo,que te solazas conmigo.Este poder de soñar, nadie me lo va a quitar,te lo juro y te lo digo. Si no fuera porque estásen la retina del sueñoyo cejaría en mi empeñoy no volvería hacia atrás,alterando mi compás,pareces como un tormento,que me asalta en el momentocuando ya estaba tranquilo,que desorbitas mi estilo y surge mi sentimiento.
LEYENDA: Hubo una vez, en el principio de los tiempoos, se juntaron en un bosque, el amor la locura,la bondad, el egoismo, la paz, la discusion, la guerra, la alegria la felicidad, etc.... Comenzaron a jugar un juego recién creado.... (escondida), la locura comenzó a contar.....tenía que llegar al millón. La paz se escondió sobre un árbol, sombreado y lleno de cantos hermosas de aves, mientrtas que el egoismo encontró un buen lugar, pero solo para el.... La bondad se quedó sin lugar porque todo lugar que encontraba se lo sedia a otro, y no pudo esconderse... La discusión se escondió en las nubes, pero la detectaron de prisa, pues comenzó a discutir con Dios acerca de la creación, la alegría y la felicidad se posaron se detras de el arcoiris pero comenzaron a crear mas colores y a jugar entre los mismos.... la guerra se escondió en el lugar de las avispas quienes la sacaron carpiendo cueando quizo sacarlas ella por la fuerza.... la torpeza se quedó tierado en el suelo.... Y el amor se escondio entre los rosales y no puedieron encontrarlo.... Cuando iba por 999.999 comenzo a buscar, encontro primero a el egoismo no estaba muy bien escondido y se enojo por lo cual salio del juego, luego encontro a la guerra que estuvo corriendo para sacarse a las avispas de encima, luego a la torpeza, quien se quizo esconder pero se tropezo y no pudo esconderse, despues a la bondad quien se quedo sin escondite, a la discusion la encontro gritando y no fue dificil de saber donde se encontraba, luego a la paz, la locura se trepo a un arbol y la vio.... comenzo a encontrar a todos, pero el amor no aparecia.... lo busco por doquier, pero no hubo caso no lo encontro, luego se fijo en los rosales y ahi lo vio, comenzaron a luchar para ver quien salia primero y quien ganaria, desgraciadamente el amor se pincho los ojos con las espinas de un rosal, la locura no dejo de pedirle perdon, pero no se sentia mejor, y desde ese entonces EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA LO ACOMPAÑA... DESDE ESE ENTONCES VAN JUNTOS POR TODOS LADOS.... Y LUCHAN PARA QUE NADA SEA IMPOSIBLE... Lihue Ruiz Celio
Llegué temprano a poner en condiciones la casa de Elsa. Esta tarde, le dan el alta. Vine con Amparo, mi fiel servidora. Mientras ella arregla el jardín, me dedico a repasar los muebles de la sala. Al correr un pesado sofá, el preferido de Elsa, donde se sienta a leer, junto al ventanal, descubro un sobre cerrado y polvoriento. Ella es la destinataria. Se me ocurre que el cartero pudo arrojarlo por la ventana abierta, cuando no respondieron a su llamado. Lo sacudo y lo dejo sobre el escritorio Elsa vivió, consagrada a su madre, hasta que la anciana murió. Al principio, se sintió perdida y tuvo un cuadro depresivo del que costó rescatarla. Los esfuerzos de Iván, el siquiatra que la atendió y, debo añadir, mi presencia constante, hicieron el milagro. Comenzó a repuntar, a cuidar de su aspecto físico y a recuperar su autoestima. Conoció a Hernán, un caballero interesante y agradable con el que inició una relación amorosa. Verla tan confiada en el futuro, me obligó a dar un paso al costado y poner mis energías en lo que había dejado pendiente, aunque seguimos manteniendo contacto. En parejas, tres son multitud. Evité sus insistentes invitaciones para dejarles consolidar su relación. En ocasiones que nos reuníamos, se los veía felices y distendidos. Elsa dejó de ser una preocupación y rogué para que siguiera así. De vuelta de unas vacaciones, fui a visitarla con unos presentes que estaba segura, le iban a encantar. La casa, cerrada y el jardín con signos de abandono, me hicieron suponer que estaría de viaje y sin preocuparme demasiado, volví a casa. Alcancé a cerrar la puerta y fui a atender el teléfono. Sonó la voz entrecortada y lacrimógena de mi amiga, desde su casa, reprochándome que no le diera tiempo para salir a recibirme. Volví a su casa, la situación lo ameritaba. Encontré una Elsa sumida en el abandono, muy distinta a la que dejé en brazos de Hernán. Sobre su mesa de noche, un desorden de frascos abiertos y comprimidos diversos, esparcidos sobre la cama. Hablé con su médico de cabecera que después de un examen, aconsejó internarla para desintoxicar y rehabilitar. Lo necesitaba con urgencia. En una de mis visitas, le pregunté por Hernán, los ojos se le llenaron de lágrimas y con voz entrecortada, contó que una mañana, salió a caminar, como era su costumbre y que en vano esperó su regreso. No hubo palabra, ni gesto que explicaran su extraña conducta. El despertó todos los sentimientos que anidaban en su corazón y estuvo convencida que era correspondida. No habían discutido ni hubo disputa que justificara esa actitud. La sintió como un golpe mortal. Incapaz de pedir ayuda, consiguió pastillas para evadirse de esa situación, inmersa en un sueño inducido y letal. La recuperación ha sido lenta y difícil. Esta tarde, vuelve a su casa. He comprado flores frescas, para darle la bienvenida. Ahora, todo se ve muy limpio y prolijo. Elsa, ya está en