Es de un todo poderoso de quien no se atreven a hablar ni mencionar su nombre, cada día que pasa es uno menos según la cronología usada y hecha por él. Al parecer la historia a querido olvidarlo, haciendo de su historia solo un mito contado por un puñado de ancianos. No es un Alpha ni un Omega, es algo aún más benevolente, solo por contar una anécdota más, el trajo una desgracia a un pobre objeto inanimado, de esta forma despectiva el suele llamarles, haciendo de su existir una miseria tan gigante que ni él pudo librarse de este gran hoyo. La historia relata que él no decide quien vive o muere, solo es un espectador que goza ver el tormento ajeno, el dolor lo mantiene despierto, es de una misericordia demasiado grande como el cielo azul, inexistente de la humanidad en la tierra de la deshonra y fracaso. Cuando el cielo abre sus compuertas, se puede apreciar un canto tan angelical lleno de armonías y notas agudas que erizan la piel, sin embargo, esto trae consigo una oleada de golpes al alma como una angustia y ahogamiento al espíritu, obviamente está melodía fue planeada para someter a las masas de almas en pena que aún quedan rodando. Tampoco se sabe mucho de él, dado que toda información quedó regada en muchas partes del mundo, desde una piedra tallada hasta en la memoria de un anciano. Para los que tienen suerte, se han topado con claros indicios o pistas que conduzcan a la historia de él, los inconvenientes también vienen incluidos. A lo que los mortales que descubren la mínima sospecha de él terminan siendo cazados y perseguidos por su propia consciencia hasta el grado de quedar locos.
Puedes marcharte y tomar una hoja de papel Decirme el significado real de la vida y volver del tiempo Retomar aquella vereda con árboles y desolación Arrancar del minuto un segundo y escribirme Esperar que mi mente vuelva estar en blanco Que el pasado recobre un sentido metafórico Y que te desvanezcas en el respirar de mi primera visión Te pierdas en un túnel sin salida, que sea un limbo Que cada respirar sea una cuestión de autocompasión Y la manecilla del reloj tomará el control de ti Expresaras al viento que te condone la traición Te irás con el polvo y con el último rayo de luz de la luna Las cadenas dejaran de ser arrastradas por la ignorancia Tus hombros descansaran junto con tu nulo afecto Quedarás rezagado en el pasado y olvidado No necesitaré dormir hoy antes que tú, por las memorias
El sol es tan efímero como la luna Persuasivamente hay día y noche sin final Pero no una cuna para el desamparado Un esplín es tan trivial en una vida sin cambios Lampo amplio y majestuoso mi venusto Das vida y esperanza a quien la aguarda sin retorno Con mucho silencio lúgubre en tonos grises Arrancando palabra leprosa de quien te recita Difícil es el admitir a quién miente o hiere Solo dirá que digo falacia sin salida Pero todo es relativamente mortal y cierto Donde no hay falsos ni verdaderos a vista de unos ojos sabios Que me condenan en un momento discreto con mano fría Que es lo mismo que el omitir mi falla con mano dura No es más que vida tangible A los ojos de un resignado
Te sentirás observado y no será paranoia Los atardeceres duraran una eternidad El dormir te hará delirar y no descansar Tus sentidos se comenzarán a colisionar Cada pregunta será relacionada contigo Pero respuestas ambiguas serán para tu oído Mis cuartetos serán una prosa Escrita en rosa
El textualmente describe la felicidad con estas palabras: “Es un ente que he creado para ustedes, algo que también es un espejismo o una ilusión momentánea, está en su cuerpo solo por momentos y se desvanece en el aire que yo mismo he hecho, no sean ilusos que yo soy el mal que lo hizo, si existe la felicidad pero solo conocen la mínima parte, ustedes no merecen el sonar de esas dulces melodías en su mente ni corazón, solo se regocijan en el barro sucio que ni eso merecen mundanos”. Yo mismo me he dado la tarea de investigar quien lo ha podido desafiar a su fiel furia, quien ha tenido en infortunio de encontrar tal mina de oro, hecha en palabras, sin embargo esto que se descubrió podría causar graves daños en los simples mortales, pero he conseguido solo hasta el momento relatos que dudo de su veracidad y que no valen la pena contar. Sin embargo este tiene una esencia distinta a los otros que ni siquiera voy a mencionar porque son una pérdida de tiempo. Más que hacerlo ver como algo aterrador, es una luz maravillosa, un momento glorioso marcado por toda la eternidad, no es odio ni dolor el que desprende es más como un consuelo en medio de una noticia desgarradora, cuando él observa hacia abajo solo ve sombras deambulando por todo un rio de lamentos sin sentido, es ahí en donde entra una luz fugas en la oscuridad creada por el hombre. Al menos así interpreto el manuscrito que les mostré. Podría hasta objetar que es un juego de palabras y paradigmas hechos para confundir a cualquier humano. Por cuestiones de anonimato, el sujeto a quien entreviste me dijo que no quería volver a pasar por lo pasado, así que me dijo que no dijera su nombre, la información yo no la encontré por obra divina sino por esfuerzo. El dialogo entre él y yo cada vez se hizo más ameno queriéndome contar algo como esto: “La fe nace cuando una ilusión se quebranta en el vacío emocional hecho por una situación desfavorecedora, nadie me reclama estando en sus cincos sentidos, suelo ignorar toda petición pasado este último paso, ni siquiera pido comprensión a mi palabra o regla hecha por un predicador bastardo que yo ni he recordado de donde viene, me suele ser tonto que me encapsulen los caminantes creyentes como algo fuera de un cerebro humano cuando ni yo sé que es eso”.
