La palabra,
"herramienta" del maestro,
es voz en el aire
que a veces se pierde,
que a veces se acoge
en la mente del discípulo
que abre curioso su espíritu.
 
La palabra es simiente fecunda 
si es inspirada
por un sentimiento noble,
si tiene la fuerza precisa
de la razón contrastada,
si resuena en ella
la voz de los sabios,
si no pretende establecer
un juicio indiscutible,
si despierta un temblor,
una duda, un relámpago;
si destruye sin piedad
la indiferencia insensible,
si anima a descubrir
nuevos caminos en la ciencia,
en la ética o en el arte,
si enseña que aprender
es querer que el alma vuele
más libre, más alta,
más serena.
 
La palabra es el mismo maestro,
voz en el aire.
                                                                                       E. González Matas