Estoy tan lejos de beber el néctar de tu canelo vientre
tan lejos de beberlo en exceso hasta acercarme a la mortífera congestión.
Estoy ciego de los colores de tu manantial suave
de esa fuga...donde el arco iris se escapa de entre tus piernas como agua dulce
cual termal placer con acida espuma.
Mis pupilas, con su gris atrevimiento
fundidas al panorama, apagadas a tus fluorescentes poses
que claman una salvaje danza anfibia
de esas que se tatúan como gemidos obsesivos
con movimientos profanos que se censuran en la rima
por temor al castigo divino
de esas, que al repetirlo con otras harán que las bautice con tu nombre para llegar seguro
sin trabas y sin fingir el jadeo...
sin nada más que el recuerdo de tu piel única
con la finura exacta y la temperatura a tope
con el pH perfecto
y el sabor ese...tan difícil de encontrar y de pronunciación imposible.
Me encuentro tan mudo para aullarte
para afilar mis colmillos en tu cuello que canta
estoy tan seco para darte a beber el alma
tan débil como para resistir una envestida de tus mares
la hipnosis de tus miradas que matan
el fuego de tus labios que calcinan con cualquier palabra
estoy tan agonizante para sobrevivir a la moldura quieran dar a mi humanidad
mi olfato esta tan muerto...que no se si tus versos sean para mi, o si en verdad soy yo
o me miento al no ser...o querer serlo.
¿Dónde te dispersaras este día y flotaras esta noche espectral ensueño?
Espero nunca olvides
que cuando el viento de los arboles recorra el centro de tu cintura con provocadoras ventiscas
que el trino de las aves
te susurren indecorosos cantos al oído
que la briza húmeda del eco
te haga suspirar
espero
que no, que nunca olvides, que esas
son las múltiples formas de mi voz
que te busca...que te anhela...
es esta voz que pena
por no tenerte cerca y decirte cuanto te desea
cuanto te ama...