La primera vez que te vi, sabía que no eras para mí. Mis ojos no te podían observar, mi vista no estaba libre, aprendí que al verme al espejo de mi mente no era posible siquiera verte. Nunca vi que tus ojos se desviaran a verme, yo en tu mente no respiraba, ni tenía ojos o esencia. Cuando te divisaba a lo lejos, mi vista tenía que cambiar, porque en mi mente tu tampoco tenías lugar. El tiempo tan maravilloso supo porque no me podía detenerme a pensar que estabas a una distancia cercana. La vida llegó a pasar como un suave pestañear, hasta que un día, alguien toco a mi puerta, pensándolo bien, nunca debí a abrir, nunca en mi vida supe lo que era la guerra en casa ajena hasta ese día. Mis palabras fueron un regalo divino, que, si bien eran la cosa más bella y bien estructurada, tu nunca las pudiste leer, mis cartas jamás llegaron a ti, y si dos llegaron, estaban desechas, no se les podía entender el inicio, solo el final. Me di cuenta qué mi capricho fue mayor, fuiste el deseo que nunca se tuvo que cumplir, en mi mente tu eras un trofeo más, me equivoqué. Yo pensé que el cruel había sido yo, pero no fue así, tu marcaste que mis plegarias no serían cumplidas, usaste tus palabras como una puta cualquiera, las paseaste y pateaste. Un día prometiste que volverías, jamás regresaste, me dejaste en forma de aval a tu alma, que ya estaba quebrada, no valía nada, no la pude intercambiar para poder salir de aquí, varías noches mi sueño se hizo pesado y el tuyo liviano. Me pregunto para quien fue mas humillante, si para mi o para ti, quien mintió más, quien fingió en la historia. Yo hace dos noches me quedé esperando que por última vez aparecieras, pero solo para tirar un puño de arena al mar, y dejar que la espuma se llevará mi esperanza. Ya no tenía más palabras, pensé que podía cambiar mi historia, no pude, no regresé a casa con la victoria que había anunciado antes, eso sí, no rompí las reglas, yo sigo aquí, yo sabía que tu anhelabas a otra persona, por eso no me corrompí y tampoco me sentí mal. Había conocido por primera vez a la desolación, fue uno de los tragos más amargos, lo desastroso es que fue mi culpa. La primera vez que paso el invierno, me sentí bien, el aire frío me hizo sentir en casa, ya para eso ya estaba cansado, viejo y enfermo, no podía recordar que me había tumbado la mente hace un tiempo, pero podía ver tu camino, tus huellas seguían frescas, solo que no estabas por ninguna parte, es lo último que recuerdo, mis mejillas estaban heladas y mis manos vacías. No me importaba empezar de cero, porque siempre estuve solo, nunca tuve a nadie, de hecho, solo me perdí a mi con tanto pensamiento sobre el que será, que nunca fue. Quien te puede extrañar, si tienes odio por ti, el mundo lo nota, yo lo pude ver, jamás dije nada, solo veía como tratabas de salvarte tratando de evitar lo inevitable, mi cansancio para ese entonces ya era demasiado, ansiaba que la primavera llegará, para ver las flores rojas renacer y poder estar menos viejo y fatigoso.