su casa. Deja que Amparo acomode sus cosas y después de aprobar, nuestra labor, viene a sentarse a su lugar preferido, junto al ventanal. Le alcanzo el sobre que encontré esta mañana. Me pide que lo abra y lea, entre nosotras no hay secretos, agrega. “ Sra. Elsa Stimson, Una persona de sexo masculino, sufrió un desvanecimiento al cruzar la avenida y fue atropellado por un auto. Encontramos sus datos entre sus pertenencias Se trata del Sr Hernán Matheu. Antes de su deceso pidió, insistente, su presencia. Fue imposible comunicarnos telefónicamente las veces que lo intentamos. Nadie vino a reclamar sus restos que fueron depositados en una fosa común” Siento aflojarse mis piernas y atino a envolver con mis brazos, el frágil cuerpo de mi amiga., para mi asombro, levanta su cabeza, en sus ojos hay un brillo especial cuando dice: - “Era lo que necesitaba saber para despedirme de este mundo, que me amaba, que no me abandonó, que reclamó mi presencia en su partida final, aunque no haya podido ser. - Gracias, amiga, Ya puedo morir en paz “ Se recuesta, cierra los ojos. De su semblante, trasciende una sensación de sublime felicidad.
Noche oscura del alma acecha Buscando en los huecos de mi mente Sentimientos que huyen del presente Veloces hacia una pasada brecha Desgarrando cuanto a su paso haya Encontrando una fugaz salida Recordando las batallas perdidas Pedazo de infierno que luz acalla En las estrellas que acunan dolores Búsqueda de errantes, que cosecha Cobijo de los profundos temores Cuchillo que al corazón despecha Sangre fresca, suaves dulces olores Noche roja que en el alba acecha
Mi abuela Rufina era conquense pero estuvo tantos años en Madrid, viviendo con nosotros, que se convirtió en una verdadera castiza madrileña. Y una de sus grandes habilidades era saber "bacilar". Por ejemplo, era impresionante oírla responder, cuando alguien quería cotillear y chismear a dónde iba lo de: "Voy a contar a los frailes que me han dicho que falta uno".Ella era tan inteligente que siempre se dio cuenta de las malvadas acciones que llevaba a cabo el Emilín (quizás contagiado por el Benito) y por eso siempre se centraba en los tres pequeños: el Boni, el Maxi y yo. Era entonces cuando más me hacía sonreír con aquellos de "Gente pobre no necesita criados", "La carne de burro no es transparente", "Cuanto menos bulto mayor claridad" y lo de "odo odo odo con el guacho éste". Por eso se lo pasaba pipa conmigo mientras mi madre se quedaba embobada y con la boca abierta cuando el Emilín se burlaba de los más desprotegidos, de los menos favorecidos por la vida, de los más inocentes... con chistes crueles que a mi abuela le sentaban peor que un "culo arrastrado por los rastrojos" (otra frase que aprendí de ella y que me hacía sonreír).Mi abuela, a los que iban de pardillos por la vida, los llamaba mamilotos y mamilotas que viene a ser algo así como tontos y tontas del todo. Ella nos llevaba a los tres pequeños al peluquero (que era el portero de una calle vecina) mientras el Emilín acudía, siempre sin tener en cuenta a nadie más, a las peluquerías de moda. Pero mi abuela se lo pasaba "chupi lerendi" jugando al parchís con los tres pequeños (el Boni, el Maxi y yo) y cuando se me quedaba mirando cruzaba miradas inteligentes conmigo. Me hizo gracia cuando me confesó un día: "No hagas caso al mamiloto del Benito y cásate con una chica que te guste, que sea inteligente, que sea buena y que sea virgen". Yo le respondí; "No te preocupes, abuela, que no me va a pillar el toro"; lo cual lo entendía a la perfección en todos los sentidos de la frase porque era fiel y acérrima seguidora de la Fiesta Taurina. Ella se sentía muy orgullosa de sus tres nietos pequeños y, en cierta ocasión, estando los tres nietos pequeños (el Boni, el Maxi y yo) en una tienda haciendo un recado de mi madre, mi abuela Rufina estaba en la puerta del establecimiento y cuando oyó decir a unas chavalillas de muy buen ver exclamar entre ellas: "¡Mira que chicos más guapos!", ella sacó pecho y dijo con todo orgullo "!!Son mis nietos!!".Una vez terminada su labor de crianza de sus tres nietos pequeños (el Boni, el Maxi y yo) tuvo la gran inteligencia de volver a Cuenca y entrar a trabajar en el Edificio de Sindicatos, como cocinera. No se arredraba ante nadie, por muy machista que fuese el que se enfrentara con ella, y al mismo jefe del sindicato vertical franquista que le quiso levantar la mano le atemorizó del todo cuando se le enfrentó con la sartén llena de aceite hirviendo: "Si se le ocurre intentar ponerme la mano les escaldo para el resto de su jodida vida, so enterao" (eso de "so enterao" lo había aprendido de las jergas callejeras madrileñas).El caso es que trabajó para ganarse el sueldo de la jubilación y, al final, les dio un corte de mangas a todos aquellos que le querían toser en la cara mientras ellas les decía "anda y que te ondulen con la permané". Así era mi castiza abuela materna llamada Rufina. Luego, lamentablemente, paso lo que pasó con los mamertos (palabra que aprendí de mi abuela ) del Boni y del Maxi cuando traicionaron a la familia y se aliaron con el Emilín que nunca les había eso ni puñetero caso. Pero eso forma parte de la conciencia del Boni y del Maxi porque yo la tengo tranquila pues siempre fui fiel a mi familia y no la dividí en grupos. Por eso me amaba tanto mi abuela materna.
