Te vi allí, sentada y sola,
Esperando a tu corazón volver.
No lo pude comprender,
Porque esperabas lo que te hacia sufrir.
 
Cicatrices de lágrimas muertas,
Tenías en tus mejillas cubiertas
De esperanza, de sueños, de anhelos.
Que se habían perdido con el tiempo.
 
Tu vestido marcaba la espera en soledad,
Refugiada en tu eterno lamento.
Yo solo pude observar,
Tu alma inocente en su tormento.
 
Quería consolarte pero no podía,
Aunque te gritaba, tú no me oías.
Entendí que me esperabas a mí,
Tenías la carta que había escrito para ti.
 
Aquella carta que te hablaba de amor,
Que te confesaba mi eterna ilusión.
En aquel día me rechazaste,
Me dijiste que no podía conquistarte.
 
Que esperabas a alguien mejor,
Alguien que te diera el dinero que te faltaba,
Que construyera castillos con puertas doradas,
Yo solo te ofrecía metas trazadas.
 
 Me daré la vuelta y te dejaré aquí,
Espero un día entiendas porque me fui.