El primer paso ya está dado. ¡Vamos! ¡Sigue! ¿Qué es lo que ahora te detiene?
Eleva el rostro, camina con orgullo, es lo que querías ¿no? ¿Por qué tus ojos no dicen lo mismo?
Borra ya ese ruego. ¡No es cierto! Sólo un poco más de lo mismo ¡Palabras! Se las lleva el viento.
Ya estás cerca. ¡Mira! Todos estamos aquí para celebrar el fin de tu tormento.
Quita esa lágrima traviesa. ¡Que no se note! Pasará, ya verás. Otro paso y renacerás de nuevo.
Estira tu mano, toma lo que la vida te regala. Es una caricia de confianza, un juramento sincero.
Deja de temblar, no aprietes así el ramo, los pétalos rojos te están salpicando.
No escuches, no mires atrás. No es  verdadero  amor, sólo  un enorme  egoísta  el que te reclama.
¡Amiga!  Recuerda por favor… encuentra la calma. ¡Mírame! Leerás  en mis ojos mil palabras.
Un paso más, ya lo tienes ¡Sonríe! Sé que puedes; ese hombre sí que te merece.
Y ahora con seguridad pronuncia las palabras, no temas; cuando hable tu corazón saldrán…
No me busques, sigue erguida,  sólo grité con mis pensamientos como lo haría cualquier amiga.
Ahora camina hacia la salida, sonríe…Estás tan bonita. ¡ Despreocúpate! ya no está, ya se fue.
El orgullo lo arrinconó contra el rincón, la ironía le hizo burla  y la verdad  lo pateó cuando de tus labios sinceros y con una voz muy segura  respondiste  “¡sí!,¡quiero!”.