Un clavo desnudo, torcido, cansado y oxidado pendía de una vieja pared color ocre, con la pintura descascarada y enmohecida en algunos puntos. Se mecía rítmicamente con el viento que entraba por la ventana, de la cual solo quedaban los trozos de madera que hacían la vez de marco. Había pasado mucho tiempo desde que había ejercido su función de sujetar cosas bellas y apreciadas por los dueños del lugar. Ahora solo quedaban vestigios de lo que alguna vez fue una bella hacienda. El clavo, triste y encorvado cual anciano cansado por los años, recordaba tiempos memorables de cuando era un clavo joven, fuerte y macizo, cuando podía sostener casi cualquier cosa. Numerosos objetos se habían recargado en su fuerte cabeza, el cuadro de orquídeas que recibió doña esperanza en su cumpleaños número 25, la foto de su boda con Serafín, el reconocimiento que éste recibió por su valentía en el ejército, la foto de los quince años de Lupita, la única hija de Esperanza y Serafín; y años después de su boda. No hacía mucho tiempo que todavía sostenía con orgullo y cariño la foto de Tristán, el hijo mayor de Lupita, recordaba nostálgico el clavo, pues siempre se había sentido parte de la familia. Ahora solo le quedaban esos recuerdos. Habían pasado exactamente 15 años desde que doña Esperanza falleció y Lupita, al ver triste a su padre Serafín, decidió llevarlo consigo a vivir en su casa en Cuernavaca. Se llevaron casi todas sus pertenencias, testigos de una apacible y tranquila vida. Sin embargo, en esa pared carcomida por el tiempo y la humedad quedó solo el clavo, que con el tiempo y la soledad fue perdiendo su fuerza y fue cambiando de color, ahora lucía un color rojizo oscuro, tan oscuro como su ánimo.
Cuando te sientas golpeadoy no puedas avanzar,busca fuerzas para amary mirando a los costadospiensa en un mundo soñadoque Dios es naturalezaque con dones de bellezade música y poesiaproporciona la alegríaque te inunda la cabeza. Sueña, decide y avanzaque la vida es como rueda,contigo no habrá quien pueda y la fortuna te alcanzaque con alas de ilusióntrae notas de una canción.
De madrugada Camino la ciudad en busca…de no sé qué… Mentiras si sé…te busco a ti… Ansío que tu como yo Camines en mi búsqueda. Y estas locas ganas de encontrarte De verte, sentirte y hasta respirarte Me consumen cada día más. Viajo por el silencio de la noche Para no dejar ver mis miedos Ocultar mis tristezas Y callar mi soledad. Quiero callar este dolor Que a gritos te llama, Quiero olvidar mi agonía Que inexplicablemente huele a ti. Quiero verte, Solo eso…verte… Tenerte frente a mí Y encontrar en tus ojos Un quizás…un tal vez… Amanece… Y con la llegada del sol Termina mi búsqueda Viviré un día más sin ti. Contando las horas Para el atardecer, Que me devuelve las esperanzas De llegada la noche, encontrarte. Llacelma13 mayo 2013
La tristeza se posesiono de mis sentimientos. la lucha es ferrea, cierro mis ventanas, para que no aflore la tormenta interna, anhega mi palpitar acongojado. Quiero eterno, este secreto. como parte de mi historia. y dialogamos mi alma y yo, surfeamos por mares agitados y en calma, lluvias torrenciales y muy apacibles. llego la aparente pacibidad. Quiero anidar sueños utopicos. que no me invada la realidad, se me antoja esquiva, para mis intereses, es mas facil volar, que el olvido me pierda. y que recoja en su vuelo, mis limitaciones.
María Ester Rinaldi