Amy
 "Amy se marchó en un tiempo
quizá en cuatro tiempos lo hizo.
Tomó su violín de musa,
su agonía en miniatura,
y su ramillete de fracasos desafinados...
y se fué.
Un giro de tiempo antes
sus introvertidos pies macilentos
habían sido enterrados
en el fango ilusorio del amor,
cuando se perdió hipnotizado su paso
en los ojos de aquel cruento arlequin.
Él le sonrió, y ella le sonrió.
Urgó la mente de Amy
y encontró acordes musicales
idénticos a los suyos.
Él le sonrió nuevamente; entonces Amy
tocó su violín para él.
Prontamente la acribilló
con aguijones contaminados de confusión.
Tomó su renegrido cabello
y lo peinó con gotas, de ficticia realidad.
El crepúsculo se tornó bordo
cuando por la espalda él le sopló,
la insospechada canción traidora
asesina de corazones.
¡Ahora corre, dulce Amy, Corre!
¡Recoge tu llaga mortal y corre!
¡No lo mires! ¡Su mirada es el lazo del fango!
 
Amy...vuelve a sonreir...
Que nunca sospeche tu cruento arlequín 
que cuando él huyó de ti,
trémula olvidaste  
en sus manos de metal,
tu enamorado corazón."
 
                                      Lorena Mercedes (L.M)