Solía escribir pensando en los nudos de tus cabellos Me enredé tratando de ir cuesta abajo de tus ilusiones Me perdí en el extraño café matutino de tu mirada Descifre la verdad tras esa rara forma de aceptar mis decepciones Mencioné las bajas virtudes de un viejo libro Corté un par de flores para entregártelas y jamás te vi en mi pensamiento Las promesas cayeron como un rayo en el infierno Descubrí en mi memoria que las palabras eran un juramento Conté los pasos con tal de llegar a esos brazos cálidos y reconfortantes El vacío de la vida es menos frío que mi hipocresía Desesperadamente volteaba a ver si eras tu quien estaba detrás, de forma constante Se suele esperar que los demás comprendan que me distraje en ti Y desperté...
Las palabras son un símbolo de curación para el alma, son jeroglíficos que nos aseguran ser inmortales, es la única manera de serlo. Pero ¿cuándo nosotros somos la salvación para ellas? Bueno, a decir verdad, no tengo la respuesta para ello, ni evidencia que me justifique, solo tengo la experiencia personal. A lo largo y ancho mar, cada granito de arena me ha demostrado, que, si los uso como es debido, me serán agradecidos, y quizás pase lo mismo con las palabras, ellas son una extensión para nosotros, en especifico para nuestro lenguaje, ninguna palabra es mala, cada una tiene su lugar y contexto. No podemos poner al sol para que nos arrulle y cuente un cuento, esa es la labor de la redonda y brillante luna. Ellas pudieron hacer algo por mí que yo jamás podría, y es expresarme perfectamente sin tener que tropezar y que mis ideas salgan fieles a mí. Antes de poder escribir un pequeño cuento, me pongo a pensar en que pieza quedaría perfecta en mi escrito, y es ahí cuando ellas llegan, como tocando mi puerta con una fuerte presencia, y dando ese brillo a mis ideas recién establecidas.
Prende las luces, que yo estoy ahí, con una mirada sofocante, que hasta me robaría la ultima gota de tu paciencia. Sabías que por cada respiración una sección de tu musculo sería rasgada, con tal brutalidad que, yo, un ser totalmente imparcial y completamente moral, desmembraría cada pedazo de mentira. El dolor no se apacigua con una noble puñalada en el vientre, ni con tirar de tus dedos, hasta que yo dijese basta. Sigo pacientemente el movimiento de tus ojos, mientras que la podredumbre reza y se propaga por toda tu nariz, ese olor a vísceras fresca, revuelto con el olor a fracaso con un toque de leche fermentada, hacen a que implores ante la solemne presencia de tu escuálido espíritu. La suavidad de tus cabellos me enmarca la rutinaria pobreza de tu alma inculta. Yo no juego a ser juez.Él estaba sentado en una esquina de la calle, con una mano en su frío rostro, con la mirada puesta sobre una escena digna de horror. Divisaba a lo lejos en esa interminable calle, una pequeña niña siendo atrozmente acabada por la mano del señor, brotaban como tuberías rotas las desdichas coloradas de la pequeña inocente, la mano del impostor estaba rebosante de lívidas membranas, y él, solo observaba con una mirada rotunda, era un novato en la vida, que no conocía el fracaso hasta ese momento. Se preguntó en sus interiores, ¿Por qué no escucho los sollozos de la niña?, acaso era un pobre imbécil para no poder oír esos alaridos de la venganza cruda, eso no lo sé. La presión se siente, cae en él una fuerte opresión en sus ojos y hombros, la luz comienza a fallar, el dulce aroma de la ignorancia se esfuma, y ahora queda la peste de la fe humana, sin embargo, él ignoro el pinchar de su mano izquierda, si, ese pequeño toque, que pensó que era un espasmo, ahora su mente le dice que no fue la mano izquierda, que fue realmente en otra parte del cuerpo, que paso una seca comezón en su cabeza y no un tic nervioso. El oído comenzó a jugar con él, primero escuchó ayuda, después, un “no me concentro y me quiero ir”, al final escuchó que era una perdida de tiempo. Eso no lo sabe él y vamos que no esta mal. En un acto final, un fuerte frío llegó a la punta de sus pies, fue progresivamente escalando, hasta llegar a la rodilla o quizás en el brazo o columna. Y al final desapareció…
Todo comienza con una simple emoción, pura, llena de inocencia y con toques de alegría e incertidumbre. Desdichados aquellos mortales, pobres en imaginación o aún peor, en fe, que siempre están en una deriva mental, cuando la magia toca su puerta, ellos la observan con una efusión, y abren la primera página y sucede una bella conexión. La magia siempre asombrara al hombre sea grande o un niño. Muchos dirán, pero bueno que pasase si por un segundo se rompiera la magia; mi respuesta, sería simple: la desilusión en una expresión mayor. No habría alegría entre nosotros o un gesto amable. El libro no ha perdido la magia aunque el autor diga lo opuesto, ¿por qué? Es un instinto (se podría decir para un entendimiento más fácil), el humano siempre tendrá el misterio. Las palabras del autor jamás el lector las podrá entender, como él cuándo las plasmo, con el cual pensó que para ello interviene la magia y misticismo, el autor rara vez romper esa imaginación vaya la ilusión.
