Hoy quiero llorar,
de una manera tan insistente
que se derrita un glaciar.
 
Hoy quiero llorar,
son tantas las emociones encontradas
que  mis lágrimas pueden crear un mar.
 
Quiero llorar hasta desvanecerme,
hasta secarme por dentro; sin importar
que mi rostro pierda su lucidez.
 
Hoy quiero llorar por el temor de que ese ser
que me dio vida apague su luz.
 
Por las ilusiones rotas y por las metas
que procuro darles existencia y nunca
tienen luminosidad.
 
Hoy quiero llorar porque siento que soy
el ejemplo roto que lucha por estar a flote
pero que nadie quiere ver.
 
Quiero llorar… no quiero que mueran
mis esperanzas pero cada nueva situación
vienen con tanto vigor que siento morir mi fe.
 
Quiero llorar porque sé que Dios está conmigo
y aun así me siento sola.
 
Por esos proyectos que me quitan el sueño
y que por más que lucho no he podido emprender.
 
Hoy siento que a pesar de los buenos sentimientos
la suerte no nos acompaña todo el tiempo.
 
Quiero llorar y llorar, tanto así,
que hoy la tristeza me arropa
y mis ojos sollozan con lágrimas de dolor.
 
 Una lluvia de invierno se queda pequeña
ante la inmensa necesidad de  llorar que
nace desde lo más profundo de mi interior.
 
Hoy quiero llorar, solo eso quiero hacer…
llorar, llorar y llorar.