La verdad que arranqué de tus labios me dejó arrodillada ante la impotencia.
A traves del cristal de mi realidad, vi la destrucción de algunas de mis ilusiones 
y a otras; escurridizas, degeneradas, huir como  bolitas de mercurio.
Buscaron  alejados rincones, se cubrieron  de astillas y  ya reconocerlas, no pude.
Sin el argumento completo de la historia que armé precipitadamente,
perdieron validez las hipótesis formuladas y la conclusión llora llena de reproches…
Desde mi enredada posición, analizo lo que quedó de lo que creí mi última partida
y mis piernas adormecidas me obligan a enderezar, a caminar,  a encontrar una salida…
Busco, entre lágrimas disparadas,  herramientas que ayuden a sostenerme;
encuentro manos amigas, hombros fuertes y palabras de coraje en dulces canciones.
Mi cuerpo entero aún tiembla, la energía perdida regresa a cuenta gotas a mi vida
pero sonrío cuando descubro que aun se puede, que la aventura se inicia de nuevo
que puedo experimentar con los hechos, aprender, seguir  creciendo…
que los golpes, los fracasos, no son absolutos ni eternos…
La escoba  de mi cerebro es eficiente y limpia los rincones de los feos recuerdos,
La razón es sabia porque sólo  repite de memoria  los buenos momentos…
Y el corazón paciente de a poco comprende que no eres tú, el príncipe de mi historia.