Al perderte helas mi corazón
en un frío nevado de soledad
no lo tortures al gélido olvido
dale aire nuevo de esperanza.
Me sentí abrazado por tu sol
bajo tu luminiscente mirada
cargaba mi energía y átomos
con tu poder.
No me sepulte, con tu adiós
necesito del soplo de tu vida
del aire que respira el amor
de la inspiración a tu ternura.
No abandone nuestro bohío
los trigales que ya espigan
los campos selectos en flor
ansiemos el fruto a cosechar.
Permite germinar en tu surco
ser el árbol de la felicidad
con el cantar y vibrar del nido
arrullemos nuestro despertar.
No me desplace hacer extraño
atraerme con besos y caricias
no desafine causándome dolor
perdóname, yo te quiero amar.