EL PAP, EL DE BOCA DE ROSA...
Publicado en Apr 27, 2010
Recordó la noche que lo conoció, sólo con ver aquella foto vieja ya amarillenta, se le vino a la mente la boca de botón del joven que generosamente ayudo a su mamá y a él hace ya más de veinticinco años. Llegaron por casualidad a su puerta, y sin ningún motivo, solo por el aspecto de soledad y necesitado que llevaban el muchacho les ofreció ayuda, a su madre al principio la colocó como servicio de casa, les habilito una habitación limpia y cómoda, y a partir de allí creció un lindo lazo entre ellos. El efebo con su boca de rosa asumió la paternidad tácitamente del niño, ya la mujer no era una mucama, eran como hermanos y socios y trabajan juntos en el taller de costura, pero él lo recordaba más como un padre. Lo acompañaba muy temprano al colegio, al llegar a casa el chico de boquita pintada le ayudaba hacer las tareas, leían a Becquer, a Darío, a Byron, jugaban hasta el futbol aunque él no le gustaba mucho, mientras su madre con una sonrisa en los labios pero con mirada triste, desde su máquina de coser los veía compartir como padre e hijo. Pasaron dos años, y ya no lo llamaba por su nombre, le decía papá, y fue este papá quién le enseño el amor, el respeto, la solidaridad, el compañerismo y quién le auguro con atino que sería algún día médico.
Una noche, escucho ruidos y vio que su mamá no estaba en su cama, entonces se fue al cuarto de su papá y ahí estaban los dos jugando, la madre hermosamente ataviada con una hermosa bata china y deslumbrantemente ya maquillada, ahora ella aplicaba carmín a los labios de su papá; se quedo escondido, mirando aquel juego excéntrico y maravilloso donde los dos parecían exóticas muñecas orientales. Pero la felicidad aunque extraña no duro mucho, una tarde con escopeta en mano sorpresivamente llego el padre, el que lo engendró, a la casa con violencia de macho herido y golpeo a todo lo que se cruzó en su camino, su papá, el de boca de rosa, se enfrento con valentía, pero su diminuta figura de porcelana no pudo con el toro salvaje y armado que le propino sendos golpes en la cara y le rompió su boquita de delicada rosa inglesa y brotaban ahora pétalos rojos que cubrían la persa alfombra. El embravecido hombre tomo a la mujer por la cintura con uno de sus brazos y del otro al niño lloroso que miraba a su otro papá tirado en el piso como muerto. Paso el tiempo y en la antigua casa no se hablo más del papá, el de la boca de rosa, el de Becquer, el de los cuentos de Quiroga, el que recitaba Sonatina de Darío simulando ser la princesa triste, el de Shakespeare que imitaba tanto a Romeo y a su amada Julieta, el que jugaba al futbol a regañadientes, el que lo llevaba al colegio en las mañanas, el que de noche junto con su mamá se vestían de coloridas mariposas, el que le enseño el respeto y el amor. Una vez más huyeron de la violencia y de los golpes, pero cuando llegaron a la casa de la felicidad extraña, ya nadie la habitaba, una vecina que los reconoció, les dijo que el joven había muerto, cuando la madre le pregunto de que había fallecido, la mujer le dijo "los doctores dicen que murió de eso... de eso que solo le da a ellos los raros... pero yo creo que se murió de tristeza, pues al ratito no mas de ustedes marcharse el cayo enfermito y no quería tomarse las medicinas"... Ambos lloraron y entre llantos y sollozos siguieron su camino desapareciendo del mapa del padre que lo engendró. Del papá, el de boca de rosa, no se hablo más, y así sin querer paso al olvido. El joven se gradúo de médico gracias al esfuerzo de su madre que cosía lindos vestidos copiados de las grandes revistas. Después de su graduación se caso con una muchacha también de la facultad. Hoy se encuentra en el reten de la maternidad y mientras ve a su hijo a través del cristal, llego su mamá y le enseño la foto, la imagen sepia de aquel papá que había olvidado y entre sonrisas y escondidas lágrimas se prometió criar a su retoño con el amor, que aquel papá, el de boca de rosa, le enseño amar.
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Gaby S
Felix Antonio Esteves Fuenmayor
Saludos
Félix
Guillermo Capece
te felicito por tu escrito, que es dificil porque podria excederse en la descripcion del padre, sin embargo lo haces muy bien, con gran decoro y respeto; y hasta simpatía.
Cómo no tenerla si el personaje hace por el niño lo que no hizo su padre legitimo.
Duro tema, que nos lleva a otro que esta en plena discusion en nuestras sociedades: ¿pueden los gay adoptar niños? ¿pueden darles educacion e identidad como padres?
Abrazo desde Buenos Aires
Felix Antonio Esteves Fuenmayor
Saludos
Félix
Mara Ester Rinaldi
Un maestro... como siempre.
Què bueno es leerte, amigo...
Fernando
Felix Antonio Esteves Fuenmayor
Un fuerte abrazo
Félix Esteves.
yessy
Felix Antonio Esteves Fuenmayor
Saludos
Félix
leticia salazar alba
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