La dulce brisa de un bello amanecer dorado Me recuerda al dulce nacer de una pequeña flor Que en mis manos han de tener un recuerdo atado Siempre andando y pensando en el amor Cada gota de rocío caía como una lágrima blanca En la risa de las aves pude ver que era libre El valor de tomarla, cortarla tal cual irónica Creciendo entre el día y el estupor del aire Tono en verde en las lejanas praderas crecientes La melodía es como un medio día en un botón Si las raíces escribieran, serían los felices títeres Sería crecer dentro de una pequeña ilusión Un suave sereno elegiría un futuro rayito de sol A veces sería un destino con suerte o una corazonada Con el ápice de una tierna hoja de un trébol Tal cual un otoño de mi vereda anhelada
Existía la indignación en la casa de Amarillo, tanta nobleza en el pobre era azotado por la ira, que, si bien muchos filósofos claman que es necesaria para la vida, aquí en la mente de Amarillo es innecesario, pensado igual que Seneca y resto de estoicos. Nadie toca a la puerta si la bondad no pega el oído hacía ella, el punto de no quererse marchar de ahí, es que Amarillo confiaba en que algún día esa fiebre de conocimiento y calma llegarían, consigo traería lo que tanto anhelaba, esa respuesta tan quisquillosa, tan meticulosa y estruendosa para una mente tan abierta. Si tan solo esas oxidadas cadenas fuesen más pesadas, bastaría para que dejará de buscar en él y en todo a su alrededor esa respuesta. Amarillo ha fracasado y sentido frustración en todos los sonidos y rangos de colores, ¿Qué procede? Insatisfacción, solo que la vida no siempre concluye con finales fatídicos o herrados. Al abrir la puerta encontró que eso que vivía en el fondo de su alma, estaba del otro lado de la puerta y supo enseguida que...
El soltar a las palomas al aire es como un caminar sin regreso pero con esperanza, cada segundo de vuelo al aire es más intenso, las ideas de voltear al pasado son más frescas pero con el paso del tiempo deben ser más escasas, una fuerte lluvia puede ayudar a disimular un sinfin de problemas, las alas se extienden con plenitud, el viento las traspasa con firmeza a cada pluma, los aleteos son un claro reflejo de un grito a la libertad sin retorno...
Desperté abriendo mis ojos en una mesa, estaba rodeado de personas que eran mi “familia”, yo estaba enfrente de un gran ventanal, eran más de las 4 p.m., los tonos del cielo con tonos anaranjados con una ligera capa de neblina hacían más dramático el lugar, me encontraba en un edificio de muchos pisos, podía observar desde mi asiento gran parte de la ciudad, los que me rodeaban tenían una disputa entre si con sus miradas, por lo que recuerdo, nos encontrábamos comiendo y en la gran mesa larga todos tomábamos nuestras copas, la mirada de cada uno se posaba por excusa en la copa, cuando la atención se centraba sobre otros, las miradas se entrelazaban de una forma tan violenta pero en el fondo se sabia que eran conocidos, en simples palabras, eran parte de algo tan cercano. En la mesa todos estaban acomodados estratégicamente, con un vistazo podías decir que era un desorden, sin embargo, la realidad era la antes mencionada, el hecho de que estuviesen así era porque algunos habían tomado una postura distinta a los demás, una minoría se había incorporado a una ideología más primitiva, cayendo en el salvajismo, para los que éramos mayoría, sentíamos que rayaban en lo erróneo e incorrecto, sus acciones podían ser definidas como hostiles. Nadie decía nada al respecto, solo con la mirada se seguían los pasos y pensamientos. Al parecer ellos estaban esperando el momento ideal para sobresaltarse con su ideología, se traían entre manos una sorpresa que en lo absoluto sería agradable. Si un ser justo se hubiese posado sobre una esquina a dar su opinión sobre esta escena sacada de un cuento medieval, diría que era algo disímil la imagen que todos representamos en esa mesa. De pronto la sorpresa se hizo presente, había una mirada fija, observándome mi y solo quizás de reojo a los demás que me rodeaban, el ambiente se comenzó a tensar, de repente siento las miradas injustas de otros sobre mí, no lograba sentir nada con esos ojos encima de mí, la única que me atravesaba era la de la luna, esas arrugas en su