Creo que la última copa que te pagué... fue la primera.  
Nunca jamás me he visto tan agraciado
no tuve que vivir un estúpido amor de mano sudada
ni llevar estúpidas flores ni acordarme de torpes aniversarios
que son detalles bellos para ellas y dinero fácil para las TownStore's.
Pues siempre he sabido tratar a las mujeres sólo diez minutos
pero nada más, ese es mi limite-sobre todo si se trata de la abuela Moses.
Nunca nadie ha tenido que penar todo el viacrucis para amarme y aunque así
 lo haya sido... jamás ni una copa, ni un orgasmo, ni nada me han hecho tan grato como cuando dijiste que mi cara machacada... me quedaba bien.
La forma del éxtasis* de Alexander quien sabe qué,  es motivo para hacer sombra
e improvisarme un jab o dos para la pelea de ésta noche,  la del siglo
o simplemente la mas monótona prosa del callejón.
Sólo necesito combustible y un saco de box con un delantal podrido
engendrado de un coño que huele a insecticida  para que mi futuro se siembre
en una cerveza, y en un whiskey con agua, ¡qué va!... se riega y hasta ahí
¡porque no tengo más pasta! ¡y para el riego y, o beber, soy bueno!
Entre mareos y sangre cocida me dijeron;
-A ella nadie la quiere ¡porque está loca!
No lo creí hasta verte sollozar por la metáfora que traen  las mazorcas verdes
que se niegan a la cocción y la mantequilla, supongo que la rancia frescura
del ser fugitivo o la altura en un tercer piso-que suerte que había ascensor-o simplemente el preocuparme por los niños trabajando hace seis meses en una fábrica de juguetes, hizo que mi karma nos sirviera para bebernos en la mañana dos cervezas y dos whiskys más.
-¡Ja! y me habían dicho que yo, que yo ¡no podía pelear! ¡que no podía trabajar!
 ¡ni podía follar!-¡Oh! eras una diosa... una diosa caída justo en el bar de la siguiente cuadra la visita de un ángel en el Kenmoore* con la barra medio ausente, así están bien...  más yo no odio a las personas, pero me siento mejor cando no están a mi lado.
-Te voy a preguntar la misma estupidez que siempre me preguntan a mí:
¿crees que soy un poeta?
-¡Y a mi qué me importa! yo sólo me dedico a beber- dijiste perfumada de líquidos alusivos,
con la mirada de una No Musa.
-¡No importa!... que la impresión del primer chistorete lo pague Wilbur*- pensé
¿Qué será de ti? ¿Tu chulo?
Qué bien me sienta tu alcohol, siendo un boxeador, bebedor de cerveza
que se tira pedos y levanta pesas,  qué bien me sienta ya no sólo tener una radio,
mi camisa y un montón de papeles.
Qué bien me sienta tener una mujer
y a veces pienso que a Lili* también le vendría  esto.
Es hora mi bella Diosa de la espuma y la cereza que nadie se traga en lo cocteles,
sólo voy a llenar una solicitud de empleo de lo mas tediosa
e innecesaria con haikus profundos.
Pasa tiempos: ninguno
Religión: ninguno
Deportes: ninguno
Sexo: ninguno -aunque en ese punto, si quieren... pueden ponerle varón-
Porque yo soy, quiero ser el único hombre que se te acerque con una botella
para que te vayas con el porque sé que no tienes prisa, y sabes que yo
me pasaría horas mirándole las piernas a una mujer, sin fastidio alguno.
Ningún conocedor de arte me detendrá en regresar a beberte en copa fina
con pasado sucio, ninguno... ni aunque se trate de un ángel,
si hacen la eterna pregunta de: -¿Quién es usted?- sin esquivos, ni pretéritos,
ni mucho menos presentes de conciencia, les diré la eterna respuesta: -¡No lo sé!-
Y es que tú eres un motivo suficiente para seguir bebiendo y con clase,
porque tú si sabes que hasta un perro de la calle la puede tener.
Eres la mujer certera,  no perfecta, porque si lo fueses serias de esas que besan
con los ojos abiertos y si uno lo hace con los ojos cerrados, te abofetean y te dicen :
-¡Marica! págame son 100-  pero tú eres certera especial y no cualquiera
sólo una que pueda ver que un vagabundo también tiene clase.
Y es que me quedo sin pasta, nada, ni para una copa más, ni de paro, pero ¿que sería
de mí si fuera de esas personas que jamás hacen una locura?... ¡ja! que vida tan horrible llevaría y sin duda... no estaría contigo. Sólo eso, perdóname una cosa
perdóname elegir ser un borracho poeta, una mosca de bar... ¡lo siento! pero ¡Yo bebo!
suelo meter la pata.