¿Fue quizás la inquisidora mirada tuya la que me dijo adiós?
¿O tal vez el silencio de tus palabras agotadas?
¿O tus manos cerradas dentro del viejo sacón que te protege del frío?
¿O tus dientes blancos mordiendo tus finos labios sin calma?
¿Fue quizás tu vestido oscuro que combina con tu dolor?
¿O la palidez de tu piel de tantos llantos marcada?
 
¿Tal vez fue la ventana cerrada del cuarto, que tapó hoy al sol?
¿O la flor que te regalé ayer marchita sobre tu cama?
¿O el placar vacío que tiene el perfume de tu ropa?
¿Fue quizás el portarretrato sin tu cara?
¿Tu espalda erguida mostrando falsamente firmeza?
¿O yo... quizás... tal vez... postrado en la silla, con mi cabeza gacha?