rostro le agregaban más inexpresión, los ojos eran un negro tan profundo y cargado de ira, el cielo se torno azul marino, sin rastro de algún cuerpo celeste, lo único que iluminaba ese último piso del edificio por dentro eran unos candelabros. En mi mente comenzó a resonar una frase, cada vez se hacía más intenso el pensamiento, la angustia crecía más, con solo la mirada de la luna, era como entrar en un bucle de desesperación, la suplica que sonaba en mi mente era de pedir ayuda a Samael, con una tranquilidad en mi exterior sabía que no lo haría, mi subconsciente, me lo pedía con más exigencia, la luna se transformo en un juez, la presión se reafirmo más en mi cerebro, de mi boca parecía que quería salir esas palabras de ayuda, lo único que tenía que hacer era decir su nombre y agregar la palabra “ayuda”. Por supuesto que no accedí…
Cada tarde soleada en un punto meridional de la tierra, se posa sobre una enorme flor un colibrí, cuando los rayos del sol tocan con tanta mesura las plumas, enseguida sale al destello un tono tornasol, como si la vida en ese instante fuese un poema tan delicado y lleno de anhelos.Si bien cada minuto es crucial para cada alma, al colibrí se le considera un experto.Llega el punto en el día en el que piensa solo en posarse sobre una ramita y contemplar el ocaso que cae detrás de las montañas y poder respirar mientras piensa que...
Estando sobre unas florecillasPude observar a lo lejos las estrellasRecordando en aquellas calles una memoriaCayendo en una curva que condenaria Viendo ir y venir tantas estacionesObservando un destello entre emocionesSintiendose tan pesada una sonrisaProvocando un desaire en la brisa
Nadie puede cambiar el color del cieloNi tomando un fino pincel con tinta naranjaLas aves adornando el firmamento con receloMientras en mente ajena es color azul la franja Solo una pequeña estrella con taciturnos destellosIlumina una mente que divaga entre rumoresImaginando otro color sin tonos tan bellosCayendo en falacias y cruentos amores Mostrando una faceta más feral y sin controlPero no es más que una libertad sin dolorNadie cambiará la transpariencia del cielo a tornasol Sin transformaciones de extraños con temor Las lluvias haciendo tardes grises con intención ocultaManos frías ignorando una simple melodía conocidaQueriendo modificar algo tan natural y perfeccionistaHasta que todo el mundo entienda y coincida...
Se me ha perdido la niña entre los pensamientos, esas perlitas de colores tan intensos no se me olvidan dado que eran color azul. Tan pequeña e intrépida ha escalado hasta mi subconsciente, ella quebró mi arcoíris hace cuatro veranos, intento buscarla entre mis manos, soñé que había un angelito en su muñeca, yo reí al verla cuando esos grandes árboles le hacían una sombra perfecta y el sol iluminaba sus ojos claros. Lo último que me dejó en mis manos fue su pulsera azul.
"Cómo es pasar una traición en una tarde con mucho viento..." Esa fue la frase de una entrevista qué realicé hace algunos unos meses a una persona adulta. Los detalles que me daba fueron espectaculares, ya que me transportaban directamente a la escena de los hechos, haciendo qué mi mente se confundiera demasiado, dado que me hacía sentir que yo había vivido eso. Los propios conocidos de él hacían qué los comentarios acerca de un tema personal fueran un tema de dominio público con el cual se sentían con el derecho de agregar o de acertar lo que había dicho él, cuando solo eran falacias o secretos pactados para un solo destinatario. Las flores buscan ser sembradas y regadas por un jardinero, son dependientes de él, el trato es que jardinero se deleite y regocije de su belleza y ellas sean cuidadas por él. El sol puede ser un factor libre, qué queda fuera de las manos del jardinero. Últimamente las flores culpan al jardinero porque no hay sol y que es él quien debe traerlo ante ellas, se han marchitado algunas mientras qué otras evitan al jardinero porque es su culpa que el sol no salga. La manera de ser tratado es tan hostil, hacen qué sus manos sean torpes y se corten con las hojas, la belleza ya es una cuestión privada y exclusiva, ciertas flores han decidido morir, eso lo aceptó el jardinero, esas flores jamás volverán a hacer sembradas en sus tierras.
