CUANDO ME ABRUMA EL DOLOR Señor: Yo no Merezco tú amor! Ya que mi indiferencia es tan ¡Sólo por Dolor! Me educaron al nacer Que primero está la Fe Para así poder crecer. Eres el dueño de mi vida Desde antes de nacer en El seno del saber. Tuve muchas alegrías Que jamás olvidaré Con mi madre tan querida. Fue mi mami quien me dio El amor y el aprender Hacia la Divina Ley Pero pronto me casé Y en mi vida encontré El amor de cuatro hijos Que eduqué con mucha Fe. Cuando tuve la menor Fue la gran satisfacción La acunaba noche y día Viendo en su rostro a” María.” El tiempo fue pasando Su patología avanzó Buscaba profesionales Ya no había solución. A su lado estuve siempre Con la fuerza de la Fe Luchando toda mi vida No la quería perder! Mi alegría terminó Cuando tuve que vencer Entregándole a mi hija A Jesús de Nazareth. Ella hoy está de fiesta En un lugar muy especial Velando por su mamá. Que era a quien cuidaba más. Rezaba sin cesar, desde Siempre en el altar No merezco ser amaba Por Cristo que me anhelaba. Hija: Lo que nunca comprendí Por qué Jesús te hizo nacer? Si un día partirías a ese cielo Prometido, antes que partiera yo. Nunca falté a Misa Con mi hija comulgué Con su silla la llevaba Era mi gran placer. Le gustaba su Colegio Dibujar, participar Cuando, iba a su Escuela En los brazos de mamá. La alegría de su vida Era ir al restaurante Donde habían unas mesas Y comer junto a mamá. Participó en cabalgatas Se sentía superior Desde arriba del caballo Que era su gran ilusión. Le pedía a su papá que la llevara A pasear, ¡se sentía muy feliz Cuando iba a comprar.!! Sofía fue creciendo Ya no podía estirar Sus rodillas lesionadas No entraba en ningún lugar. Se frustraba cuando iba, Con mamá y con papá A los autos del gran Shopping ya no podía entrar. Sus lugares favoritos no podía visitar Y su angustia ocasionaba El dolor de papá y mamá. Pero era muy feliz, cuando todas las mañanas, mamá la despertaba para llevarla a pasear, en su silla muy querida, para a todos saludar. En los días de las Pascuas, la gente se acercaba más Regalándole monedas como símbolo de paz. Pero todo terminó cuando ya no pudo más La internaron muchas veces y jamás, se puso mal. Sofía vio mis lágrimas caer y Me supo comprender. Me dijo que la vida no es todo lo que se ve. Les dijo a sus hermanos que cuidaran a mamá Que era a mami a quien amaba, ella no debe ¡jamás vencer! Estos tragos tan amargos Pronto terminarán Despidiéndome De ella, cuando la vino a buscar, una señora de Blanco Para ya no sufrir más. SOSTENIÉNDOME LAS MANOS SOFÍA ME DIJO: Mami Hoy me entregan las llaves de ese hermoso lugar Que me espera en la eternidad. Siendo yo la única dueña, desde el cielo manejar, aquel Que no valore, lo que hizo mi mamá! Se que no es fácil la vida Que juntas tuvimos que pasar ¡Pero te aseguro mami Que estarás en mi lugar tú y mi papá! Escritora de niños: CRISTINA REVUELTA