MI PRIMER CAFÉ
Cuando termina la noche, después de observar la luna, planeta y estrellas; de cerrar las cortinas de la ventana de mi habitación y conciliar el sueño; despierto al amanecer del día siguiente. Prendo la televisión,  a las seis, me detengo en el "Canal Capital", que empieza con el programa “EL PRIMER CAÉ”, con el que también comparto mi primer café.
Veo  en ese espacio, noticias, entrevistas, música, comentarios, humor, historias, notificaciones de cortes de luz y agua, estado del tiempo, movilidad  y  el alegre baile del presentador de deportes cuando termina su intervención.
Todo lo anterior, por cuanto se trata de presentadores idóneos, como Antonio Morales, director y conductor del programa "El Primer Café. Además es periodista, antropólogo, habla perfecto el francés, sorprende con  excelente humorismo y ha ocupado importantes cargos en los medios de comunicación. Ana María Arango Politóloga, relatora de historias, comentarista, y opina sobre sus propias ideas. Bruno Días, ex concejal, artista, pensante, educado y de buenas opiniones. Y Carlos Meléndez, gracioso presentador de noticias deportivas, transmite alegría y buen humor, deja con su baile sonrisas y reflexiones. Lo único que a veces me molesta de los presentadores es cuando interrumpen a los entrevistados o se adelantan a opinar con o sin razón. Es mala costumbre de muchos entrevistadores, interrumpir interesantes conceptos. 
 Después del primer café sigue “El café recargado” pero imposible seguir viendo televisión.
A las 9 a.m. empiezo a cumplir con mis deberes de hogar o  compromisos. En la tarde ejerzo algunas funciones de mi profesión, también me doy dos horas libres para hacer lo que quiero.
Según lo anteriormente expuesto, todo parece color de rosa, pero la realidad es que se presentan problemas de cualquier clase: económicos, de salud, sociales, políticos... que interrumpen la tranquilidad y cuando eso ocurre, qué importan la luna,  las estrellas, los planetas, la televisión, o el primer café. Todo se altera desde el corazón hasta la cabeza y las actitudes. Aparecen las preocupaciones, las formas de solucionar problemas, condiciones negativas y positivas, hasta cuando vuelve la calma y se puede volver al "Pprimer Café.