La neblina del mar es tan confusa El amor es como una ola tan difusa y, Los sentimientos van siendo más genuinos Un árbol ejerce un compromiso de sombra eterna La soledad pelea con la desolación, Cada mañana es una nueva estación Se termina un sol tan ardiente y regocijante, Dando al alma un brote de una nueva flor Sale al cielo la intensa y bella forma de una emoción No hay un miedo ni un rencor, solo un amor Que yace ya con raíz y grande devoción El desprecio o rechazo no generan fobia Las aves vuelan con enorme fervor por libertad Las noches son el espíritu de la revelación No se tropieza cuando se sigue al instinto Y menos con el rocío natural a tu favor…
Las largas charlas hacen amar el tiempoY sentir como una brisa cálida da esperanza,Respirar una nueva manera de ver un anhelo,Presentir como el alba se va agotando con añoranza Tuve la oportunidad de regresar en veranoAcertar en los sueños de alguien que divaga,Cada pétalo tallado por la manera de hablarEs un tesoro con una fortuna tan inexplicable Y solo un espejo puede hacer qué la verdad razone,Es casi imposible detener la marea y esas olasLas miradas son tan ciertas teniendo un delatorNo pidas control dado que no hay motivos de parar Las llaves tienen la culpa de abrir un sol,El perfume de las flores es inevitable como la emociónCerrando los ojos la imaginación no tiene dueñoExistiendo un soñador con pincel y decisión Las buenas intenciones se pierden en ese verde confuso,Peleando las letras y mente para tener concordanciaDurmiendo bajo las delicadas palabras de una vozDonde van renaciendo para existir en un amor con tiempo...
Es una más de las historias de un vaquero del nuevo oeste, son los nuevos ocasos de un último forajido. El caballo era el tiempo, el gavilán la sabiduría y el perro la lealtad, el camino no era más que la vida en sí, esas malezas no tenían símbolo ni significado. Las espejuelas de esas botas fueron las marcas de una nueva leyenda. El gavilán rodeaba el halo de luz del sol para ubicar el oeste, se alzaba con una virtud tan ligera y sobria para el nuevo día, ayudando a la caza de vidas menos afortunadas. Los caballos son seres presa qué se aliaron a un súper depredador, siendo una mano derecha a conveniencia, este ser era un Hannoveriano, un pelaje brillante color negro azabache. Cuando se paraba en dos patas en la noche con jinete encima, era como ver un dios naciente. Los sabios buscan una sombra para dialogar y los forasteros un rayo de luz para emprender la huida. Ojalá a tu mano derecha la posaras en tu regazo y no a los pies de otra bestia, el camino al andar es crudo, no hay ley humana qué sobrepase la ley natural de la vida, los riachuelos se secan en verano o simplemente no existen en los desiertos, la sed es tanta qué la boca se vuelve amarga pero un fruto de cactus puede darle un dulce obsequio si nuestro héroe busca una señal en la oscuridad. Las huellas son difíciles de borrar cuando caminas por arena o tierra, la piel esta dorada por los años que se bañó en sol y solo el sombrero cuidó a esa frente perlada por el sudor; escribir cartas con pésima letra y ortografía no fueron más que dulces consuelos para un nuevo amor qué fue cosa de la imaginación con un pasado vivido, un tipo de diario donde existían las suposiciones, es cierto y extraño, él vaquero si era letrado y eso gracias a los periódicos. “Queridos y amados ojos, han sido adaptados a la luz, a la esperanza y fe, de no ser inválidos por el valor de mi cabeza”, las acciones de muertes pesan pero acaso la traición personal, ¿No? Alzar para un nuevo vuelo al ave se volvió más una carta de amor para el aire, el gavilán lo sabía porque era una forma de expresar libertad pero amando a quien lo dejaba ser. Tristemente hay codornices en tierras menos áridas qué dan un día más de vida a los héroes qué, en esta historia solo algunos ojos resaltan en la oscuridad, sin pistolas o navajas. Entonces ¿Qué era yo? En las peleas se pierde sangre y dignidad pero ¿Existe una ganancia qué no sea solo la soberbia? O es mejor continuar en una desolación sin fecha. Los hombres se pasan una vida tratando de encontrar en el humano un refugio sin ceder nada, ni una pizca de misericordia, será quizás la explicación del caballo, el perro y el gavilán o ¿Faltó algo en la narrativa del vaquero?