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Fin >> Casa del trueno: ciudad del vértigo: entre gritos y sombras un golfo a la deriva. Las cicatrices silenciosas del sueño se echan a andar por el paraje añoso. Todo en su madera, descascado. Palpitaciones detenidas al alba. Circo de las cosas descansando de pronto. Cuerpos que en sí son sólo laberintos. Por un paraje místico, arribamos y estamos dentro de nosotros mismos y las reticencias del yo. Camino por parajes apenas zaheridos por lugares que me tatuan y me maltratan mucho. Mis recuerdos perdidos, tiempo adentro. Absorbo mis problemas suficientes. Las horas se sostienen en sus mismos contornos: hay pinceladas de luz absortas de tristeza Por las terrazas de mi frente, broto y me espigo reconociéndome en los vahos del espejo. "“Ya decía yo que ese médico no valía mucho”. Epitafio de Miguel Mihura “Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo”. Epitafio de Miguel Unamuno. " ¡ En materia de placeres me gusta probar mujeres ! " R. A Escúchame, óyeme, sé en todas las cosas componenda de viento, soplo excesivo, aire azucarado, aquello que revuelve mi cabello leonado cuando el plenilunio ha arrasado su luz. Sé la que estás al lado mío cuando embriaga el soneto, sé mirar, sé hondonada donde me extasio amplio la nota que se arrastra al pie de algunos solos la ternura en dos paños donde un cuerpo divaga cayendo como labios que buscan presionarme y llevarme a la gruta donde el corazón baila en la danza de fuego de tu ardor de viruta Escucha mis amores entrando en la explanada y la vaguada intensa donde quiero mecerte: Como las melodías, renace desde el vaho y añejate en mi aliento, como vino en reposo. Y sucedió que los hombres y los animales sufrían a causa de las vociferantes mujeres, que los regañaban a todos y le daban parejo a al chismorreo. Entonces Dios dijo " Hágase el silencio ", pero las mujeres no obedecieron y siguieron regañando a los seres de la creación, quienes sufrían por culpa del ejercicio despiadado de " las sin hueso ". Entonces Dios, muy enojado, clamó a viva voz: " Quédense todas ustedes mudas "...Y las mujeres enmudecieron y se hizo la paz...Y TODOS los varones se volvieron creyentes ! Patria de carne, de sangre, sed, de esperanzas abiertas ante tu costa enhiesta yo me inclino declarando mi fe a tus banderas. Cuando partí se aclararon mis ojos: A otros golfos llegué y caí hincado: No supe que eras tú mi gloria lugar encantatorio de virtudes vida que se entregaba asidua: frente primera por mí jamás soñada. Quise y quería y fui amado poco; ninguna retribución logró saciarme. En otros labios me refugié, buscando mucho no encontrando más que sesgos y guadañas. El centro de mi ser, deforestado, trató de asirse a la mujer ligera: Allí fue la copa del momento maligno, la desidia y su aroma que me timaron siempre. Pero cuando me derramé en mis vestigios y la acritud tomo mi cuerpo por trofeo recordé cómo eran tus sabores y el frescor dulce de tus maizales nuevos y volví a ti, mirada siempre tierna, pan de cobijos que abrigabas mi cuerpo y en la ensenada tibia de tu ombligo asenté raíces para salvaguadarme: Pacto de pactos, a tus predios me acerco para tomar de aquello que no me fue negado. Allí está Carolina: " apelotonada en su propia poltrona ". Tiene un aire perdido con mirar de la China y la faz silenciosa de una Vénus latina. Carolina se mira de reojo las venas: Pueden ser varios nardos, pueden ser de cayenas y mira circular su sangre entre los vésperos. La acompaña, a lo lejos, un bufón solitario que piruetéa al borde de un salón estrafalario. Carolina se sabe por la espera cansada: Ya se encuentra molesta, ya se encuentra ataviada para ir a la fiesta de marqueses excelsos junto a los adoquines que pisó Paracelso. Se ha ataviado de púrpura y letales escarceos y pequeños zapatos que a su pasar inclina. Su cabello ya flota como un vals de la tarde anda como esperando a un caballo sonoro: Un unicornio límpido que montar con decoro que la lleve aliviada por los montes rotundos mientras liba la rosa que brota de otros mundos. Y suenan las trompetas que para el baile llaman mientras piensa en susurros que le dicen: " mi dama " desliéndose toda como un fino detalle o un grave arabesco que desvela su talle: Abre sus ojos mustios y al ahora se incorpora y se sabe que es chinga y que habla como lora que pesa más que un cerdo y engorda por las nueces que suele devorar, soñando estupideces. De nada me sirvieron estas lineas preciosas pues resultó que era una vieja mañosa que