EL LIDERAZGO
                Dos grupos antagónicos se disputaron durante muchos años el liderazgo en el directorio de la empresa. Se intercalaban sanamente  en el poder como en  una suerte de bipartidismo. Así fue como supieron sobrevivir a todas las crisis que sufrió el país y el mundo.
               Cuando las cosas no andaban del todo bien, el poder recaía en el bando contrario. La presidencia del directorio era asumida por el jefe del grupo opositor. De esta forma, su producto logró posicionarse en el marcado siempre que pudo, adaptándose a las condiciones que imponían la  política y la economía.
              Sin embargo, en los últimos años las cosas iban tan bien que el directorio y su presidente se renovaban instantáneamente, sin darle motivos al bando opositor para que acceda al poder dentro de la compañía. Había un acuerdo tácito entre todos los empleados de que eso era lo correcto para sus propios intereses.
          El poder se les había escapado de las manos al bando contrario y parecía difícil retomarlo algún día. La compañía cada día vendía más y la calidad del producto mejoraba según los standards internacionales.
           Los opositores se reunieron en la clandestinidad y formaron un directorio en las sombras. Debatieron largamente la estrategia a seguir para retomar nuevamente el poder. Deliberaron durante días y noches. La tarea no era fácil, ya que a la empresa le iba cada vez mejor.
              Del cónclave surgieron varias propuestas. La cuestión era encontrar  el talón de Aquiles, ese punto débil por donde poder penetrar la muralla construida alrededor  de su poder. Unas apuntaban a la vida privada, (algo ostentosa), del presidente del directorio oficialista.  Otras, a las tenues denuncias de corrupción que en algún momento se insinuaron en los pasillos de sus oficinas. Ninguna de éstas lograría derrumbar al actual directorio, fue la unánime conclusión del gabinete en las sombras. Primó, entonces la última propuesta, la del complot.
               Contaban con el apoyo de algunos de sus mejores empleados, aquellos que siempre  fueron leales con su línea de acción. La idea era cambiar lentamente la fórmula del producto, para bajar la calidad del mismo y lograr con esto una abrupta caída en sus ventas.
             Luego esto fue desechado, debido al lento y  escaso impacto que tendría sobre el poder actual del directorio. Necesitaban algo más contundente y más rápido. Fue así que surgió lo del envenenamiento.
                El plan minuciosamente estudiado por sus mejores químicos  consistía en introducir, escalonadamente en la fórmula del producto una  dosis mínima de una sustancia letal. Lo harían de tal manera que pareciese un accidente o un  simple acto de negligencia.
                Al principio funcionó a la perfección. Los casos de intoxicación aparecían en los medios de comunicación  casi todos los días. Cuando el plan se cobró la primera victima mortal, las ventas se derrumbaron casi a cero, el directorio cayó a los pocos meses, y su presidente  terminó procesado.
           Con el camino despejado,  el directorio en las sombras retomó el control, la fórmula del producto retornó a la normalidad   y con ello la empresa volvió a tener el prestigio de años anteriores. El nuevo eslogan de la compaña,  el que le había otorgado un gran éxito era:
                                                  " la salud, ante todo"    
           
                                                GABRIEL FALCONI