gustaba del vicio, más que del mal, Perseo y que a cada viandante le brindaba el fornicio: Yo la ví que partía hacia la conchinchina y me dije: " Qué bueno que se fue la cochina ". El poeta hablade sus vivencias y sentimientos.Habla de sí mismo. El poeta hablade la amistad, del amor, de la dicha,del dolor, de la muerte...habla de los demás y de sí mismo. El poeta habladel mar, del caos, de las estrellas,de Dios, del destino...Habla del universo y de sí mismo. El poeta es parte ínfima y conscientedel universoy quiere abarcar el Todo en su sentimiento. ¡Cuánta presunción en un átomo de vida! (de La caza del viento) Enrique González Matas Trasiego de sombras tras de la sombra mía: Vienen a mí pisadas en tropeles. De repente, resbalo y caigo: no hay nadie: Es sólo el viento, que busca su camino. Me levanto y prosigo y su aliento me acecha como quien persigue con sus soplos solitarios. Detrás de mí presiento que me espían pero tan sólo hay aire, pasos sin laberinto. Su pisada me sigue, sin parar su presencia: Es la ausencia de nadie y su ojo es la nada. Mareas, sílabas de las aguas. Oleaje líquido de las constelaciones, arbitrio del reflejo de la luna: ¿ Quién sostiene tus pilares, tus volúmenes ? Densidad de brumas que remueven su aliento. Oda negra que anega la voluntad del orbe. ¿ Pudo alguien presagiar tu latigazo inmenso ? ¿ Qué barcos arrojaste a tus vientres indómitos ? Las gargantas albinas encontraron la muerte con el luto que embargas a aquel que alberga vida. ¿ Quién te originó esas hambres precámbricas o te mandó a dejar tus garras en las costas ? El misterio es misterio mayor si tú lo empapas : Devoradora de mástiles, lugar de mil derivas, foso en que se deshuesan los primitivos húsares que osaron desafiarte con su canto de náutas. Das dentelladas a ciegas, guerra por siempre líquida rompiéndote en lo profundo de tu centro venoso. No puedes contenerte, como el vino en los vástagos y estallas sobre todo, como uva exprimida. " Lo mejor que hay en la vida: cama, placer y comida " R.A. Avidez, saña clara: ¿ A qué me llevas ? ¿ Qué buscas levantar de mi pecho copioso en la extensión de tus piernas cristalinas ? No pudo Hipsísila tenerte ni desbozar tus largos epigramas. ¿ A dónde me diriges, cepa oscura que desde el centro del alma me captura sola ? Vas por mis venas como por los desiertos, con la sed que se aquieta tan sólo con tenerme. Ola precipitada en mi interior vacío: Tomas mi lengua y domas mi garganta incontenible hembra en los mares del diptongo. Das vida a aquello que contiene materia y al aire paralítico que encarceló mi entraña: Juego de la palabra que engendras mundos nuevos. Estás en los sueños de los que no te palpan. Inundas las sienes con tus mares de llanto. Duerme bajo ti el sueño en alarido avientas sentimientos a siniestra y a diestra. Yo no te pedí o te reclamé, más te constituíste bajo la misma faz de tu anfifaz solar. Nunca clamé a tu ser, ser por ti invocado porque la vida me era aún más fugáz sin ti. ¿ Por qué me digeriste desde mi mar tranquilo cuando no era siquiera un suspiro de sangre ? Yo no pedí que me arrobaran tus volúmenes ni que tus nieves blancas congelaran mi aliento. Pero acechaste allí donde piensa la luciérnaga arrojando tus redes en tu pesca de fondo. Gritaste en mí airosa, yo era nimiedad muda complaciente cualquiera que se entrega a su modo. Tomaste mi garganta, océano de sílabas e hiciste de mi ser esclavo diligente. Tus matices pueden acosar a la aurora y como cruel xilófono, me inmolaste en tus sones. Ví tu calavera de cristal, tu rosa desvestida, el portento que eres cuando a los vientos rozas. Maniataste lo que era para mí más dichoso y tomaste mis cuevas, para que te cantara. Nunca te sacias de devorar resacas ni dolores ni de hacer que las gentes clamen a tu armonía. Me quieren encerrar en un pasado atávico de héroes, guerras, civilizaciones, ideas y conceptosque dicen que es herenciade viejas generacionesque laten en la historia vividade este antiguo pueblo. Me quieren encerraren valles, mares y montañasde un paisaje local, y quieren que baileal son de la músicade antiguas tradicionesen torno al venerado tótemque representa a la tribu. He conocido muchas tribusy todas tienen sagrados tótemsy legendarios mitos de su historia.Los respeto, si no son causade veneno para provocar el odio. Mas, yo soy un hombre,ciudadano del mundo, dueño de mi Idea singulary de mi propia Libertad,y en todas las tribus de la Humanidadencuentro mi viejo pasado.
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